Cuerpos divinos
de Guillermo
Cabrera Infante
Jesús Guerra
La primera edición de Cuerpos divinos fue publicada por las editoriales españolas Galaxia Gutenberg y Club de Lectores en 2010, cinco años después de la muerte de su autor (recientemente la editorial Debolsillo lo publicó en pasta suave y en libro electrónico, al igual que varias de las obras más importantes de Cabrera Infante, las cuales ya eran inconseguibles); es interesante que este libro aparece clasificado como uno de sus volúmenes de memorias, a pesar de que se considera la continuación directa de su «novela» La Habana para un infante difunto, publicada 31 años antes (la primera edición es de Seix Barral, del año 1979; Debolsillo la publicó también hace poco).
Jesús Guerra
La primera edición de Cuerpos divinos fue publicada por las editoriales españolas Galaxia Gutenberg y Club de Lectores en 2010, cinco años después de la muerte de su autor (recientemente la editorial Debolsillo lo publicó en pasta suave y en libro electrónico, al igual que varias de las obras más importantes de Cabrera Infante, las cuales ya eran inconseguibles); es interesante que este libro aparece clasificado como uno de sus volúmenes de memorias, a pesar de que se considera la continuación directa de su «novela» La Habana para un infante difunto, publicada 31 años antes (la primera edición es de Seix Barral, del año 1979; Debolsillo la publicó también hace poco).
En la Nota de
los Editores que precede al texto se señalan varios aspectos importantes, por
ejemplo, que Cabrera Infante comenzó a escribir este libro desde los años en
que era el agregado cultural de la embajada de Cuba en Bélgica (entre 1962 y
1965) y trabajó en él, con largas interrupciones, hasta poco antes de su
muerte. Sin embargo, no dejó una versión acabada, así que el libro que leemos
corresponde al texto que su viuda, Miriam Gómez, mecanografió luego de la
muerte del autor, así que este es «un libro que podía haber tenido muchas más o
muchas menos páginas según la voluntad de un autor que, por desgracia, ya no
está entre nosotros para ofrecernos su texto definitivo».
Quienes hayan
leído La Habana para un infante difunto recordarán que en esa novela
autobiográfica (o autobiografía novelada) GCI nos contó episodios de su
infancia, su adolescencia y una parte de sus años de juventud, más o menos
hasta 1956, si no recuerdo mal. Cuerpos divinos arranca, sin precisarlo,
en ese mismo año y termina en 1959, meses después de la huida de Batista y, por
lo tanto, del triunfo de la revolución cubana. Tiene dos postdatas finales, una
de principios de 1961 y otra de mediados de 1962. El estilo, por supuesto, es
el mismo, muy personal, lleno de juegos de palabras y de digresiones, y con un espléndido
sentido del humor; la estructura es muy similar, largos párrafos en los que va
mezclando recuerdos de las mujeres a las que conoció, de las que se enamoró
(«la salvación por el erotismo»), recuerdos de sus amigos y conocidos, de las
películas que vio (y sobre las que escribió, recordemos que fue el crítico
cinematográfico de la revista Carteles, de la que además era el jefe de
redacción), de la situación política cubana en la etapa más dura, y final, de
la dictadura batistiana, y en las últimas páginas nos ofrece una crónica
interesantísima de los primeros meses del gobierno revolucionario, y unas
estampas de algunos de sus personajes principales, como Camilo Cienfuegos, el
Che Guevara y Fidel Castro, a los que trató como periodista y como amigo de
algunas personas muy cercanas a ellos. Claro que muy pronto se produjo su
desencanto con el nuevo gobierno y su exilio, que comenzó en 1965, aunque esto
ya no se cuenta en este libro sino en la continuación, Mapa dibujado por un
espía (también publicado póstumamente, en 2013, y también reeditado
recientemente por Debolsillo).
Y a estos tres
libros agregaría, además, la novela (autobiográfica) La ninfa inconstante (publicada
en 2008, que yo reseñé hace 12 años), pues no fue sino hasta hace poco que me
enteré, leyendo una entrevista a la viuda de GCI, Miriam Gómez, realizada en
2010 a raíz de la publicación de Cuerpos divinos, de que el texto de La
ninfa... en un principio formaba parte de Cuerpos... lo cual le da
el contexto que a mí me pareció que le faltaba, por eso señalé en ese momento
que me parecía que como novela era mala pero como libro era extraordinario. Por
supuesto, ahora, viéndola como parte de Cuerpos divinos, o por lo menos
como parte del cuerpo autobiográficos de la obra de GCI adquiere todo su
sentido (y exige una relectura).
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Cuerpos divinos. Guillermo Cabrera Infante. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores (Barcelona, 2010), 560 págs. La edición más reciente es de Debolsillo, colección Contemporánea (septiembre de 2021), 568 págs. También se consigue en libro electrónico.
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Te puede interesar leer mis reseñas de otras obras de Cabrera Infante:
* Así en la paz como en la guerra
* Delito por bailar el chachachá
* La Habana para un infante difunto
* La ninfa inconstante
* Mapa dibujado por un espía
Cuerpos divinos. Guillermo Cabrera Infante. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores (Barcelona, 2010), 560 págs. La edición más reciente es de Debolsillo, colección Contemporánea (septiembre de 2021), 568 págs. También se consigue en libro electrónico.
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* La Habana para un infante difunto
* La ninfa inconstante
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