sábado, 25 de febrero de 2023

Cuerpos divinos, de Guillermo Cabrera Infante


 

Cuerpos divinos
de Guillermo Cabrera Infante
 
Jesús Guerra
 
La primera edición de Cuerpos divinos fue publicada por las editoriales españolas Galaxia Gutenberg y Club de Lectores en 2010, cinco años después de la muerte de su autor (recientemente la editorial Debolsillo lo publicó en pasta suave y en libro electrónico, al igual que varias de las obras más importantes de Cabrera Infante, las cuales ya eran inconseguibles); es interesante que este libro aparece clasificado como uno de sus volúmenes de memorias, a pesar de que se considera la continuación directa de su «novela» La Habana para un infante difunto, publicada 31 años antes (la primera edición es de Seix Barral, del año 1979; Debolsillo la publicó también hace poco).
 


En la Nota de los Editores que precede al texto se señalan varios aspectos importantes, por ejemplo, que Cabrera Infante comenzó a escribir este libro desde los años en que era el agregado cultural de la embajada de Cuba en Bélgica (entre 1962 y 1965) y trabajó en él, con largas interrupciones, hasta poco antes de su muerte. Sin embargo, no dejó una versión acabada, así que el libro que leemos corresponde al texto que su viuda, Miriam Gómez, mecanografió luego de la muerte del autor, así que este es «un libro que podía haber tenido muchas más o muchas menos páginas según la voluntad de un autor que, por desgracia, ya no está entre nosotros para ofrecernos su texto definitivo».
 


Quienes hayan leído La Habana para un infante difunto recordarán que en esa novela autobiográfica (o autobiografía novelada) GCI nos contó episodios de su infancia, su adolescencia y una parte de sus años de juventud, más o menos hasta 1956, si no recuerdo mal. Cuerpos divinos arranca, sin precisarlo, en ese mismo año y termina en 1959, meses después de la huida de Batista y, por lo tanto, del triunfo de la revolución cubana. Tiene dos postdatas finales, una de principios de 1961 y otra de mediados de 1962. El estilo, por supuesto, es el mismo, muy personal, lleno de juegos de palabras y de digresiones, y con un espléndido sentido del humor; la estructura es muy similar, largos párrafos en los que va mezclando recuerdos de las mujeres a las que conoció, de las que se enamoró («la salvación por el erotismo»), recuerdos de sus amigos y conocidos, de las películas que vio (y sobre las que escribió, recordemos que fue el crítico cinematográfico de la revista Carteles, de la que además era el jefe de redacción), de la situación política cubana en la etapa más dura, y final, de la dictadura batistiana, y en las últimas páginas nos ofrece una crónica interesantísima de los primeros meses del gobierno revolucionario, y unas estampas de algunos de sus personajes principales, como Camilo Cienfuegos, el Che Guevara y Fidel Castro, a los que trató como periodista y como amigo de algunas personas muy cercanas a ellos. Claro que muy pronto se produjo su desencanto con el nuevo gobierno y su exilio, que comenzó en 1965, aunque esto ya no se cuenta en este libro sino en la continuación, Mapa dibujado por un espía (también publicado póstumamente, en 2013, y también reeditado recientemente por Debolsillo).
 

Si alguien está interesado en leer estos tres libros autobiográficos de Cabrera Infante, yo recomendaría leerlos en orden: primero
La Habana para un infante difunto, luego Cuerpos divinos para terminar con Mapa dibujado por un espía. Yo, como podrán ver por el orden de mis reseñas primero leí La Habana..., después Mapa... y hasta ahora Cuerpos divinos, porque fue el orden en que los conseguí, pero ahora que Debolsillo los tiene todos, es más sencillo leerlos en orden cronológico. Ahora, dejando a un lado el orden de lectura, mi recomendación es que los lean, aunque es cierto que no son libros para todos los lectores. El lector casual quizá se sorprenda demasiado con estos volúmenes. Pero todos los interesados en la literatura cubana, en la literatura (y la vida) de Guillermo Cabrera Infante, la vida en Cuba en los años 50, los cambios en Cuba con la revolución, y los admiradores de Tres tristes tigres, por supuesto que encontrarán estos libros sumamente interesantes, informativos y disfrutables.
 


Y a estos tres libros agregaría, además, la novela (autobiográfica) La ninfa inconstante (publicada en 2008, que yo reseñé hace 12 años), pues no fue sino hasta hace poco que me enteré, leyendo una entrevista a la viuda de GCI, Miriam Gómez, realizada en 2010 a raíz de la publicación de Cuerpos divinos, de que el texto de La ninfa... en un principio formaba parte de Cuerpos... lo cual le da el contexto que a mí me pareció que le faltaba, por eso señalé en ese momento que me parecía que como novela era mala pero como libro era extraordinario. Por supuesto, ahora, viéndola como parte de Cuerpos divinos, o por lo menos como parte del cuerpo autobiográficos de la obra de GCI adquiere todo su sentido (y exige una relectura).
 


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Cuerpos divinos. Guillermo Cabrera Infante. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores (Barcelona, 2010), 560 págs. La edición más reciente es de Debolsillo, colección Contemporánea (septiembre de 2021), 568 págs. También se consigue en libro electrónico.
 
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* Así en la paz como en la guerra

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* La Habana para un infante difunto

* La ninfa inconstante

* Mapa dibujado por un espía