lunes, 23 de abril de 2012

Día Internacional del Libro


Foto de Lapikas



¡Feliz Día Internacional del Libro!


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Si quieren leer sobre el origen de esta celebración, hagan click aquí:

jueves, 19 de abril de 2012

El traje del muerto, de Joe Hill





El traje del muerto
de Joe Hill

Jesús Guerra

Jude Coyne, un rockero en descenso de 54 años de edad, alto, pesado y barbón, tiene una colección de objetos macabros, más por la publicidad que eso le da, porque enloquece a sus fans, que porque en realidad le interese; esa colección incluye un cráneo de un campesino del siglo XVI, trepanado para sacarle a los demonios; una declaración firmada de una bruja de hace varios siglos, la cual fue quemada en la hoguera; unos dibujos de los enanitos de la película Blanca Nieves de Walt Disney hechos por un asesino en serie cuando estaba en la cárcel, y una película «snuff», entre otras cosas. Así que cuando su secretario particular, Danny, le comenta que llegó un e-mail de un sitio de subastas por Internet en el que se ofrece un fantasma, Jude no lo duda y lo compra de inmediato. Y luego se le olvida, pues Jude está en esa especie de ligera depresión que lo tiene un tanto alejado de todo, menos de sus perros, Angus y Bon, y algo de su amante en turno, Marybeth, a la que llama Georgia. Hasta que le llega lo que compró: el traje de un muerto en una caja en forma de corazón. La promesa era que el fantasma del muerto llegaría junto con el traje. Y el problema de Jude es precisamente que, en efecto, el fantasma llegó, y llegó con la intención de llevárselo a él también a la muerte.

La primera sorpresa de esta novela, que estuvo en la lista de los libros más vendidos de The New York Times y ganó el Premio Bram Stocker a Primera Novela en 2007, es que esta premisa es espléndida. 

La segunda sorpresa, al buscar información sobre el autor, Joe Hill, es que es hijo nada menos que de Stephen King. Resulta que Joseph Hillstrom King, el segundo de los tres hijos de Stephen King y Tabitha King (los otros dos son Naomi y Owen), se dio cuenta a tiempo de que si publicaba con su apellido los editores quizá lo publicarían sólo por eso, por ser el hijo del maestro, y si la obra no valía la pena, los lectores que hubieran comprado el libro no volverían a darle otra oportunidad. Así, buscó que lo publicaran por sus propios méritos. Sin embargo, ya que su libro estaba entre los más vendidos, decidió hacer pública su relación familiar con King, pues tampoco se trataba de convertirlo en un secreto.

El estilo de Joe Hill es parecido al de King, por lo menos a primera vista, en dos aspectos: sabe contextualizar, crear un mundo para sus personajes, y escribe en un inglés sencillo, un inglés de todos los días. Esto funciona muy bien en inglés, pero crea sus propios problemas a los traductores. Los traductores no siempre saben pasarlo con naturalidad al español de todos los días, y además, ¿a cuál español de todos los días? Por supuesto, la traducción es española y para los lectores mexicanos suena un tanto falsa en muchos momentos, lo cual es una lástima porque la historia, sin ser genial, es bastante buena, y tiene, como corresponde a una novela de terror, algunas escenas verdaderamente escalofriantes.

Una nota para los lectores de literatura de terror que además son rockeros de corazón: debido a que el personaje central es un músico, la obra está llena de referencias musicales. En la novela encontramos referencias directas de músicos, grupos y canciones, por supuesto, pero además los nombres de las secciones del libro y de algunos de los personajes, entre otras cosas, son referencias importantes. El título original de la novela, por ejemplo, «Heart-Shaped Box» (caja con forma de corazón) es el título de una canción de Nirvana.

Y ya que menciono el título, me parece que en esta ocasión (ya era tiempo) el nombre del libro en español, El traje del muerto, es bastante mejor que «Caja en forma de corazón», aunque al parecer esto se lo debemos agradecer no sólo a los editores españoles que tomaron la decisión, sino a los editores franceses, que fueron quienes le pusieron el nombre  Le costume du mort a la edición de su país. 

Sin duda, Joe Hill es un autor al que hay que leer y al que hay que mantener en la mira. En español, hasta donde sé, se han publicado otros dos libros suyos: un volumen de cuentos anteriores a la novela comentada, Fantasmas (en inglés es 20th Century Ghosts, o sea «Fantasmas del siglo XX») y Cuernos, todos en Suma de Letras, del Grupo Santillana. Y, sin duda, también, El traje del muerto es una buena recomendación para los lectores en general, y una novela imprescindible para los amantes de la literatura de terror.

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El traje del muerto. Joe Hill. Traducción de Julio A. Sierra. Suma de Letras. 1a edición, 2007. 406 págs.



domingo, 8 de abril de 2012

Asesinos sin rostro, de Henning Mankell





Asesinos sin rostro
de Henning Mankell

Jesús Guerra

Un granjero es asesinado durante la noche a principios de enero de 1990 en una solitaria localidad a las afueras de la pequeña ciudad de Ystad, al sur de Suecia. Los vecinos descubren el cadáver, y a la esposa del granjero torturada y moribunda. Llaman a la policía. El jefe de la policía local se encuentra fuera del país, así que cumple sus funciones el detective Kurt Wallander. El espectáculo que encuentra Wallander y sus hombres es difícil de soportar, incluso para ellos. La única pista en el lugar de los hechos es un nudo extraño en la delgada cuerda con la que fue amarrada la anciana. La mujer muere poco después en el hospital, y la única palabra que dice, la otra pista del caso, es «extranjeros».

Esta segunda pista es algo difícil de manejar para la policía. A principios de los años 90, Suecia tenía una política muy abierta en cuanto a la recepción de inmigrantes y, simultáneamente, un resurgimiento de grupos racistas radicales. La pista se filtra a la prensa y muy pronto Wallander comienza a recibir llamadas anónimas dándole fechas para detener a los extranjeros culpables del asesinato de la pareja de granjeros o habrá acciones de venganza. Poco después, en efecto, un africano es asesinado en uno de los campos de refugiados del sur de Suecia. Así, Kurt Wallander y su equipo tienen dos casos de asesinato en sus manos. Y la amenaza continúa.

Además, Wallander tiene sus problemas personales, como todo mundo: su esposa lo acaba de abandonar, la relación con su hija postadolescente se encuentra en ruinas, su propio padre ha comenzado a mostrar fuertes señales de demencia senil, y él mismo tiene ciertos problemas con la bebida. Para colmo, lo deprime el invierno sueco y odia la nieve. Lo único que parece reconciliarlo con la vida es la música de ópera, que escucha constantemente.

Edición francesa
El autor de esta novela es el escritor sueco Henning Mankell (Estocolmo, 3 de febrero de 1948), quien publica novelas y obras de teatro desde la década de los 70. Ha vivido grandes temporadas en diversos países de África. Cuenta que en 1990 regresó a Suecia luego de mucho tiempo fuera y descubrió el resurgimiento de los movimientos racistas y pare él el racismo es un crimen, por lo tanto resolvió tratar el tema en una novela criminal, fue así como creó a su personaje Kurt Wallander en esta obra, Asesinos sin rostro, y ha seguido escribiendo novelas con este detective. Hasta el momento van once novelas de la serie Wallander, que es conocido ya en todo el mundo. En Suecia la serie completa de novelas ha sido adaptada a películas para la televisión, y en Inglaterra la BBC ha adaptado tres de las novelas, igualmente para películas para la televisión, ni más ni menos que con Kenneth Branagh como Wallander.

Asesinos sin rostro se publicó en Suecia en 1991. En español la editorial Tusquets lo publicó en 2001, en España y en México, y ha seguido reeditándolo, primero en su Colección Andanzas y luego en su colección Maxi. Y Tusquets ha ido publicando también el resto de las novelas de la serie Wallander, que son las siguientes (después de Asesinos sin rostro, cuyo título original es Mördare utan ansikte):

2. Los perros de Riga (Hundarna i Riga, 1992)
3. La leona blanca (Den vita lejoninnan, 1993)
4. El hombre sonriente (Mannen som log, 1994)
5. La falsa pista (Villospår, 1995)
6. La quinta mujer (Den femte kvinnan, 1996)
7. Pisando los talones (Steget efter, 1997)
8. Cortafuegos (Brandvägg, 1998)
9. La pirámide (Pyramiden, 1999)
10. Antes de que hiele (Innan frosten, 2002)
11. El hombre inquieto (Den orolige mannen, 2009).

Edición estadounidense
Henning Mankell tiene muchos otros libros que no pertenecen a la serie Wallander, incluidos ensayos, obras de teatro, libros policiacos con otros investigadores y libros para niños, pero de ellos ya escribiré más adelante. Vale la pena apuntar que está casado con una hija del desaparecido cineasta sueco Ingmar Bergman, y que actualmente vive medio año en su país y medio en Mozambique, en cuya capital dirige un teatro.

Asesinos sin rostro (ganadora del Premio Glassnøkkelen 1992, a la mejor novela negra de los países nórdicos) es una obra con un estilo fluido y perfectamente lógico. Leyéndola nos puede parecer que escribir es sencillísimo, lo cual es un efecto que sólo los grandes autores logran transmitir. Y vale la pena señalar que esta traducción es bastante buena. Los personajes están muy bien trazados y Wallander en particular se nos vuelve un personaje entrañable. De repente nos damos cuenta que hemos terminado de leer el libro, pero por fortuna hay un buen número de novelas con Kurt Wallander como personaje central para seguir leyendo.

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Asesinos sin rostro. Henning Mankell. Traducción del sueco de Dea M. Mansten y Amanda Monjonell. Tusquets Editores. Colección Maxi. México, 2008. 302 págs.

Otra edición estadounidese




martes, 3 de abril de 2012

Drácula, para adultos





Drácula, para adultos

Jesús Guerra

En este año, y en este mes, se conmemora el centenario de la muerte de Bram Stoker, el autor de la novela que quizá sea la más famosa de la literatura de terror: Drácula. Bram (o sea Abraham) Stoker nació el 8 de noviembre de 1847, en Dublín, Irlanda, y murió el 20 de abril de 1912, en Londres, Inglaterra.

El título de estas líneas no se debe a que recomiende alguna versión literaria particularmente voluptuosa o impúdica de la novela de Stoker, se refiere a que la novela original es, de hecho, una novela para adultos, y no porque tenga restricciones de edad, simplemente no fue pensada ni escrita para los lectores adolescentes, aunque ahora mucha gente así lo piense. En algunas colecciones literarias para jóvenes se incluye este libro, y en muchas bibliotecas se tiene esta novela en las secciones de literatura juvenil. Que es también lo que sucede, por ejemplo, con las novelas de Julio Verne.

El error se comprende fácilmente, sobre todo después de un siglo de películas de vampiros que han convertido a Drácula en uno de los íconos populares más importantes. De hecho, yo aplaudo a los jóvenes que se interesan por esta novela (aunque, la verdad, yo le aplaudo a cualquier joven que se interese por leer casi cualquier libro). Y yo mismo reseñé esta novela pensando en los jóvenes lectores en nuestro blog de literatura juvenil (aquí).

En efecto, Drácula puede leerse como una «simple» novela de aventuras, misterio y terror, que es, digamos, la lectura que realizan los jóvenes. Una novela de monstruo, específicamente el vampiro, que ataca a sus víctimas y éstas, o las personas de su círculo, tienen que encontrar la manera de contraatacar para salvarse.

Sin embargo, los monstruos no son sólo monstruos, son siempre la metáfora de un problema, son un síntoma social. Por eso nos producen miedo y nos fascinan simultáneamente.

Hay que recordar que la acción se situaba «en el presente» en el momento en que fue escrita (se publicó en 1897), y aunque hay una parte de la historia que transcurre en Transilvania (la Europa antigua, atrasada, folklórica y supersticiosa) la mayor parte del argumento ocurre en Londres, la capital del gran imperio (Inglaterra era más o menos lo que ahora es los Estados Unidos para el mundo). Inglaterra era entonces el epítome de la civilización occidental, rica, productiva, culta, racional, moderna, científica, técnica, y por supuesto, sexualmente reprimida. Y el vampiro que llega desde la vieja y lejana Transilvania (es decir del exterior y desde una suerte de barbarie aristocrática) llega con la intención de dominar y a poner en jaque todo lo que la modernidad representa.

El vampiro es viejo (aunque puede metamorfosearse en joven, y también en lobo, en murciélago y en neblina), es bárbaro, salvaje, está muerto pero está vivo, y al morder a las mujeres al parecer las despoja de las características ideales que los ingleses (es decir los hombres civilizados)les otorgaban o les imponían. Una vampira (o «vampiresa», y ese término ya está repleto de connotaciones lúbricas) dejaba de ser maternal (podía atacar niños), dejaba de ser pasiva, dejaba su represión a un lado, lo cual para los hombres civilizados de fines del siglo XIX debió de ser aterrador.

Drácula es todo lo que la civilización quería dejar en el olvido: es el instinto, nuestra animalidad al descubierto, es la parte que está despierta en la oscuridad mientras la racionalidad duerme. 

Stoker mata a su vampiro al final de su historia pero, significativamente, el siglo XX y lo que va del XXI no lo han dejado morir. Se le revive constantemente. Lean la novela, analícenla en estos términos y entenderán los motivos para su supervivencia.

Si quieren leer de qué trata el argumento, los invito a leer la reseña de esta novela en nuestro blog Tan-Tan.

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Hay muchísimas ediciones. Yo les recomiendo la siguiente:

Drácula. Bram Stoker. Traducción, introducción y notas de Juan Antonio Molina Foix. Ediciones Cátedra. Colección Letras Universales. Madrid, 2001. 630 páginas.

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Este libro se puede leer en las bibliotecas públicas de Coahuila.

Aquí puedes consultar las direcciones y teléfonos de las bibliotecas públicas de tu localidad: Directorio de bibliotecas públicas de Coahuila.