miércoles, 11 de noviembre de 2020

Mala índole (2) Cuando fui mortal, de Javier Marías

 


Mala índole

Cuentos aceptados y aceptables

de Javier Marías

 

II. Cuando fui mortal

 

Jesús Guerra

 

(La entrada anterior tiene información sobre el contenido del libro Cuando fui mortal y sobre la edición de Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables que, creo, podría ser de utilidad conocer —con leer la primera parte sería suficiente— antes de leer esta reseña.)

 

El segundo libro de cuentos de Javier Marías, llamado Cuando fui mortal, contiene 12 narraciones de diversas extensiones y fue publicado por Alfaguara en 1996 —después fue publicado en Alfaguara Bolsillo, en Punto de Lectura y en Debolsillo, esta última edición contiene un prólogo de la italiana Elide Pittarello, que también está incluido, junto con su prólogo a Mientras ellas duermen, en la recopilación Mala índole. Cuentos... pero en este caso «A manera de epílogo»—. Los 12 relatos de este libro se encuentran en la sección «Cuentos aceptados» de Mala índole...

 

1. El médico nocturno (1991)

2. La herencia italiana (1991)

3. En el viaje de novios (1991)

4. Prismáticos rotos (1992)

5. Figuras inacabadas (1992)

6. Domingo de carne (1992)

7. Cuando fui mortal (1993)

8. Todo mal vuelve (1994)

9. Menos escrúpulos (1994)

10. Sangre de lanza (1995)

11. En el tiempo indeciso (1995)

12. No más amores (1995)

 


«El médico nocturno» comienza en una cena para siete personas. El narrador, que ha pasado unos días en París y se ha quedado en el departamento de una amiga italiana, Claudia, y de su marido, Hélie, pasa su última noche del viaje en la cena que han organizado sus anfitriones. Una de las invitadas es otra italiana que vive muy cerca, a unos 15 minutos a pie. Cuando esta invitada decide marcharse, el narrador, por cortesía, la acompaña hasta su departamento. Ahí, la italiana le presenta a un médico español que la espera para subir a atender al marido de la amiga de Claudia. Cuando el narrador regresa, el resto de los invitados se ha marchado ya y Claudia está en la sala. Tampoco se siente bien así que espera a un médico de guardia. Cuando tocan a la puerta, el narrador se retira a la cocina a leer el periódico. Lo que logra escuchar desde ahí lo lleva a pensar que, quizá, algo verdaderamente raro sucede... Javier Marías no sólo es estupendo introduciendo lo extraño en la normalidad, sino que logra magnificar el efecto gracias a que las escenas de la vida cotidiana que nos narra son ya estupendas, por divertidas, por interesantes o porque en sí mismas son ya algo extrañas.

 

«La herencia italiana» parece una variación sobre el cuento anterior. También sucede en París, también hay dos amigas italianas en la trama, y las relaciones amorosas de ambas son curiosamente similares. Ambas narraciones son igualmente absorbentes, intensas e inquietantes. Son como las dos caras de una misma moneda.

 



El tercer relato, «En el viaje de novios», tiene una particularidad, el autor lo utilizó después, con algunos pocos cambios, pero extendiéndolo más allá del final para crear una de las escenas clave de su novela Corazón tan blanco (1992). Javier Marías apunta en la «Nota previa»: «La escena en cuestión prosigue en dicha novela y aquí en cambio se interrumpe, dando lugar a una resolución distinta [...]».

 

«Prismáticos rotos» transcurre en el hipódromo de Madrid. Dos desconocidos que miran las carreras entablan conversación a partir de un pequeño accidente con unos prismáticos. Es uno de esos relatos en que lo importante no es lo que ocurre sino el descubrimiento de lo que probablemente pasará, pues uno de los dos le cuenta sus planes al otro. Es el caso de «Mientras ellas duermen» (comentado en la entrada anterior). En ambos episodios, el narrador se encuentra de un momento a otro en posesión de una información terrible, con la cual no puede hacer nada. Un dato curioso, uno de los caballos de una de las carreras presenciadas por los personajes se llama Heart So White.

 

En «Figuras inacabadas» un tipo llamado Cámara contrata al pintor Custardoy, copista y falsificador de cuadros, para que falsifique un Goya de un pariente. El relato es breve y fenomenal por la gran cantidad de elementos y temas que contiene. Pertenece al universo de Corazón tan blanco, pues ahí, recordemos, también aparece Custardoy, con el mismo nombre, las mismas características físicas y el mismo oficio. 

 


En el sexto cuento, «Domingo de carne», el narrador y su esposa, llamada Luisa (como en «Mientras ellas duermen» y en Corazón tan blanco), llegan a San Sebastián a pasar tres semanas de vacaciones. Llegaron cansados y no han salido de la habitación del hotel en 24 horas. Ahora esperan que se despeje un poco la playa, que está atestada de gente, para salir a asolearse un rato. Mientras tanto, el marido observa a la multitud desde la terraza (como en el relato «En el viaje de novios» y por tanto en Corazón tan blanco) con unos prismáticos, pero no puede fijar su atención en nadie porque hay demasiadas personas. Hasta que se da cuenta de que su vecino de habitación también observa a la gente con unos prismáticos, aunque no puede ver al vecino pues éste no se encuentra en la terraza, sino que está detrás del cristal, y los prismáticos del vecino sí están fijos en un punto específico. Otro de los relatos de cuarto de hotel de Javier Marías. Muy breve y sorprendente.

 

En «Cuando fui mortal», el narrador —que como casi siempre calla su nombre— cuenta su historia desde la muerte, desde un sitio al que califica como espacio de crueldad, pues ahí no sólo se recuerda minuciosamente cada momento de la vida, incluidos aquellos a los que no se les prestó atención, sino que se conoce todo lo que rodeó a cada uno de esos momentos, es decir que ahí se sabe incluso el contenido de conversaciones relacionadas con el muerto que éste no presenció. Y la narración está centrada en dos momentos de la vida del narrador, uno de su infancia, otro de la época en que murió. Este cuento desarrolla la misma premisa de Corazón tan blanco: saber atormenta y culpabiliza, porque es lo opuesto a la feliz inocencia de la ignorancia. Y además está emparentado con «La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga» (publicado en Mientras ellas duermen, y por supuesto en Mala índole…).

 

De «Todo mal vuelve», el octavo cuento, Javier Marías apunta en la «Nota previa»: «Creo que es lo más autobiográfico que he escrito en mi vida, como fácilmente comprobaría quien leyera además mi artículo “La muerte de Aliocha Coll”, incluido en Pasiones pasadas (1991, Alfaguara, Madrid, 1999)». Es un relato triste, nostálgico e intenso que tiene un aire de cuento del siglo XIX, por su tema y su personaje central, o eso me parece a mí.

 


«Menos escrúpulos» es un cuento con dos tramas encadenadas; por una parte, es la historia de una mujer, la narradora, que por necesidad económica decide presentarse al casting para una película porno. La contratan y la citan para el rodaje, que comenzará unos días después. Llegado el día, la pasan a un cuarto a esperar su llamado, y ahí conoce al que será su pareja en la escena, un joven no mal parecido el cual le platica, para quitarle los nervios de novata, lo que hacía él antes de entrar al porno (la segunda trama), una historia terrible y contrastante. Aquí también aparece, como parte del equipo de producción, un hombre llamado Custardoy. Un cuento muy eficaz que mezcla el humor y un drama sangriento.

 

El nombre del narrador de «Sangre de lanza» sí lo conocemos: Víctor, y él nos presenta a su amigo Dorta (Eugenio Dorta), un escritor menor de la misma edad que Víctor, 39 años. Dorta vivía solo, pero con frecuencia hacía reuniones en su departamento. Un día Víctor se entera de que Dorta fue encontrado muerto, asesinado en su cama junto a una mujer joven, presumiblemente una prostituta, según la teoría del inspector Gómez Alday. El arma, una lanza africana que Dorta tenía como adorno en su departamento. A Víctor la teoría oficial no le parece creíble. Tiempo después, gracias al azar, Víctor tiene la oportunidad de realizar su propia investigación. «Sangre de lanza» es un cuentazo, uno de mis preferidos. Aquí no hay elementos sobrenaturales ni propiamente extraños, sólo sospechas e intriga y una escritura clara y muy placentera.

 

«En el tiempo indeciso» es un cuento sobre el futbol, o ese era el tema cuando le encargaron el relato. Más bien es un relato acerca de un futbolista, de una manera de ver la vida o de encararla, un cuento de futbol que reflexiona sobre la vida, un cuento, me parece a mí, que demuestra que un relato de futbol puede ser más intenso que un partido.

 



Por último, «No más amores» nos cuenta la extraña e íntima relación que establecen una mujer y un fantasma. Es un cuento nostálgico y melancólico, sumamente bien logrado. Pero, además, la historia del cuento es tan interesante como el argumento y el desarrollo del mismo, y esa nos la cuenta el autor en la «Nota previa». La historia que cuenta el relato estaba comprimida en un artículo, «Fantasmas leídos», que escribió Javier Marías y apareció en su libro Literatura y fantasma (Ediciones Siruela, 1993), luego la desarrolló en este relato, el cual tiene «ecos conscientes, deliberados y reconocidos de una película y de otro relato: The Ghost and Mrs. Muir, de Joseph L. Mankiewicz [...] y «Polly Morgan», de Alfred Edgar Coppard, que incluí en mi selección Cuentos únicos [...]». Pero ahí no acaba la cosa, y esto nos lo cuenta en la «Nota previa» de la edición aumentada de su anterior libro de cuentos, Mientras ellas duermen, este cuento lo adaptó a un ambiente mexicano, cuando una editorial de México le pidió un cuento para un libro colectivo que sería ilustrado por niños chiapanecos, esa adaptación se llama «Serán nostalgias».

 

Los doce cuentos de Cuando fui mortal (incluidos en Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables) son todos estupendos, amenos, atrayentes, sorpresivos, muy vivos y de una eficacia asombrosa. Javier Marías es un autor de una enorme inteligencia y su escritura es sumamente disfrutable.

 

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Cuando fui mortal. Javier Marías. Alfaguara (1a. ed., 1996), 248 págs. / Alfaguara Bolsillo (1a. ed., 1998) / Punto de Lectura (2a. ed., 2001), 222 págs. / Debolsillo, colección Bestseller (1a. ed., 2006).

Mala índole, cuentos aceptados y aceptables. Javier Marías. Debolsillo (1a. ed., España: 2014; 1a. ed., México: 2015), 426 págs.

 

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Mala índole, cuentos aceptados y aceptables (I. Mientras ellas duermen)

 


sábado, 24 de octubre de 2020

Mala índole (1) Mientras ellas duermen, de Javier Marías

 


Mala índole

Cuentos aceptados y aceptables

de Javier Marías

 

I. Mientras ellas duermen

 

Jesús Guerra

 

Ya he comentado aquí un delicioso libro de ensayos (Vidas escritas) y una extraordinaria novela (Corazón tan blanco) del escritor español Javier Marías (Madrid, 20 de septiembre de 1951), ahora quiero comentar sus cuentos, de los cuales ha publicado un buen número en revistas y periódicos, pero sólo ha reunido 30 en libros.

 

Su primer libro de cuentos se llama Mientras ellas duermen, que publicó Anagrama en 1990; esa edición tenía (tiene, pues los ejemplares deben de existir aún) 10 cuentos; la edición ampliada de Alfaguara del año 2000 tiene cuatro más y un prólogo del autor, de la cual Suma de Letras en su colección Punto de Lectura sacó una edición en 2001, que fue reeditada más tarde, con un prólogo de la crítica italiana Elide Pittarello, por Debolsillo.

 

Los 14 cuentos de la edición ampliada de Mientras ellas duermen son los siguientes:

 

1. La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga (1968)

2. La dimisión de Santiesteban (1975)

3. El espejo del mártir (1978)

4. Portento, maldición (1978)

5. El viaje de Isaac (1978)

6. El fin de la nobleza nacional (1978)

7. Gualta (1986)

8. La canción de Lord Rendall (1989)

9. Una noche de amor (1989)

10. Un epigrama de lealtad (1989)

11. Mientras ellas duermen (1990)

12. Lo que dijo el mayordomo (1990)

13. En la corte del rey Jorges (1991)

14. Serán nostalgias (1998)

 


Su segunda recopilación de cuentos tiene el título Cuando fui mortal y fue publicada por Alfaguara en 1996, la cual contiene 12 narraciones. En 1998 la editorial Plaza & Janés publicó un pequeño libro que contiene un cuento largo de Javier Marías, publicado previamente en seis entregas en el diario El País en agosto de 1996, llamado «Mala índole».

 

Finalmente, en 2012 Alfaguara publicó la reunión de todos estos cuentos más tres inéditos (para un total de 30) en el libro Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables, que Debolsillo publicó en 2014 (la edición mexicana es de 2015), que incluye los anteriores prólogos de Javier Marías más uno nuevo para esta edición, y los prólogos, ahora «a modo de epílogo» de Elide Pittarello, de las ediciones anteriores. 

 

En esta nueva edición, la segunda sección, «Cuentos aceptables» («aquellos de los que sí me avergüenzo un poco pero no demasiado», explica el autor), está compuesta sólo por siete de los 30 relatos, y los siete proceden de la edición ampliada de Mientras ellas duermen («La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga», «El espejo del mártir», «Portento, maldición», «El viaje de Isaac», «El fin de la nobleza nacional», «En la corte del rey Jorges» y «Serán nostalgias»), y la primera, «Cuentos aceptados» («aquellos de los que aún no me avergüenzo», apunta JM) contiene los otros siete de Mientras ellas duermen, todos los del libro Cuando fui mortal, «Mala índole» y los tres inéditos («Un sentido de camaradería», «Un inmenso favor», ambos del 2000, y «Caído en desgracia» de 2005).

 

De los cuentos «aceptables», «La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga» es breve, interesante y sorprendentemente bueno, por las características del narrador y de su condición, por su temática sobrenatural y más si tenemos en cuenta que, aunque fue publicado cuando el autor tenía 16 años, fue escrito cuando tenía 14. «El espejo del mártir» cuenta una historia sumamente interesante, narrada de una manera compleja. Es un fragmento de la historia del general francés Louvet, del ejército de Napoleón, contada por un militar a otro, al que tiene que castigar enviándolo al exilio. Sin embargo, para mi gusto es un texto demasiado extenso (es uno de los tres cuentos relativamente largos de Mientras ellas duermen) y, además, quizá porque imita la voz de un militar culto del siglo XIX, es excesivamente verboso. Forma parte, me parece, de la época pretenciosa del autor (comprensible, pues andaría por los 26 años en ese entonces), cuando intentaba demostrar que tenía un enorme dominio del lenguaje, era muy culto y era muy inteligente (lo cual es cierto).

 

«Portento, maldición» es otro de los tres relatos largos de Mientras ellas duermen, y al igual que el anterior, procede de un libro de Marías llamado El monarca del tiempo (Alfaguara, 1978) que se supone que es una novela (pero el autor nunca ha respetado los límites de los géneros literarios), y también al igual que el anterior es verboso, pretencioso y deliberadamente complicado pero tiene un par de personajes extraordinarios en más de un sentido. El mismo autor, en su «Nota previa» a la edición de Mala índole, dice de El monarca del tiempo: «[...] ya desde el título, me temo —no he querido releerlo nunca—, era de una extrema pedantería.» Creo que en esa época su extraordinario manejo del idioma y su gran inteligencia lo obligaban a realizar experimentos que no siempre resultaban a su favor.

 

«El viaje de Isaac» es un relato clásico en el que un militar cubano, de origen español, en los tiempos de la independencia cubana, por no dar una limosna es maldecido. Años después, un amigo de su hijo se obsesiona con un enigma relacionado con esa maldición y llega a muy extrañas conclusiones. Es interesante, extraño y entretenido. Según Elide Pittarello en el prólogo, esta misma anécdota la contó Javier Marías en un artículo de periódico como algo relacionado con su familia, y se menciona también en su novela Negra espalda del tiempo. Lo anterior demuestra no sólo cómo juega el autor con los géneros sino con la ficción y la autoficción.

 



Los personajes de «El fin de la nobleza nacional» son un noble, su esposa, su hija y su hijo, un judío recién convertido al cristianismo y el padre de éste, no convertido, ciego y sordo... No es un cuento, es una parábola tragicómica. Elide Pittarello apunta, refiriéndose a este relato y a «En la corte del rey Jorges», que «apuntan más abiertamente aún a la risa, la que mana de lo absurdo en estado puro, cuando el gusto por la caricatura lingüística es tan exagerado que evoca uno de los placeres más añorados de la infancia». Y sobre el segundo, el autor señala en la actualización a su prólogo en la edición ampliada de Mientras ellas duermen: «Más que un cuento es una propuesta de culebrón, que me fue solicitada, como a otros cuatro autores [...]».

 

«Serán nostalgias» es un cuento de fantasmas con un enfoque particular, desventurado y melancólico. El autor cuenta que cuando una editorial mexicana le solicitó un cuento para un libro colectivo que estaría ilustrado por niños del estado de Chiapas, le dieron tan poco tiempo que lo único que pudo hacer fue adaptar un relato de fantasmas que ya tenía y que se encuentra en Cuando fui mortal (y por tanto también en Mala índole) llamado «No más amores». En el fondo, los mejores relatos de fantasmas son siempre melancólicos y nostálgicos, y en este caso, creo, es doblemente nostálgico.

 

Como ya señalé, los otros siete relatos procedentes de Mientras ellas duermen se encuentran entre los «Cuentos aceptados». «La dimisión de Santiesteban» es de 1975, es decir el más antiguo de los relatos de esta sección, y es también un cuento de fantasmas, o de fantasma, aunque con una perspectiva muy distinta a los otros del mismo tema del libro. Está formado, en parte, por una investigación detectivesca y obsesiva, y concluye con una resolución por lo menos ambigua. «Una noche de amor» nos regala otro fantasma y otra conjunción entre lo amoroso y lo sobrenatural con una visión que no por humorística deja de ser inquietante y, a su manera, extrañamente esperanzadora.

 

«Gualta» y «La canción de Lord Rendall» son dos cuentos (tenían que ser dos) que tratan uno de los grandes temas de la literatura fantástica: el doble. En el primero, un madrileño llamado Javier Santín, el narrador, conoce a otro empleado de su misma compañía llamado Xavier de Gualta, de Barcelona. Ambos se asombran pues son idénticos, y por lo mismo se detestan, lo cual termina por arruinarles la vida. Interesantísimo, breve, intenso y espléndido. En el segundo cuento las consecuencias de la existencia del doble son verdaderamente aterradoras. Este cuento tiene, además, una particularidad: Javier Marías lo incluyó, como una broma, en su recopilación de Cuentos únicos (que publicó Siruela en 1989 y posteriormente Alfaguara, en 2004, y luego Debolsillo en 2007) como si fuera obra de un autor llamado James Denham y traducido por Marías. El autor apunta en la «Nota previa» lo siguiente: «Por ese motivo incluyo también aquí la nota biográfica que acompañó al cuento que fue de Denham, ya que alguno de los datos en ella aportados forma parte, tácitamente, del propio relato, que de otro modo estaría incompleto».

 



«Un epigrama de lealtad» nos muestra al escritor inglés John Gawsworth (escritor real, poco prolífico, que era el pseudónimo de Terence Ian Fytton Armstrong, y que ha aparecido como personaje en los libros de Javier Marías Todas las almas y Negra espalda del tiempo; en Cuentos únicos se encuentra uno de sus relatos y la ficha biográfica correspondiente, escrita por JM), en la última etapa de su vida, como pordiosero alcohólico en Londres. Un relato bellísimo y desdichado.

 

Otro de los relatos en que el autor juega con la ficción y la autoficción es «Lo que dijo el mayordomo», el cual contiene una nota inicial de Marías en la que señala que publicó un artículo con una parte de esa anécdota personal (cuando en un viaje a Nueva York se quedó encerrado en un elevador con un hombre que era el mayordomo de una pareja adinerada de la ciudad), pero que en el texto periodístico cambió y calló una buena parte de lo que le contó ese mayordomo. En el relato, entonces, cuenta lo que faltaba. Y lo que faltaba es estupendo.

 

«Mientras ellas duermen», el relato que le dio título al primer libro de cuentos de Javier Marías no sólo es excelente sino, quizá, el más sorprendente y el más inquietante; en él, un hombre de unos cincuenta y tantos años le platica al narrador de la historia el motivo por el que graba en video, continua e incansablemente, a su pareja, una bella joven de 23. Es un relato cercano, en contexto, en espíritu y en estilo a la novela Corazón tan blanco, y uno puede muy bien preguntarse si el narrador será el mismo de la novela.

 

Vale la pena apuntar que existe una adaptación cinematográfica de este relato, de 2016, producida por Japón, dirigida por Wayne Wang, e interpretada por Takeshi Kitano, cuyo título internacional en inglés es While the Women Are Sleeping. Yo no la he visto pero tiene críticas más bien negativas pues al parecer la trasformaron demasiado y perdió la esencia del relato original.

 

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Mientras ellas duermen. Javier Marías. Alfaguara (1a. ed., 2000), 248 págs. / Debolsillo, colección Bestseller (1a. ed., 2007), 192 págs.

Mala índole, cuentos aceptados y aceptables. Javier Marías. Debolsillo (1a. ed., España: 2014; 1a. ed., México: 2015), 426 págs.

 

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Corazón tan blanco

 


miércoles, 14 de octubre de 2020

Corazón tan blanco, de Javier Marías

 




Corazón tan blanco

de Javier Marías

 

Jesús Guerra

 



Javier Marías, quien hace muy poco cumplió 69 años (nació en Madrid el 20 de septiembre de 1951), ha publicado hasta el momento 13 novelas:

 

* Los dominios del lobo (Edhasa, 1971; Anagrama, 1996; Alfaguara, 1999)

* Travesía del horizonte (La Gaya Ciencia, 1973; Anagrama, 1988, 1996; Alfaguara, 1999)

* El monarca del tiempo (Alfaguara, 1978; Reino de Redonda, 2003)

* El siglo (Seix Barral, 1983; Anagrama, 1995; Alfaguara, 2000)

* El hombre sentimental (Anagrama, 1986; Círculo de Lectores, 1987; Espasa Calpe, 1994)

* Todas las almas (Anagrama, 1989; Círculo de Lectores, 1996; Alfaguara, 2000)

* Corazón tan blanco (Anagrama, 1992; Círculo de Lectores, 1992; RBA, 1993; Alfaguara, 1999; Suma de Letras, 2000; Alfaguara [ed. 25 aniversario], 2017; Debolsillo [ed. 25 aniversario], 2018)

* Mañana en la batalla piensa en mí (Anagrama, 1994; Alfaguara, 1996)

* Negra espalda del tiempo (Alfaguara, 1998)

* Tu rostro mañana (Alfaguara, 2009, las tres partes en un volumen, que primero se publicaron por separado:

1. Fiebre y lanza (Alfaguara, 2002)

2. Baile y sueño (Alfaguara, 2004)

3. Veneno y sombra y adiós (Alfaguara, 2007)

* Los enamoramientos (Alfaguara, 2011)

* Así empieza lo malo (Alfaguara, 2014)

* Berta Isla (Alfaguara, 2017)

 


La primera, como pueden darse cuenta por la fecha de edición, la escribió a los 19 años, y la séptima, que es la que les comento hoy, la terminó recién cumplidos los 40 (pues está fechada en la última página: «Octubre de 1991»). El título, Corazón tan blanco, está sacado de Macbeth, de Shakespeare, y la frase aparece como epílogo del libro: «Mis manos son de tu color; pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco».

 

Así, fuera de contexto, ni el título de la novela ni la frase de la obra de Shakespeare parecen tener mucho sentido, necesitamos que nos muestren o nos digan lo que está alrededor para comprenderlas, y de eso se trata precisamente esta novela, no sólo del contexto de esa frase, cuyo entorno nos da el narrador de esta obra, un traductor e intérprete español que trabaja en instituciones internacionales como la ONU (es decir, un personaje que se gana la vida traduciendo, trasladando el sentido de un idioma o entorno lingüístico a otro; escuchando y hablando), sino también del contexto de varios hechos familiares que conoce, sin haber nunca pedido conocerlos, pero que no comprende porque le faltan los elementos de todo lo que rodea a esos hechos. Básicamente lo que nos sucede a casi todos con respecto a casi todo, desde nosotros mismos hasta la historia de la humanidad.

 



La novela está construida alrededor de cinco o seis hechos importantes, cinco o seis grandes (y sorprendentes) escenas: una que le contaron de niño, otra presenciada por accidente, otra en la que intervino porque se lo pidieron, otra que él mismo provocó, o casi, y otra, secreta, cuya información o narración tiene que investigar, aunque no está seguro de querer conocerla, aunque, por supuesto, tampoco de no quererlo.

 

El intérprete, llamado Juan, comienza entonces a establecer relaciones, que pueden ser «reales» o no entre algunas de esas escenas y los personajes que en ellas intervienen, y eso le provoca una vaga ansiedad, una sensación de desastre que intenta entender. Una de las características de Juan es su manera de pensar y de narrar, estableciendo conexiones, asociando hechos, palabras, significados, recuerdos, sensaciones, diálogos, lecturas, conversaciones, fotografías, libros, películas, gestos, miradas, intentando siempre comprender y sin estar nunca seguro de querer saber. Estas constantes digresiones del narrador no carecen de sentido o conexión, al contrario, forman la armazón que establece el sentido, o los significados, pues la ambigüedad es una de las características centrales de esta obra. Y así reflexiona el narrador, no sólo acerca de su vida y la vida de su esposa y de sus padres, de su abuela, de sus amigos, sino de la vida humana, la vida de todos, la vida de quienes leemos esta novela espléndida. Y así, de manera obsesiva y circular, o más bien en espiral, el narrador se acerca al centro del relato.

 


El matrimonio, el secreto, hablar o callar, escuchar o no, la manipulación y la persuasión, el amor, la muerte, el deseo, la falsedad, la inocencia de la ignorancia, la culpa de saber, la sospecha, la duda... Estos son algunos de los temas con los que está compuesta esta novela verdaderamente hipnótica y magnífica, una obra para leer y releer, y que admite diversas lecturas (y relecturas).

 

Corazón tan blanco, para algunos una mezcla de novela y ensayo debido a las estupendas digresiones del narrador, fue publicada por Anagrama en 1992, y se ganó el Premio de la Crítica de narrativa en lengua castellana. Anagrama hizo más de 20 ediciones de la novela en su colección Narrativas hispánicas y no sé cuántas en su colección Compactos, y el libro se ha traducido a 37 lenguas y se ha vendido en 44 países. Y a partir de la separación del autor de Anagrama y su paso a Alfaguara y Debolsillo, éstas han hecho otras tantas ediciones. Es conocido el hecho de que una muy buena crítica en el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung de alguna manera hizo que la novela fuera retomada por el temido crítico literario Marcel Reich-Ranicki en su programa de televisión, el cual la elogió muchísimo y dijo que la novela debería de estar en el número uno de las listas de los libros más vendidos del mundo. Dicho y hecho, el libro se convirtió en un éxito en Alemania, y esto provocó más interés y más traducciones. Desde este punto de vista, por lo menos, Corazón tan blanco ha sido la novela de mayor éxito de Javier Marías. En 1977 se ganó el IMPAC International Dublin Literary Award.

 



En 2017, la editorial Alfaguara lanzó la edición conmemorativa del 25 aniversario de esta novela, en dos tomos, con un prólogo del autor, cartas, notas, imágenes del manuscrito, etc., y al año siguiente Debolsillo publicó esta edición conmemorativa con prólogo del autor (aunque no sé si se trate del mismo de la edición de lujo), sin los materiales adicionales, los cuales, la verdad, son lo de menos: lo que importa es la novela. Si ya la leyeron hace tiempo, ahora que cumple 28 años de publicada es un buen momento para releerla, y si no la han leído, este extrañísimo año es el adecuado para darse un festín literario.

 

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Corazón tan blanco. Javier Marías. Debolsillo (edición del 25° aniversario; 2018). 360 págs.

 

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jueves, 10 de septiembre de 2020

Hotel du Lac, de Anita Brookner

 


Hotel du Lac

de Anita Brookner

 

Jesús Guerra

 

Hotel du Lac (que es el nombre de un hotel suizo y, en francés, significa Hotel del Lago) es la cuarta y la más conocida de las 25 novelas que publicó Anita Brookner, y fue ganadora, en 1984, del premio literario inglés de mayor prestigio, el Booker. En español ni siquiera contamos con traducciones de todos sus libros, y varias de las ediciones que se han hecho son prácticamente inconseguibles, pero Hotel du Lac sí se consigue.

 


Anita Brookner (Londres, 1928-2016) estudió Historia y luego se doctoró en Historia del Arte. Sus primeros libros, que comenzó a publicar a los 37 años, son ensayos sobre la obra pictórica de artistas franceses e ingleses, y sobre crítica de la pintura. Su primera novela, A Start in Life, la publicó en 1981, a los 53 años (en español la publicó Libros del Asteroide en 2018, como Un debut en la vida).

 

Hotel du Lac acontece en unos pocos días en el hotel que le da título al libro, el cual se encuentra a orillas del Lago de Ginebra (aunque en francés más bien lo llaman el lago Léman), en el otoño, unas pocas semanas antes de que el hotel cierre sus puertas por la temporada invernal. Se trata de un establecimiento lujoso, conocido más bien por clientes adinerados, algunos de ellos recurrentes, que buscan la tranquilidad. A ese lugar llega Edith Hope, una inglesa madura, aunque nunca se menciona su edad, que escribe libros románticos y vive de eso, aunque los publica con seudónimo. Y Edith arriba ahí en circunstancias más bien extrañas, casi desterrada de Londres por su círculo de amistades, luego de que ella protagonizara un pequeño escándalo social. Sus amistades, en particular su vecina y amiga Penelope Milne, casi la suben a fuerza al avión, con destino a Ginebra, para que tome conciencia de lo que hizo, ponga los pies en la tierra y regrese discretamente, a su discreta vida, casi a pedir disculpas.

 

Edición en inglés

Se supone que esta historia transcurre al inicio de los años 80, o fines de los años 70, pero al leerla, tanto por las características de Edith, y sobre todo de su círculo de amistades, como por el hotel y sus pocos huéspedes, todos ingleses, uno imagina que sucediera en los años 50. Y es que la clase alta inglesa, quizá aún ahora, es muy contenida, rígida, severa. En ese mundo se mueve Edith, aunque ella, en realidad, no lo sea tanto. Es decir, es una rebelde, a su manera; aspira a vivir de otra manera y no sólo de apariencias, estatus, buen nombre y buenas maneras.

 

El presente está formado por los días que Edith pasa en el Hotel du Lac (el libro empieza el día que ella llega al hotel y termina cuando está a punto de irse), lo que ve, escucha, siente y piensa Edith, las personas a las que conoce ahí, las conversaciones que tiene con ellas —casi todas mujeres salvo Mr. Neville, el gerente, el pianista del bar y algunos meseros—, y las reflexiones sobre su propia situación. Además del relato directo de lo que ahí sucede, Edith le escribe cartas, aunque no las envía, a su amante, David, un hombre casado. Y en esas cartas queda mucho más claro lo que Edith piensa de los otros huéspedes del hotel y de lo que le ha sucedido, y de lo que piensa acerca de su relación con el propio David. Y el pasado, narrado en flashbacks, en el que se relata la vida de Edith como escritora, algunos episodios de su infancia, sus relaciones de amistad, su relación con David y el escándalo social por el que Edith fue a dar al Hotel du Lac.

 

Otra edición en 
inglés

La novela está escrita de manera elegante y clara, y algunos de los mejores momentos son de una sutileza extraordinaria. En el fondo, muy en el fondo (no hay que olvidar que es una novela inglesa sobre ingleses adinerados) hay un permanente tono de comedia tenue, algo áspera y seca. Es una obra breve que a mí me ha gustado mucho, pero supongo que no es para todos los gustos ni es una lectura para todos los estados de ánimo. Evidentemente su público natural son las lectoras, y, por lo tanto, es una estupenda lectura para hombres.

 

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Hotel du Lac. Anita Brookner. Traducción de Manuel Sáenz de Heredia. Tusquets Editores (colecciones Andanzas y Fábula). 188 págs.