miércoles, 11 de noviembre de 2020

Mala índole (2) Cuando fui mortal, de Javier Marías

 


Mala índole

Cuentos aceptados y aceptables

de Javier Marías

 

II. Cuando fui mortal

 

Jesús Guerra

 

(La entrada anterior tiene información sobre el contenido del libro Cuando fui mortal y sobre la edición de Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables que, creo, podría ser de utilidad conocer —con leer la primera parte sería suficiente— antes de leer esta reseña.)

 

El segundo libro de cuentos de Javier Marías, llamado Cuando fui mortal, contiene 12 narraciones de diversas extensiones y fue publicado por Alfaguara en 1996 —después fue publicado en Alfaguara Bolsillo, en Punto de Lectura y en Debolsillo, esta última edición contiene un prólogo de la italiana Elide Pittarello, que también está incluido, junto con su prólogo a Mientras ellas duermen, en la recopilación Mala índole. Cuentos... pero en este caso «A manera de epílogo»—. Los 12 relatos de este libro se encuentran en la sección «Cuentos aceptados» de Mala índole...

 

1. El médico nocturno (1991)

2. La herencia italiana (1991)

3. En el viaje de novios (1991)

4. Prismáticos rotos (1992)

5. Figuras inacabadas (1992)

6. Domingo de carne (1992)

7. Cuando fui mortal (1993)

8. Todo mal vuelve (1994)

9. Menos escrúpulos (1994)

10. Sangre de lanza (1995)

11. En el tiempo indeciso (1995)

12. No más amores (1995)

 


«El médico nocturno» comienza en una cena para siete personas. El narrador, que ha pasado unos días en París y se ha quedado en el departamento de una amiga italiana, Claudia, y de su marido, Hélie, pasa su última noche del viaje en la cena que han organizado sus anfitriones. Una de las invitadas es otra italiana que vive muy cerca, a unos 15 minutos a pie. Cuando esta invitada decide marcharse, el narrador, por cortesía, la acompaña hasta su departamento. Ahí, la italiana le presenta a un médico español que la espera para subir a atender al marido de la amiga de Claudia. Cuando el narrador regresa, el resto de los invitados se ha marchado ya y Claudia está en la sala. Tampoco se siente bien así que espera a un médico de guardia. Cuando tocan a la puerta, el narrador se retira a la cocina a leer el periódico. Lo que logra escuchar desde ahí lo lleva a pensar que, quizá, algo verdaderamente raro sucede... Javier Marías no sólo es estupendo introduciendo lo extraño en la normalidad, sino que logra magnificar el efecto gracias a que las escenas de la vida cotidiana que nos narra son ya estupendas, por divertidas, por interesantes o porque en sí mismas son ya algo extrañas.

 

«La herencia italiana» parece una variación sobre el cuento anterior. También sucede en París, también hay dos amigas italianas en la trama, y las relaciones amorosas de ambas son curiosamente similares. Ambas narraciones son igualmente absorbentes, intensas e inquietantes. Son como las dos caras de una misma moneda.

 



El tercer relato, «En el viaje de novios», tiene una particularidad, el autor lo utilizó después, con algunos pocos cambios, pero extendiéndolo más allá del final para crear una de las escenas clave de su novela Corazón tan blanco (1992). Javier Marías apunta en la «Nota previa»: «La escena en cuestión prosigue en dicha novela y aquí en cambio se interrumpe, dando lugar a una resolución distinta [...]».

 

«Prismáticos rotos» transcurre en el hipódromo de Madrid. Dos desconocidos que miran las carreras entablan conversación a partir de un pequeño accidente con unos prismáticos. Es uno de esos relatos en que lo importante no es lo que ocurre sino el descubrimiento de lo que probablemente pasará, pues uno de los dos le cuenta sus planes al otro. Es el caso de «Mientras ellas duermen» (comentado en la entrada anterior). En ambos episodios, el narrador se encuentra de un momento a otro en posesión de una información terrible, con la cual no puede hacer nada. Un dato curioso, uno de los caballos de una de las carreras presenciadas por los personajes se llama Heart So White.

 

En «Figuras inacabadas» un tipo llamado Cámara contrata al pintor Custardoy, copista y falsificador de cuadros, para que falsifique un Goya de un pariente. El relato es breve y fenomenal por la gran cantidad de elementos y temas que contiene. Pertenece al universo de Corazón tan blanco, pues ahí, recordemos, también aparece Custardoy, con el mismo nombre, las mismas características físicas y el mismo oficio. 

 


En el sexto cuento, «Domingo de carne», el narrador y su esposa, llamada Luisa (como en «Mientras ellas duermen» y en Corazón tan blanco), llegan a San Sebastián a pasar tres semanas de vacaciones. Llegaron cansados y no han salido de la habitación del hotel en 24 horas. Ahora esperan que se despeje un poco la playa, que está atestada de gente, para salir a asolearse un rato. Mientras tanto, el marido observa a la multitud desde la terraza (como en el relato «En el viaje de novios» y por tanto en Corazón tan blanco) con unos prismáticos, pero no puede fijar su atención en nadie porque hay demasiadas personas. Hasta que se da cuenta de que su vecino de habitación también observa a la gente con unos prismáticos, aunque no puede ver al vecino pues éste no se encuentra en la terraza, sino que está detrás del cristal, y los prismáticos del vecino sí están fijos en un punto específico. Otro de los relatos de cuarto de hotel de Javier Marías. Muy breve y sorprendente.

 

En «Cuando fui mortal», el narrador —que como casi siempre calla su nombre— cuenta su historia desde la muerte, desde un sitio al que califica como espacio de crueldad, pues ahí no sólo se recuerda minuciosamente cada momento de la vida, incluidos aquellos a los que no se les prestó atención, sino que se conoce todo lo que rodeó a cada uno de esos momentos, es decir que ahí se sabe incluso el contenido de conversaciones relacionadas con el muerto que éste no presenció. Y la narración está centrada en dos momentos de la vida del narrador, uno de su infancia, otro de la época en que murió. Este cuento desarrolla la misma premisa de Corazón tan blanco: saber atormenta y culpabiliza, porque es lo opuesto a la feliz inocencia de la ignorancia. Y además está emparentado con «La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga» (publicado en Mientras ellas duermen, y por supuesto en Mala índole…).

 

De «Todo mal vuelve», el octavo cuento, Javier Marías apunta en la «Nota previa»: «Creo que es lo más autobiográfico que he escrito en mi vida, como fácilmente comprobaría quien leyera además mi artículo “La muerte de Aliocha Coll”, incluido en Pasiones pasadas (1991, Alfaguara, Madrid, 1999)». Es un relato triste, nostálgico e intenso que tiene un aire de cuento del siglo XIX, por su tema y su personaje central, o eso me parece a mí.

 


«Menos escrúpulos» es un cuento con dos tramas encadenadas; por una parte, es la historia de una mujer, la narradora, que por necesidad económica decide presentarse al casting para una película porno. La contratan y la citan para el rodaje, que comenzará unos días después. Llegado el día, la pasan a un cuarto a esperar su llamado, y ahí conoce al que será su pareja en la escena, un joven no mal parecido el cual le platica, para quitarle los nervios de novata, lo que hacía él antes de entrar al porno (la segunda trama), una historia terrible y contrastante. Aquí también aparece, como parte del equipo de producción, un hombre llamado Custardoy. Un cuento muy eficaz que mezcla el humor y un drama sangriento.

 

El nombre del narrador de «Sangre de lanza» sí lo conocemos: Víctor, y él nos presenta a su amigo Dorta (Eugenio Dorta), un escritor menor de la misma edad que Víctor, 39 años. Dorta vivía solo, pero con frecuencia hacía reuniones en su departamento. Un día Víctor se entera de que Dorta fue encontrado muerto, asesinado en su cama junto a una mujer joven, presumiblemente una prostituta, según la teoría del inspector Gómez Alday. El arma, una lanza africana que Dorta tenía como adorno en su departamento. A Víctor la teoría oficial no le parece creíble. Tiempo después, gracias al azar, Víctor tiene la oportunidad de realizar su propia investigación. «Sangre de lanza» es un cuentazo, uno de mis preferidos. Aquí no hay elementos sobrenaturales ni propiamente extraños, sólo sospechas e intriga y una escritura clara y muy placentera.

 

«En el tiempo indeciso» es un cuento sobre el futbol, o ese era el tema cuando le encargaron el relato. Más bien es un relato acerca de un futbolista, de una manera de ver la vida o de encararla, un cuento de futbol que reflexiona sobre la vida, un cuento, me parece a mí, que demuestra que un relato de futbol puede ser más intenso que un partido.

 



Por último, «No más amores» nos cuenta la extraña e íntima relación que establecen una mujer y un fantasma. Es un cuento nostálgico y melancólico, sumamente bien logrado. Pero, además, la historia del cuento es tan interesante como el argumento y el desarrollo del mismo, y esa nos la cuenta el autor en la «Nota previa». La historia que cuenta el relato estaba comprimida en un artículo, «Fantasmas leídos», que escribió Javier Marías y apareció en su libro Literatura y fantasma (Ediciones Siruela, 1993), luego la desarrolló en este relato, el cual tiene «ecos conscientes, deliberados y reconocidos de una película y de otro relato: The Ghost and Mrs. Muir, de Joseph L. Mankiewicz [...] y «Polly Morgan», de Alfred Edgar Coppard, que incluí en mi selección Cuentos únicos [...]». Pero ahí no acaba la cosa, y esto nos lo cuenta en la «Nota previa» de la edición aumentada de su anterior libro de cuentos, Mientras ellas duermen, este cuento lo adaptó a un ambiente mexicano, cuando una editorial de México le pidió un cuento para un libro colectivo que sería ilustrado por niños chiapanecos, esa adaptación se llama «Serán nostalgias».

 

Los doce cuentos de Cuando fui mortal (incluidos en Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables) son todos estupendos, amenos, atrayentes, sorpresivos, muy vivos y de una eficacia asombrosa. Javier Marías es un autor de una enorme inteligencia y su escritura es sumamente disfrutable.

 

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Cuando fui mortal. Javier Marías. Alfaguara (1a. ed., 1996), 248 págs. / Alfaguara Bolsillo (1a. ed., 1998) / Punto de Lectura (2a. ed., 2001), 222 págs. / Debolsillo, colección Bestseller (1a. ed., 2006).

Mala índole, cuentos aceptados y aceptables. Javier Marías. Debolsillo (1a. ed., España: 2014; 1a. ed., México: 2015), 426 págs.

 

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