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Fraga pintado por Don Ramirito |
Ecos de la FILS 2012
Entrevista a Fraga
Jesús Guerra
Francisco García Aldape, Fraga, nació en Saltillo, Coahuila, en 1964. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación
por la UA de C. Ha trabajado desde 1984 como humorista gráfico, publicando cartones editoriales y tiras cómicas en diversos medios impresos y digitales, estatales, nacionales e internacionales; sus tiras Don Ramirito y Los Cocolazos son sumamente conocidas y apreciadas. También ha trabajado como diseñador gráfico
y ha ilustrado diversos libros para otros autores. En el año 2009 recibió el Premio Estatal de Periodismo de Coahuila por su trayectoria de 25 años de trabajo ininterrumpido. En la FILS 2012 Fraga presentó
sus libros y, en un evento aparte, mantuvo una charla con el monero Jis.
Jesús Guerra: ¿Por qué dibujar monos?
Fraga: Mi padre reparaba televisores, así que pronto tuvimos uno en blanco y negro, mi casa era de las pocos del barrio que tenía tele. Recuerdo que mis vecinitos se aglomeraban en la ventana
de la sala para asomarse a ver las caricaturas. Mi madre los invitaba a todos a pasar y nos ofrecía galletas y leche. Me encantaban los dibujos animados hasta en los comerciales, así que comencé a dibujar
lo que veía en la TV. Coloreé también muchos libros para iluminar y eso me fue soltando el pulso. Cada que dibujaba mis padres, mi padrino y mis tíos me alentaban mucho. Éramos una familia
pobre pero nunca me faltaron lápices ni cuadernos para dibujar.
JG: ¿Por qué leer-ver libros de monos?
F: Tendría yo unos tres años (1967) cuando descubrí la genialidad que son los cómics porque los periódicos de entonces, cualquier periódico,
publicaban páginas dominicales repletas de tiras a todo color: conocí ahí al pato Donald, a Lorenzo y Pepita, a Serapio (Bugs Bunny). Me quedaba horas observando ese mundo de dibujitos. Luego, mis tíos
comenzaron a regalarme revistas de historietas que mi madre me leía: La pequeña Lulú, Tom y Jerry, Chiricuto, La zorra y el cuervo... Muy pronto comencé a dibujar mis propias historietas para perderme con ellas en un mundo de aventuras y diversión. Las revistas de cómics eran muy baratas
y, además, en la primaria tuve un amigo que tenía tienda de cómics usados, así que todos los días traía revistas diferentes que leíamos al salir de clases: Superman, Batman, Tarzán... con ellas aprendí a leer muy bien y a tener desde chico una buena
ortografía.
JG: ¿Cuáles son tus moneros más admirados, de México y del
extranjero?
F: Son un montonal, pero mencionaré algunos. De México: Bernardo Fernández (BEF), Erik Proaño (Frik), Patricio Betteo, Rius, Abel Quezada, Naranjo, Helioflores, Paco Calderón,
Jis, Trino, Cucamonga. Locales: Gama, Monsi, ByJames, Javier Mendoza, Guillén. Extranjeros: Óscar Grillo, El Tomi Müller, Fontanarrosa, Palomo, Mordillo, Bill Wattersson, Robert Crumb. Son un montón,
me paso horas diariamente admirando trabajos de grandes exponentes del cómic y la novela gráfica gracias a la Internet.
JG: ¿Cuáles son tus caricaturas (animadas) preferidas?
F: Todas las de los Looney Tunes, las de Disney, Tom y Jerry (las clásicas), La pantera rosa, El inspector, El oso hormiguero. Las de Jacobo Dos Dos son maravillosas.
JG: Supongo que también ves películas de animación. ¿Cuáles son las que más
te gustan, y por qué?
F: Todas las clásicas de Disney, la trilogía de Toy Story encabezando todo lo de Pixar y todas la recientes que son una
maravilla: En particular, Up, Megamente, Los increíbles, Monstruos vs. Aliens, El planeta del tesoro, El gigante de hierro, La familia del futuro, Entrenando a tu dragón, Rango. Me encantan porque me hacen reír bastante y tienen sus dosis de reflexión.
Siempre me motivan a seguir dibujando y creando historias.
JG: ¿Qué libros (sin monos) lees? ¿Qué géneros? ¿Cuáles
libros o cuáles autores son tus preferidos?
F: Juan Rulfo, Juan José Arreola, García Márquez, es decir, el realismo mágico. Me encanta la ciencia-ficción también.
JG: ¿Cómo, cuándo y dónde nació Don Ramirito? ¿A partir
de qué y con qué intención?
F: Un día, a mis 19 añitos de edad, olvidé bajo el pupitre un cuaderno repleto de historietas mías con parodias de superhéroes. Yo estudiaba
la preparatoria en el Instituto Tecnológico de Saltillo. Ese cuaderno fue a dar a manos del director de la institución quien en lugar de recriminarme por «perder el tiempo» con mis monigotes, como típico
maestro, me recomendó con Adolfo Olmedo, director de El Sol del Norte (OEM) y al otro día ya estaba publicando cartones en la página
editorial, es decir, el 10 de marzo de 1984. Semanas después el mismo Olmedo me propuso que además del cartón diario dibujara una tira cómica sobre las desventuras de un filósofo vagabundo.
Así nació La Historietilla, que un mes después se convertiría en Don Ramirito.
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La primera tira de Fraga |
JG: ¿Cuál ha sido la evolución, formal de Don Ramirito?
F: Al principio llamé a mi personaje Don Antónimo de Zafio, que significaba algo así como «sinónimo de culto», pero no me gustó. Luego le puse Don
Chancletón, por lo chancludo, pero tampoco me agradó. Hasta que, para no hacerte el cuento largo, mi padrino Pablo Valdés Hernández (autor de «Conozco a los dos», y de «Sentencia», entre otros
boleros) me dio el nombre definitivo: Don Ramirito. El «don», para connotar respeto, y el Ramiro en diminutivo, para dar a entender que era un personaje al que se le tenía cariño.
JG: Dijiste en la presentación de tu libro en la FILS que le vas a hacer cambios físicos a Don Ramirito. ¿Por qué?
Quiero volverlo un personaje más harapiento, vagabundo, solitario, que viva en cajas de cartón y que siempre esté hambriento, como la versión humana del perro callejero
de Alberto Cortez (si no lo conocen, vean y escuchen esto).
JG: ¿Por qué? ¿Cuál es el objetivo o la propuesta?
F: Sucede que con más frecuencia veo por las calles a vagabundos solitarios, con su atado de cosas inservibles, con las ropas en harapos. Y cuando pienso en un Don Ramirito
harapiento, más viejo y un poco gruñón, con la tripa amarrada al hueso y que va solo por las calles, que duerme dentro de una caja de cartón, me vienen a la mente ideas reflexivas, ideas de protesta,
ideas filosóficas que, creo, representan más la esencia del personaje de hace 28 años y que sin quererlo desvirtué cuando lo convertí en superhéroe, por ejemplo, o cuando lo puse a
jugar futbol o lo mandé al espacio en una nave construida por él mismo. Incluso, llegué a dibujarlo como candidato a la Presidencia del país, y aunque salieron buenas tiras, con buenas críticas,
creo que no estaba respetando al personaje. Asi que el Don Ramirito que viene vuelve a sus orígenes: el filósofo vagabundo.
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Evolución de Don Ramirito |
JG: ¿Cómo dibujas? ¿A lápiz, directo a tinta? ¿Cómo usas
la computadora en este proceso?
F: Sigo dibujando a mano, con lápiz, después calco el dibujo en una mesa de luz y entinto con marcadores permanentes o con plumilla y pincel. Escaneo el dibujo y agrego textos, hago
ajustes y correcciones con Photoshop. Coloreo en forma digital, aunque de repente utilizo acuarelas. Soy autodidacta. Nunca he hecho algún tipo de curso, más bien he tenido la suerte de observar a grandes caricaturistas
e ilustradores como a Roy Santibáñez, al gran Rossitas, al maestro Javier Mendoza, al entrañable Arnaldo de León y al excepcional caricaturista y pintor Cuauhtémoc León, Leonce. Del mismo modo aprendí a diseñar y colorear digitalmente en la Mac, viendo y preguntando, y gracias a la paciencia de compañeros como Lalo Flores, que me
compartieron sus trucos para dominar el Photoshop.
JG: ¿En qué medios publicas en la actualidad?
F: Publico cartón político diario, Don Ramirito, Cocolazos y Chivatazos desde el 2008 en los periódicos de Grupo Zócalo (Saltillo,
Monclova, Piedras Negras y Acuña); cartón y Cocolazos diario en El Mundo de Poza Rica, Veracruz; Ondas Fraguianas semanales en la revista Axxón de Argentina; una selección mensual de humor en la revista ¡Qué Pasó Paisano! de Austin y San Antonio, Texas; tiras de Don Ramirito en la revista mensual Más Negocio de Querétaro, y tiras de Don Ramirito traducidas al portugués en la revista Jornal Graphicq de Río de Janeiro.
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Don Ramirito en portugués |
JG: ¿En cuáles otros has publicado?
F: En Satillo: El Sol del Norte de 1984 a 1988, en Vanguardia de 1988 a 1997, en Palabra de 2000 a 2008, en la revista Panorama de 1986 a 1987. También llegué a publicar en La Voz de Coahuila y La Prensa de Monclova.
JG: ¿Cuántos y cuáles son los títulos de tus libros publicados?
F: Don Ramirito, ese filósofo, en 2010, en edición de autor, y Don Ramirito en su tinta en 2011, editado por el Instituto Municipal de
Cultura de Saltillo.
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Los libros de Fraga |
JG: ¿Cuáles son los libros que has ilustrado, con textos de otros autores?
F: De corte infantil: El pájaro de siete colores y Chucuchú, el murcielaguito maquinista, de Diego López Narro; Lenticia la tortuga, de mi esposa, Ruth Marisol Rangel; y La guarida del osito negro, de Mayté Loera. Y otros tipos de libros, como el Diccionario de términos periodísticos, de Arturo Recio, y Ordenando el caos, de Dalia Reyes. Otro libro muy querido y «viejito» es Reseñas históricas de la siderurgia en México, de Óscar Peart y Graciela Ramos (1983).
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Libros ilustrados por Fraga |
JG: ¿Cuál ha sido el proyecto más locochón-estrambótico-lunático que se te ha ocurrido y que por el motivo que sea no has podido
realizar o que hiciste en parte pero no has podido publicar?
F: Las aventuras de dos luchadores técnicos: Leyenda Urbana y Talento Local, que se enfrentan a los rudos: Envidia Pelona y Susto Peludo. Tengo por ahí un proyecto de humor medio porno
que se llama La señora Frígida y el señor
Usaviagra.
JG: ¿Qué planes tienes para el futuro?
F: Replantear a Don Ramirito y los Cocolazos sobre la marcha, es decir, mientras se van publicando. Estoy ilustrando un nuevo libro de corte infantil para Mayté Loera, La casa de la abuela, del que ya presentamos un avance en la FIL Saltillo.
Voy a ilustrar para Pepe Tachas una historia sobre un niño que es fan de la lucha libre: Azul enmascarado. Iré compartiendo avances de estos dos libros en mi blog (http://fragacomics.blogspot.com).
También voy a adaptar a cómic un guión de un corto cinematográfico
sobre el fin del mundo en Saltillo, de Sergio Avilés. Espero participar en algunos concursos de ilustración y tengo un montón de relatos de buenos amigos escritores que quiero adaptar a cómic. Como
se dice por ahí: ¡Tanto por dibujar y tan poco tiempo!