lunes, 25 de agosto de 2014

Tal vez, de José Antonio Villarreal Acosta




Tal vez
de José Antonio Villarreal Acosta

Maru Galindo

La primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrar un sentido a su propia vida y no una «racionalización secundaria» de sus impulsos instintivos, dice el filósofo judío Viktor Frankl —quien fue sobreviviente de un campo de concentración nazi. Esa frase se me vino a la mente cuando terminé de leer Tal vez, y si ustedes me preguntasen cómo sintetizarla, así lo haría… Todos tenemos diferentes maneras de abordar un libro, la mía es tratando de entender su construcción, por ejemplo, ¿por qué inicia con epígrafes de otros autores? A mí me llamó mucho la atención el siguiente epígrafe: «Pregúntate, si el sueño del cielo y de la grandeza está esperando por nosotros o en nuestras tumbas… O debe ser lo nuestro aquí y ahora en esta tierra» Ayn Rand (filósofa y escritora estadounidense de origen ruso).

Esa cita me dio un indicio antes de abordar la lectura y mi cerebro quedó listo para asociar ideas sobre la trascendencia del ser. Las ideas perfectamente empezaron a complementarse cuando leí lo que Bernard Parodi recordó, las palabras que un hombre misterioso le dijo, al sentirse frustrado por la noticia que recibió sobre el resultado de los fragmentos que encontró de la mítica Arca de Noé. «La vida no está donde todos imaginan, búscala en las pequeñas partículas subatómicas que forman el universo y ahí, donde menos lo pienses, está la explicación a las preguntas que la humanidad se hace desde sus orígenes y su perpetuidad; tú tendrás la oportunidad de conocer el principio y el fin.» (p. 42.) Sí, a medida que leemos vamos descifrando enigmas.

La novela es un fantástico relato que plantea una alternativa para el crecimiento espiritual de la raza humana, que no hace más que marchar día a día su propio exterminio. Nos adentramos en un camino nuevo que propone la libertad interior del ser humano. Narrada a través de 41 capítulos, con un Porqué, una nota preliminar y una presentación del propio autor, la historia está ambientada dentro de un mágico, dinámico y lúdico contexto. 25 capítulos son antecedidos por microtextos que dan mayor profundidad a la lectura. Ilustrada con imágenes cuya temática es el ascenso y descenso del hombre desde un punto de vista espiritual.
Ópera prima del autor, quien promete dar continuidad al tema que ahora nos ocupa.

Imaginemos el Arca de Noé. Recordemos la historia que describe la Biblia en el libro Génesis. Noé tenía una esposa y tres hijos. Los hijos se llamaban Sem, Cam y Jafet. Cada hijo tenía una esposa. Así que había ocho personas en la familia de Noé. Dios le dijo que hiciera un arca grande. El arca era grande como un barco, pero más bien parecía una caja grande y larga. «Hazla de tres pisos,» dijo Dios, «y ponle cuartos.» Los cuartos eran para Noé y su familia, los animales y el alimento para todos. Dios le dijo a Noé que hiciera el arca de modo que no le entrara agua. Dijo: «Voy a enviar un gran diluvio de agua y destruir al mundo entero. El que no esté en el arca morirá.» ¿Qué hicieron los humanos, que no agradó a Dios? ¿Por qué sólo ocho personas fueron elegidas? ¿Sería que ellas poseían un corazón limpio y eso agradó a Dios para continuar con la especie humana?

Y a estas preguntas la respuesta es Tal vez… haya otra oportunidad. «Desde las primeras manifestaciones humanas existen noticias de misteriosos seres que llegaron de las estrellas y se quedaron aquí con propósitos inéditos; de esa presencia intangible sólo se conoce que florecieron mentes privilegiadas que influyeron en distintas etapas… (p. 19.) «¿Sería la revelación de seres divinos que vinieron con la misión de salvar al hombre del extravío en que se encuentra…?» «¿…encontraremos el sentido armónico de la humanidad?» (p. 31.) Preguntas, incógnitas que vamos encontrando en el texto de la novela, formuladas éstas por cada uno de los ocho personajes que tejen la historia:

La humanidad en su precipitada evolución dejó de lado la esencia de su misión y se volvió instrumento de su propia creación imperfecta; en la medida que avanzó la tecnología retrocedió en espiritualidad, se deshumanizó, extravió el camino de la salvación y el tiempo se agotó. Quedó sólo un puñado de personas que en sí personifican la esencia del hombre y la mujer contemporáneos; son de distinto origen, creencia, personalidad, costumbres y quehaceres, pero están ahí camino a la inmortalidad, listos para abordar la última nave que perpetuará la especie que cada uno representa.

Martín Monteverde es el primer personaje que aparece en el relato, breve su aparición y significativa puesto que desaparece después de que un extraño personaje le diera una serie de instrucciones, en el atentado terrorista que sufrieron las Torres Gemelas de Nueva York. «en la vorágine del desastre, en cierto momento sintió la presencia del “hombre sabio”. Quien en medio del estruendo ambiental, lo elevó de entre la espesa tolvanera y lo trasladó a la luz extraviada en la catástrofe; el enigmático personaje desde su estado etéreo estaba cumpliendo con el principio de su misión… (p. 29.)

Madeleine Monteverde «es la segunda de tres hermanos y como ellos, tenía los cimientos de una espléndida educación, el solvente patrimonio de su familia tapizó convenientemente su porvenir con una sólida preparación en todos los campos del saber.» (p. 47.) Ella es la encargada de buscar la genealogía de la familia Monteverde y protagonista de un gran amor.

Eugene Verdi, el aún sacerdote había conocido la clave de los elegidos; él representa al siervo humilde, el hombre devoto y misericordioso, el enlace terrenal con lo celestial. Fue novio de Madeleine. Bernard Parodi era la encarnación del individuo aventurero, analítico, estudioso, apasionado de los misterios, el gambusino urbano de los tesoros temporales. El inquieto hombre de mundo. David Maynez, guardián de la biblioteca y del archivo central en Nueva York, se ve inmiscuido con una banda tratante de blancas por lo que la policía le persigue. Hijo de María Candelaria.

Lucyanne Villard, enfermera voluntaria que trabaja para la Cruz Roja Internacional. Ella representa la abnegación, el servicio desinteresado, la devoción y la piedad hacia el prójimo. Novia en su juventud de Bernard Parodi. Martina, joven haitiana, secuestrada por una banda tratante de blancas. Representa la antigua dinastía de los ritos africanos sembrados en América. Lleva en su conciencia el espíritu ancestral de las etnias primigenias. Pamela Naron, asistente del arqueólogo Bernard Parodi. Reconocida articulista en una revista de ciencias. Irradiaba regocijo a cada paso y vivía con intensidad.

El argumento de esta novela transcurre linealmente, sigue una secuencia lógica en acontecimientos que están llenos de pistas y símbolos que nos mantienen intrigados. La novela es como un cebolla, cada capa que quitas, es decir que penetras a través de la lectura, te va adentrando a universos que pudieran ser mundos paralelos; en ella encontramos una serie de temas como el medio ambiente, la migración, los atentados, la historia genealógica, entre otros. En todos ellos encontramos fuentes serias de investigación histórica. Pero no sucede así con el tiempo ni con el espacio donde se desarrolla la acción… ¿serán proyecciones del futuro? ¿Recuerdos encapsulados del pasado? Martín aparecerá de nuevo, diez años después, con una misión muy importante, entonces es cuando el grupo se reconoce y cierra un ciclo de vida en un parque de diversiones. Me quedo con las palabras del patriarca Azael, administrador del templo de San Pablo, quien aventuraba que la alineación de algunos planetas con el Sol traería cambios importantes a la humanidad, el entendimiento, como la vida, florecerá como esta planta en un grande y frondoso árbol, alimentada por los rayos del sol… la luz que iluminará a la nueva raza… (p. 455.)

El autor
José Antonio Villarreal Acosta nació el 24 de diciembre de 1936 en Saltillo, Coahuila, México. Realizó sus primeros estudios en el Colegio Zaragoza y el bachillerato en la preparatoria nocturna Mariano Narváez, en su ciudad natal. Ingresó en la Academia Militar Peacok, en San Antonio, Texas. Adquirió conocimientos en aeronáutica y sirvió en el Escuadrón 209 de la Fuerza Aérea Mexicana. Fue propietario de la primera empresa comercializadora del combustible gas-avión y dirigió la Compañía Aerolíneas Mexicanas, que en sus inicios tuvo la ruta Saltillo-México, y extendió ramales a varias ciudades de la república mexicana. Entre sus aficiones se encuentra la pintura, la tauromaquia y la escritura. Tal vez es su primera novela; actualmente se encuentra en proceso su segunda novela. En ambas obras destaca su preocupación por la descomposición de la sociedad y fragua un universo distinto como esperanza armónica para la humanidad. Desde hace 25 años ha estudiado esa gran región en gran parte desconocida aún que está a pocos centímetros detrás de la frente, tratando de entender el proceso entre el nacer y el morir, esta apasionante aventura le ha permitido dar sentido al arte de vivir.

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Tal vez. José Antonio Villarreal Acosta. Editorial Palibrio. 2013. 496 págs. Existe edición digital de esta novela, se puede conseguir en Internet.


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