jueves, 9 de junio de 2016

El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad




El corazón de las tinieblas
de Joseph Conrad

Jesús Guerra


A bordo de un barco que navega lentamente en el Támesis, el río que cruza la ciudad de Londres, se encuentran varios hombres de mar, son amigos. Uno de ellos, Charles Marlow, para combatir el aburrimiento, les cuenta una experiencia que tuvo años atrás. En una época en que no tenía trabajo, le pidió a una tía suya que vivía en Bruselas, Bélgica, que lo ayudara a conseguir un empleo. Y la tía le consiguió una entrevista con una importante compañía marítima. Hay que recordar que, en esa época, Bélgica y varias otras naciones europeas tenían colonias en África. Así que Marlow fue contratado para que fuese a una de las colonias belgas para hacerse cargo de dirigir un barco fluvial.

Luego de una larga travesía, Marlow llegó al puerto en el que le correspondía reportarse. No era para nada lo que esperaba. El estado de las pocas construcciones que había eran lamentables, y el barco que él iba a dirigir estaba descompuesto y con daños serios. La compañía que lo contrató se dedicaba al tráfico de marfil. Se enteró de que había varios puestos a lo largo del río, encargados de conseguir el marfil. Se enteró, también, de que el puesto que más marfil conseguía era manejado por el señor Kurtz, pero parecía haber algún problema con Kurtz pues éste había dejado de reportarse desde hacía semanas. Así que la tarea de Marlow sería ir en su barco, tan pronto lo arreglara, hasta el puesto de Kurtz a ver qué sucedía. Luego de un tiempo le quedó claro a Marlow que Kurtz era un tipo admirado por todos, y quizás también temido.


Pero todo era lento y complicado en la selva. Pasaron meses antes de que Marlow lograra conseguir las partes que requería para arreglar el barco. Mientras tanto comenzó a sufrir de una especie de desesperación que parecía dominar a todos los europeos que vivían o estaban de paso en el puesto en el que se encontraba Marlow. La jungla misma y el calor parecían ejercer una influencia malsana en los blancos, y además estaban las necesidades materiales, las complicaciones, las enfermedades, los problemas de todo tipo. A Marlow le molestaba de manera particular la estupidez que reinaba entre los europeos: todos eran altivos y agresivos, todos estaban dominados por la ambición, y todos trataban a los nativos con una enorme crueldad. La realidad del salvaje colonialismo en radical oposición a la versión manejada en Europa, tanto por las compañías comerciales como por el rey Leopoldo II de Bélgica, que hacían aparecer el neocolonialismo en África como un acto de caridad, salvador, que llevaba la civilización, la luz, la modernidad a los nativos, cuando en realidad se trataba de empresas de pillaje masivo.


No les platico en qué termina la narración, porque este comentario es en realidad una invitación a que lean esta novela corta, pero por supuesto en algún momento logra Marlow arreglar su barco, remonta el río en busca de Kurtz, y lo que encuentran es algo verdaderamente aterrador.

Este viaje de Marlow, basado en un viaje real del autor al Congo belga a fines del siglo XIX, es, metafóricamente, un descenso a los infiernos, o, si se prefiere, puesto que las interpretaciones son personales, un viaje al inconsciente del ser humano, a su esencia más primitiva.

Aunque El corazón de las tinieblas fue escrita al final del siglo XIX, constituye ya un avance de lo que sería la novela moderna. Conrad era un escritor al que le gustaba estructurar de manera compleja sus obras, y su narración, aunque no es difícil de leer, no tiene una estructura lineal y directa. Esta novela tiene un alto grado simbólico, y se han escrito muchos prólogos y muchos estudios críticos acerca de ella. Por ejemplo, a Charles Marlow, que es el narrador de esta historia (aunque hay un primer narrador que abre y cierra la novela, y presenta a Marlow y a los personajes que escuchan su historia) se le considera el alter ego de Joseph Conrad. Es un personaje ambiguo que no juzga directamente lo que vio y vivió, pero con el acento que añade a ciertos detalles y a ciertas escenas es suficiente para que el lector tome una posición moral, aunque esta posición es efectivamente del lector.


El director del puesto de mando de la selva es un tipo frío, mezquino, supuestamente eficiente que tiene una característica muy específica: nunca se enferma, a diferencia de los demás europeos, que sufren todo tipo de males. Esto representaría, simbólicamente, su vacío interior. Hay un personaje extraño conocido como el Arlequín, un tipo que está en el puesto, casi fuerte, de Kurtz. El tipo anda vestido con ropas remendadas con parches de muchos colores diferentes. Estos colores representarían las banderas de los diferentes países de Europa, ya fueran países con colonias en África o no, los cuales permanecieron mudos y pasivos ante las atrocidades cometidas en las colonias africanas. Kurtz, por su parte, representa a la Europa colonial, con todas sus contradictorias características. Una Europa enloquecida y envilecida por su ambición económica. Incluso un personaje tardío, la prometida de Kurtz, a quien Marlow conoce a su regreso, representa, digamos, la inocencia del europeo de la calle, ajeno a lo que realmente sucedía en las colonias africanas. Incluso la selva es un personaje, un ambiente, un contexto simbólico: las fuerzas de la naturaleza, lo primitivo que, por supuesto, se encuentra en el interior de todos nosotros, en la base de la civilización misma.

El corazón de las tinieblas (el título original es Heart of Darkness) se publicó en 1899 en tres entregas de la Blackwood's Magazine, y en formato de libro en 1902, en el volumen Youth: a Narrative, and Two Other Stories. El corazón de las tinieblas, que ahora es una de las novelas cortas más conocidas de Joseph Conrad, era uno de esos «otros dos cuentos».

Incluso si no a han leído esta narración, los aficionados al cine sin duda la recuerdan, ya que existen varias versiones cinematográficas de esta obra. Sólo mencionaré dos, la película hecha para televisión en 1993, dirigida por el inglés Nicolas Roeg, e interpretada por dos grandes actores: Tim Roth como Marlow, y John Malkovich como Kurtz. La otra película que menciono es la más conocida, la mejor (aunque está adaptada a otro tiempo y a otro lugar: la guerra de Vietnam), y es anterior, de 1979: me refiero, por supuesto, a Apocalypse Now, dirigida por Francis Ford Coppola, e interpretada por Martin Sheen (quien encarna al Capitán Benjamin L. Willard, adaptación de Marlow), Robert Duvall, Dennis Hopper (un fotógrafo de prensa, adaptación del arlequín) y Marlon Brando (el Coronel Walter E. Kurtz).



Hay muchas ediciones diferentes en español de este relato largo o novela corta. Hay una traducción muy conocida del mexicano Sergio Pitol, y con su traducción hay ediciones comentadas por el propio Pitol, y hay otras que no tienen los comentarios. Recientemente apareció un libro espectacular en la editorial Sexto Piso: Joseph Contad, Narrativa breve completa, en el que está incluido El corazón de las tinieblas, en la traducción de Juan Sebastián Cárdenas. Pero hay otras traducciones en circulación. Consigan la que puedan y léanla; de verdad, es un libro muy interesante e importante.



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El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad. Diversas traducciones y diferentes ediciones. En la edición de Narrativa breve completa, de la editorial Sexto Piso, esta novela tiene 113 págs.

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