Blanco
de Bret Easton
Ellis
Jesús Guerra
Para este
comentario, creo que es importante tener a la mano (o a la vista) los títulos
de las obras de Bret Easton Ellis, así que, aunque ya los apunté en la reseña
de Menos que cero, los transcribo a continuación: Siete obras de ficción
(seis novelas y un volumen de relatos) y uno de no ficción:
* Less than
Zero (Menos que cero, 1985; Anagrama, 1988; Mondadori, 2010; y
recientemente en Debolsillo)
* The Rules
of Attraction (1987; Las leyes de la atracción, Anagrama, 1990)
* American
Psycho (1991; American Psycho, Ediciones B, 1992)
* The
Informers (1994; relatos; Los confidentes, Ediciones B, 1994)
* Glamorama
(1998; Glamourama, Ediciones B, 1999)
* Lunar Park (2005;
Lunar Park, Mondadori, 2006)
* Imperial
Bedrooms (2010; Suites imperiales, Mondadori, 2010)
* The Shards (2023;
Los destrozos, Random House, 2023)
Y el libro de no
ficción (ensayos autobiográficos):
* White
(2019; Blanco, Random House, 2020).
Desde mi punto
de vista, aunque todas las novelas de este autor son realmente interesantes,
las fundamentales son tres: Menos que cero, American Psycho y la
más reciente: Los destrozos. Pero hay otro libro que en lo personal creo
que si no es fundamental es, por lo menos, muy importante, su libro de ensayos
autobiográficos o, tal vez, una suerte de memorias: Blanco. Es un libro
que me queda claro que no interesa o interesará a todos los lectores (¿pero qué
libro interesa a todos los lectores?), sin embargo, sí tiene un interés especial,
por una parte, para los lectores de Bret Easton Ellis (es decir, para los
lectores verdaderamente interesados en su obra), y por otra, para quienes están
interesados y atentos a la situación político-social de los Estados Unidos de
los últimos 10 o 15 años: una polarización brutal entre la derecha y la
izquierda, tanto entre los políticos como entre los votantes, que se manifiesta
de maneras absurdas y extremas con repercusiones en todos los ámbitos. Y lo que
sucede en los Estados Unidos es importante para nosotros, en primer lugar,
porque son nuestros vecinos, con todo lo que eso implica y, en segundo, porque
en un mundo globalizado con comunicaciones instantáneas de todo tipo, lo que
sucede en cualquier parte del mundo, y más en Estados Unidos, tiene efectos en
todo el planeta.
Bret Easton
Ellis no es un político ni un sociólogo ni un filósofo, pero es un escritor
inteligente y crítico, y en el contexto actual podríamos decir que rebelde, con
opiniones muy certeras acerca de lo que acontece en su país. Y vale la pena
leer lo que dice al respecto.
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Edición en inglés |
Su libro está
compuesto por una introducción (sin título) y ocho capítulos: Imperio; Actuar;
Álter Ego; Postsexo; Gustar; Tuitear; Postimperio; Hoy Día.
El autor señala
su asombro (que es el de muchos, pero debería serlo de todos) ante algo que
hasta hace algunos años era impensable: que una opinión pudiera convertirse en
algo que estaba mal, que la gente se ofenda de todo, que las redes sociales se
hayan convertido en una trampa que ha desencadenado la llamada cultura de la
cancelación. Y eso nos conduce al silencio y a la sumisión. Escribe: “[...]
hemos entrado en una peligrosa suerte de totalitarismo que en realidad aborrece
la libertad de expresión y castiga a la gente por mostrarse tal cual es” (p.
44.).
Easton Ellis
escribe de su infancia y de las diferencias entre los años 70 y nuestro tiempo:
“El mundo todavía no giraba en torno a los niños”. El mundo de aquellos años
era de los adultos, y los niños y los jóvenes querían crecer para ser adultos.
Ahora los niños y los jóvenes quieren permanecer siendo niños y jóvenes.
El autor escribe
de los libros que leía de niño y de adolescente, y de las películas que veía, y
dice que la cinta American Gigolo (Paul Schrader, 1980, con Richard
Gere), que vio cuando tenía 15 años, le llamó la atención por su ambigüedad
moral pues no entendía qué quería “venderle” esa obra. (Y esto, obviamente, es
una de las claves para entender la obra narrativa del propio Bret Easton
Ellis.) En esa época, las películas, al igual que las novelas y la música,
podían ejercer una influencia cultural amplia. Ahora ya no.
Aquí debo
señalar mi desacuerdo con una de las estrategias de la traducción al español de
este libro, el cual está repleto de referencias a películas, canciones y
novelas. La traducción ha optado por utilizar todos los títulos de películas en
la versión de España (y ya sabemos que España y México son especialistas en
destrozar los títulos originales). Nada les hubiera costado, al traductor y/o a
los editores, poner entre paréntesis o en nota al pie de página los títulos
originales. Por ejemplo: El club de los cinco, tengo que suponer por el
contexto de lo comentado por Easton Ellis que se trata de The Breakfast Club
(John Hughes, 1985), y que St. Elmo, punto de encuentro es en
realidad St. Elmo's Fire (Joel Schumacher, 1985), pero ¿de qué películas
se trata cuando se menciona La chica del valle o Aquel excitante
curso?
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Edición en francés |
El capítulo
denominado Álter Ego es uno de los más interesantes, para los lectores de este
autor, debido a que trata de cómo concibió la idea y cómo comenzó a escribir su
novela más polémica, American Psycho, y cómo ésta cambió cuando fue a
cenar con unos ejecutivos de Manhattan en los años 80. Toda la historia detrás
de la novela es fascinante: sus editores originales se negaron a publicarla, y
luego cuando otra editorial la publicó se desató la furia de muchos críticos,
sobre todo por parte de las académicas feministas que, por supuesto, leyeron
mal el libro. Hasta que, al parecer, la novela y sus intenciones artísticas
finalmente fueron entendidas (en términos generales). La prueba es que la adaptación
cinematográfica fue escrita por dos mujeres: Mary Harron y Guinevere Turner, y
fue dirigida por la primera de ellas.
Easton Ellis,
cuyos libros, todos o casi, han sido muy controvertidos, dice que se le da mal
entender lo que irritará a otros, porque a él el arte nunca lo ha ofendido. Argumenta
que el arte debe hacernos ver otras realidades que están fuera de nuestra zona
de confort, y que es esto lo que genera la empatía. Dice que en la actualidad
la gente sólo ve, escucha o lee aquello con lo que conecta de inmediato y que
esto promueve un tipo de mentalidad que termina por eliminar, cancelar y
censurar todo aquello que no le gusta y que el problema de comenzar a prohibir
o cancelar ideas, obras y personas nos conducirá muy pronto a prohibirlo todo.
BEE separa la
historia de su país de los últimos 80 años en dos secciones: Imperio (del final
de la Segunda Guerra Mundial al 11 de septiembre de 2001) y Postimperio (que
básicamente es la decadencia y sus manifestaciones. “Reducidas las expectativas
en todas partes, la gente empezó a desembarazarse del decoro del establishment”
[p. 206]). Y, por supuesto, señala a Donald Trump como un ejemplo de presidente
postimperial.
Blanco es un libro lleno de frases memorables (o
subrayables) como ésta: “(...) entendiendo crisis de la mediana edad como el
momento en la vida de un hombre en que éste comprende que ya no puede ni quiere
seguir manteniendo ni un día más la pose que cree que se le exige” (p. 212).
Compara nuestro tiempo con la Nueva York de American Psycho y concluye
que el narcisismo se ha extendido y se ha profundizado y es, con las redes
sociales, mucho peor que los años 80 de los yuppies...
De Blanco
se ha dicho que es un libro irreverente, irónico, provocativo, revelador, y un
golpe a lo políticamente correcto, y sí, es todo eso y más; es un libro inteligente
y divertido que comenta, entre otras cosas, temas muy serios; que nos cuenta
fragmentos de la vida personal y profesional de su autor, y analiza su contexto
sociopolítico, su país, a lo largo de las últimas cuatro décadas. Es un libro
fascinante lleno de recuerdos, observaciones y opiniones.
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Blanco. Bret Easton Ellis. Traducción de Cruz Rodríguez
Juiz. 1a. ed. en inglés: 2019. 1a. ed. en España: marzo de 2020. 1a. ed. en
México: abril de 2020. Literatura Random House. Penguin Random House Grupo
Editorial. 251 págs.
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