Inferno
de Dan Brown
Jesús Guerra
Como estaba anunciado, el 14 de mayo salió
a la venta en los países de lengua inglesa la sexta novela de Dan Brown, y
cuarta con Robert Langdon como protagonista: Inferno. De manera
simultánea, o casi simultánea, apareció en otros 12 idiomas: español, catalán,
francés, alemán, holandés, italiano, portugués, turco, finés, noruego, sueco y
danés. Y en algunos de estos idiomas se publicó al mismo tiempo en papel y en
libro electrónico. La editorial Planeta, que ha publicado la obra en nuestro
idioma, anunció que el primer tiraje sería de un millón de ejemplares, para
España e Iberoamérica. Para el número de habitantes de Latinoamérica (menos
Brasil) y España juntos, no es gran cosa, pero para como están las cosas en el
mundo editorial en español, es un mundo de ejemplares. En el caso de la lengua
inglesa, sólo la primera edición norteamericana fue de cinco millones de
ejemplares. Y no tengo datos de las ediciones de Gran Bretaña y de Canadá. El
asunto es que había confianza en el libro, basados en las ventas de las obras
anteriores de este autor. Dan Brown ha vendido más de 200 millones de
ejemplares de sus obras en todo el mundo. De ellos, El código Da Vinci
(2003) ha vendido 81 millones de ejemplares en más de medio centenar de
idiomas; y El símbolo secreto (2009), la obra que siguió, ha vendido 30
millones de ejemplares en cuarenta y tantas lenguas.
Edición estadounidense |
A pesar de sus ventas, o mejor dicho,
debido a sus ventas, los críticos literarios norteamericanos e ingleses se
divierten mucho criticando la prosa de Dan Brown. Critican sus repeticiones,
sus adjetivos, sus descripciones, sus diálogos... Y sí, hay que reconocer que
Dan Brown no es un buen escritor. Yo lo leo en inglés, y como el inglés es un
idioma que entiendo pero que no «siento», no me afecta su estilo. Lo reconozco
pero no me afecta. Y no sé qué tan buenas, malas o regulares sean las traducciones al español
de sus libros, las cuales sí me afectarían, para bien o para mal. Lo que creo
que también hay que reconocer es que Dan Brown para lo que es bastante bueno es
para la creación de argumentos, de historias interesantes que mezclan elementos
históricos, científicos, sociales, con misterios, con códigos, símbolos, sociedades
secretas, asesinatos, persecuciones, amenazas globales, etc. Todo muy bien
armado y muy emocionante. Leer a Dan Brown nos brinda el mismo placer que de niños
nos daba leer novelas de piratas. Son thrillers, pero son sobre todo
novelas de aventuras. Y la verdad no me importa si todo corresponde o no a la
realidad. En las películas, por ejemplo, la mayor parte de las persecuciones de
autos son imposibles en la realidad, pero lo que disfrutamos es verlas en el
cine. ¿Que es lamentable que Dan
Brown no nos pueda contar sus muy entretenidas historias con un estilo como el
de Paul Auster?, pues sí
lo es, pero ¿qué le vamos a hacer? Como lectores debemos aprender a saber qué
buscamos en cada autor. En Dan Brown no busco el estilo literario, busco una
aventura emocionante.
Edición inglesa |
Ahora, ¿qué tanto me gustó Inferno?
La
disfruté mucho. Para
mí, es mejor que El símbolo perdido, más o menos igual que Ángeles y
demonios (2000), pero es menos interesante que El código Da Vinci.
Pero la verdad El código Da Vinci va a ser muy difícil de superar porque
tiene todos los elementos necesarios para que fuera lo que es, un súper best-seller
explosivo: una sociedad secreta descendiente de los Templarios, conspiraciones,
una serie de crímenes (uno de ellos en el Louvre), la Iglesia Católica comportándose
como la Mafia, un secreto fascinante, un artista de la talla de Da Vinci con
mensajes cifrados para la posteridad, y además mensajes incendiarios
relacionados ni más ni menos que con Jesucristo. ¿Cómo superar esos elementos?
Edición alemana |
En Inferno, el misterio está
relacionado con La divina comedia, de Dante, pero no se trata de
mensajes cifrados de Dante para el futuro, sino de los mensajes cifrados de un
villano de nuestros días (eso sí, un villano interesantísimo) llamado Bertrand
Zobrist, que están basados en la obra de Dante, específicamente en su primera
parte, Inferno, debido a que Zobrist es, entre otras muchas cosas, un
especialista en Dante. Esta relación con Dante le permite a Dan Brown pasearnos
por Florencia (lo cual yo disfruto, y si quiero saber más sobre Florencia yo lo investigo, no se lo exijo al autor
de la novela como parecen hacer algunos críticos; lo que me gusta es que Dan
Brown propone el tema o, más bien, los temas, y si eso nos interesa, los lectores partimos de ahí), y también
nos pasea por Venecia y por Estambul (como nos guio por París y Londres en El
código..., por Roma en Ángeles... y por Washington, D. C., en El
símbolo...).
Edición francesa |
Como la resolución del caso siempre urge
(y si no urgiera no sería un thriller) la historia contada dura
alrededor de 24 horas, como en las tres aventuras anteriores de Robert Langdon.
Y como en las anteriores historias del especialista en símbolos de Harvard, lo
acompaña en su investigación una mujer guapísima e intelectualmente brillante,
una inglesa llamada Sienna Brooks (hasta de esto se han quejado algunos críticos
ingleses; ¿por qué nadie protesta de que todas las chicas Bond sean guapas?).
Estos son parte de los elementos que caracterizan las novelas con Robert
Langdon como protagonista. Así son las series. Si no tuvieran elementos que
siempre están presentes, no serían series. ¿Por qué vemos series de televisión?
¿Por qué vemos la segunda, y la tercera, y la novena parte de una película? ¿Por
qué nos gustan ciertos géneros literarios y cinematográficos específicos?
Porque queremos misterios o historias nuevas con estructuras y vestiduras y
personajes que nos sean familiares. Por eso vemos Dr. House, y CSI,
y True Blood, y cualquier serie que quieran apuntar aquí. Y en cine por
eso vamos a ver cada dos o cuatro años una nueva película de James Bond, y así
lo ha hecho el mundo desde hace 50 años. Pero los críticos se la han pasado
quejándose de que las cuatro novelas con Robert Langdon tienen siempre la misma
estructura. ¿Y si fuera completamente diferente? Entonces se quejarían de que
no forma parte de la serie, de que Robert Langdon no tiene nada que hacer ahí.
Edición italiana |
La estructura de esta novela, sin embargo,
sí tiene algunas novedades. Hay como una estructura adentro de otra, y esto
permite ciertas vueltas de tuerca que se agradecen porque le agregan misterios
a la trama. No quiero adentrarme en esto para no echarles a perder las
sorpresas de la novela. Robert Langdon está de regreso, Inferno es
bastante mejor que El símbolo perdido (la cual de todas maneras disfruté,
en términos generales), y el tema real de la novela es uno que está sobre la
mesa para la discusión.
Edición en portugués |
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Inferno. Dan Brown. Traducción de Aleix Montoto. Planeta. 552 págs.
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Inferno. Dan Brown. Doubleday. 480 págs.
De acuerdo, un bestseller es un bestseller, un pageturner. Eso es Dan Brown que no aspira a ser Paul Auster.
ResponderEliminarSin embargo... soñemos, ¿sería posible hacer un bestseller de calidad utilizando "La Divina Comedia" y no saqueando dicha obra para utlizarla como mero telón de fondo, como un disfraz banal para vestir a un comediante de tres al cuarto?.
Que alguien dé una oportunidad, por favor, a otra literatura de consumo masivo. La fórmula "Robert Langdon" da evidentes eñales de fatiga.
Más en la reseña de 20 de junio de 2013 de "La novela antihistórica", http://lanovelaantihistorica.wordpress.com