lunes, 3 de junio de 2019

El descenso del monte Morgan, de Arthur Miller






El descenso del monte Morgan
de Arthur Miller

Jesús Guerra

No siempre podemos ver las obras de teatro que quisiéramos, pero podemos leerlas; por eso, hoy les recomiendo una obra estupenda, El descenso del monte Morgan, su autor es Arthur Miller, uno de los grandes dramaturgos estadounidenses del siglo XX (y de cualquier época). Un autor cuya obra hay que leer, sin lugar a duda, la cual, en su momento, tuvo una influencia enorme en el mundo.

Arthur Miller nació en Nueva York, en octubre de 1915, y murió en el estado de Connecticut, en febrero de 2005, a los 89 años. Estuvo casado tres veces, su segunda esposa fue nada menos que Marilyn Monroe (de 1956 a 1961). Algunas de sus obras de teatro están consideradas clásicos contemporáneos. Fue también ensayista, novelista y guionista de cine.

A continuación transcribo los títulos de algunas de sus obras más importantes: Un hombre de suerte (1940, The Man Who Had All the Luck), Todos eran mis hijos (1947, All My Sons), Muerte de un viajante (1949, Death of a Salesman), Las brujas de Salem (1953, The Crucible), Panorama desde el puente (1955, A View from the Bridge), Recuerdo de dos lunes (1955, A Memory of Two Mondays), Después de la caída (1964, After the Fall), Incidente en Vichy (1964, Incident at Vichy), El precio (1968, The Price) y La creación del mundo (1972, The Creation of the World and Other Business), entre otras. En 2002 publicó Resurrection Blues, y en 2004, es decir, un año antes de su muerte, publicó Finishing the Picture. Estas dos últimas no sé si tengan ya traducción al español.

Fue presidente del PEN Club Internacional de 1965 a 1969. Fue ganador, entre otros, de Premios Tony (que son como los Óscares del teatro norteamericano), el Pulitzer, el Premio del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York, y en 2002, tres años antes de morir, ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.




Como guionista de cine, por ejemplo, estuvo nominado al Oscar por mejor guion adaptado, por The Crucible, basado en su propia obra, que, en español, tanto la obra como la película, se llaman Las brujas de Salem (estoy hablando de la versión de 1996, dirigida por Nicholas Hytner, con Daniel Day-Lewis y Winona Ryder, pues esta obra ha tenido varias adaptaciones al cine y a la televisión, en diversas partes del mundo).

Y casi como una curiosidad, una muy importante, escribió el guion de la película The Misfits, de 1961 —que en México se llama Los inadaptados—, dirigida por John Huston, en la que los papeles principales los interpretaron Clark Gable, Montgomery Clift y Marilyn Monroe, la cual, por azares del destino, fue la última película tanto de Clark Gable como de Marilyn Monroe.

Pero pasemos a El descenso del monte Morgan: Lyman Felt comienza a despertar de su sueño de anestesia. Está confundido. La enfermera le informa que tuvo un accidente en la carretera que baja del monte Morgan, que estaba congelada, y que tuvieron que operarlo. Que se encuentran en el hospital de Clearhaven. Está enyesado de varias partes. Lyman no se puede mover. La enfermera le avisa que en la sala de espera están su esposa y su hija. Él se molesta. ¿Por qué no lo consultaron antes de hablarles? Le pide a la enfermera que les diga que se regresen a Nueva York, que no puede verlas.

La enfermera sale y les dice que aún no pueden ver al herido. Les ofrece llamar a un hotel para conseguirles una habitación. La esposa, llamada Theo, y la hija, Bessie, están muy preocupadas. En eso llega otra mujer a la sala de espera. Se llama Leah. Leah dice que está ahí porque su marido tuvo un accidente. Las tres se compadecen unas de otras. Tratan de animarse, platican. Al poco rato las tres mujeres van atando cabos. En realidad, hablan del mismo hombre. Tanto Theo como Leah son esposas del herido. Las dos se indignan. Theo se desmaya.




A través de recuerdos, como flashbacks de una película, manejados de manera muy ingeniosa en las indicaciones para el escenario, los lectores-espectadores de esta obra nos vamos enterando de fragmentos anteriores de esta historia. A Theo, por supuesto, Lyman nunca le dijo nada. Simplemente pasaba mucho tiempo fuera de casa, en las oficinas de seguros que manejaba en otra ciudad. A Leah, en cambio, Lyman le hizo creer que se había divorciado de Theo. Ya llevan nueve años en esta situación.

En una mezcla de sueños, pensamientos, recuerdos, y, por supuesto, conversaciones, esta obra realiza un análisis del engaño matrimonial, análisis que también incluye al amor, a la hipocresía moral de la sociedad, a los deseos personales enfrentados con la imagen pública, con la responsabilidad personal hacia los demás, a los prejuicios, a las obligaciones sociales, a la lealtad con uno mismo y con los demás, y, por supuesto, este análisis tiene otro elemento fundamental: la culpa.

La obra comienza casi como una comedia y termina siendo un drama intimista. Pero hay que tener en cuenta una nota inicial en la que se nos dice que la obra sigue los pensamientos del Lyman Felt a lo largo de las escenas, tanto en tiempo real como en los recuerdos y el sueño. De tal manera que al terminar la obra, no podemos estar seguros si Lyman ha imaginado todo esto (es decir, lo sucedido después del accidente), o si la obra mezcla los pensamientos de Lyman con los acontecimientos reales. Esto podemos descifrarlo haciendo un análisis de la obra, pero esto tiene que hacerlo cada espectador, o, en este caso, cada lector.




La obra es sumamente interesante, está muy bien planteada y estructurada, es muy ágil y, al mismo tiempo, muy compleja. Como siempre en la obra de Miller, se trata, por supuesto, de una crítica social, una obra que no sólo nos invita, sino que nos incita a reflexionar acerca de la sociedad en la que vivimos y nuestro papel en ella.

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El descenso del monte Morgan. Arthur Miller. Traducción de Carlos Milla Soler. Tusquets Editores, colección Fábula, Biblioteca Arthur Miller. (España, 1a ed.: enero 2006; México, 1a ed.: marzo 2013.) 130 págs.


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