viernes, 3 de abril de 2020

Vidas escritas, de Javier Marías





Vidas escritas
de Javier Marías

Jesús Guerra

El libro que hoy comento es ligero, entretenido, fresco, se deja leer rapidísimo y es, realmente, delicioso. Se llama Vidas escritas y su autor es Javier Marías, considerado por muchos como el escritor español vivo más importante. No es precisamente una obra nueva. Se publicó originalmente en 1992, en Siruela, luego se hizo una edición corregida y ampliada en el año 2000, si no me equivoco en la editorial Alfaguara, y en marzo de 2007 se publicó en la editorial Debolsillo, en formato ídem, en España, y en México en septiembre de 2008. Se consigue con facilidad en las más importantes librerías en línea, tanto impreso como en edición digital.


El libro original está compuesto por 20 pequeñas notas biográficas de escritores, de las cuales 17 son de hombres y sólo tres de mujeres. Quizá para equilibrar las cosas, en la edición ampliada el autor agregó una sección, llamada «Mujeres fugitivas», con seis notas biográficas de igual número de mujeres de letras. 

Las notas biográficas de la primera sección, llamada como el libro, «Vidas escritas», corresponden a: William Faulkner, Joseph Conrad, Isak Dinesen, James Joyce, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Henry James, Arthur Conan Doyle, Robert Louis Stevenson, Ivan Turgeniev, Thomas Mann, Vladimir Nabokov, Rainer Maria Rilke, Malcolm Lowry, Madame Du Deffand, Rudyard Kipling, Arthur Rimbaud, Djuna Barnes, Oscar Wilde, Yukio Mishima y Laurence Sterne.

Y las notas de las «Mujeres fugitivas» corresponden a: Lady Hester Stanhope, Vernon Lee, Adah Isaacs Menken, Violet Hunt, Julie de Lespinasse y Emily Brontë. Luego viene una sección llamada «Artistas perfectos», compuesta por 37 fotografías de la colección de fotos de escritores de Javier Marías, seguidas por un texto en el que las analiza de una manera muy aguda, comprensiva y con mucho sentido del humor.

El libro concluye con un epílogo llamado «Divertidos como viejos», en el que nos muestra el lado más humano, por momentos enternecedor, de las relaciones amistosas entre Turgeniev y Flaubert, ya grandes. Una buena parte de esa relación se dio sólo por correspondencia, pues Flaubert se la pasaba encerrado en su casa de Croisset, cerca de Rouen, mientras Turgeniev viajaba de un lado a otro de Europa. En un momento dado Turgeniev le avisa por carta a su amigo que le envió una lata de salmón y otra de caviar. En la respuesta Flaubert pregunta por su regalo: «[...] todavía no he recibido ni el caviar ni el salmón. ¿Por qué vía ha remitido usted las dos latas?» Javier Marías nos dice que finalmente todo llegó bien, y Flaubert escribió: «Ayer por la noche he recibido la lata. El salmón es magnífico, pero con el caviar he gritado de voluptuosidad. ¿Cuándo comeremos juntos estas delicias?... Sepa que el caviar me lo como casi sin pan, como si fuera mermelada.»

El título del epílogo proviene, ligeramente adecuado, de unas líneas de una carta de Turgeniev a Flaubert, en donde le dice: «[...] los dos somos viejos, mi buen amigo; eso es indiscutible [...] procuremos al menos divertirnos como viejos».

Cada una de estas notas biográficas que componen Vidas escritas es una verdadera delicia. Están llenas de las manías, obsesiones, supersticiones y excentricidades que caracterizan a los escritores, y a los artistas en general, y, en realidad, a cualquier persona si uno se dedica a buscarlas. La idea de este libro se le ocurrió al autor debido a algo que notó al componer otro de sus libros: una antología de cuentos «únicos», es decir, relatos que o bien fueron los únicos que publicaron los autores recopilados, o bien son los únicos de un cierto género en particular que se les conocen a los autores. El libro se llama, obviamente, Cuentos únicos.

En la introducción a Vidas escritas, Marías explica que los datos acerca de los autores recopilados eran tan escasos, fragmentarios y a veces extravagantes, que al leer todas las notas biográficas juntas, parecían uno más de los cuentos del libro. Y apunta: «Creo, y creí entonces, que ello se debió no sólo a los dispersos y llamativos datos con que contaba acerca de esos autores malogrados y oscuros, sino a la manera de tratarlos, y pensé que lo mismo podía hacerse con los escritores más vigentes y renombrados [...]. La idea era, en suma, tratar a esos literatos conocidos de todos como a personajes de ficción [...]».

Tanto la idea como su ejecución son estupendas y si quiere comprobarlo no tiene más que conseguir y leer este riquísimo volumen de Javier Marías.

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Vidas escritas. Javier Marías. Prólogo de Eliede Pittarello. DeBolsillo, colección Contemporánea. 336 págs.



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