miércoles, 6 de abril de 2011

La Biblioweb ya está en línea










La Biblioweb ya está en línea


Hoy fue presentada la Biblioweb, la biblioteca virtual del Gobierno del Estado de Coahuila a través de la Secretaría de Educación y Cultura de Coahuila y de su Coordinación General de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías. La Biblioweb pone a disposición de los usuarios de Internet diveros recursos:

Libros electrónicos en formato PDF que pueden leerse en línea o descargarse, de manera gratuita. Estos libros están divididos en dos catálogos, uno específico de autores de coahuila (sobre temas diversos) y otro general. Las novedades del mes, que mezclan ambos catálogos, nos muestran los libros agregados durante los pasados 30 días, luego los libros se encontrarán en sus índices correspondientes. La Biblioweb acaba de nacer así que de momento no esperen un acervo enorme, sin embargo se tiene planeado que crezca mucho y con rapidez. Eso depende de muchos factores, entre ellos las necesidades de los usuarios, para lo cual la Biblioweb tiene una dirección de correo electrónico: biblioweb@sec-coahuila.gob.mx. Entre los libros de autores coahuilenses que ya están en línea se encuentra, por ejemplo, la segunda edición (la versión ampliada de 2005) del muy útil Diccionario Biográfico de Coahuila, del profesor Arturo Berrueto González, editado por el Consejo Editorial del Gobierno del Estado. Entre los libros del índice general se encuentran, por citar sólo unos ejemplos, la Biblia; El jugador, de Dostoyevsky; El Lobo Estepario, de Herman Hesse, y El Príncipe y el mendigo, de Mark Twain, es decir, clásicos que todo lector debe leer.

Hay también audiolibros, mismos que pueden escucharse en línea o descargarse, gratuitamente, en formato MP3. Al igual que en el caso de los libros electrónicos, el catálogo va a crecer, pero de momento se encuentran ya libros estupendos tanto para niños (Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; Cuentos de Hans Christian Andersen; Cuentos de los hermanos Grimm, y Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, entre otros), como para jóvenes (Ben-Hur, de Lewis Wallace; David Copperfield, de Charles Dickens y Drácula, de Bram Stocker, entre otros) y adultos (Ana Karenina, de Tolstoi; Crimen y castigo, de Dostoyevsky; El extranjero, de Albert Camus, y La montaña mágica, de Thomas Mann, por ejemplo).

La página pricipal de la Biblioweb tiene también un enlace al directorio de todas las bibliotecas públicas de Coahuila, cuya utilidad es evidente. Y, además, una serie de enlaces a sitios de interés, entre ellos varias bibliotecas virtuales del planeta. Los invitamos a conocer la Biblioweb, a utilizar sus recursos y a que manden sus opiniones y solicitudes a través de la dirección de correo electrónico mencionada.

La Biblioweb está aquí: 



martes, 5 de abril de 2011

La ninfa inconstante, de Guillermo Cabrera Infante



La ninfa inconstante

de Guillermo Cabrera Infante


Jesús Guerra

Cuando me enteré que había muerto Guillermo Cabrera Infante (murió el 21 de febrero de 2005, en Londres), pensé con enorme tristeza, pero de manera perfectamente lógica, que se había cerrado la posibilidad de que nos siguiera entregando libros maravillosos. Pensamiento que entristecía, puedo suponer, a todos sus lectores. Tendríamos que resignarnos a buscar los libros suyos que aún no habíamos leído y a releer las obras suyas por las que nos habíamos convertido en sus fans. De ahí que la noticia, de la que yo me enteré muchos meses después, de que había dejado tres libros listos, o casi listos, para enviar a sus editores, me dejara contentísimo. Ahora sólo había que esperar...
        En 2008 apareció en Barcelona, bajo el sello Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, el primero de estos libros inéditos, una novela llamada La ninfa inconstante. Yo me enteré de esto leyendo algún sitio de internet. Estaba próximo a leer una nueva novela del autor de Tres tristes tigres (1964 y 1967), La Habana para un infante difunto (1979) y de Cine o sardina (1997), entre otros libros fenomenales. Sin embargo, la espera se convirtió en desesperación y luego en olvido. ¡Cuál no sería mi sorpresa cuando me encontré su novela, en 2010, en un montón de libros en oferta en un supermercado! ¡Qué alegría (por mi bolsillo) y qué tristeza (por los lectores mexicanos, por el estado de las cosas en el mundo editorial de lengua española, por la memoria de GCI)!

Lo compré y lo leí de inmediato. ¿Qué me pareció? A ver si me doy a entender. Me pareció una obra que como novela es mala pero como libro es una maravilla.

Como novela es mala porque casi no nos cuenta nada, en realidad, de la trama central. Y nos lo cuenta en fragmentos pequeños, a saltos y un poco en desorden. El argumento bien podría narrarse en un cuento de 10 páginas; el libro, sin embargo, tiene 283. ¡Ah, pero todo lo que el autor nos dice en el resto de las páginas es maravilloso! Claro que GCI no es un autor para todos los gustos. Quizá ningún autor lo sea. Los personajes centrales de la novela, que se ubica en La Habana en 1957, son el narrador, un joven crítico de cine que escribe en la revista Carteles, es decir aunque sin decirlo el propio GCI, la ninfa del título, una jovencita muy atractiva, inculta y medio loca llamada Estela Morris ("Ella era tan ajena a su encanto como a la moral", nos dice de Estelita el narrador, su enamorado), y el mejor amigo del narrador, Roberto Branly ("Branly era triste pero divertido"), un corrector de pruebas de Carteles, cultísimo y con un extraordinario sentido del humor. Los personajes centrales del libro, además de los mencionados, son La Habana y la evidente nostalgia de GCI por esa ciudad y por esa época, el cine, la literatura y el lenguaje. Es decir, todos los elementos por los que los fans de GCI somos sus fans están ahí.

La nostalgia. La obra tiene un prólogo que inicia con las siguientes líneas:

Según la física cuántica se puede abolir el pasado o, peor todavía, cambiarlo. No me interesa eliminar y mucho menos cambiar mi pasado. Lo que necesito es una máquina del tiempo para vivirlo de nuevo. Esa máquina es la memoria. Gracias a ella puedo volver a vivir ese tiempo infeliz, feliz a veces. Pero, para suerte o desgracia, sólo puedo vivirlo en una sola dimensión, la del recuerdo.

Y más adelante nos suelta otra frase magistral: "Esta narración está siempre en el presente a pesar del tiempo de los verbos, que no son más que auxilios para crear o hacer creer en el pasado". Esta nostalgia permea toda la obra. Podemos imaginar a GCI en algún momento del primer lustro del siglo XXI, a los setenta y tantos años, sentado a su mesa de trabajo de su casa en Londres, en donde vivió más de 30 años, mirando por la ventana y viendo La Habana. La de fines de los años 50. Y luego escribir fragmentos de este libro cuyo argumento transcurre casi medio siglo atrás, apuntando datos precisos de la geografía y de la atmósfera de la ciudad en la que vivió en su juventud. "La vi ahora como la vería otra vez en el futuro o en ese extraño fruto del futuro, la nostalgia".

El lenguaje. Aquí se mezclan los juegos de palabras, que pueden ser bilingües o incluso trilingües, y esa suerte de metaconciencia textual que le permite, entre paréntesis, subrayar elementos del propio texto, como si se detuviera y en un susurro se burlara de algo que ha dicho, es decir, en un susurro a nuestros ojos se burla de algo que ha escrito. "Luego no hubieron más que obstáculos. ¿Hubieron? Hubo, vaya. Es que el mal no sabe de gramática". O: "No se sonrió, ni siquiera un rictus en la comisura. Comic sure. Tenía menos sentido del humor que la Mona Lisa. Ah, las mujeres. Cherchez la fun". Y: "Entre este párrafo y el anterior sucedió algo imprevisto". Y: "Comprendí que se había pintado parapintado para la guerra. Ella quería batalla pero a mí me pareció una mascaramuza. (Es que no puedo, no puedo evitarlo.)" Y ésta otra: "Antes, pañuelo mediante, borré mis huellas digitales --y tal vez alguna huella de ella. (Detesto las rimas involuntarias.)"

Podríamos seguir pero se disfrutan más en su contexto. Mejor busquen este libro divertidísimo, inteligente, nostálgico, y léanlo a placer.

En 2010 Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg publicó el segundo de sus libros inéditos: Cuerpos divinos, que son sus memorias. No he visto circular el libro, quizá sea cuestión de buscarlo como se merece.

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La ninfa inconstante. Guillermo Cabrera Infante. Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores. Barcelona, 2008. (La impresión de libro que circuló en nuestro país se llevó a cabo en México, en octubre de 2008.) 283 págs.

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El Autor:
Nació en Gibara, Cuba, el 22 de abril de 1929 y falleció en Londres el 21 de febrero de 2005. En 1954 comenzó a ejercer como crítico de cine en la revista Carteles con el seudónimo G. Caín. Fue fundador y director de la revista literaria Lunes de Revolución hasta su cierre, en 1961. En 1962 fue nombrado agregado cultural de la embajada cubana en Bélgica. En 1965 renunció a la diplomacia y se  exilió en Europa. Desde 1966 vivió en Londres junto a su esposa Miriam Gómez. Se le otorgó el Premio Cervantes en 1997.

Todos sus libros son importantes. Menciono algunos:
* Así en la paz como en la guerra (1960; Alfaguara. Cuentos)
* Un oficio del siglo XX (1963, Alfaguara. Críticas de cine)
* Tres tristes tigres (1964 y 1967, Seix Barral. Novela)
* Arcadia todas las noches (1978, Alfaguara. Críticas de cine)
* La Habana para un infante difunto (1979, Alfaguara. Novela)
* Puro humo (escrita en inglés como Holy Smoke, 1985; traducida en 2000, Alfaguara. Ensayo)
* Mea Cuba (1992, Alfaguara. Artículos. En México fue publicado por la editorial Vuelta)
* Cine o sardina (1997, Alfaguara. Críticas de cine)
* Todo está hecho con espejos. Cuentos casi completos (1999, Alfaguara)
* La ninfa inconstante (2008, Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg. Novela)
* Cuerpos divinos (2010, Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg. Memorias)

También escribió varios guiones de cine. El más famoso, pues llegó a convertirse, ya filmado, en una película de culto, es el de Vanishing Point (1971). También el de La ciudad perdida (2005), dirigida y protagonizada por Andy García; ambientada en la Cuba pre y post revolucionaria.


sábado, 2 de abril de 2011

Primeras líneas... La Sombra del Viento





Primeras líneas…



La sombra del viento

en tres idiomas


Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido.

[Versión original en español de Carlos Ruiz Zafón.]

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Je me souviens encore de ce petit matin où mon père m’emmena pour la première fois visiter le Cimetière des Livres Oubliés. Nous étions aux premiers jours de l’été 1945, et nous marchions dans les rues d’une Barcelone écrasée sous un ciel de cendre et un soleil fuligineux qui se répandait sur la ville comme une coulée de cuivre liquide.

[L’ombre du vent. Traducción al francés de François Maspero.]

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I still remember the day my father took me to the Cemetery of Forgotten Books for the first time. It was the early summer of 1945, and we walked through the streets of a Barcelona trapped beneath ashen skies as dawn poured over Rambla de Santa Mónica in a wreath of liquid copper.

[The Shadow of the Wind. Traducción al inglés de Lucia Graves.]

viernes, 1 de abril de 2011

Leer...




Leer…

Estar a solas con un buen libro es ser capaz de comprenderse más a uno mismo.

—HAROLD BLOOM

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No hay mejor fragata que un libro para llevarnos a tierras lejanas.

—EMILY DICKINSON

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No hay dos personas que lean el mismo libro.

—EDMUND WILSON

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Estamos tejidos de la sustancia de los libros mucho más de lo que a simple vista parece. Aun los rasgos más espontáneos de nuestra conducta y nuestras más humildes palabras tienen detrás, sepámoslo o no, una larga tradición literaria que viene empujándonos y gobernándonos.

ALFONSO REYES,
citado por CARLOS MONSIVÁIS
en "Elogio (innecesario) de los libros"
(Letra internacional, número 86, primavera de 2005)