domingo, 19 de agosto de 2012

Annam, de Christophe Bataille





Annam
de Christophe Bataille

Jesús Guerra

Llegó a la Francia de 1787 el emperador de Vietnam. El rey en Francia era Luis XVI; el emperador de Vietnam se llamaba Canh y tenía sólo siete años de edad. Su padre, Nguyen Anh, era el príncipe regente de su país, pero debido a una revuelta huyó a un país vecino, y mandó a su hijo y una serie de servidores a buscar la ayuda militar de Francia para restablecer el orden y, obviamente, para recuperar el poder. Pero Francia no era ya lo que había sido, había problemas económicos y el pueblo no estaba contento. Así que el pequeño emperador se convirtió en una especie de curiosidad para la Corte. El padre del emperador de Vietnam había prometido, a cambio de la ayuda militar, que dejaría que los misioneros franceses llevaran el catolicismo a su país. Eso le gustó a los religiosos, así que el obispo Pierre Pigneau de Bréhaine realizó una colecta entre la aristocracia y comenzó a preparar un viaje con misioneros, monjas y monjes franceses, para cobrar su parte del trato.

Edición estadounidense
Sólo que no hubo trato. Luis XVI no mandó un ejército para ayudar a Nguyen Anh. Y peor aún, el pequeño Canh murió de neumonía en Versalles, en donde fue enterrado como católico. Aun así, Pierre Pigneau de Bréhaine despidió, el 19 de abril de 1788, sus dos únicas naves, con algunos misioneros y algunos hombres de armas para que fueran a Vietnam a salvar almas. 

Luego de meses de viaje y de estancias cortas en lugares exóticos, llegó la expedición francesa a Vietnam. Eran sólo un puñado de misioneros y un puñado de soldados. ¿Qué iban a hacer a Vietnam? Los misioneros se quedaron a vivir y a intentar predicar el evangelio en el primer pueblo al que llegaron. Los soldados se despidieron. Cuando, muchos meses después, los misioneros se enteraron de lo que sucedía en su país, de la caída del Rey, de la revuelta popular, se dieron cuenta de que Francia los había olvidado.

Los misioneros tenían sus dudas acerca de si realmente estaban convirtiendo a los vietnamitas al catolicismo, pero estaban convencidos de estar ellos mismos perdiendo su fe y su razón de ser.

Edición francesa
Annam es una breve novela publicada en Francia en 1993. Su autor, Christophe Bataille (nacido en Versalles en 1971), tenía en ese momento 22 años de edad, y ganó con esta obra un premio a primera novela y el premio Deux Magots. Esta novela se publicó en español, por Alfaguara («gracias al apoyo de la Embajada de Francia en México») , en 1998 (cuando el autor había ya publicado dos novelas más en su país: Ajenjo, en 1994, y El maestro relojero, en 1997), con una estupenda traducción a cargo de Alberto Ruy Sánchez.

Otra edición francesa
No es, por supuesto, una obra reciente, y hasta donde yo sé no se ha vuelto a reimprimir, así que no la encontrarán en la primera librería a la que vayan; es más bien una búsqueda para librerías de viejo, pero vale la pena que la tengan en cuenta para su propia «expedición», sobre todo si les gustan los relatos breves en los que el lenguaje tiene la misma importancia que la narración; si les gustan las obras bien traducidas (el estilo de Alberto Ruy Sánchez se ajusta muy bien al estilo del autor); si les gustan las obras en las que se relatan proyectos absurdos, que cambian de manera rotunda la vida de los protagonistas y nos obligan a dudar, una vez más, acerca de la salud mental de la especie humana.

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Annam. Christophe Bataille. Traducción de Alberto Ruy Sánchez. Alfaguara. México, 1998. 76 págs.



viernes, 17 de agosto de 2012

El último hombre bueno, de A.J. Kazinski





El último hombre bueno
de A.J. Kazinski

Maru Galindo

Treinta y seis hombres son necesarios para mantener el equilibrio entre el bien y el mal; cada uno de ellos abarca diez grados geográficos y, de esa manera, cubren el globo terrestre con su bondad, protegiéndonos. Esta es la idea central de la novela de corte detectivesco El último hombre bueno de A. J. Kazinski, seudónimo bajo el cual se ocultan el director de cine danés Anders Rønnow Klarlund y el escritor Jacob Weinreich. Ambos conforman un tándem cuyo resultado es un thriller bien estructurado de más de 500 páginas que atrapa el interés del lector desde las primeras líneas.

Edición holandesa
«La gente muere todo el tiempo, muy a menudo en los hospitales. Por eso el proyecto era ingenioso, simple, casi banal. Comprobarían todas las experiencias cercanas a la muerte cuyo relato los médicos solían escuchar. ¿Dónde? En los servicios de urgencias, por supuesto. Era habitual que las personas lo contasen. La gente declarada clínicamente muerta, las personas cuya respiración se había detenido o su corazón había dejado de latir, flotaban hacia arriba. Colgadas allí, contra el techo, se veían a sí mismas».

Edición en inglés
Los hombres buenos se están muriendo, alguien los está asesinando y Neils Bentzon, un detective danés que sabe reconocer perfectamente el bien del mal inicia la investigación en la que se involucran otro personaje complejo, Hanna Lund, quien le ayudará a resolver una serie de misterios que envuelven a cada una de las muertes de esos hombres buenos, designados por Dios mediante esquemas o patrones que va descifrando ayudada por lo conocimientos que tiene como astrofísica.

Edición francesa
La idea de la designación de los treinta yseis hombres proviene del Talmud, colección de escritos religiosos judíos que consta de 21 partes con mil páginas cada una. Creado después de la destrucción del segundo templo de Jerusalén en el año 70 y escrito como una discusión entre rabinos durante los años 100 y 500 de nuestra era, con especiales reglas nemotécnicas. En él se consigna una narración de lo que Dios dijo a Moisés: que siempre existirían treinta y seis hombres justos en la tierra, que no saben que son elegidos, que protegerían a la humanidad y que sin ellos ésta perecerá.

«En el folclore judío se les llama los santos ocultos. Lamedvovniks en Yiddish. Si todos mueren la humanidad perecerá y según la Cabala si todos mueren Dios moriría».

Edición italiana
Aunado a la idea central de la investigación de los crímenes, los personajes se cuestionan el lugar que ocupa la ciencia en la vida de los hombres, los pocos y pobres conocimientos que tenemos sobre el universo, nuestro concepto del bien y del mal, especialmente nuestra incapacidad de reconocer la bondad en este mundo global. La acción de la novela inicia en China con una muerte extraña de un individuo que tiene la espalda marcada con un tatuaje especial, de ahí pasa a La India en donde un diplomático italiano investiga una extraña marca de otro hombre fallecido; pasamos a Venecia en donde encontramos a Tommaso di Barbara, empleado de la policía italiana, y de ahí a Copenhague. En un triste martes 15 de diciembre encontramos a Niels Bentzon, policía que trabaja como mediador en un caso de secuestro y al cual se le encarga que averigüe una extraña solicitud: un policía italiano asegura que en Copenhague va a morir un hombre bueno en extrañas circunstancias.

Edición rumana
La trama se desarrolla en tres partes: El Libro de los Muertos, El Libro de los Justos y El Libro de Abraham. Una es la que corresponde a Tommaso di Barbara, apartado de la policía por el caso de los hombres justos a quien sólo le queda esperar la muerte de su madre. La otra es la historia de Niels. En ella se desarrolla la acción y toda la tensión que se crea para intentar parar un asesinato sin saber quién puede ser la víctima o qué aspecto puede tener el asesino. Es una tensión muy bien llevada en todo momento, con las dosis adecuadas de angustia ante unos hechos que son imparables, y la tercera es una conclusión de las dos anteriores.
Edición polaca

La novela está bien documentada con respecto a las conversaciones científicas entre Hanna y Niels aunque toma alguna que otra licencia científica para dar más sentido a la trama. Por todos estos elementos es una obra considerada por algunos críticos, la mejor de su clase, por encima de la Trilogía Millenium, cuyo autor es otro autor escandinavo, el sueco Stieg Larsson.

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El último hombre bueno. A. J. Kazinski. Ediciones B. Colección La Trama. Barcelona, 2011. 520 págs.

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El autor:
Anders Rønnow Klarlund escribió y dirigió las películas Den attende (1996), Besat (1999), Strings (2004) y Hvordan slipper vi af med de andre (2007). Por su parte, Jacob Weinreich se graduó en la Danish School of Film como guionista y debutó con su primera novela en 2001. Ha escrito varios libros infantiles y juveniles, entre los que destacan Krubet y las series Monsterjagernee y Kaptajn Blodskag. El último hombre bueno es su primera novela conjunta.

Otra edición en inglés

lunes, 13 de agosto de 2012

La casa infernal, de Richard Matheson





La casa infernal
de Richard Matheson

Jesús Guerra

A fines del año 1970, Rolf Rudolph Deutsch, un millonario a punto de morir, contrata a tres expertos en fenómenos parapsicológicos, les ofrece cien mil dólares a cada uno y les pide que le den pruebas contundentes, ya sean positivas o negativas, acerca de la existencia de la vida después de la muerte. Para ello ofrece darles todo lo que necesiten y enviarlos a la famosa Casa Belasco, conocida también como la Casa Infernal, de la que se dice es «el Everest de los fenómenos paranormales», la cual —para evitarse cualquier problema— adquirió recientemente. Sólo les pone un límite y es temporal: los resultados deben de estar listos en una semana.

La Casa Belasco, construida en 1919 por un millonario excéntrico y de pésima reputación, Emeric Belasco, tiene una fama aterradora. Según se dice, Belasco invitaba grandes grupos de personas a su casa a pasar largas temporadas y ahí los invitaba a dar rienda suelta a sus más bajos instintos, aunque él mismo nunca participaba en las actividades que se desarrollaban en su alejada mansión. Según se supone, Belasco «estudiaba», por decirlo así aunque no se conocen sus propósitos, la capacidad del ser humano para el mal.

A fines de la década de 1920 la policía entró a la casa, a petición de parientes de algunos de los invitados, y encontraron sólo cadáveres. Todo parecía indicar que en dicha mansión, los habitantes temporales de la misma luego de permitirse todo tipo de excesos por mucho tiempo, terminaron asesinándose unos a otros, practicando el canibalismo y dementes. Pero nunca se encontró el cadáver del elegante hombre altísimo, de barba, guapo pero de rasgos crueles, de Emeric Belasco.

Cuando se percataron que la casa parecía «encantada», es decir, habitada por fantasmas, se desarrollaron dos estudios de la misma: uno en 1931 y el otro en 1940. Ambos terminaron de manera trágica: con la muerte de la mayor parte de los investigadores o la locura de los sobrevivientes. Sólo un sobreviviente del estudio de 1940 sobrevivió y no enloqueció, un joven médium de 15 años, el mejor de los Estados Unidos en ese memento, un joven de interesante nombre: Benjamin Franklin Fischer.

Y es Fischer, precisamente, uno de los contratados para la investigación exprés de 1970. Fisher, quien después de su experiencia de 30 años atrás quedó tan aterrado que dejó de ejercer como médium y pasó a vivir en una suerte de anonimato. Los otros contratados son la conocida médium Florence Tanner y el doctor Lionel Barret.

Mientras que Fischer era un médium «físico» (de los que admiten una especie de posesión por parte de los espíritus), Tanner es una médium mental, sólo admite la presencia de los espíritus contactados de manera mental, como una idea o visión. Por su parte, el doctor Barret es un estudioso de los fenómenos parapsicológicos desde la perspectiva de la ciencia, y aunque cree en una parte de los fenómenos paranormales, los describe como provocados por energías residuales de los muertos, energías carentes de objetivo y de inteligencia, o sea, para decirlo de manera clara, Barret no cree en los fantasmas, aunque admite que la energía de las personas que murieron pueda quedarse impregnada en un inmueble por variadas razones. Como el doctor Barret es el especialista de mayor edad (está cercano a los 60 años) y sufre las secuelas de la polio, asiste a la investigación acompañado de su esposa, veintitantos años más joven, Edith.

Éste es el equipo que llega a la Casa Infernal para habitarla y estudiarla durante una semana, y mientras que Barret y Tanner llegan con la esperanza de demostrar cada uno su propia teoría, Fischer llega con la única esperanza de sobrevivir para poder cobrar su dinero.

El tema de las casas embrujadas es uno de los más conocidos y usados tanto en la literatura de horror como en el cine, y si bien hay una enorme cantidad de libros y filmes de pésima categoría, hay algunas obras de calidad. La casa infernal (Hell House) de Richard Matheson es una de las novelas más interesantes del tema, y por eso se ha convertido en un verdadero clásico. No es una obra perfecta, claro está, y es posible que el final esté demasiado explicado... o quizá está demasiado explicado para los lectores de 2012, pero no para los de 1971, que fue cuando se publicó en inglés por primera vez, pero tiene (es decir, sigue teniendo en 2012) una característica que ya quisieran muchos escritores que tuvieran sus obras: es una novela que no nos deja soltarla hasta llegar al final. Y eso es ya un mérito.

Richard Matheson (nacido en 1926 en Estados Unidos) ha escrito muchos cuentos, algunas novelas y muchos guiones para cine y televisión: colaboró con series clásicas como The Twilight Zone, y él mismo adaptó algunos de sus relatos y de sus novelas al cine, y estas películas se han vuelto a filmar varias veces, como por ejemplo Soy leyenda (I Am Legend) cuya versión más reciente es de 2007, con Will Smith en el papel protagónico. La casa infernal se filmó en 1973, con el título The Legend of Hell House bajo la dirección del inglés John Hough, con Roddy McDowall, Pamela Franklin, Clive Revill y Gayle Hunnicutt en los papeles principales. Pueden consultar la filmografía completa de Matheson aquí

Stephen King ha escrito que Richard Matheson es uno de los escritores que más han influido en su obra. Luego de leer La casa infernal puede uno notar su influencia, por ejemplo, en la novela El resplandor (The Shinning), e incluso en la adaptación fílmica de Kubrick.

Quizá La casa infernal no sea una novela que consiga en la primera librería en donde la busque, sin embargo hay dos ediciones en español, una de La Factoría de Ideas y otra de Minotauro (además de una edición más antigua de Ediciones Vidorama). Mi recomendación es que la busque y la lea, porque La casa infernal es una narración que se lee con placer. Leerla es como entrar a un parque de diversiones: ya sabemos lo que vamos a encontrar y lo encontramos y lo disfrutamos enormemente, y además es mejor de lo que esperábamos, y más aún, tiene algunas sorpresas para nosotros. Es divertida y tiene, por supuesto, algunos pasajes aterradores.

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La casa infernal. Richard Matheson. La Factoría de Ideas. España. 352 págs.

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La casa infernal. Richard Matheson. Minotauro. Barcelona. 320 págs.

martes, 7 de agosto de 2012

Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer





Contra el viento del norte
de Daniel Glattauer

Jesús Guerra

Edición de bolsillo
Contra el viento del norte, del austriaco Daniel Glattauer (nacido en 1960), novela publicada en alemán en 2006 y en español en 2010, es una larga conversación, por e-mail, entre dos personas que no se conocen: Emmi Rothner y Leo Leike. Es también una historia de amor a golpes de teclado. Es el regreso de la novela epistolar, actualizada, digitalizada, enviada y recibida en bits de información a través de Internet, es la fantasía del amor idealizado en pantallas de computadora, es el temor a la realidad, es la seducción a través de la palabra escrita, el coqueteo en pequeños mensajes, la argumentación de temas en cartas extensas, el surgimiento de la emoción a partir de la inteligencia y el humor de dos personas inteligentes y preparadas de principios del siglo XXI.

Edición en alemán
Todo comienza con un error. Emmi trata de cancelar su suscripción a una revista. La dirección electrónica de la misma es casi idéntica a la de Leo Leike. La diferencia es una letra. Emmi se equivoca y le manda el mail a Leo. Poco después vuelve a llegar el mensaje y Leo responde aclarando el error. Emmi se disculpa, pero la dirección de Leo ha quedado guardada en la agenda de clientes de Emmi. En Navidad, Leo recibe un correo de felicitación por la Navidad y el año nuevo, un correo general, enviado en bloque a los clientes de Emmi, y Leo vuelve a responder, con humor. Ella responde en el mismo tono… y la comunicación queda establecida. Por más de un año se escriben, acercándose poco a poco pero sin romper la barrera de la pantalla de sus laptops. Los dos saben que se han enamorado, los dos saben que se han enamorado de una fantasía. Poco a poco se hacen confidencias. Leo acaba de salir de una relación complicada; Emmi está casada… «felizmente casada», dice ella. ¿Son amigos? ¿Son más que amigos? ¿Son amantes virtuales? ¿Emmi es, de alguna manera «real», infiel a su marido?

Otra edición en alemán
Leo y Emmi mueren de ganas de conocerse y, al mismo tiempo, mueren de miedo de conocerse. Beben «juntos» (cada uno frente a su computadora, cada uno en su casa), planean situaciones absurdas, citas en las que se encontrarán pero no se verán, se escriben uno al otro el primer mensaje de la mañana y el último de la noche, y por lo general varios mensajes más durante el día… y el tiempo pasa. Por supuesto, no se envían fotos. No sabe ninguno de los dos cómo es físicamente el otro… la fantasía es importante para ellos, ¿y la realidad?

Edición en catalán
El diálogo mantenido en este intercambio de correos electrónicos es inteligente, humorístico la mayor parte del tiempo, algo triste en otros momentos, emotivo, emocionante, siempre ágil e interesante. La historia que teje esta conversación, y las historias que están detrás, las de los personajes, se vuelve importante para los lectores de la novela a medida que la lectura avanza: nosotros los lectores estamos, en realidad, en la misma posición que los personajes de la novela, nos imaginamos a los personajes a partir de sus palabras, Emmi y Leo son también creación, en parte, de nuestra propia fantasía, nosotros los completamos, nos imaginamos su físico a partir de los pocos datos que ellos mismos proporcionan, los creamos a nuestro gusto. Eso mismo hacen Leo y Emmi con respecto al otro.

Edición en francés
Esta novela se volvió un éxito de ventas en Europa, en los países de lengua alemana desde el 2006, luego en el resto. En España se publicó en 2010. Fue tal el éxito de esta obra (se ha traducido a 37 idiomas), que ha venido a revolucionar la novela romántica a la europea, que el autor se vio en la necesidad de escribir la continuación (llamada en español Cada siete olas), bajo la presión de los mails de sus fans, y, supongo, de su editorial. Pero no sólo eso, la novela pronto se adaptó a radionovela y luego al teatro, y la obra ha tenido bastante éxito en los países en donde se ha montado. Por lo menos la versión teatral ha sido coadaptada por el mismo autor de la novela.

Edición en inglés
A mí me parece, y éste es un comentario marginal, que la versión teatral, si bien puede resultar muy divertida, destruye un poco esta igualdad de circunstancias entre los personajes y los lectores-espectadores. Al leer la novela estamos igual, nunca «vemos» a los personajes, sólo los imaginamos. Al ver la obra teatral, los espectadores ven a los personajes, y los escuchan, y se pierde una parte importante de ese misterio relacionado con uno de los temas principales de la novela, es decir, del diálogo entre Emmi y Leo: la fantasía con respecto al otro.

Edición en italiano
Al leer Contra el viento del norte podemos recordar la comedia romántica fílmica Sleepless in Seattle (Nora Ephron, 1993; con Tom Hanks y Meg Ryan), que aquí se llama Tienes un e-mail. Sin embargo, en la cinta el e-mail es la manera en que los enamorados se comunican, pero en Contra el viento del norte es también la manera en que se nos cuenta la historia. Desde este punto de vista, una obra mucho más cercana es la novela Vox (1992), de Nicholson Baker, la cual está formada por una sola y larga conversación telefónica entre dos desconocidos (la cual, dicho sea de paso, sería más apta para una adaptación teatral, pues ahí sí, lo que los personajes hacen, cada uno en su recámara, es hablar. ¿Hubo algún montaje teatral de Vox? No tengo la menor idea).


En todo caso, Contra el viento del norte es una lectura muy recomendable. Es una obra ligera pero no por ello hueca, que se lee con rapidez, con emoción, y en términos generales nos deja de muy buen humor. Además, por supuesto, la obra plantea algunas cuestiones importantes sobre el amor en el siglo XXI.

De Daniel Glattauer se han publicado en español, además de Contra el viento del norte: Cada siete olas (2010), La huella de un beso (2011) y Siempre tuyo (2012).

La continuación


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Contra el viento del norte. Daniel Glattauer. Traducción de Macarena González. Alfaguara. México. 1ª edición, mayo de 2010; 1ª reimpresión, septiembre de 2010. 260 págs.