sábado, 30 de enero de 2016

Recomendaciones de la LFCM


Recomendaciones de
la Librería del Fondo Carlos Monsiváis




Guía literaria de Londres
Edición y prólogo de Joan Eloi Roca 

Un recorrido por Londres de la mano de grandes escritores

Tácito fue el primer gran escritor en mencionar Londres y, desde entonces, muchos otros grandes creadores nos han dejado sus impresiones de la ciudad. En este libro Dostoyevski y Boswell nos acompañan por los bajos fondos londinenses, mientras que Dickens, De Amicis, London o Kipling nos hacen de guías y nos dan consejos para manejarnos en la capital de Inglaterra. Otros, como Beda el Venerable, John Evelyn o Samuel Pepys nos cuentan cómo la ciudad superó pestes, incendios e invasiones, mientras que Soseki, Rimbaud o Verlaine ilustran que no es fácil vivir en Londres si no se dispone de dinero. Jane Austen, Mark Twain o Charlotte Brontë son sólo algunos más de los muchos autores que contribuyen a esta guía, que cuenta también con deliciosos grabados que permiten al lector ver lo que es y también lo que fue.

Imprescindible como complemento a una guía tradicional, la Guía literaria de Londres nos permite disfrutar de un triple viaje: en el espacio, hacia los monumentos londinenses; en el tiempo, hacia otras épocas y sensibilidades; y en el espíritu, hacia algunas de las mentes más creativas, divertidas y magníficas que ha dado la Literatura universal.

Ático de los Libros
Traducción: Joan Eloi Roca
336 págs.

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Diarios: 1945-1985
Salvador Elizondo
Edición de Gerardo Villadelángel Viñas
Selección, prólogo, notas y fotos de Paulina Lavista

Esta obra reproduce una selección de cuarenta años de los diarios de Elizondo, desde su primera juventud hasta su madurez. Estas páginas nos permiten acercarnos a las principales obsesiones e intereses humanos, culturales e históricos del escritor, así como seguirle los pasos en el proceso de creación de sus obras.

Salvador Elizondo nació en al Ciudad de México en 1932. Novelista, cuentista, dramaturgo, poeta, ensayista, periodista, traductor. Hizo estudios superiores en Gran Bretaña, Francia e Italia. A su regreso a México estudió artes plásticas en La Esmeralda y San Carlos, y letras inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde fue profesor desde 1964. Hizo estudios de lengua china en El Colegio de México, donde fue becario (1963-1964). Desde 1968 fue asesor literario del Centro Mexicano de Escritores. Miembro de los consejos de redacción de Plural (1971-1976) y Vuelta (1976). Becario de las fundaciones Ford (1965) y Guggenheim (1968-69 y 1973-74), jurado del Premio Xavier Villaurrutia (1966-1974) y del Premio Rómulo Gallegos (1977). Obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1965. Miembor de la Academia mexicana de la Lengua (1976) y de El Colegio Nacional (1981). Su obra más conocida, Farabeuf, ha sido traducida al inglés, alemán e italiano. En general, la narrativa de Salvador Elizondo ha sido de las más experimentales de la literatura mexicana, con influencia del lenguaje fotográfico y cinematográfico, la filosofía contemporánea y la cultura oriental. Falleció en 2006.

Fondo de Cultura Económica
Colección Tezontle
México, 2015
339 págs.

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Viaje al fin de la memoria
Gastón García Marinozzi

El 11 de septiembre de 2001, el periodista Mario Palmero fue enviado de la Ciudad de México a Nueva York a fin de cubrir el atentado contra las Torres Gemelas. Dado que los vuelos estaban interrumpidos, viajó en coche hasta Manhattan sin soltar el volante durante tres días, convencido de que pronto estallaría la Tercera Guerra Mundial. Lo acompañaron dos fotógrafos de guerra: un malicioso corresponsal europeo, cuya carrera se encontraba en declive, y un viejo periodista latinoamericano acosado por sus escrúpulos. A medida que recorre un territorio en conflicto, y que la tensión entre los viajeros aumenta, el periodista realiza un examen profundo de la vida que ha llevado hasta entonces: de la dictadura argentina que vivió en su infancia y el exilio forzado a la violencia creciente en el México contemporáneo. Pronto el viaje por América se convierte en una investigación implacable sobre aquello que acecha en todo momento a la Humanidad.

Gastón García Marinozzi (Argentina, 1974): hasta ahora, García Marinozzi se había dado a conocer como periodista en España, Argentina y México, a través de sus colaboraciones en La Vanguardia, Letras Libres, Clarín, El Mundo, Reforma, Milenio, La Voz del Interior, entre otros; y por dos libros en colaboración con Daniel Mordzinski: Portraits d’écrivains mexicains (Gallimard, Francia) y Bogotá 39 (Ed. Alcaldía de Bogotá, Colombia). Viaje al fin de la memoria es su fascinante primera novela, en la que destaca su capacidad para crear un impecable mundo de ficción a partir de uno de los hechos trascendentales de la historia reciente. En opinión de Martín Caparrós, se trata de «una novela poderosa en la tradición de las grandes road-novels sobre México: Cambio de piel, Mantra, Los detectives salvajes». Vive en el Distrito Federal.

Tusquets Editores
Colección Andanzas
196 págs.

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miércoles, 27 de enero de 2016

La casa del dolor ajeno, de Julián Herbert





La casa del dolor ajeno
Crónica de un pequeño genocidio en La Laguna
de Julián Herbert

Maru Galindo

Silence
...There is the silence of defeat.
There is the silence of those unjustly punished;
And the silence of the dying whose hand
Suddenly grips yours.
There is the silence between father and son,
When the father cannot explain his life,
Even though he be misunderstood for it.
Edgar Lee Masters

Existen silencios que taladran la mente, corroen el cuerpo y estrujan el corazón dejando en quien los vive desazón en su ser. Esto sucede con las historias enterradas que una vez que regresan a la luz emiten dolor, vergüenza y frustración.

La casa del dolor ajeno es una especie de crónica al estilo western, reloaded, que narra lo que sucedió en Torreón, Coahuila, entre los días 13 y 15 de mayo de 1911, cuando fueron asesinados 303 chinos que formaban parte de la sociedad torreonense y aportaban mano de obra, cultivaban hortalizas y, sobre todo, eran excelentes trabajadores que tal vez quisieron introducir la seda a una comarca definida por el algodón.

La historia nacional oficial sólo consigna este hecho como la matanza de los chinos en Torreón, dejando este tema como un relato de microhistoria, de historia oral local. «Imaginé los espectros de 303 chinos que recorren —con los pies desnudos, quemados por el asfalto— las calles de una ciudad que ni siquiera los conoce.» (p. 259).

El relato inicia con un subtítulo: «Crónica de un pequeño genocidio en La Laguna». El relato está dividido en partes que conformarán la historia. Así que iniciamos la lectura con «La casa de Lim», lugar que perteneció al doctor Walter J. Lim, a quien la turba trató de linchar: «es un chalet de tejados color verde y muros de ladrillo rojo intenso… El techo es curvo y parecen derramarse como una ola esmeralda sobre un jardín en el que habitan, al lado de naranjos y toronjos más jóvenes dos moreras centenarias» (p. 13).

Actualmente esta casa alberga al Museo de la Revolución y guarda entre sus paredes los gritos, la angustia y el dolor que provocaron los maderistas al ingresar en ella.

Encontramos cuatro fragmentos con el título «Taxi» que nos sirven como hilos conductores de la narración y que nos dan el pulso y ritmo que vive la Perla de la Laguna a través de los conductores de taxi.

—¿Tú sabes quién mató a los chinos? —pregunto más por disciplina que por curiosidad; estoy cayéndome de sueño y no son hora para andar por ahí encuestando taxistas.

El hombre responde que no con un ligero movimiento de cabeza. Continuamos el viaje en silencio.

En la puerta del hotel desciendo del auto, doy las buenas noches y pago. Al darme el cambio, el muchacho murmura, sin mirarme:

—Han de haber sido los Zetas, ¿no? Esos weyes son los que matan a todos. (pp. 91-92.)

Enseguida nos encontramos en «El país de La Laguna» que nos comunica interesantes datos sobre la fundación de Torreón, su vida económica y la relación con la migrantes. «…en 1900 existían 12 industrias importantes entre las que se contaban una fábrica de jabón, otra de hilados y tejido, una fundidora, una cervecería, una ladrillera, una fábrica de muebles y otra de refrescos y dulces». «La población local alcanzó la cifra de 13 845 habitantes: casi 10 000 personas vinieron a vivir a una utopía llamada Torreón…» (p. 47).

Y con el título de «Olvido de amor» descubrimos la historia de los chinos en América, cómo se establecieron y sus travesías marítimas en barcos mercantes que traían de Asia cualquier cantidad de chinoiserie para decorar las casas americanas.

«Tsai Yüan de Nadie» es un fragmento sobre la política exterior que prevalecía en México durante finales del siglo XIX y cuyo impulsor fue Matías Romero Avendaño. Además, se nos narra el inicio de la sinofobia, que pudiese haber tenido su máxima expresión en la matanza de los chinos en Coahuila. «…en 1875, Matías escribió un artículo de prensa sobre la inmigración de los chinos a México. Con un realismo infrecuente entre los políticos porfiristas, consideró improbable el arribo de europeos y alegó que las semejanzas climáticas entre nuestro país y China serían factores favorables para la colonización» (p. 94).

«Peatón» nos describe la cuadrícula del centro de Torreón, la Plaza de Armas; el peatón trata de imaginar «lo que hubo aquí: decenas de cadáveres, gente corriendo por las banquetas cargada de objetos robados (muchos de ellos inútiles), hombres que lloran y piden clemencia, hordas borrachas que jalan del gatillo, cuerpos arrastrados a caballo, sangre…» (p. 132).

En «Numerosas bandas» encontramos la asociación de algunas obras de la historia de la literatura que nos describen el comportamiento del hombre cuando éste intenta asentarse en terrenos ajenos. «Numerosas bandas: esa es la descripción que conviene a los revolucionarios de la primera hora, las incontables gavillas de entre 10 y 50 guerrilleros que asolaron a La Laguna a principios del siglo XX hasta convertirse poco a poco en el ejército que se reunió a las puertas de Torreón a la mitad de la primavera de 1911 bajo las órdenes de un comandante de 23 años» (p. 134).

En la siguiente parte de la crónica encontramos trece descripciones, retratos, de personas que estuvieron en el siniestro. Entre ellas, Benjamín Argumedo, quien compareció ante un Consejo de Guerra en 1925 y fue quien ordenó abrir fuego contra los orientales. «Argumedo no era sólo valeroso: era una máquina de hacer cadáveres, un hombre que siempre mostró arrojo pero jamás compasión» (p. 156).

El doctor J. Walter Lim, de origen cantonés, instalado en La Laguna; Emliano Lojero, militar; Federico Wulff, a quien Andrés Eppen le ofreció trazar los planos de una ciudad moderna; José María Grajeda, comerciante yerbero; William Jamieson, de origen canadiense y médico. La lista anterior contiene algunos de los nombres de las personas que se pudieron reconocer mediante evidencia oral y que de una u otra manera tuvieron participación en el suceso.

«La casa del dolor ajeno», con este título culmina la crónica, aquí coincidirá toda la información antes descrita y tendremos un retrato de ese acontecimiento que aún no tiene respuesta en nuestra sociedad y mucho menos en la política exterior mexicana. Confluyen aquí todas las posibles versiones de lo que aconteció durante esos dos días en que la inconsciencia, la falta de mando político y la barbarie humana mostraron su lado vil. «Tanto los testimonios compilados por Ramos Pedrueza como los que provienen de la tradición oral coinciden en señalar que los campesinos asiáticos fueron asaltados al menos tres veces: llegaba una cuadrilla revolucionaria de Lerdo y les quitaba legumbres y herramientas; luego otra de Gómez Palacio y los despojaba de ropas y centavos, y al final venía una tercera columna proveniente de Matamoros o Viesca o Mapimí y los encueraba, azotaba o apuñalaba porque no tenían nada que dar…» (p. 187).

¿Cuál sería la verdad de este pequeño genocidio? El poder, el egoísmo, la xenofobia, la mezquindad, el odio …

Julián Herbert nació en Acapulco, Guerrero, en 1971, pero tiene muchos años de vivir en Saltillo, Coahuila. Autor de libros de poemas como El nombre de esta casa (1999) y La resistencia (2003 y 2015), entre otros; es coautor, junto a León Plasencia Ñol, de la colección de relatos Tratado sobre la infidelidad (2010), y es el autor, entre otras novelas, de la premiada Canción de tumba (2014). Algunos de sus cuentos se han publicado en diversos idiomas.

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La casa del dolor ajeno. Julián Herbert. Random House, colección Literatura Random House. México. 2015. 304 págs.


miércoles, 20 de enero de 2016

Pericle el negro, de Giuseppe Ferrandino




Pericle el negro
de Giuseppe Ferrandino

Jesús Guerra

El argumento es sencillo. Pericle es un criminal de poca monta que trabaja para un mafioso al que llaman Luigi Pizza, porque tiene la manía de quedarse con las pizzerías del barrio, y no precisamente comprándolas. Cuando Luigi Pizza quiere amedrentar a alguien manda a Pericle a ver a sus víctimas, para que las asuste y haga cosas que los avergüencen. Así, las víctimas, humilladas, regresan al orden. Esa es la visión de Luigi, el mafioso. A Pericle, Luigi le dice 'Pasquale', porque 'Pericle' le da risa.

Pericle vive con un tío, la esposa y el hijo del tío. Pero ni Pericle quiere a su tío ni éste lo quiere a él. Así son las cosas. Pericle aguanta porque no sabe hacer otra cosa. Y trabaja en lo que trabaja, porque tampoco sabe hacer otra cosa. Pericle no se cuestiona demasiado. Lee periódicos deportivos, pasea por el barrio y por el centro de Nápoles, come lo que puede, bebe lo que puede, cuando se requiere va a «trabajar» y la vida es igual todos los días. Y uno de esos días, su jefe lo manda llamar porque quiere que le dé un susto a un sacerdote del barrio que ha estado hablando mal de Luigi, en misa. En la noche, Pericle llega a la iglesia del sacerdote en cuestión, pero lo encuentra conversando con, o quizá confesando a, una mujer, una mujer que también ve a Pericle. Y Pericle no tiene más remedio, según su lógica criminal, que golpear al sacerdote y asesinar a la mujer.


Edición Italiana


Pericle va a ver a su jefe para explicarle el problema que ha surgido. Porque resulta que la mujer a la que Pericle mató era la hermana de otro mafioso, una mujer de enorme influencia entre las familias de la Mafia napolitana, la cual no se suponía que estuviese en la ciudad. El enredo es grande. Las consecuencias de ese asesinato pueden ser terribles para Luigi. Así que Luigi manda limpiar el lugar del crimen y le pide a Pericle que desaparezca un tiempo. Pero Pericle sabe que Luigi podría estarle mintiendo, que quizá no lo proteja...

Y en efecto, a las pocas horas Pericle se salva casi milagrosamente de un atentado en contra suya. Pericle huye, roba un auto y sale de la ciudad. Pero Pericle casi no tiene dinero (además, tampoco parece tener metas, objetivos, sueños...) ¿Qué va a hacer? Por lo pronto, sobrevivir. Y así, Pericle pasa al otro lado de la línea, ahora es un perseguido, un objetivo de la Mafia... Pericle viaja, observa a la gente, pasea, se cuida, se esconde... un día conoce a una mujer que le gusta, una polaca, empleada en una fábrica. Y con esto, aunque al principio ni él mismo se da cuenta, Pericle comienza a vislumbrar un tipo de vida diferente. Pero antes de intentarlo siquiera, tendrá que regresar a Nápoles a poner las cosas en orden...

Pericle el negro se publicó por primera vez en Italia en el año de 1993, y pasó completamente desapercibida, tanto para los lectores en general como para la crítica. Sin embargo, en 1995 fue traducida al francés por la editorial Gallimard, y en Francia se convirtió en un éxito; entonces, en 1988, la editorial italiana Adelphi, diferente a la que publicó el libro cinco años antes, lo volvió a publicar y fue entonces que el libro se convirtió en un éxito en su país de origen. (He leído de varios intentos en los últimos 10 años por llevar el libro al cine, tanto por el realizador norteamericano Abel Ferrara como por parte de un par de directores italianos, pero hasta el momento no hay nada en claro, o no me queda claro a mí pues la información es confusa.)


Edición francesa


Su autor, el italiano Giuseppe Ferrandino, nació en la isla de Ischia, Italia, en 1958. Fue conocido primero como guionista de cómics, pero ahora también lo es como novelista. Después de Pericle el negro, que se tradujo al francés, al alemán y al holandés, ha publicado otras seis novelas, las cuales, hasta donde yo sé, no se han publicado en español. El autor vive en Roma, pero pasa largos períodos en Chicago.

Ya que he intentado interesarlos en este drama negro escrito con humor corrosivo, déjenme explicarles cuál es la situación de la edición en español. El libro fue publicado por la editorial Mondadori, en España, en el año 2000. En ese año Mondadori era parte del grupo editorial Grijalbo. Luego Mondadori fue comprada por Random House. La colección en la que este libro se encuentra pasó de ser Literatura Mondadori a Literatura Random House-Mondadori, y a últimas fechas, con nuevas reestructuraciones, la colección se llama sólo Literatura Random House. Pero si ustedes van al sitio de Internet de Random House el libro no aparece en su catálogo. O no aparece aún, pues estas reestructuraciones de las grandes editoriales están causando un caos en los catálogos. Así que, si el libro realmente les interesa, y la verdad vale la pena buscarlo y leerlo, lo más recomendable es buscarlo en otras librerías de Internet o, como en mi caso, comprarlo en una librería de libros usados. Pero permítanme decirles algo: vale la pena el trabajo para conseguirlo.

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Pericle el negro. Giuseppe Ferrandino. Traducción de Attilio Pentimalli. Editorial Mondadori. Se publicó en el año 2000. 141 págs.



martes, 19 de enero de 2016

¿Por qué nos gustan las vampiras?





¿Por qué nos gustan las vampiras?

Jesús Guerra

Hay una antología estupenda llamada Vampiras. Antología de relatos sobre mujeres vampiro, publicada en inglés, en los Estados Unidos, en 1987, aunque en español la primera edición apareció hasta 1999 (y ha seguido reeditándose) en la Editorial Valdemar. Hay dos ediciones, la de lujo, en la colección Gótica, y la de bolsillo, en la colección El Club Diógenes. El libro contiene 16 cuentos de extensiones muy diversas, que muestran un panorama amplio de lo que existe en este subgénero (vampiras) del subgénero vampiros de la literatura de terror. De los 16 cuentos antologados, tres son del siglo XIX, y 13 del siglo XX. El más antiguo es de 1836 y el más reciente es de 1979. Los cuentos están ordenados de manera cronológica, lo cual es interesante y útil pues así podemos captar la evolución de los relatos de vampiras a lo largo de aproximadamente siglo y medio.

A continuación transcribo el índice del libro. Cualquier lector mínimamente familiarizado con la literatura de terror reconocerá por lo menos a algunos de los autores de los cuentos, comprenderá la importancia de esta antología, y sentirá el deseo de leer este libro.

1) La muerta enamorada (Théophile Gautier)
2) Carmilla (Joseph Sheridan Le Fanu)
3) El misterio de Ken (Julian Hawthorne)
4) Luella Miller (Mary Wilkins Freeman)
5) Pues la sangre es vida (Francis Marios Crawford)
6) Almas en pena (Seabury Quinn)
7) Entre la nieve (August Derleth)
8) La capa (Robert Bloch)
9) Cuando había luz de luna (Manly Wade Wellman)
10) Herencia (David H. Keller)
11) La chica de los ojos hambrientos (Fritz Leiber)
12) La última tumba de Lill Warran (Manly Wade Wellman)
13) El vestido de seda blanca (Richard Matheson)
14) Sólo sale de noche (William Tenn)
15) Uno para el camino (Stephen King)
16) Roja como la sangre (Tanith Lee)

(En el blog Tan-Tan encontrarán mis comentarios de cada uno de estos cuentos, aquí.)




Pero ahora vale la pena detenernos a intentar responder una pregunta fundamental, una que los lectores que no leen literatura de terror nos hacen con frecuencia a quienes sí leemos libros de vampiros, y una pregunta que quizá nos hacemos a nosotros mismos: ¿por qué nos gustan las narraciones de vampiros?

Esta pregunta la formula e intenta responderla Charles G. Waugh, el compilador de la antología mencionada, en la introducción del libro. Luego de afirmar que los vampiros y las vampiras son uno de los temas más comunes y populares de los relatos de monstruos, el antologador nos brinda algunas posibles razones que expliquen la popularidad del vampiro.

En la naturaleza existen animales e insectos que son vampiros, por ejemplo, los mosquitos y algunas variedades de mariposas y, sobre todo, de murciélagos. Esto es ya, de hecho, suficiente para el salto de la imaginación humana, a la paranoia y a la ficción.

Cita un artículo de una revista estadounidense en la que el autor del mismo, Bruce Wallace, dice que el temor a los vampiros podría provenir desde que nuestros antepasados, los hombres de las cavernas, eran mordidos por murciélagos con rabia. Los humanos infectados irían adentrándose en las cavernas para huir de la luz, y en las últimas etapas de la enfermedad saldrían de la oscuridad, enloquecidos y agresivos, a morder a otros miembros de la tribu. Y los mordidos por estos enfermos, comenzarían a repetir el ciclo. El hecho de saber reconocer a estos enfermos tendría, lógicamente, un valor importante para la supervivencia, de ahí que este temor probablemente quedara grabado genéticamente en la memoria de nuestra especie.

Cita a Basil Cooper, autor de un libro, la traducción de cuyo título sería «Los vampiros en leyendas y en hechos», el cual dice que a lo largo de la historia humana han existido individuos que sienten una morbosa satisfacción al beber la sangre de los vivos, e incluso de los recientemente fallecidos.

Cita también a Douglas Hill, autor de un libro cuyo título en español sería «Historia de los fantasmas, los vampiros y los hombres-lobo», el cual explica que antes de los avances médicos del siglo 20 eran frecuentes los entierros prematuros debido a las características de ciertas enfermedades. Creyendo muerto al enfermo, lo enterraban vivo. Cuando los aldeanos supersticiosos, buscando vampiros, abrían las tumbas de estos pobres seres que habían muerto enterrados, los encontraban con facciones de terror en sus rostros, en posiciones distintas a las que tenían al ser enterrados, y con sangre en los dedos y en la boca, por los esfuerzos que habrían realizado intentando escapar de la tumba. Al encontrarlos así, los buscadores de vampiros creían encontrar pruebas de vampirismo en aquellos cadáveres.




Si bien para los adultos los relatos de vampiros, fantasmas y otras criaturas sobrenaturales son una fuente de distracción y emoción, gracias a las cuales escapamos de nuestras rutinas cotidianas, muchos de estos mismos adultos utilizaban estas narraciones para infundir miedo en sus hijos como una manera de controlarlos, por ejemplo, para que no estuvieran fuera de casa después de anochecer.

Es decir, la naturaleza, la evolución, algunas enfermedades, algunos errores médicos, la superstición, ciertos elementos folclóricos y ciertas medidas de seguridad familiar dieron origen a determinadas leyendas que se convirtieron en la base de argumentos y personajes que han causado una verdadera fascinación en el ser humano moderno. Si es cierto aquello de que entre el amor y el odio hay una distancia muy corta, lo mismo parece suceder entre la repugnancia, el miedo y la fascinación.

En el caso de nuestro gusto por las vampiras, hay que agregar a las explicaciones anteriores, algunas explicaciones más. El antologador y autor de la introducción a este libro apunta varios motivos:

Primero: entre los seguidores de la literatura fantástica, hay lectores adolescentes que le tienen miedo a las mujeres jóvenes. La fascinación y el miedo se entrelazan. O, mejor dicho, la fascinación, el deseo y el miedo. Por lo tanto, dice textualmente el autor, «la lógica del mercado hace que los relatos sobre vampiras siempre tengan» un buen recibimiento. «Permiten introducir alusiones sexuales y ofrecen la posibilidad de caricaturizar a las mujeres convirtiéndolas en inciertas combinaciones de peligro y atractivo».

El segundo motivo está entretejido con el primero, y es el siguiente: «Los vampiros tienden a lograr sus fines mediante la seducción y la hipnosis, por lo que las hembras de la especie encajan en la tradición judeocristiana de 'Eva la tentadora'».

Tercero: Algunos de estos relatos «iluminan las desigualdades a que las mujeres deben enfrentarse en la vida, algunos permiten presentar mujeres fuertes y capaces de afirmar su voluntad ya sea de forma directa o comparativa, y algunos tratan temas típicos del feminismo en una forma revisada y trascendente que sorprenderá a quienes no estén familiarizados con ellos».

La tercera razón está más centrada en los autores. A ellos les pueden resultar atractivas las vampiras para mostrar las desigualdades entre géneros, y para crear personajes femeninos fuertes y con mucho poder. Y esto quizá era claro en épocas anteriores. Para los lectores, sin embargo, me parece que los dos primeros motivos son los más importantes: por la mezcla entre el miedo, el deseo y la fascinación. Porque las vampiras, con su capacidad de seducir, están relacionadas con la Eva tentadora de la cultura judeocristiana.

Háganme caso. Lean esta antología. Les aseguro que la van a disfrutar enormemente.

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Vampiras. Antología de relatos sobre mujeres vampiro. Editorial Valdemar. Colecciones Gótica y El Club de Diógenes. 532 págs.

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Si quieres leer los comentarios de cada uno de los cuentos del libro, haz clic aquí: