martes, 24 de mayo de 2016

Recomendaciones de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis


Recomendaciones
de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis




Tres desconocidas
Patrick Modiano

Tres desconocidas. Tres personajes femeninos. Tres voces. Tres historias. Tres chicas que dejan atrás la adolescencia para adentrarse en las incertidumbres y pesares de la vida adulta. Son las suyas existencias insignificantes, anónimas, marcadas por la huida, el desarraigo y la soledad. Estamos en los años sesenta: el turismo de masas empieza a ser una realidad, los abrigos de astracán están de moda, la guerra de Argelia es una presencia difusa, en una jukebox suena «A Whiter Shade of Pale» y la sociedad está cambiando.

La primera de estas tres muchachas, mecanógrafa que sueña con convertirse en maniquí, se marcha de Lyon con rumbo a París, donde no conoce a nadie, pero lleva en el bolsillo las señas de una mujer con la que coincidió durante unas vacaciones en España. En las calles parisinas iniciará una relación con un hombre enigmático que oculta algunos secretos. Tras fugarse del internado cerca de Annecy en el que ha pasado su adolescencia, la segunda chica encuentra trabajo en un hotel de lujo como dama de compañía de una anciana y como niñera. Y una situación de acoso sexual en la que se ve envuelta desembocará en tragedia. La tercera llega a París con diecinueve años procedente de Londres, se instala en el taller de un pintor que está pasando una larga temporada en Mallorca e inicia una relación con un profesor de filosofía a través del cual entrará en contacto con una extraña secta... Son tres mujeres jóvenes en busca de su identidad, y en el viaje que cada una de ellas emprende se sucederán encuentros inquietantes. Patrick Modiano dibuja con tenues pinceladas escenarios evanescentes —calles parisinas, hoteles señoriales, estaciones de tren...— y personajes ambiguos y fugaces que generan en las protagonistas más incertezas que certidumbres. El premio Nobel francés relata tres viajes iniciáticos, tres recorridos vacilantes por el mundo a veces incomprensible, a veces doloroso y a veces peligroso de los anhelos y los afectos. Y el resultado, una vez más, es una pieza de orfebrería literaria, absorbente y deslumbrante, llena de matices, ecos y misterios.

«Tres personajes emblemáticos del universo de Modiano. Anónimas e inolvidables, estas desconocidas llevan el juego del autor con sus obsesiones al punto de la perfección» (Josyane Savigneau, Le Monde).

«Unos relatos perturbadores y conmovedores. La emoción nace de las voces femeninas en primera persona que los narran y de las evocaciones autobiográficas que emanan de ellas» (Christine Bini, La Règle du jeu).

«El Proust de nuestro tiempo» (Academia Sueca).

Anagrama
Colección Panorama de Narrativas
Traducción de María Teresa Gallego Urrutia
184 págs.

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Mala letra
Sara Mesa

La autora de este libro coge mal el lápiz. Lo ha cogido mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque «hay que escribir como Dios manda», e, incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal hasta el día de hoy, con todas las consecuencias. Porque... ¿puede acaso salir buena letra de un lápiz torcido? Ésta es una de las cuestiones que planean sobre este conjunto de cuentos: la de la escritura indócil, libre y acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que destroza los recuerdos y hace de ellos otra cosa.

Las historias que aparecen en este volumen abordan temas como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos «pequeños instantes, epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan», cuando «algo se quiebra, y todo cambia». Niños que se resisten a obedecer y que viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer; chicas rebeldes cuya rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable; seres atormentados —o no— por los remordimientos y las dudas; picabueyes y nutrias que representan agresión o consuelo; el desconcierto de vidas en apariencia normales que a veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de cometerlos.

Sara Mesa ha construido un conjunto sólido y coherente de voces con su ya peculiar estilo tensado y sin artificios, que se revela aún más depurado en el manejo de las formas cortas. La finalista del Premio Herralde de Novela 2012 con Cuatro por cuatro y autora de Cicatriz, perturbadora novela que obtuvo un notable éxito entre los lectores y la crítica, entrega ahora su libro quizá más personal e intimista.

Este libro confirma los diagnósticos de Rafael Chirbes: «Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje trabajada con precisión de orfebre», y Marta Sanz: «Una escritura desnuda y fría, repleta de imágenes poderosas que desasosiegan en la misma medida que magnetizan.»

«Sin duda posible, Sara Mesa es uno de los nombres del momento, y todo hace pensar que lo seguirá siendo –creciendo, acumulando, extendiéndose– en el futuro de la literatura española… Su realismo no es escueto. Sara Mesa se las ingenia –sabe hacerlo de maravilla– para crear atmósferas intrigantes, turbadoras, incluso terroríficas sin despegarse de lo reconocible, indagando, metiendo el dedo, hurgando en lances, escenarios y emociones, dando a sus personajes una profunda dimensión psicológica, inquietante a más no poder, que va mucho más allá del realismo del decorado y el paisaje, por lo demás minuciosamente descritos cuando procede… El universo de estos cuentos es un universo enfermo, doloroso, antipático, hasta podríamos decir que escabroso pero, empezando a leer, es imposible despegarse… Juego de espejos, ironía crítica, desdoblamiento, efecto de distanciamiento (para ir al grano): la escritora es la creadora y su criatura. Se hace sangre. Con una pregunta ajena, se pregunta y nos pregunta. ¿Qué opináis?, ¿os parezco tan desagradable?, ¿cómo sois vosotros? Gran libro» (Manuel Hidalgo, El Mundo).

«Una escritora muy sólida… Esta colección certifica la fecundidad de una imaginación muy porosa a los aspectos sórdidos, aunque velados, de una cotidianidad hostil… Los personajes de estas historias se hallan como disueltos en la realidad, pero sin formar parte de ella, repudiados de sus favores, desprotegidos y, no obstante, en permanente tensión de una ayuda que nunca llega. Sara Mesa registra admirablemente esa zona de penumbra con una escritura serena y vibrante a un tiempo y, con frecuencia, con trazos en apariencia desganados que crean la atmósfera de un contorno amenazante» (Francisco Solano, El País).

«La rebeldía es el tema en común de los relatos que Sara Mesa reúne en Mala letra, protagonizados por personajes problemáticos, varios de ellos niños que se resisten a obedecer y viven con desconcierto el proceso hacia la adolescencia… Un libro excelente y alegato contra la pedagogía que nos quiere hacer a todos iguales» (Elena Sierra, El Correo Español).

«Sara Mesa es buena escritora, muy atenta a los detalles psicológicos, cuidadora del estilo, algo que ya sabíamos por sus novelas» (J. M. Pozuelo Yvancos, ABC).

«Con una extensa capa de tragedia, la escritora sevillana condensa en breves narraciones la amargura de un ser sensible, variado en cada una de las historias» (Víctor González, Culturamas).

«Sara Mesa ha escrito once relatos llenos de recovecos, de espejos y de sorpresas, de momentos de nuestra vida cotidiana que sin embargo nos sorprenden de repente. Porque tiene una forma de construir los relatos de forma que nos deja ver nuestra realidad sin filtros… No se lo pierdan» (Antonio Martínez Asensio, blog de Antena3 Tiempo de silencio).

«Once relatos cortos que asustan como los de Edgar Alan Poe; que enternecen, como los de Haruki Murakami; que sorprenden, como los de Julio Cortázar; que descolocan, como los de Ray Bradbury; que llegan al alma, como los de Ernest Hemingway. La lección final de Mala Letra es que, por muy escondida que creamos tener nuestra infancia, por mucho que hayamos cerrado los cajones de la culpa, están ahí. Date la vuelta. Sí, ahí. Justo ahí» (Sara Vítores, InfoLibre).

«Once relatos potentes, algunos de ellos, magistrales, lo que para mí es “gran literatura”, sin artificios ni piruetas» (Eric Gras Cruz, El Periódico Mediterráneo).

Anagrama
Colección Narrativas Hispánicas
200 págs.

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Oona y Salinger
Frédéric Beigbeder

Nueva York, 1940. J. D. Salinger es un chico larguirucho de veintiún años. Escribe relatos e intenta que se los publiquen las revistas literarias del momento. Oona O’Neill tiene quince años y es hija del gran dramaturgo Eugene O’Neill. Es tremendamente bella y se codea con lo más granado de la sociedad neoyorquina. Oona y Salinger se conocen y salen durante un tiempo. Pero al cabo de dos años, tras el bombardeo de Pearl Harbor, Salinger se alista en el ejército y se separan. Él participa en el desembarco de Normandía y ella se casa en 1943 con Charles Chaplin, con quien permanecerá hasta la muerte de él, en 1977, y tendrá ocho hijos. Salinger escribe a Oona cartas que nunca han salido a la luz.

Hasta aquí los hechos conocidos. Pero Frédéric Beigbeder, fascinado por los protagonistas de este relato interrumpido, decide contarnos la historia entera. Rellena los huecos, recrea lugares y ambientes, fabula diálogos. Incluso reescribe las cartas de los amantes e imagina un último encuentro fugaz, al cabo de cuarenta años, en Grand Central Station. En un inteligente ejercicio de historia ficción, o de faction, como lo llama él, consigue conmovernos con la historia de amor y desamor de dos personajes que terminaron teniendo su papel en la historia del siglo XX.

Y, por el camino, el autor nos habla del Nueva York de los años cuarenta, de la Segunda Guerra Mundial, de cine, de literatura. Y da voz a Truman Capote, Ernest Hemingway o Charlie Chaplin, entre otros. Y escribe también, cómo no, sobre sí mismo. Sobre su obsesión por seguir siendo joven a pesar de la edad, su admiración por el autor de El guardián entre el centeno y su amor platónico por Oona, sobre su condición de escritor. Y hasta sobre su romance con su actual esposa, veinticinco años más joven que él, que quiere ver como un reflejo de la relación entre Chaplin y Oona O’Neill, o entre Salinger y sus jóvenes amantes. Socarrón, como siempre, Beigbeder salpimenta el conjunto con sus acostumbradas píldoras de sabiduría vital: «La vejez es cuando empiezas a tener tiempo para interesarte por los nombres de los pájaros.»

«Ha escrito bellas escenas de guerra y de amor, ha retratado a los míticos Hemingway, Capote, Chaplin, y ha hecho que Salinger resulte humano y conmovedor. ¿Alguien da más?» (Bruno Corty, Le Figaro).

«Con este rico material, Beigbeder ha construido un relato fluido y bien documentado. Lo mejor: cuando imagina las cartas desesperadas de Salinger a Oona, esas cartas que los herederos de Chaplin nunca han querido hacer públicas» (Jérôme Dupuis, L’Express).

«Divertido y conmovedor, apasionado y distante, Oona y Salinger se lee con fervor» (Thierry Gandillot, Les Echos).

«Beigbeder es un escritor sabio. Es capaz de transformar una historia anecdótica en una superproducción. Se ha documentado con avidez, y con todos los ingredientes ha montado la nata de una ficción que mezcla escenas y diálogos inventados. A veces, él mismo sale a escena. Al contar a los demás, Beigbeder se cuenta a sí mismo» (B. Géniès, Le Nouvel Observateur).

Anagrama
Colección Panorama de Narrativas
Traducción de Francesc Rovira
296 págs.

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