martes, 25 de octubre de 2016

Emilio Salgari




Emilio Salgari

Jesús Guerra

En nuestros días hay una enorme producción de literatura para jóvenes. Los jóvenes a los que le gusta leer (que ojalá fueran muchos más, tanto en nuestro país como en el mundo), tienen títulos de todo tipo para seleccionar: terror, ciencia-ficción, fantasía, comedias, dramas, todos escritos especialmente para ellos, debido a los temas (como la búsqueda de la identidad propia), y a las problemáticas de los jóvenes (drogadicción, relaciones sexuales, bullying, etc.). Esta literatura cuida incluso el vocabulario que conocen y que pueden aprender, según las edades a que están destinados los títulos. Hay títulos que pueden ser sólo de interés para los lectores de 12 a 14 años, otros para los de 16 a 18, y otros, los mejores, que aunque estén destinados a los jóvenes, también los pueden disfrutar los lectores adultos.

Pero esto no siempre ha sido así. La literatura infantil y la juvenil comenzaron, poco a poco, a mediados del siglo XIX, aunque puede haber ejemplos aislados anteriores. Durante la primera mitad del siglo XX, y quizás un poco más, se comercializaron libros para jóvenes, que en su momento no fueron escritos especialmente para ellos, como por ejemplo la literatura del francés Julio Verne o la obra del italiano Emilio Salgari.

Y es precisamente de Salgari de quien tratamos aquí. En los países de habla hispana sus libros fueron muy populares todavía hasta los años 60 y tal vez 70 del siglo XX. Sus novelas de aventuras poblaron la imaginación de los adolescentes de aquellos años con personajes fabulosos, muchos de ellos piratas. Sus obras eran el epítome de la aventura. Personajes audaces, tierras exóticas, mares lejanos. Ojalá que los jóvenes de nuestros días no dejaran caer en el olvido las obras de este autor y que leyeran por lo menos algunos de sus libros. De hecho, aún si quisieran leer más, ya sólo se consiguen algunos títulos. Revisé algunas librerías digitales y me di cuenta de que, aunque se encuentran alrededor de 30 libros suyos, de diferentes editoriales, en realidad no son más de 12 o 15 los títulos que se pueden adquirir. Y eso es triste porque este autor, según su biógrafo, el italiano Felice Pozzo, escribió 84 novelas y un número imposible de determinar de relatos cortos.

Eso es ser un autor prolífico, y lo más extraordinario de esto es que Salgari murió a los 48 años de edad. Y comenzó a publicar a los 21. Así que fueron 27 años de enfebrecida producción: más de tres novelas por año, es decir, una novela cada cuatro meses. Escribió muchas novelas autónomas, pero escribió también ciclos de novelas, o series. La más famosa y la que más novelas tiene es la del pirata Sandokan.

Hago una aclaración sobre la pronunciación del nombre de este personaje. En las ediciones anteriores, todavía hasta las de los años 70, por lo menos, el nombre aparecía sin acento, es decir que nos acostumbramos a llamarlo así: Sandokan (el acento tónico en la «o»). Pero en las ediciones recientes he encontrado que el nombre aparece con acento en la última «a», es decir Sandokán. Pero para mí es Sandokan, como también lo es para Fernando Savater, quien le dedica un capítulo a Salgari y a Sandokan en su estupendo libro sobre libros y películas de aventuras Misterio, emoción y riesgo.


Esta serie, la más famosa y extensa de las novelas de Salgari, tiene como personajes centrales a Sandokan y a su compañero de armas y aventuras, el portugués Yáñez, y está compuesta por once novelas. Transcribo los títulos en español, como debieron aparecer, basados en los títulos en italiano, y luego pasamos al enredo editorial de estas obras en español.

1) Los tigres de Mompracem (Le tigri de Mompracem, 1896)
2) Los misterios de la jungla negra (I misteri della jungla nera, 1895)
3) Los piratas de la Malasia (I pirati della Malesia, 1896)
4) Los dos tigres (Le due tigri, 1904)
5) El rey del mar (Il re del mare, 1906)
6) A la conquista de un imperio (Alla conquista di un impero, 1907)
7) La venganza de Sandokan (Sandokan alla riscossa, 1907)
8) La reconquista de Mompracem (La riconquista del Mompracem, 1908)
9) El falso brahmán (Il bramino dell'Assam, 1911)
10) La caída de un imperio (La caduta di un impero, 1911)
11) El desquite de Yáñez (La rivincita di Yanez, 1913)

Esos son los títulos como debieron aparecer, pero las editoriales españolas y argentinas hicieron un relajo espantoso (esto es algo habitual en el mundo editorial, no es característico de las editoriales españolas y argentinas). Para comenzar, algunas de estas novelas las publicaron en dos tomos, y cada tomo con un título diferente, como si de dos novelas se tratara. En otros casos, les cambiaron el título. Estoy siguiendo aquí el artículo correspondiente de Wikipedia, lo aclaro por si les interesa buscarlo y leer algunas de estas cuestiones de manera más detallada, o si quisieran intentar completar su colección.

Libro 1: Los tigres de Mompracem (1896)

* La editorial española Anaya, le puso Los tigres de Mompracem. Y para colmo ni siquiera publicó los demás de la serie.
* La editorial Acme, de Buenos Aires, la tituló Los tigres de la Malasia.
* La editorial Orbis, de Barcelona, la publicó en dos tomos: Los tigres de Mompracem y La última batalla.
* La editorial Gahe, de Madrid, la publicó también en dos tomos: Sandokán y La mujer del pirata.
* Terramar ediciones, de Argentina, la publicó en dos tomos: Sandokán: Los tigres de Mompracem y Sandokán: La última batalla.

¿Se dan cuenta? ¿Cómo puede un lector intentar hacer la colección completa si estas ediciones son un verdadero caos?

Libro 2: Los misterios de la jungla negra (1895)

Hay una edición con este título, pero hay otra, en dos tomos, llamados: Los misterios de la India y La jungla negra.

Libro 3: Los piratas de la Malasia (1896) apareció en una edición española como Sandokán.

Libro 4: Los dos tigres (1904) se publicó en español en dos tomos: Los estranguladores y Los dos rivales.

Y así podríamos seguir. La confusión es enorme. De todas maneras, yo les recomiendo que consigan algunas de las novelas de Salgari y las lean, les aseguro que se van a entretener mucho. Además, como cultura general, es importante tener esta referencia de las novelas de aventuras de Emilio Salgari. Aclaro que me dirijo a los lectores adultos, lo que no quiere decir que los jóvenes interesados no lo hagan, al contrario, pero me dirijo a los lectores adultos, nostálgicos quizá, que quieran recordar lo que fue el placer de la lectura cuando eran niños o adolescentes. Los lectores adolescentes de nuestros días están leyendo obras mucho más rápidas (no todas de la mejor calidad, pero sí hay muchas que son estupendas), con tramas muy complejas y, sobre todo, muy mezclada con las literaturas fantásticas (un ejemplo cinematográfico: la saga de Los piratas del caribe). Si nos instalamos en el pensamiento positivo y esperanzador, quizá haya lectores jóvenes curiosos, con rangos amplios y dinámicos de lectura que se interesen por algunas de estas obras. Seguramente van a acrecentar sus referencias, y con eso van a entender la enorme influencia que ha ejercido la obra de Salgari, de Julio Verne, de Alejandro Dumas, de Robert Louis Stevenson y otros más, no sólo en la literatura de aventuras de los siglos XX y XXI, sino también en el cine.

Pero volvamos con Salgari. El filósofo, ensayista, articulista y novelista español Fernando Savater ha escrito mucho sobre sus lecturas de infancia, sobre el placer de leer la aventura, y tiene sobre libros y películas de aventuras un libro espectacular, el ya mencionado Misterio, emoción y riesgo, publicado por la editorial Ariel, en el que dedica un capítulo a Salgari y a su personaje Sandokan. De ahí transcribo lo siguiente:

«Sandokan es el aventurero químicamente puro, pese a los revestimientos vengadores, y hasta políticos, que busca para sus osadías. Su figura fue, sin duda, lo más logrado que los anhelos del corazón —los dioses— que dictan a los hombres las historias regalaron a Emilio Salgari, inolvidable poeta de la acción y de lo exótico. Reconozco haber disfrutado más con este escritor italiano que con Verne o Walter Scott, que le son indudablemente superiores. Sin duda contribuyó a mi aprecio por su obra el especial encanto de sus defectos literarios, de los que está dichosamente plagado...»


Claro, Salgari era un autor de novelas populares, muchas de ellas publicadas primero como folletines y posteriormente como libros. Escribía, al parecer, a un ritmo endemoniado. Muchas de sus escenas y de sus diálogos son melodramáticos. Incurre en defectos que en nuestros días cometen sólo las telenovelas, como por ejemplo que los personajes hablen solos, o que algunos de los diálogos sean absurdos porque los personajes se dicen cosas que obviamente saben, pero que sirven como exposición, es decir como información para el lector. Y, sin embargo, sus libros funcionan. Los lectores jóvenes, por su parte, normalmente no se dan cuenta de estos defectos, así que sólo gozan las aventuras de Sandokan y sus piratas, y de muchos otros personajes.

Emilio Salgari, su vida y su muerte
Muchos de los lectores adultos que de niños fueron lectores, en los años 50, 60 o 70, seguramente recordarán algunos libros de Salgari. Lo que muchos desconocen son las circunstancias de la vida de este autor. Uno puede imaginarlo escribiendo hasta una edad avanzada, teniendo en cuenta el número de obras que escribió, y viviendo muy bien debido a sus ganancias como autor de éxito (al menos así lo imaginaba yo). Pero como ya apunté, Salgari escribió sus obras y en su mayoría las publicó entre los 21 y los 48 años de edad. Al parecer ganaba bien, pero gastaba mucho. Y tenía serios problemas personales y matrimoniales.

En 1892, a los 29 años de edad, se casó con la actriz Ida Peruzzi, una mujer con la que tuvo una relación extraña. En verdad, ambos tenían personalidades problemáticas. Salgari estudió, pero no terminó sus estudios para convertirse en capitán de gran cabotaje, y en realidad viajó poco en barcos, sin embargo él se decía capitán y declaraba que todos sus personajes estaban basados en personas reales que él había conocido en sus viajes, viajes de los que no existe registro. Al parecer era alcohólico y agresivo. Su mujer, que también tenía problemas para controlarse, en privado y en público, terminó internada en un manicomio en abril de 1911, y Salgari, pocos días después de esto, se quitó la vida. Dejó escritas tres cartas, una para sus hijos, una para sus editores, y otra para los directores de los periódicos de Turín. Hay un pasaje en la carta a sus editores, que dice:



«A ustedes, que se han enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo les pido que, en compensación por las ganancias que les he proporcionado, se ocupen de los gastos de mis funerales. Los saludo rompiendo la pluma.»

En un artículo del italiano Roberto Di Caro, publicado en La Jornada Semanal, del 6 de octubre de 2002 (el cual se puede leer en Internet), Di Caro cita a otro autor, Finucci Gallo: «Ida no era sólo la Perla de Labuán, Ida era todos los héroes de Salgari. La relación entre ellos era muy fuerte y estaba inmersa en la ficción; para ellos, la fantasía en la que escogieron vivir se había vuelto realidad. Con el internamiento de Ida, fue como si una esponja hubiese borrado a los héroes de Salgari y los hubiese regresado al lugar de la fantasía. Queda el hombre, que no puede más y ya no sabe narrar, y se mata».

Póster de una versión
cinematográfica
Cita también al médico de Ida en el hospital psiquiátrico, quien refiriéndose a la esposa de Salgari, dice: «Muy inteligente, ayudaba a su esposo a componer sus novelas».

Como puede verse, la vida misma de Salgari es material para una novela de aventuras, aunque muy diferentes a las que él escribió. No he encontrado una biografía de Salgari en español ni en inglés, pero los pocos datos encontrados en sitios de Internet muestran una existencia sumamente compleja y dolorosa.

Emilio Salgari nació el 21 de agosto de 1862, en Verona, y murió en Turín, el 25 de abril de 1911.

Como curiosidad señalo que entre las obras que escribió hay una novela, la única suya que podemos catalogar como ciencia-ficción, llamada Las maravillas del 2000, escrita en 1907, y vale la pena apuntar que a lo largo de 98 años, entre 1914 y 2012, se produjeron 43 películas y miniseries basadas en sus novelas, lo que demuestra que su obra sigue siendo interesante y emocionante en la segunda década del siglo XXI, 105 años después de su muerte.