viernes, 22 de noviembre de 2019

Recomendaciones de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis


Recomendaciones
de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis




Crímenes imaginarios
Patricia Highsmith

Sidney y Alicia Bartleby, un joven matrimonio, residen en un pequeño cottage en la campiña inglesa, él escribiendo, ella pintando. Están casados desde hace varios años y llevan una vida muy aislada. Sidney está redactando e intentando vender unos guiones para una serie televisiva, lo que les permitiría paliar sus estrecheces económicas, mientras sigue esperando la respuesta de un editor norteamericano sobre la publicación de una novela que han rechazado ya varias editoriales. La relación entre ambos se va deteriorando y Alicia para descargar la tensión decide, como ya ha hecho en otras ocasiones, ir a pasar un tiempo a Brighton. Aunque en esta ocasión convienen que la separación será indefinida, hasta que ella sienta deseos de volver... Sidney, cuya imaginación trabaja sin descanso, fabula sobre qué pasaría si él hubiera asesinado a Alicia, en vez de tratarse simplemente de una separación provisional, y empieza a comportarse de forma extraña... Y, a fuerza de imaginar cosas horribles, acaban por suceder cosas horribles que dejarán al lector sin aliento.

«Nos lleva al escalofrío, al terror y al parpadeo»
Cambio 16

«Una de las mejores novelas de Patricia Highsmith. Posee todos los ingredientes para poder conceptuar una pequeña obra maestra del género»
A. G. M., ABC

«Una excelente novelista que se mueve a sus anchas por los infiernos»
Robert Saladrigas, La Vanguardia

«Una de las más grandes escritoras modernas»
Gore Vidal

Anagrama
Traducción de Jordi Beltrán
Biblioteca Patricia Highsmith
Colección Compactos
272 págs.

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Enviada especial
Jean Echenoz

Por las páginas de esta novela asoman, entre otras muchas cosas, un secuestro, un general conspirador y su secuaz, una moderna Mata Hari, una vieja gloria del pop a la que acecha un pasado oscuro, un atracador vengativo, un hombre misterioso con una mancha en la cara en forma de mapa de Nueva Guinea, un asesinato, un dedo amputado y un complot contra Corea del Norte.

Jean Echenoz, después de su muy singular trilogía biográfica sobre figuras del siglo XX y su incursión en la Guerra del 14, regresa por la puerta grande a aquello que lo consagró como escritor: el juego con los géneros literarios. Y nos regala esta novela de espías que es a la vez un pastiche, una parodia y una deconstrucción de la novela de espías. Y, por encima de todo, una aventura literaria trepidante y muy divertida, con esa ironía de reojo tan característica del autor.

Enviada especial pone en funcionamiento una trama rocambolesca que se desarrolla con la precisión de un mecanismo de relojería y nos lleva de París a Corea de Norte. Echenoz mezcla pop con maquinaciones internacionales, incorpora gotas de pulp y noir, lanza guiños hitchcockianos y referencias al imaginario –pop de nuevo– que crearon las deliciosas películas de agentes secretos de los años sesenta y setenta. Y pone en escena los temas centrales del género: el engaño, la mentira, la manipulación, la simulación, las medias verdades, la suplantación, el doble juego...

«Divertida, amena y sutilmente irónica. Jean Echenoz demuestra estar en plena forma»
Bernard Pivot

«Echenoz regresa a su territorio original: la trama policiaca con despliegue geográfico, paródica, caótica, cinematográfica, lúdica, irónica y cómica. Retoma el espíritu de La aventura malaya y se nos presenta en plena forma... Príncipe del absurdo, es nuestro novelista más divertido y al mismo tiempo el más inquietante»
Jérôme Garcin, Le Nouvel Observateur

«Los malvados, la razón de Estado y la geopolítica se mezclan en esta novela con la parodia de las películas de espías... Echenoz se divierte y crea complicidad con el lector»
Véronique Rossignol, Livres Hebdo

«Reformula con una nueva libertad algunos de los grandes temas que son el eje de su obra... Enviada especial tiene el tempo de una novela de acción»
Florence Bouchy, Le Monde

«Trabaja con mecanismos de alta precisión, divinamente concebidos, manejados con la minuciosidad de un relojero suizo y engrasados con un humor altamente metafísico de ecos chaplinescos... La "máquina de la ficción" de Echenoz es en esta novela más que nunca una incomparable fábrica de sortilegios»
Nathalie Crom, Télérama

«Maravillosa parodia de las novelas de espías»
Marianne Payot, L’Express

«Una cumbre del delirio cómico»
Gérard Lefort, Les Inrockuptibles

Anagrama
Traducción de Javier Albiñana
Colección Panorama de Narrativas
256 págs.

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El crimen perfecto
Jean Baudrillard

Esto es la historia de un crimen: del asesinato de la realidad. Y del exterminio de una ilusión: la ilusión vital, la ilusión radical del mundo. Si el crimen fuera perfecto, también este libro debería ser perfecto, ya que quiere ser la reconstitución del crimen. Desgraciadamente, el crimen jamás es perfecto. Por otra parte, en este libro negro de la desaparición de lo real, no han podido ser descubiertos los móviles ni los autores, y el cadáver de lo real jamás ha sido encontrado. En cuanto a la idea que preside el libro, tampoco ha podido ser descubierta nunca. Era el arma del crimen.

Si bien el crimen jamás es perfecto, la perfección, por su parte, siempre es criminal, como su mismo nombre indica. En el crimen perfecto, la perfección misma es el crimen, de la misma manera que en la transparencia del mal, la transparencia misma es el mal. Pero la perfección siempre es castigada y su castigo es la reproducción.

Si las consecuencias del crimen son perpetuas, no hay ni asesino ni víctima. De haber alguno de los dos, un día u otro se conocería el secreto, y se resolvería el proceso criminal. El secreto, a fin de cuentas, es que los dos se confundan: «En último término, el asesino y la víctima son una misma persona. Sólo podemos concebir la unidad de la raza humana si podemos concebir, en todo su horror, la verdad de esta equivalencia esencial» (Eric Gans).

En último término, el objeto y el sujeto son lo mismo. No podemos entender la esencia del mundo si no podemos entender, en toda su ironía, la verdad de esta equivalencia radical.

«Baudrillard destaca en el arte de desasnar. Practica un pensamiento radical que se desolidariza de lo real y, con júbilo desenvuelto, socava los fundamentos de nuestras creencias… Un prestidigitador de un virtuosismo sin ningún fallo. Y de una seducción irresistible»
Roland Jaccard, Le Monde

«Con su nuevo libro, nuestro único pensador radical-fatal descifra el enigma del fin de siglo y nos brinda una obra maestra del humor negro. Su libro es hermoso, y bello como el encuentro de Nietzche, Arthur Clarke y Borges»
Jérôme Bindé, Le Nouvel Observateur

Anagrama
Traducción de Joaquín Jordá
Colección Argumentos
208 págs.

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jueves, 14 de noviembre de 2019

La lotería (02), de Shirley Jackson





La lotería
de Shirley Jackson

(Segunda de dos partes)

Jesús Guerra

En entradas anteriores escribí aquí un poco de la vida de la escritora norteamericana Shirley Jackson (nacida en 1916, y fallecida en 1965, a los 48 años); comenté y recomendé su famosísima novela La maldición de Hill House, que es una novela de terror sobrenatural, que autores como Stephen King y Neil Gaiman alaban muchísimo, y escribí también acerca de la conmoción que causó la publicación de su cuento «La lotería» en las páginas de la revista The New Yorker, en 1948.

En la presente entrada comento, de manera muy general, algunas de las características de los otros relatos del libro La lotería. Para comenzar, apunto los títulos de los 25 cuentos que forman este volumen en la edición en español:

* La lotería
* El embriagado
* El amante diablo
* Como lo hacía mamá
* Juicio por combate
* El periódico
* Mi vida con R. H. Macy
* La bruja
* El renegado
* Usted primero, mi querido Alphonse
* Charles
* Una tarde entre lino
* El jardín de flores
* Dorothy y mi abuela y los marineros
* Coloquio
* Elizabeth
* Una firma antigua y sólida
* El muñeco
* Siete tipos de ambigüedad
* Ven a bailar conmigo en Irlanda
* Por supuesto
* La columna de sal
* Los hombres y sus zapatotes
* El diente
* Carta de Jimmy

El orden de los cuentos es diferente al de la edición original del libro en inglés, aunque no sé si en ediciones norteamericanas posteriores este orden haya cambiado:

* The Intoxicated
* The Daemon Lover
* Like Mother Used to Make
* Trial by Combat
* The Villager
* My Life with R. H. Macy

II
* The Witch
* The Renegade
* After You, My Dear Alphonse
* Charles
* Afternoon in Linen
* Flower Garden
* Dorothy and My Grandmother and the Sailors

III
* Colloquy
* Elizabeth
* A Fine Old Firm
* The Dummy
* Seven Types of Ambiguity
* Come Dance with Me in Ireland

IV
* Of Course
* Pillar of Salt
* Men with Their Big Shoes
* The Tooth
* Got a Letter from Jimmy
* The Lottery

V
* Epilogue

Quizás el cambio más notable es la ubicación del cuento que le da título al libro, «La lotería», que en la edición en español es el primero y en la edición en inglés es el último. En nuestra edición no hay epílogo (quizá por ser ya anacrónico, pero no lo sé). Y en el volumen en nuestro idioma el relato llamado «El amante diablo» es el tercero cuando en inglés es el segundo. Y si menciono este relato es porque la edición original del libro se llamaba en inglés 'La lotería. Las aventuras de James Harris', y James Harris aparece, o por lo menos su nombre, en este cuento, pero aparece además en otros relatos del libro. Así que es un personaje importante.


Edición original


Ahora les explico la importancia de este James Harris. Existe una balada sobre este personaje (al referirme aquí a una «balada», no me refiero, evidentemente, a las canciones de amor que conocemos con ese nombre en nuestros días, sino a las composiciones poéticas que narran, en verso, sucesos tradicionales o leyendas, que se utilizaron desde fines de la Edad Media hasta el siglo XIX aproximadamente), y varias historias acerca del llamado «amante diablo», cuyo nombre era James Harris. Hay otras versiones de esa leyenda con otros nombres, pero el más conocido en Estados Unidos es Harris. Este personaje por lo general representa al seductor, o más bien a la fantasía femenina de lo que debe ser un hombre, es decir, el hombre ideal, el príncipe azul o algo así, aunque luego resulta que no lo es, que es más bien un engaño, un amante traicionero.

Hay más cambios en el orden del volumen. Para algunos lectores eso puede tener importancia al momento de leerlo. Para otros lectores, como yo, el orden de los cuentos de un libro generalmente no tiene importancia porque muy rara vez leo un libro de relatos en orden.

Los personajes centrales de estos relatos son siempre mujeres. En algunos casos son jóvenes de pueblos pequeños que se van a la gran ciudad a trabajar, a ganar dinero, a ser independientes, a «hacerla»; en otros, la situación se invierte: son también mujeres jóvenes, pero ahora recién casadas, a veces ya embarazadas de su primer hijo o ya con uno o dos niños pequeños, que son chicas que crecieron, estudiaron y trabajaron en la gran ciudad —y la gran ciudad normalmente es Nueva York o San Francisco—, mujeres que se han mudado a un pueblo pequeño por motivos de trabajo del marido o porque ambos tienen esa idea de que es mejor criar a sus hijos y formar una familia en una comunidad pequeña, alejados de los peligros y la corrupción que la mencionada gran ciudad representa.

Esto quiere decir que casi todos los personajes femeninos son una versión de la propia autora. Una versión ficticia, pero con raíces no sólo reales sino autobiográficas. Estas mujeres, al llegar a estos pueblos que son su nuevo hogar, se topan con que bajo la superficie de amabilidad de la gente hay una serie de actitudes que terminan por ser amenazantes para ellas, las recién llegadas. Y cuando es a la inversa, a pesar de todas sus esperanzas y deseos iniciales, terminan sucumbiendo, de una manera u otra, ante el peso enorme de la urbe, de la realidad.

Teniendo en cuenta que Shirley Jackson era mujer, y que todos sus personajes centrales son mujeres, me parece evidente que a las lectoras debe de interesarles de manera particular. No estoy diciendo, lo aclaro de una vez, que se trate de una literatura que no les interese a los hombres. A mí su libro me parece maravilloso. Pero supongo que a las mujeres que leen debe de interesarles de manera especial. El hecho de si su literatura es femenina o incluso feminista es otra cuestión, a la que no voy a entrar en este momento, aunque por supuesto son temas importantes. Así que, lectoras, les recomiendo a ustedes, de manera especial, este libro y a esta autora.


Edición en francés


Shirley Jackson tenía la enorme capacidad de describir y relatar escenas de todos los días, en contextos cercanos y familiares, momentos que no parecen interesantes a primera vista y que son, sin embargo, interesantísimos después de pasar por el filtro de su sensibilidad, y tenía muy buen ojo para los detalles, tanto del contexto familiar como del social; sus descripciones de los personajes y de sus acciones son de verdad estupendas; tenía también un gran oído para las conversaciones, para el lenguaje cotidiano, y una habilidad extraordinaria para escribir diálogos: ahí están los pequeños deslices, la intención de herir disfrazada de inocencia, las insinuaciones encubiertas, las amenazas veladas... Y me gustan de manera especial los llamados diálogos de sordos, que sabe utilizar de manera deslumbrante. Esto quiere decir que, aunque conversen, sus personajes no están interesados en escuchar al otro, sino sólo en hablar de lo suyo, en escuchar su propia voz. También me parece deslumbrante la manera en que Jackson va develándonos a los personajes a través de sus propias palabras.

Shirley Jackson insiste en algunos de los temas de sus relatos, que por cierto no son nunca el centro de la narración, sino elementos periféricos, lo cual los hace mucho más eficaces, como las diferencias entre la manera de pensar de los hombres y de las mujeres, que sirve para subrayar el sexismo imperante y la condición sometida de la mujer en los Estados Unidos a mediados del siglo XX; las amenazas o sugerencias inquietantes que se pueden encontrar en conversaciones aparentemente intrascendentes entre personajes cercanos; el egocentrismo, el mal que se puede ocasionar inadvertidamente; el mal como algo que se puede hacer o puede ocurrirnos al azar.

Jackson, en sus narraciones, parece decirnos que nuestra civilización es una fachada, la cual nos hace sentirnos seguros ya que en apariencia vivimos en un mundo civilizado, en una sociedad que parece preocupada por la seguridad y el bienestar de todos, sin embargo la violencia individual y grupal emerge con demasiada facilidad; nuestra idea de la modernidad en la que supuestamente vivimos puede convertirse en un mundo ajeno a nuestra condición «moderna»; lo inesperado surge en cualquier momento, así como nuestra condición salvaje; la tendencia humana a querer sobresalir aunque sea con mentiras, puede salirse de control sin que nos demos cuenta; nuestra tendencia a usar máscaras, a aparentar ser lo que no somos, a humillar a quienes percibimos como inferiores, a tratar de acabar con todo lo que sea diferente convierten nuestro avanzado mundo en una verdadera selva. Me parece especialmente interesante el retrato que realiza Shirley Jackson en varios de sus cuentos, de las personas que no sólo creen que están en lo correcto, sino que se creen atentas, bondadosas y amorosas, y que, sin embargo, son capaces de cometer tremendas injusticias y de actuar con extrema crueldad.

Las reflexiones que provocan estas narraciones son muchas. Los dejo para que sean ustedes quienes realicen sus propias cavilaciones, si deciden leer este libro exquisito, inquietante y sorprendente.

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La lotería. Shirley Jackson. Traducción de Hernán Sabaté. Debolsillo (1a. ed., marzo 2015). 326 págs.

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