lunes, 30 de enero de 2017

Primeras líneas: Oona y Salinger en tres idiomas


Primeras líneas...

Oona y Salinger

de Frédéric Beigbeder

en tres idiomas


Au début des années 2010, je me suis aperçu que je ne voyais plus personne de mon âge. J'étais entouré de gens qui avaient tous vingt ou trente années de moins que moi. Ma petite amie était née l'année de mon premier mariage. Où étaient passés ceux de ma génération ? Leur disparition avait été progressive : la plupart étaient occupés par leur travail et leurs enfents ; un jour, ils avaient cessé de sortir de leur bureaux ou de leur maisons.

[Oona & Salinger. Versión original en francés de Frédéric Beigbeder. Éditions Grasset & Fasquelle, Paris, 2014.]

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Al'inici de la dècada del 2010, em vaig adonar que ja no quedava amb gent de la meva edat. Estava envoltat de persones que tenien vint o trenta anys menys que jo. La meva xicota havia nascut l'any del meu primer casament. Què se n'havia fet, dels de la meva generació? La seva desaparició havia estat progressiva: la major part estaven ocupats den la seva feina i els seus nens; un dia, havien deixat de sortir dels seus despatxos o de les seves cases.

[Oona i Salinger. Traducción al catalán de Maria Llopis. Ara Llibres, Barcelona, 2016.]

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A principios de la década de 2010 caí en la cuenta de que ya no veía a nadie de mi edad. Estaba rodeado de personas veinte o treinta años más jóvenes que yo. Mi novia había nacido el año de mi primera boda. ¿Dónde se había metido la gente de mi generación? Su desaparición había sido progresiva: la mayoría andaban ocupados con el trabajo y los niños; un día habían dejado de salir de la oficina o de casa.

[Oona y Salinger. Traducción al español de Francesc Rovira. Editorial Anagrama, Barcelona, 2016.]





jueves, 26 de enero de 2017

Oona y Salinger, de Frédéric Beigbeder




Oona y Salinger
de Frédéric Beigbeder

Jesús Guerra

Los personajes
Los cuatro personajes principales, y algunos secundarios, fueron (uno aún lo es) celebridades, a su manera y en distintas proporciones: Oona O'Neill, J.D. Salinger, Charles Chaplin y Frédéric Beigbeder. Para quienes saben quiénes son, la idea de que se encuentren juntos en una novela suena interesante de entrada. A quienes no los identifican, permítanme presentárselos:
 
Edición francesa
Oona O'Neill nació en 1925 en las Bahamas, porque ahí estuvieron sus padres por un tiempo. Su madre fue la escritora Agnes Boulton, y su padre el célebre dramaturgo estadounidense Eugene O'Neill, quien ganó el Premio Nobel de Literatura en 1936. Sin embargo, el escritor abandonó a su familia por otra mujer, la actriz Carlotta Monterey, cuando Oona tenía apenas dos años de edad. Ella, por supuesto, siempre se sintió abandonada por su padre, a quien apenas vio unas cuantas veces en su vida. Oona era una joven inteligente y era guapísima. Y se codeaba con celebridades de la Nueva York de los años 40. Tuvo una relación amorosa breve con el joven escritor Jerome David Salinger, que se acabó cuando él entró al ejército para ir a pelear en la Segunda Guerra Mundial. Todo parece indicar que Salinger nunca la olvidó, aunque se casó y luego tuvo relaciones con diversas mujeres. Cuando el joven Salinger estaba en la guerra y Oona se había mudado a Los Ángeles con su madre, Oona conoció a Charles Chaplin, quien le llevaba 36 años de edad, y se casó con el cineasta: él tenía 54 años y ella 18.
Edición catalana

Oona fue la cuarta y última esposa de Chaplin, y tuvieron un matrimonio muy estable y feliz, por 34 años, hasta la muerte del cineasta en 1977. Oona murió 14 años después, a los 66 años. La vida de Oona se ha contado y analizado en varios libros.

En cuanto a Chaplin... ¿quién no conoce, algo por lo menos, de Charlie Chaplin, uno de los directores, guionistas, productores y actores más famosos de la historia del cine? Lo que quizá no todo mundo sepa de la vida de Chaplin es que en 1952, o sea cuando llevaba nueve años de casado con Oona, tuvieron prácticamente que huir de los Estados Unidos porque en esa época se vivía la locura anticomunista en ese país debido a la Guerra Fría, y debido al sentido social de las películas de Chaplin y porque él se negó a colaborar con el Comité de Actividades Anticomunistas —que dejó sin trabajo a muchos actores, directores y guionistas en Hollywood—, se le acusó a él de comunista, así que se fue a vivir a Suiza con su esposa y sus hijos. Y no volvió a pisar suelo estadounidense hasta que, poco antes de morir, Hollywood le entregó un Oscar honorífico por su carrera cinematográfica.

Edición polaca
El escritor Jerome David Salinger —quien firmaba sólo como J.D. Salinger—, nació en Nueva York el primero de enero de 1919. Tenía 21 años cuando conoció a Oona, que tenía en esa época 15 años. Al parecer él le escribió algunas cartas desde el frente, cartas que se han convertido en un gran misterio literario pues la familia Chaplin nunca ha querido publicarlas, ni siquiera ha permitido que los historiadores o investigadores literarios las lean. Salinger publicó, incluso durante la guerra, cuentos en varias revistas importantes de los Estados Unidos. Conoció a Hemingway en Europa durante la liberación de París. Luego de la guerra, en 1951, publicó la que sería su única novela, la obra que lo consagró y está considerada una de las obras literarias estadounidenses más importantes del siglo XX. En inglés se llama The Catcher in the Rye, que en español ha llevado dos títulos (pues la primera traducción es argentina y la segunda, española), El cazador oculto, se llamó primero, y en la edición que circula ahora El guardián entre el centeno.
 
Edición rumana
Si el carácter de Salinger ya era taciturno de joven, al regresar de la guerra, obviamente afectado por ella, se volvió extraño. Rehuía las fotografías y las entrevistas, y se mudó a vivir a una casa en medio de un bosque. Publicó algunos libros de cuentos y después, durante años, aunque se dice que siguió escribiendo, no volvió a publicar nada. Murió en el año 2010, a los 91 años de edad.

Finalmente, Frédéric Beigbeder, el novelista francés que escribió Oona y Salinger. No sólo escribió sobre estos personajes sino sobre sí mismo (aunque en realidad esto lo hace en casi todos sus libros) pues aparece en la obra, como narrador y como personaje. Beigbeder nació en 1965 y ha sido publicista, crítico literario para revistas impresas y programas de televisión, ensayista, novelista, guionista de cine, actor y director de cine. No es lo que llamaríamos un autor discreto. En 1990, a los 25 años, publicó Memorias de un joven loco, después Vacaciones en coma (1994), El amor dura tres años (1997), Historias en éxtasis (1999), 99 francos (en el 2000, pero como un año después fue introducido el euro, la reedición de la novela pasó a llamarse 13.99 euros, la cual tuvo mucho éxito y como es una crítica al mundo de la publicidad y él trabajaba en ese mundo, el libro provocó su despido fulminante), Windows on the World (en 2003, con el título así, en inglés, tanto en francés como en la traducción al español), El romántico egoísta (2005), Socorro, perdón (2007, continuación de 13.99 euros), Una novela francesa (2009) y en 2014 la novela que comentamos ahora, cuya traducción apareció en la Editorial Anagrama en 2016. De hecho, una buena parte de los libros mencionados de Frédéric Beigbeder pueden conseguirse en español en dicha casa editorial.

Edición rusa
Oona y Salinger, la novela
El autor ha subrayado que la mayor parte de los hechos narrados son hechos históricos, reales y comprobables. Lo que él ha inventado es lo que va en los huecos que la historia no puede tener documentados, o que, por diversos motivos, aunque existan documentos —como las famosas cartas que Salinger le escribió a Oona desde el frente de la Segunda Guerra Mundial—, los dueños de estos documentos —la familia Chaplin— no quieren publicar ni permiten a nadie leerlos. A este tipo de obras se les llama novelas sin ficción, a partir del nombre en inglés que le dio Truman Capote cuando publicó A sangre fría, que es Non-Fiction Novel. La traducción de esta etiqueta al francés le horroriza a Beigbeder, así que él prefiere otro término, en inglés, inventado por alguien más, el cual es Faction, que es la mezcla de las palabras fact ('hecho') y fiction ('ficción').
Edición italiana

Los dos personajes centrales, como ya vimos, son reales, pero con el tiempo se han vuelto míticos. Oona, por ser hija de un premio Nobel de Literatura, por su belleza, porque quizá pudo haber sido una estrella. Y Salinger, por su enorme talento, por ser un escritor estupendo que pudo haber escrito o publicado mucho más de lo que publicó, por ser una víctima de la guerra, por ser un excéntrico, que se ha convertido en uno de los escritores preferidos por escritores, tanto de la lengua inglesa como de otros idiomas, como el propio Beigbeder, de Francia, o como el cubano Leonardo Padura.

Oona y Salinger nos cuenta la historia de amor frustrada entre estos dos personajes desde que se conocen en 1940. Luego de sus encuentros iniciales pasan algunos meses y es entonces cuando entablan una relación amorosa, entre torpe, platónica y reprimida, que se interrumpe porque los Estados Unidos entran a la Segunda Guerra Mundial y el joven Salinger entra al ejército. Su relación, si la hubo oficialmente, ya había terminado, pero, como ya se mencionó, el joven escritor y soldado Salinger le escribió algunas cartas a Oona, primero desde las bases dentro de los Estados Unidos a las que fue asignado, y después desde el frente europeo. Estas cartas son un hecho, pero como nadie las puede leer, el contenido de esas cartas (por lo menos de algunas pocas) lo crea Frédéric Beigbeder para esta novela, y yo diría que con bastante éxito. No podemos saber si corresponden con la realidad, pero para esta obra funcionan de maravilla. La novela nos cuenta también algunos de los episodios de la Segunda Guerra Mundial en los que participó Salinger y que evidentemente lo afectaron también (le tocó participar en el famoso desembarco en Normandía, y en la Liberación de París, y justamente ahí, en París, cuando entraron las tropas aliadas, fue cuando Salinger conoció a Ernest Hemingway, con quien tiene unos espléndidos diálogos). Beigbeder nos narra también algunas cosas de la relación de Oona con Chaplin, y llega a contarnos un encuentro imaginario, muchos años después, entre Oona y Salinger, en Nueva York, cuando ya Oona era la viuda de Chaplin.
Edición de bolsillo,
francesa

Beigbeder, fiel a su estilo, se detiene en otros temas también, como algunos secretos del vergonzoso comportamiento de las tropas estadounidenses en Francia al final de la Segunda Guerra Mundial que son bastante chocantes. Como ya mencioné, el autor se mete en la novela, y esto se debe a que ésta es una de esas obras que nos cuenta tanto la historia central como el proceso de la escritura de la propia novela; Beigbeder escribe de la fascinación que siente por la obra de Salinger y de la importancia que tiene para muchos otros escritores del mundo; nos plantea teorías sociológicas sobre por qué en nuestro tiempo la gente se niega a envejecer y de la influencia, tanto de la novela de Salinger como de las películas de Chaplin, en esta característica de nuestro tiempo (yo hubiera hablado de la «posible» influencia de la novela de Salinger en este asunto pero el autor no lo duda, aunque quizá sea un efecto de sus años como publicista, pues escribe: «Su teoría era seguramente pueril, sin duda falsa y quizá peligrosa, pero Salinger inventó la ideología de la que yo era víctima consentidora». Y más adelanta remata así: «Salinger es el escritor que ha hecho que a los humanos les repugne envejecer»); y nos habla también —quizá sea algo más que una justificación—, de las relaciones de gente famosa en las que hay una marcada diferencia de edad entre los maridos y sus esposas, pues es un rasgo compartido en las relaciones de Chaplin, en general, pero en particular con Oona; de Salinger, quien tuvo varias relaciones con mujeres mucho más jóvenes que él, y del propio autor de esta novela, pues Frédéric Beigbeder se casó con una mujer 20 o 25 años más joven, en los meses en que escribía este libro.

¿Qué tan buena es esta novela? Yo creo que eso depende de cada lector. Si están interesados en la obra y en la vida de J.D. Salinger, o en la vida de Chaplin, o si son admiradores de Oona O'Neill, o incluso si están interesados en ciertos aspectos de la Segunda Guerra Mundial, este libro les resultará particularmente interesante, simplemente por la información que brinda. También les va a gustar si les han gustado algunas de las novelas anteriores de Beigbeder. A mí el libro me gustó mucho. Me parece que está bien investigado, que está bien escrito, que los personajes están tratados con respeto, y el hecho de que Beigbeder aparezca constantemente no me molesta en absoluto. Además, creo que la novela está bastante bien lograda.

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Oona y Salinger. Frédéric Beigbeder. Editorial Anagrama, colección Panorama de Narrativas. 1a. ed., febrero 2016. 296 págs.