Oona y Salinger
de Frédéric Beigbeder
Jesús Guerra
Los personajes
Los cuatro personajes principales, y algunos secundarios,
fueron (uno aún lo es) celebridades, a su manera y en distintas proporciones:
Oona O'Neill, J.D. Salinger, Charles Chaplin y Frédéric Beigbeder. Para quienes
saben quiénes son, la idea de que se encuentren juntos en una novela suena
interesante de entrada. A quienes no los identifican, permítanme
presentárselos:
Oona O'Neill nació en 1925 en las Bahamas, porque ahí
estuvieron sus padres por un tiempo. Su madre fue la escritora Agnes Boulton, y
su padre el célebre dramaturgo estadounidense Eugene O'Neill, quien ganó el
Premio Nobel de Literatura en 1936. Sin embargo, el escritor abandonó a su
familia por otra mujer, la actriz Carlotta Monterey, cuando Oona tenía apenas
dos años de edad. Ella, por supuesto, siempre se sintió abandonada por su
padre, a quien apenas vio unas cuantas veces en su vida. Oona era una joven
inteligente y era guapísima. Y se codeaba con celebridades de la Nueva York de
los años 40. Tuvo una relación amorosa breve con el joven escritor Jerome David
Salinger, que se acabó cuando él entró al ejército para ir a pelear en la
Segunda Guerra Mundial. Todo parece indicar que Salinger nunca la olvidó,
aunque se casó y luego tuvo relaciones con diversas mujeres. Cuando el joven
Salinger estaba en la guerra y Oona se había mudado a Los Ángeles con su madre,
Oona conoció a Charles Chaplin, quien le llevaba 36 años de edad, y se casó con
el cineasta: él tenía 54 años y ella 18.
Edición catalana |
Oona fue la cuarta y última esposa de Chaplin, y tuvieron
un matrimonio muy estable y feliz, por 34 años, hasta la muerte del cineasta en
1977. Oona murió 14 años después, a los 66 años. La vida de Oona se ha contado
y analizado en varios libros.
En cuanto a Chaplin... ¿quién no conoce, algo por lo
menos, de Charlie Chaplin, uno de los directores, guionistas, productores y
actores más famosos de la historia del cine? Lo que quizá no todo mundo sepa de
la vida de Chaplin es que en 1952, o sea cuando llevaba nueve años de casado
con Oona, tuvieron prácticamente que huir de los Estados Unidos porque en esa
época se vivía la locura anticomunista en ese país debido a la Guerra Fría, y
debido al sentido social de las películas de Chaplin y porque él se negó a
colaborar con el Comité de Actividades Anticomunistas —que dejó sin trabajo a
muchos actores, directores y guionistas en Hollywood—, se le acusó a él de
comunista, así que se fue a vivir a Suiza con su esposa y sus hijos. Y no
volvió a pisar suelo estadounidense hasta que, poco antes de morir, Hollywood
le entregó un Oscar honorífico por su carrera cinematográfica.
Edición polaca |
El escritor Jerome David Salinger —quien firmaba sólo como
J.D. Salinger—, nació en Nueva York el primero de enero de 1919. Tenía 21 años
cuando conoció a Oona, que tenía en esa época 15 años. Al parecer él le
escribió algunas cartas desde el frente, cartas que se han convertido en un
gran misterio literario pues la familia Chaplin nunca ha querido publicarlas,
ni siquiera ha permitido que los historiadores o investigadores literarios las
lean. Salinger publicó, incluso durante la guerra, cuentos en varias revistas
importantes de los Estados Unidos. Conoció a Hemingway en Europa durante la
liberación de París. Luego de la guerra, en 1951, publicó la que sería su única
novela, la obra que lo consagró y está considerada una de las obras literarias
estadounidenses más importantes del siglo XX. En inglés se llama The Catcher
in the Rye, que en español ha llevado dos títulos (pues la primera traducción
es argentina y la segunda, española), El cazador oculto, se llamó
primero, y en la edición que circula ahora El guardián entre el centeno.
Si el carácter de Salinger ya era taciturno de joven, al
regresar de la guerra, obviamente afectado por ella, se volvió extraño. Rehuía
las fotografías y las entrevistas, y se mudó a vivir a una casa en medio de un
bosque. Publicó algunos libros de cuentos y después, durante años, aunque se
dice que siguió escribiendo, no volvió a publicar nada. Murió en el año 2010, a
los 91 años de edad.
Finalmente, Frédéric Beigbeder, el novelista francés que
escribió Oona y Salinger. No sólo escribió sobre estos personajes sino
sobre sí mismo (aunque en realidad esto lo hace en casi todos sus libros) pues
aparece en la obra, como narrador y como personaje. Beigbeder nació en 1965 y
ha sido publicista, crítico literario para revistas impresas y programas de
televisión, ensayista, novelista, guionista de cine, actor y director de cine.
No es lo que llamaríamos un autor discreto. En 1990, a los 25 años, publicó Memorias
de un joven loco, después Vacaciones en coma (1994), El amor dura
tres años (1997), Historias en éxtasis (1999), 99 francos (en
el 2000, pero como un año después fue introducido el euro, la reedición de la
novela pasó a llamarse 13.99 euros, la cual tuvo mucho éxito y como es
una crítica al mundo de la publicidad y él trabajaba en ese mundo, el libro
provocó su despido fulminante), Windows on the World (en 2003, con el
título así, en inglés, tanto en francés como en la traducción al español), El
romántico egoísta (2005), Socorro, perdón (2007, continuación de 13.99
euros), Una novela francesa (2009) y en 2014 la novela que
comentamos ahora, cuya traducción apareció en la Editorial Anagrama en 2016. De
hecho, una buena parte de los libros mencionados de Frédéric Beigbeder pueden
conseguirse en español en dicha casa editorial.
Edición rusa |
Oona y Salinger, la novela
El autor ha subrayado que la mayor parte de los hechos
narrados son hechos históricos, reales y comprobables. Lo que él ha inventado
es lo que va en los huecos que la historia no puede tener documentados, o que,
por diversos motivos, aunque existan documentos —como las famosas cartas que
Salinger le escribió a Oona desde el frente de la Segunda Guerra Mundial—, los
dueños de estos documentos —la familia Chaplin— no quieren publicar ni permiten
a nadie leerlos. A este tipo de obras se les llama novelas sin ficción,
a partir del nombre en inglés que le dio Truman Capote cuando publicó A
sangre fría, que es Non-Fiction Novel. La traducción de esta
etiqueta al francés le horroriza a Beigbeder, así que él prefiere otro término,
en inglés, inventado por alguien más, el cual es Faction, que es la
mezcla de las palabras fact ('hecho') y fiction ('ficción').
Edición italiana |
Los dos personajes centrales, como ya vimos, son reales,
pero con el tiempo se han vuelto míticos. Oona, por ser hija de un premio Nobel
de Literatura, por su belleza, porque quizá pudo haber sido una estrella. Y
Salinger, por su enorme talento, por ser un escritor estupendo que pudo haber
escrito o publicado mucho más de lo que publicó, por ser una víctima de la
guerra, por ser un excéntrico, que se ha convertido en uno de los escritores
preferidos por escritores, tanto de la lengua inglesa como de otros idiomas,
como el propio Beigbeder, de Francia, o como el cubano Leonardo Padura.
Oona y Salinger nos cuenta la historia de amor frustrada entre estos dos
personajes desde que se conocen en 1940. Luego de sus encuentros iniciales
pasan algunos meses y es entonces cuando entablan una relación amorosa, entre
torpe, platónica y reprimida, que se interrumpe porque los Estados Unidos
entran a la Segunda Guerra Mundial y el joven Salinger entra al ejército. Su
relación, si la hubo oficialmente, ya había terminado, pero, como ya se mencionó,
el joven escritor y soldado Salinger le escribió algunas cartas a Oona, primero
desde las bases dentro de los Estados Unidos a las que fue asignado, y después
desde el frente europeo. Estas cartas son un hecho, pero como nadie las puede
leer, el contenido de esas cartas (por lo menos de algunas pocas) lo crea
Frédéric Beigbeder para esta novela, y yo diría que con bastante éxito. No
podemos saber si corresponden con la realidad, pero para esta obra funcionan de
maravilla. La novela nos cuenta también algunos de los episodios de la Segunda
Guerra Mundial en los que participó Salinger y que evidentemente lo afectaron
también (le tocó participar en el famoso desembarco en Normandía, y en la
Liberación de París, y justamente ahí, en París, cuando entraron las tropas
aliadas, fue cuando Salinger conoció a Ernest Hemingway, con quien tiene unos
espléndidos diálogos). Beigbeder nos narra también algunas cosas de la relación
de Oona con Chaplin, y llega a contarnos un encuentro imaginario, muchos años
después, entre Oona y Salinger, en Nueva York, cuando ya Oona era la viuda de
Chaplin.
Edición de bolsillo, francesa |
Beigbeder, fiel a su estilo, se detiene en otros temas
también, como algunos secretos del vergonzoso comportamiento de las tropas
estadounidenses en Francia al final de la Segunda Guerra Mundial que son
bastante chocantes. Como ya mencioné, el autor se mete en la novela, y esto se
debe a que ésta es una de esas obras que nos cuenta tanto la historia central
como el proceso de la escritura de la propia novela; Beigbeder escribe de la
fascinación que siente por la obra de Salinger y de la importancia que tiene
para muchos otros escritores del mundo; nos plantea teorías sociológicas sobre
por qué en nuestro tiempo la gente se niega a envejecer y de la influencia,
tanto de la novela de Salinger como de las películas de Chaplin, en esta
característica de nuestro tiempo (yo hubiera hablado de la «posible» influencia
de la novela de Salinger en este asunto pero el autor no lo duda, aunque quizá
sea un efecto de sus años como publicista, pues escribe: «Su teoría era
seguramente pueril, sin duda falsa y quizá peligrosa, pero Salinger inventó la
ideología de la que yo era víctima consentidora». Y más adelanta remata así:
«Salinger es el escritor que ha hecho que a los humanos les repugne envejecer»);
y nos habla también —quizá sea algo más que una justificación—, de las
relaciones de gente famosa en las que hay una marcada diferencia de edad entre
los maridos y sus esposas, pues es un rasgo compartido en las relaciones de
Chaplin, en general, pero en particular con Oona; de Salinger, quien tuvo
varias relaciones con mujeres mucho más jóvenes que él, y del propio autor de
esta novela, pues Frédéric Beigbeder se casó con una mujer 20 o 25 años más
joven, en los meses en que escribía este libro.
¿Qué tan buena es esta novela? Yo creo que eso depende de
cada lector. Si están interesados en la obra y en la vida de J.D. Salinger, o
en la vida de Chaplin, o si son admiradores de Oona O'Neill, o incluso si están
interesados en ciertos aspectos de la Segunda Guerra Mundial, este libro les
resultará particularmente interesante, simplemente por la información que
brinda. También les va a gustar si les han gustado algunas de las novelas anteriores
de Beigbeder. A mí el libro me gustó mucho. Me parece que está bien
investigado, que está bien escrito, que los personajes están tratados con
respeto, y el hecho de que Beigbeder aparezca constantemente no me molesta en
absoluto. Además, creo que la novela está bastante bien lograda.
. . . . . . . . . . . . . . .
Oona y Salinger. Frédéric Beigbeder. Editorial
Anagrama, colección Panorama de Narrativas. 1a. ed., febrero 2016. 296 págs.
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