Recomendaciones
de la Librería del Fondo Carlos Monsiváis
Tres desconocidas
Patrick Modiano
Tres desconocidas. Tres personajes femeninos. Tres voces.
Tres historias. Tres chicas que dejan atrás la adolescencia para adentrarse en
las incertidumbres y pesares de la vida adulta. Son las suyas existencias
insignificantes, anónimas, marcadas por la huida, el desarraigo y la soledad.
Estamos en los años sesenta: el turismo de masas empieza a ser una realidad,
los abrigos de astracán están de moda, la guerra de Argelia es una presencia
difusa, en una jukebox suena «A Whiter Shade of Pale» y la sociedad está
cambiando.
La primera de estas tres muchachas, mecanógrafa que sueña
con convertirse en maniquí, se marcha de Lyon con rumbo a París, donde no
conoce a nadie, pero lleva en el bolsillo las señas de una mujer con la que
coincidió durante unas vacaciones en España. En las calles parisinas iniciará
una relación con un hombre enigmático que oculta algunos secretos. Tras fugarse
del internado cerca de Annecy en el que ha pasado su adolescencia, la segunda
chica encuentra trabajo en un hotel de lujo como dama de compañía de una
anciana y como niñera. Y una situación de acoso sexual en la que se ve envuelta
desembocará en tragedia. La tercera llega a París con diecinueve años
procedente de Londres, se instala en el taller de un pintor que está pasando
una larga temporada en Mallorca e inicia una relación con un profesor de
filosofía a través del cual entrará en contacto con una extraña secta... Son
tres mujeres jóvenes en busca de su identidad, y en el viaje que cada una de
ellas emprende se sucederán encuentros inquietantes. Patrick Modiano dibuja con
tenues pinceladas escenarios evanescentes —calles parisinas, hoteles
señoriales, estaciones de tren...— y personajes ambiguos y fugaces que generan
en las protagonistas más incertezas que certidumbres. El premio Nobel francés
relata tres viajes iniciáticos, tres recorridos vacilantes por el mundo a veces
incomprensible, a veces doloroso y a veces peligroso de los anhelos y los
afectos. Y el resultado, una vez más, es una pieza de orfebrería literaria,
absorbente y deslumbrante, llena de matices, ecos y misterios.
«Tres personajes emblemáticos del universo de Modiano.
Anónimas e inolvidables, estas desconocidas llevan el juego del autor con sus
obsesiones al punto de la perfección» (Josyane Savigneau, Le Monde).
«Unos relatos perturbadores y conmovedores. La emoción
nace de las voces femeninas en primera persona que los narran y de las
evocaciones autobiográficas que emanan de ellas» (Christine Bini, La Règle
du jeu).
«El Proust de nuestro tiempo» (Academia Sueca).
Anagrama
Colección Panorama de Narrativas
Traducción de María Teresa Gallego Urrutia
184 págs.
. . . . .
Mala letra
Sara Mesa
La autora de este libro coge mal el lápiz. Lo ha cogido
mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque
«hay que escribir como Dios manda», e, incapaz de aprender, ha seguido
cogiéndolo mal hasta el día de hoy, con todas las consecuencias. Porque...
¿puede acaso salir buena letra de un lápiz torcido? Ésta es una de las
cuestiones que planean sobre este conjunto de cuentos: la de la escritura
indócil, libre y acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que
destroza los recuerdos y hace de ellos otra cosa.
Las historias que aparecen en este volumen abordan temas
como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos «pequeños instantes,
epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan»,
cuando «algo se quiebra, y todo cambia». Niños que se resisten a obedecer y que
viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer; chicas rebeldes cuya
rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable; seres atormentados —o no—
por los remordimientos y las dudas; picabueyes y nutrias que representan
agresión o consuelo; el desconcierto de vidas en apariencia normales que a
veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de cometerlos.
Sara Mesa ha construido un conjunto sólido y coherente de
voces con su ya peculiar estilo tensado y sin artificios, que se revela aún más
depurado en el manejo de las formas cortas. La finalista del Premio Herralde de
Novela 2012 con Cuatro por cuatro y autora de Cicatriz, perturbadora novela que
obtuvo un notable éxito entre los lectores y la crítica, entrega ahora su libro
quizá más personal e intimista.
Este libro confirma los diagnósticos de Rafael Chirbes:
«Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje trabajada con precisión de
orfebre», y Marta Sanz: «Una escritura desnuda y fría, repleta de imágenes
poderosas que desasosiegan en la misma medida que magnetizan.»
«Sin duda posible, Sara Mesa es uno de los nombres del
momento, y todo hace pensar que lo seguirá siendo –creciendo, acumulando,
extendiéndose– en el futuro de la literatura española… Su realismo no es
escueto. Sara Mesa se las ingenia –sabe hacerlo de maravilla– para crear
atmósferas intrigantes, turbadoras, incluso terroríficas sin despegarse de lo
reconocible, indagando, metiendo el dedo, hurgando en lances, escenarios y
emociones, dando a sus personajes una profunda dimensión psicológica,
inquietante a más no poder, que va mucho más allá del realismo del decorado y
el paisaje, por lo demás minuciosamente descritos cuando procede… El universo
de estos cuentos es un universo enfermo, doloroso, antipático, hasta podríamos
decir que escabroso pero, empezando a leer, es imposible despegarse… Juego de
espejos, ironía crítica, desdoblamiento, efecto de distanciamiento (para ir al
grano): la escritora es la creadora y su criatura. Se hace sangre. Con una
pregunta ajena, se pregunta y nos pregunta. ¿Qué opináis?, ¿os parezco tan
desagradable?, ¿cómo sois vosotros? Gran libro» (Manuel Hidalgo, El Mundo).
«Una escritora muy sólida… Esta colección certifica la
fecundidad de una imaginación muy porosa a los aspectos sórdidos, aunque
velados, de una cotidianidad hostil… Los personajes de estas historias se
hallan como disueltos en la realidad, pero sin formar parte de ella, repudiados
de sus favores, desprotegidos y, no obstante, en permanente tensión de una
ayuda que nunca llega. Sara Mesa registra admirablemente esa zona de penumbra
con una escritura serena y vibrante a un tiempo y, con frecuencia, con trazos
en apariencia desganados que crean la atmósfera de un contorno amenazante»
(Francisco Solano, El País).
«La rebeldía es el tema en común de los relatos que Sara
Mesa reúne en Mala letra, protagonizados por personajes problemáticos,
varios de ellos niños que se resisten a obedecer y viven con desconcierto el
proceso hacia la adolescencia… Un libro excelente y alegato contra la pedagogía
que nos quiere hacer a todos iguales» (Elena Sierra, El Correo Español).
«Sara Mesa es buena escritora, muy atenta a los detalles
psicológicos, cuidadora del estilo, algo que ya sabíamos por sus novelas» (J.
M. Pozuelo Yvancos, ABC).
«Con una extensa capa de tragedia, la escritora sevillana
condensa en breves narraciones la amargura de un ser sensible, variado en cada
una de las historias» (Víctor González, Culturamas).
«Sara Mesa ha escrito once relatos llenos de recovecos, de
espejos y de sorpresas, de momentos de nuestra vida cotidiana que sin embargo
nos sorprenden de repente. Porque tiene una forma de construir los relatos de
forma que nos deja ver nuestra realidad sin filtros… No se lo pierdan» (Antonio
Martínez Asensio, blog de Antena3 Tiempo de silencio).
«Once relatos cortos que asustan como los de Edgar Alan
Poe; que enternecen, como los de Haruki Murakami; que sorprenden, como los de
Julio Cortázar; que descolocan, como los de Ray Bradbury; que llegan al alma,
como los de Ernest Hemingway. La lección final de Mala Letra es que, por
muy escondida que creamos tener nuestra infancia, por mucho que hayamos cerrado
los cajones de la culpa, están ahí. Date la vuelta. Sí, ahí. Justo ahí» (Sara
Vítores, InfoLibre).
«Once relatos potentes, algunos de ellos, magistrales, lo
que para mí es “gran literatura”, sin artificios ni piruetas» (Eric Gras Cruz, El
Periódico Mediterráneo).
Anagrama
Colección Narrativas Hispánicas
200 págs.
. . . . .
Oona y Salinger
Frédéric Beigbeder
Nueva York, 1940. J. D. Salinger es un chico larguirucho
de veintiún años. Escribe relatos e intenta que se los publiquen las revistas
literarias del momento. Oona O’Neill tiene quince años y es hija del gran
dramaturgo Eugene O’Neill. Es tremendamente bella y se codea con lo más granado
de la sociedad neoyorquina. Oona y Salinger se conocen y salen durante un
tiempo. Pero al cabo de dos años, tras el bombardeo de Pearl Harbor, Salinger
se alista en el ejército y se separan. Él participa en el desembarco de
Normandía y ella se casa en 1943 con Charles Chaplin, con quien permanecerá
hasta la muerte de él, en 1977, y tendrá ocho hijos. Salinger escribe a Oona
cartas que nunca han salido a la luz.
Hasta aquí los hechos conocidos. Pero Frédéric Beigbeder,
fascinado por los protagonistas de este relato interrumpido, decide contarnos
la historia entera. Rellena los huecos, recrea lugares y ambientes, fabula
diálogos. Incluso reescribe las cartas de los amantes e imagina un último
encuentro fugaz, al cabo de cuarenta años, en Grand Central Station. En un
inteligente ejercicio de historia ficción, o de faction, como lo llama él,
consigue conmovernos con la historia de amor y desamor de dos personajes que
terminaron teniendo su papel en la historia del siglo XX.
Y, por el camino, el autor nos habla del Nueva York de los
años cuarenta, de la Segunda Guerra Mundial, de cine, de literatura. Y da voz a
Truman Capote, Ernest Hemingway o Charlie Chaplin, entre otros. Y escribe
también, cómo no, sobre sí mismo. Sobre su obsesión por seguir siendo joven a
pesar de la edad, su admiración por el autor de El guardián entre el centeno y
su amor platónico por Oona, sobre su condición de escritor. Y hasta sobre su
romance con su actual esposa, veinticinco años más joven que él, que quiere ver
como un reflejo de la relación entre Chaplin y Oona O’Neill, o entre Salinger y
sus jóvenes amantes. Socarrón, como siempre, Beigbeder salpimenta el conjunto
con sus acostumbradas píldoras de sabiduría vital: «La vejez es cuando empiezas
a tener tiempo para interesarte por los nombres de los pájaros.»
«Ha escrito bellas escenas de guerra y de amor, ha
retratado a los míticos Hemingway, Capote, Chaplin, y ha hecho que Salinger
resulte humano y conmovedor. ¿Alguien da más?» (Bruno Corty, Le Figaro).
«Con este rico material, Beigbeder ha construido un relato
fluido y bien documentado. Lo mejor: cuando imagina las cartas desesperadas de
Salinger a Oona, esas cartas que los herederos de Chaplin nunca han querido
hacer públicas» (Jérôme Dupuis, L’Express).
«Divertido y conmovedor, apasionado y distante, Oona y
Salinger se lee con fervor» (Thierry Gandillot, Les Echos).
«Beigbeder es un escritor sabio. Es capaz de transformar
una historia anecdótica en una superproducción. Se ha documentado con avidez, y
con todos los ingredientes ha montado la nata de una ficción que mezcla escenas
y diálogos inventados. A veces, él mismo sale a escena. Al contar a los demás,
Beigbeder se cuenta a sí mismo» (B. Géniès, Le Nouvel Observateur).
Anagrama
Colección Panorama de Narrativas
Traducción de Francesc Rovira
296 págs.
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