Recomendaciones
de la Librería del Fondo Carlos
Monsiváis
La caída
Memorias de un padre en 424
pasos
Diogo Mainardi
El libro arranca con una frase
escueta, demoledora: «Tito tiene parálisis cerebral.» Es el primero de los 424
pasos en que se divide este testimonio literario escrito a pinceladas, a
fogonazos, sin caer en el sentimentalismo desbordado, sin dejarse arrastrar por
la autocompasión. Diogo Mainardi es un periodista y escritor brasileño. Cuando
nació su hijo Tito, él y su familia vivían en Venecia y un error imperdonable
de la ginecóloga provocó que al niño le faltase oxígeno durante el parto. Lejos
de sucumbir a la desolación, el autor se hizo un propósito: «Yo acepté la
parálisis cerebral de Tito. La acepté con naturalidad. La acepté con
deslumbramiento. La acepté con entusiasmo. La acepté con amor», porque, como
dice más adelante: «Tener un hijo con parálisis cerebral es la aventura más
emocionante que existe.»
La caída es el relato de esta aventura,
la lucha por sacar adelante a Tito, por comunicarse con él, por conseguir que
camine, en un recorrido que lleva de Venecia a las playas de Ipanema, a Boston
y de regreso a Venecia. Y esta aventura se lleva a cabo con un bagaje cultural
que ayuda al padre a entender lo sucedido y a plasmarlo literariamente: desde
Proust y su obsesión por la memoria y las analogías con Rembrandt y su hijo,
también llamado Tito, hasta Freud, Abbott y Costello, Dante, John Ruskin, Ezra
Pound, el videojuego Assassin’s Creed II, los componentes de U2 y su amigo de
infancia, Vértigo de Hitchcock, Pietro Lombardo y Tintoretto, Shakespeare,
Leopardi, pasando por Neil Young, que también ha vivido la experiencia de tener
un hijo con parálisis cerebral... El resultado es un libro bellísimo, lúcido e
inimitable que nos habla de la paternidad, del amor, de la voluntad de
superación, de la comprensión del diferente y de la pasión por la vida.
«El conmovedor retrato de la
relación con un niño y un lugar. Es un libro singular: alternativamente
desgarrador, furioso y lírico» (Edmund de Waal).
«Un enriquecedor paseo sin
concesiones al lugar común por la paternidad, la parálisis cerebral, la
historia del arte y ese misterio cotidiano que es el amor. Un libro sabio,
bondadoso y emocionante» (David Mitchell).
«La novela de un amor
incondicional. Una historia de todos» (Roberto Ferrucci, Corriere del Veneto).
«Experimental y rebosante de
cultura. Veraz y literario. Artificioso y al mismo tiempo de una honestidad y
de una sinceridad apabullantes. Lleno de dolor y lleno de felicidad. Vital y
con reflexiones rebosantes de sabiduría» (Roberto Cotroneo, Il Messaggero).
«Un libro maravilloso, en el que
cada página, cada espacio en blanco, cada párrafo, es una caricia de amor
incondicional de un padre hacia su hijo» (Marco Filoni, Il Fatto Quotidiano).
«Un libro conmovedor y hermoso,
lleno de rabia y de preguntas, lírico y literario» (Iain Finlayson, Saga).
«Una obra maestra en la mejor
tradición memorialística» (New York Times Book Review).
Diogo Mainardi (São Paulo, 1962) es escritor, productor, guionista de cine y
columnista en la revista Veja. Además participa en el programa televisivo
Manhattan Connection, del canal GloboNews. Ha publicado las novelas Malthus
(Premio Jabuti), Arquipélago, Poligono das secas, Contra o Brasil y las
crónicas de A tapas e pontapés y Lula é minha anta. Vive en Venecia.
Anagrama
Traducción de Rita da Costa
Panorama de Narrativas
176 págs.
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Dora Maar
Prisionera de la mirada
Alicia Dujovne Ortiz
Dora Maar, la musa de Man Ray,
la compañera de Louis Chavance y de Georges Bataille, la amante de Picasso que,
tras someterse a sus pruebas de humillación, no las supera y termina
convirtiéndose en «la mujer que llora»; retratada por muchos, posando para ojos
siempre escrutadores de su representación, se descubre en esta biografía como
una esteta, una artista cuya gran obsesión reside en su mirada y que encuentra
el placer de su tortura en su ser como Mira-Dora. Alicia Dujovne describe toda
una época y nos invita a recorrerla junto a las estrellas del arte de
vanguardia, con el pretexto de conocer a una mujer icónica y misteriosa y de
desvelar los detalles de una personalidad sensible, pero oculta.
Escrita en un estilo
detectivesco, descubriendo paso a paso nuevas pistas, la autora nos conduce, a
través de los hechos, las relaciones y la psicología, hacia las razones que
determinaron el doble encierro de Dora Maar: el terrenal, en el manicomio de
Sainte-Anne de París, y el espiritual, en un misticismo solitario que se
prolonga hasta su muerte en 1997.
La autora:
Alicia Dujovne nació en Buenos
Aires (Argentina, 1940) en el seno de una familia atípica que marcará su obra
de manera indiscutible. Hija de una escritora feminista y de un comprometido
activista político fundador del Partido Comunista Argentino, Dujovne heredará
el amor por la letra escrita y el orgullo y la carga de un espíritu nómada,
marginal, crisol de culturas, razas y religiones.
Su amplia trayectoria
periodística arranca en diarios patrios como La Opinión cuya oposición a
la dictadura forzó su huída a Europa, concretamente a París donde reside desde
1978. Dicha partida marca un antes y un después en su obra pasando de una etapa
mística (especialmente poética) a otra centrada en el exilio qué dará lugar a
su segunda novela: El agujero en la tierra (1983).
Desde entonces su fructífera voz
alternará entre indispensables biografías de personajes célebres cargadas de
empatía (Maradona soy yo [1993], Eva Perón, la biografía [1995] o
El camarada Carlos [2007]), a novelas de tintes autobiográficos e
históricos como Mireya (1998), Anita cubierta de arena (2003), Las
perlas rojas (2005), La muñeca rusa (2009), Un corazón tan recio
(2012) o ¿Quién mato a Diego Duarte? Crónicas de la basura (2012).
Vaso Roto
Colección Umbrales
360 págs.
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Viaje
Crónicas
Eugenio Partida
Entre imágenes de reiterados
estereotipos del cine estadounidense y una áspera y constante confrontación con
la realidad —las diversas, pasmosas y paradójicas realidades—, Eugenio Partida
narra con una prosa a veces aerodinámica y a veces parsimoniosa —siempre ruda,
desaseada a veces, sin florituras— lo que pasa ante sus ojos y, principalmente,
lo que le sucede a él. Es el propio autor el protagonista de estas crónicas que
algo tienen de gonzo y algo más de agobiante viaje iniciático; introspección en
una isla frente a las costas de Alaska; odisea interior en bares de Tijuana o
Lisboa; estudio de la naturaleza humana en el zoco de Marrakech. Travesías que
son a un tiempo búsqueda y persecución del ideal del escritor —si es que hay
tal. Por estas historias se perciben las huellas fantasmales de Lowry, de
Bukowski, de Hemingway, de Bowles. Lo cual no significa que la escritura de
Partida sea subsidiaria o derivativa. Todo lo contrario. Su voz original es
atropellada, bronca e inconforme, inundada de una franqueza dolorosa que nos
lleva a sentir y compartir su solitaria desazón, sus resacas irremediables, su
admiración y su contento, su fastidio. Nada más alejado de las definiciones
habituales del periodismo correcto y cansón que nos asestan los nuevos héroes
del «nuevo» «periodismo narrativo». La crónica no es un extravagante
ornitorrinco, no éstas que escribe Partida: reportajes de sí mismo en el centro
de la vorágine demoníaca que se materializa en cada paraje que pisa. Un demonio
grande y bonachón que ordena las palabras solamente para que nosotros podamos
atisbar y sentir el vértigo en la orilla de un mundo en perfecta entropía. [Del
prólogo del libro, de Rogelio Villarreal]
Ediciones El Salario del Miedo /
UANL / Almadía
300 págs.
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