La desaparición de Stephanie Mailer
de Joël Dicker
Jesús Guerra
El primer libro de éxito de Joël Dicker (Harry Quebert)
es, sobre todo, un thriller, una novela policiaca, y está narrada por el
escritor estadounidense Marcus Goldman (esa especie de alter-ego norteamericano
del autor). El libro de los Baltimore no es propiamente un thriller, aunque tiene mucho de suspenso
también, sino un drama familiar, y está narrado también por Marcus Goldman.
El libro que les comento hoy, el tercer gran éxito de Joël
Dicker, es —otra vez, como la primera de estas tres obras— una novela
policiaca, pero no está narrada por Marcus Goldman, personaje que ni siquiera
aparece aquí, sino que está narrado por varios personajes, cada uno dando su
punto de vista, y también algunos de los pasajes están contados por un narrador
omnisciente.
La estructura de la obra es muy parecida a la de sus dos
novelas anteriores: dos historias interrelacionadas, que suceden en dos
momentos diferentes, con 20 años de distancia, y la narración va saltando de
una a otra, del presente al pasado y de regreso. Los dos momentos importantes
son: el verano y el otoño de 1994, y el verano y el otoño de 2014.
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Edición francesa |
En 1994, en una pequeña ciudad del estado de Nueva York,
llamada Orphea, la última noche de julio cuatro personas fueron asesinadas,
mientras los habitantes de la ciudad estaban en la calle principal o en el
teatro, porque ese día se había inaugurado el primer festival de teatro de esa
población. Un par de jóvenes investigadores de la policía estatal —Jesse
Rosenberg y Derek Scott— lograron, finalmente, determinar quién era el
culpable.
Veinte años después, en una pequeña reunión que la policía
estatal realiza para despedir a Jesse Rosenberg, quien se retira de manera
anticipada por motivos personales, una joven periodista llamada Stephanie
Mailer se acerca a Rosenberg y le comenta que por una investigación que ella
está llevando a cabo, puede decirle con seguridad que él y su antiguo compañero
se equivocaron en su investigación del crimen de dos décadas atrás, aunque aún
no puede decirle quién fue el verdadero culpable.
Rosenberg se queda muy intrigado con el comentario de la
periodista, aunque está seguro de que su investigación fue acertada. Sin embargo,
unos días después, se entera de que Stephanie Mailer, la periodista, ha sido
reportada por sus padres como desaparecida. Esto obliga a Rosenberg a ponerse
en contacto con su antiguo compañero, Derek Scott, para investigar, por una
parte, la desaparición de la periodista, y por otra, para reinvestigar el caso
de 20 años atrás. Y, al mismo tiempo, somos testigos, en los flashbacks, de la investigación que ese mismo
par de policías realizó en 1994. Así que en realidad leemos tres
investigaciones de dos casos diferentes pero relacionados.
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Edición italiana |
Al profundizar en las investigaciones van encontrando,
necesariamente, una gran cantidad de personajes, tantos que para comodidad del
lector al final de la obra se encuentra una lista con los principales
personajes. Y es que algunos de los personajes secundarios no están ahí sólo
para hacer bulto, sino que cada uno tiene su propia historia, sus secretos y
sus motivos para mantener esos secretos. Hay también algunos elementos
románticos y algunos otros, la verdad, sorprendentes y que, a algunos de los
lectores, cuyas opiniones he leído en Internet, no terminan de gustarles.
Por ejemplo, algunos de los personajes secundarios y sus
historias están tratados como comedia esperpéntica, es decir, como caricaturas.
Eso hace que la novela nos parezca extraña en algunos de sus pasajes. Es
extraña, sí, la mezcla de tonos, la mezcla de thriller policiaco, dramas
familiares, humor, caricaturización de algunos personajes y situaciones
absurdas (pero ojo, en ningún momento pierde sentido el argumento general y
tampoco, por lo menos para mí, en ningún momento decae el interés que produce
su lectura).
Y como siempre en las obras de este autor, hay alguno o
algunos personajes relacionados de alguna manera con la literatura y el mundo
editorial. Aquí encontramos a una joven de enorme talento que escribe teatro, a
un director de una revista literaria de Nueva York, a un expolicía que escribe
y dirige teatro, y a un famoso crítico teatral y literario neoyorkino. Y este
último personaje funciona, también, para que la novela haga una crítica a los
críticos literarios de nariz alzada.
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Edición en catalán |
Esta mezcla de elementos puede quitarle «seriedad», o
puede dar la impresión de que le quita seriedad a la novela. Y algunos lectores
han dicho que quizás el autor no se toma en serio su propio libro, o a los
lectores... Yo pienso que el autor simplemente decidió experimentar un poco,
para salirse de los patrones establecidos. Y creo que vale la pena. Algunos de
los momentos esperpénticos de la novela yo los disfruté muchísimo. Y si ponen
atención, se darán cuenta que este tipo de mezclas de géneros y de tonos se dan
mucho, por ejemplo, en algunas de las grandes series de televisión. Pienso, por
ejemplo, en Los Soprano, en Tres metros bajo tierra y en Dexter,
entre otras muchas.
La parte final del libro se siente un tanto apresurada, y
aunque está muy bien tramada, el hecho de que luego de tanta investigación
sepamos la explicación final en una confesión resulta algo desconcertante. Esta
crítica, por cierto, es la misma que se le hizo a Hitchcock por el final de su
famosa película Psicosis. Pero esto es lo de menos, porque el argumento
general está muy bien armado, y su lectura sí es adictiva, por lo menos para
algunos de los lectores, yo incluido.
No creo, como dice la publicidad del libro, que Joël
Dicker se haya superado a sí mismo con esta obra. Me parece que La verdad
sobre el caso Harry Quebert es mejor, y a su manera El libro de los
Baltimore es quizá más sólido, pero aun así no me parece que La
desaparición de Stephanie Mailer sea una novela decepcionante, ni mucho
menos. Quizá no esté, a final de cuentas, al mismo nivel de sus dos novelas
anteriores, pero sigue siendo una obra que nos obliga a leerla a marchas
forzadas, que es muy disfrutable, y que mantiene nuestro interés de la primera
a la última página, y ojo, que estamos hablando de una obra de 650.
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Edición en portugués |
A final de cuentas ustedes tendrán la última palabra, pero
mi recomendación es que corran a comprarla y la lean de inmediato. Existen dos
ediciones, la impresa y la digital.
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La desaparición de Stephanie Mailer. Joël Dicker. Traducción de María
Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego. Alfaguara. 650 págs.
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