Pérdida
de Gudbergur Bergsson
Jesús Guerra
Pérdida es la quinta
novela publicada en español del escritor irlandés Gudbergur Bergsson; en
español se publicó en 2012, en Islandia en 2010, cuando el autor, nacido en
1932, tenía 77 años de edad. Este dato lo apunto porque Pérdida es una
novela sobre la vejez, y a esa edad, aunque por las fotografías que se pueden
encontrar en Internet se ve que es un hombre fuerte, algo comenzaba a saber de
ese tema. La novela nos narra los últimos días de un anciano, viudo, que vive
solo, a quien sus hijos, ocupados en sus propias vidas, casi no visitan. El
hombre nos cuenta, en primera persona (aunque el libro tiene párrafos en
tercera persona; ¿se trata de dos narradores o el anciano, por momentos, se ve
desde fuera de sí mismo?), su ritual matinal diario: levantarse a poner a
hervir el agua para el café o el té. La deja hirviendo mientras regresa a la cama
a descansar un poco, a veces a dormitar. Y mientras tanto el hombre, que se
pone tapones en los oídos para evitar ser molestado por el escaso ruido
externo, escucha o cree escuchar el ruido de la tetera que comienza a calentar
el agua. Porque ya se levantó a poner a calentar el agua, ¿o no?
El hombre, en ese estado de embotamiento («Nunca duermo. Tampoco estoy
despierto.»), recuerda su vida, su infancia, sus padres, el pueblo, los días en
que trabajaba en un almacén, su relación con su mujer, sobre todo la etapa
final, en la que la decadencia física y mental de su mujer era una pesada carga
para él, y sus hijos no se aparecían por la casa, los días en que él se veía
reflejado en ella y preveía su propio final. Sus relaciones con algunas
amantes, sus lejanas relaciones con los vecinos y con sus compañeros de
trabajo. Sus noches. Sus mañanas. «Ya no siente hambre. Sólo está vacío por
culpa del malestar de nada en particular. Todo se confunde en la debilidad, la
somnolencia y el silencio. Pese a la falta de fuerzas no desea morir. Lo domina
un indefinible deseo de vivir que es más costumbre que auténticas ganas de
vivir».
Edición en islándés |
Se trata de una novela muy europea, con una trama sencilla, medio
indefinible, escrita en general con frases cortas y claras, a veces un tanto extrañas
en español porque el original está en islandés (lo mismo pasa, muchas veces,
con novelas traducidas del alemán, y no se trata sólo, si acaso, de un asunto
de falta de pericia de los traductores, es la naturaleza misma del idioma, que
al pasarlo al nuestro queda como acartonado), y sin embargo hay una distanciada
melancolía, una tristeza controlada pero muy presente, completamente alejada de
la cursilería. El estilo de Pérdida nos recuerda, por una parte, como ya
apunté, la novelística alemana, pero por otra a novelistas franceses como
Marguerite Duras y Patrick Modiano, hay una circularidad en el discurso, una
repetición de ciertos detalles, incluso un andarse por las ramas, aunque el
lenguaje es directo, para irse acercando al centro de la historia, poco a poco,
hasta llegar a un desenlace duro e impactante. El discurso —algo denso, por
momentos, pero la obra es tan breve que la terminamos antes de que pueda
cansarnos— discurre entre la realidad y el deseo, entre la objetividad y el
delirio, entre la confusión y la decepción.
El libro, a pesar de su brevedad, está lleno de frases contundentes,
duras, verdaderas. Contengan sus impulsos de subrayar, porque terminarán
subrayándolo casi todo. «Los habitantes más antiguos del barrio habían llegado
ya a la edad en que nadie se acordaba realmente de su existencia». «Con la edad
se comprenden muchas cosas de la vida que hasta entonces eran incomprensibles,
si la memoria anda bien, aunque lo más frecuente es que ande tan mal que uno se
va a la tumba tan ignorante como al nacer». «Cada vez lo entiendo mejor cuando
me cuentan que un matrimonio de ancianos se han matado mutuamente en la
residencia de la tercera edad». «La vejez es extraña, se dice a sí mismo. Ojalá
no envejeciera nunca». «La vejez es la peor y más poderosa mierda de la vida». Pérdida
es un libro terrible y necesario que nos obliga a reflexionar.
Edición en francés |
Gudbergur Bergsson (en realidad su nombre, en islandés, se escribe
Guðbergur Bergsson, con esa letra extraña, ð, llamada eth, que
suena parecido a la d del español, y más parecido aún a la th
suave inglesa, en palabras como them) es un escritor islandés nacido en
octubre de 1932 (así que ahora mismo tiene 84 años de edad). Estudió para
profesor y en 1956 fue a Barcelona a estudiar Lengua Española, Literatura e
Historia del Arte. En 1961 publicó su primer libro. Ha escrito más de 20
novelas, y también cuentos para niños y poesía. Así mismo, es un conocido
traductor del español al islandés. Es el traductor nada menos que del Quijote,
y ha traducido también a García Márquez, a Jorge Luis Borges y a García Lorca,
entre otros autores. Ha recibido en dos ocasiones el Premio de Literatura de
Islandia, y recibió también el Premio Nórdico de la Academia Sueca. En español,
Tusquets Editores ha publicado, además de Pérdida (2012), El cisne (1997),
Amor duro (1999), La magia de la niñez (2004), y Las maestras
paralíticas (2008).
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Pérdida. Gudbergur Bergsson. Traducción de Enrique Bernárdez Sanchís.
Tusquets Editores, Barcelona, 2012. 144 págs.
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