La casa de la
seda,
de Anthony Horowitz
Jesús Guerra
Ha pasado un año desde la muerte de
Sherlock Holmes. El doctor Watson, luego de «dos matrimonios, tres hijos, siete
nietos, una carrera de éxito en el mundo de la medicina y la orden del mérito
que me entregó su majestad Eduardo VII en 1908», viejo y enfermo, se encuentra
en un una casa de reposo atendido por enfermeras, pero toma la pluma de nuevo
para confiar al papel «Las aventuras de El hombre de la gorra y La
Casa de la Seda» que «fueron de alguna manera las más asombrosas de la
carrera de Sherlock Holmes, pero en aquel momento fue imposible relatarlas, por
razones que serán suficientemente evidentes».
En esta nostálgica e informativa
introducción, Watson comenta que en el continente hay una guerra «terrible y
sin sentido», podemos suponer que se refiere a la Primera Guerra Mundial, misma
que se desarrolló, como sabemos, de julio de 1914 a noviembre de 1918. Pongamos
pues que escribe en 1915 estos casos inseparables que sucedieron en Londres en
1890. Escribe, pues, un cuarto de siglo después de los acontecimientos. «Era
imposible antes... y no me estoy refiriendo sólo a la conocida aversión de
Holmes a la publicidad. No. Los sucesos que voy a relatar eran francamente
demasiado escandalosos para ser publicados. Todavía lo son. No exagero cuando
digo que destrozarían el tejido completo de la sociedad y, sobre todo en
tiempos de guerra, es un riesgo que no me puedo permitir».
Pero eso no es suficiente, Watson
dice que al terminar el manuscrito lo enviará a las cámaras de Cox & Co.,
en Charing Cross, y que dará instrucciones para que el paquete no se abra en
los próximos cien años. Y apunta: «Es imposible imaginar cómo será el mundo
entonces, qué avances habrá hecho la humanidad, pero quizás los futuros
lectores estarán más habituados al escándalo y a la corrupción que lo que los
míos puedan llegar a estarlo».
Así es, casi cien años después —y no
sé por qué el libro se publica antes de los cien años pero me parece
maravilloso—, los lectores, en efecto y por desgracia, estamos más habituados
al escándalo y a la corrupción. Así, el viejo Watson, a quien sus hijas visitan
de vez en cuando y hasta le llevan a sus nietos, toma la pluma y 25 años
después de los casos, se da a la tarea de escribirlos, de la mano del escritor
británico Anthony Horowitz, y nos cuenta estas aventuras que han aparecido
publicitadas como «la nueva novela de Sherlock Holmes».
La verdad es que hay muchas novelas y
cuentos que una gran variedad de escritores de misterio han escrito a lo largo
del tiempo, tomando prestados los personajes creados por sir Arthur Conan
Doyle. La gran mayoría no son reconocidos como «obras válidas» por parte del
Conan Doyle Estate, sin embargo sí han reconocido algunas (ver aquí mismo el comentario a la novela de Sherlock Holmes escrita por Caleb Carr), sin
embargo alguna diferencia existe. He leído que porque esta novela fue no sólo
admitida sino solicitada por los herederos de la obra de Conan Doyle. En todo
caso, La Casa de la Seda cuenta con la aprobación oficial, por decirlo
de alguna manera. Hay que recordar que la obra oficial, el Canon, está
compuesto por 60 obras: 56 relatos y cuatro novelas, todas escritas por sir
Arthur Conan Doyle, el creador de este detective tan querido aún por los
lectores, Sherlock Holmes, y de su asistente y narrador de sus aventuras, el
doctor John Watson.
En diciembre de 1890, debido a que su
mujer sale de la ciudad, el doctor Watson va a pasar unos días a la casa de
asistencias en donde vive Sherlock Holmes, en el 221B de Baker Street, en donde
él mismo vivió. Watson, aunque felizmente casado, añora las aventuras que vivía
con su amigo. Tan pronto llega Watson, llega un cliente a solicitar la ayuda
del señor Holmes. Es un marchante de arte que narra una compleja aventura suya
luego de la venta de unos cuadros a un caballero norteamericano, y ahora está
seguro de que lo sigue un criminal estadounidense y teme por su seguridad.
Holmes y Watson se ponen a trabajar de inmediato y cuando todo parece indicar
que se ha resuelto el caso, éste se complica mezclándose con otro. Debido a las
características de la novela, no puedo comentar gran cosa del argumento, lo que
puedo es decir que la obra no tiene desperdicio, ni momentos muertos, ni cabos
sueltos, y que es sumamente entretenida, con un argumento complejo y un
misterio muy enredado pero, al final de la obra, perfectamente comprensible.
Para los lectores (a los que gustamos de las obras de Sherlock Holmes aunque no
seamos unos expertos), al igual que para Watson, se trata de una obra muy
nostálgica: nos devuelve momentáneamente a 221B de Baker Street y a todos los
personajes habituales. El prefacio, como ya mencioné, y el epílogo son muy
emotivos, y la obra en general es sumamente satisfactoria.
Anthony Horowitz (nacido en 1955) es
un escritor muy prolífico que ha escrito una enorme cantidad de libros para
niños y para jóvenes, y algunas novelas de misterio para adultos. Además,
escribe mucho para la televisión inglesa y ha escrito algunos guiones de cine.
De hecho, la segunda película de Tintin (The Adventures of Tintin: Prisoners
of the Sun) tendrá guión suyo.
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La Casa de la
Seda. Anthony Horowitz. Suma de Letras. Madrid, 2011. 392
págs.
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The House of Silk. Anthony Horowitz. Mulholland Books
/ Little, Brown and Company. International Mass Market Edition, mayo de 2012. 340 págs.
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Enlaces:
* El comentario en este blog de El
secretario italiano, de Caleb Carr (también una novela de Sherlock Holmes):
* Sobre Anthony Horowitz (en inglés):
(en español):
* Si quieres bajar las primeras páginas de La Casa de la Seda en PDF, o leerlas en
línea:
*
Una reseña de un libro infantil de Anthony Horowitz, La granja Groosham, en el blog Tan-Tan:
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