miércoles, 13 de marzo de 2019

Cuentos completos de Roald Dahl





Cuentos completos
de Roald Dahl

Jesús Guerra

En las dos entradas anteriores comenté el libro Relatos escalofriantes, del escritor inglés Roald Dahl (nacido en 1916 y fallecido en 1990). Comenté que si no podían conseguir esa colección de cuentos en particular buscaran el libro Cuentos completos de Roald Dahl, que fue publicado por Alfaguara, en 2013, en un tomo, y en formato de bolsillo en dos tomos. En realidad, esta es la obra que es más fácil de conseguir y la mejor, pues así tendrán reunida toda la narrativa corta de este autor extraordinario. El volumen de sus Cuentos completos en un tomo tiene la leyenda «Edición definitiva».

El volumen contiene 55 relatos (es decir, los 11 que componen el libro Relatos escalofriantes y 44 relatos más), lo cual es un festín para cualquier lector de Roald Dahl y, en general, para cualquier lector de cuentos.

Los once cuentos que conforman Relatos escalofriantes son los siguientes: «Tatuaje», «Cordero asado», «La máquina del sonido», «Un cuento africano», «Galloping Foxley», «El deseo», «El cirujano», «Apuestas», «El campeón del mundo», «Cuidado con el perro» y «Mi querida esposa».

Los otros 44 relatos son: «Sólo esto», «Katrina», «No llegarán a viejos», «Alguien como tú», «Muerte de un hombre muy, muy viejo», «Madame Rosette», «Pan comido», «El ayer fue hermoso», «Nunc dimittis», «Hombre del sur», «El soldado», «El señor Botibol», «La Venganza Es Mía, S. A.», «Veneno», «Gastrónomos», «El gran gramatizador automático», «El perro de Claud», «Lady Turton», «Edward El Conquistador», «La subida al cielo», «William y Mary», «Placer de clérigo», «El bello George», «La señora Bixby y el abrigo del coronel», «Jalea real», «Génesis y catástrofe», «Cerdo», «La patrona», «La visita», «El último acto», «El gran cambiazo», «El mayordomo», «Perra», «Oh, dulce misterio de la vida», «El autostopista», «El hombre del paraguas», «La princesa y el cazador furtivo», «La princesa Mammalia», «El librero», «El chico que hablaba con los animales», «El tesoro de Mildenhall», «El cisne», «La maravillosa historia de Henry Sugar» y «Racha de suerte (cómo me hice escritor)».




La edición está precedida por una nota en la que se nos informa que el libro incluye ocho relatos hasta ese momento inéditos en español, que son: «Sólo esto», «No llegarán a viejos», «El ayer fue hermoso», «Alguien como tú», «Muerte de un hombre muy, muy viejo», «Madame Rossette», «Oh, dulce misterio de la vida» y «El librero».

La nota nos informa también que «De toda la producción cuentística de Dahl tan sólo quedan fuera» tres relatos: «In the ruins», «Smoked cheese» y «The sword» —los títulos nos los dan en inglés precisamente porque no están traducidos, pero literalmente serían: «En las ruinas», «Queso ahumado» y «La espada»—, y nos dicen que estos relatos no están en el libro debido a que los herederos del autor no han permitido incluir estos relatos en ninguna antología existente en cualquier idioma.

El libro contiene también un estupendo prólogo firmado por la escritora española Elvira Lindo, en el cual apunta algunas ideas que nos ayudan a comprender mejor el estilo de los relatos de este autor. En pocas palabras define, para comenzar, los cuentos de Dahl: son «secos, ingeniosos y carentes de sentimentalismo». Más adelante, apunta: «Dahl no es cruel, pero tiene muy claro quién es el malvado en un cuento y no muestra ningún interés en comprenderlo. Entiende la maldad como una característica que define por completo a un personaje y no trata de justificarlo psicológicamente. En este aspecto, imita sin complejos la manera en que los cuentos clásicos estructuraban la división de papeles en una historia: los malos lo son sin matices; a los buenos se les permite casi cualquier atrocidad con tal de restablecer la justicia.» Y aún más adelante, señala: «Para que exista el bien ha de existir el mal, para que haya un vencedor debe haber un vencido; para provocar inquietud en el lector Roald Dahl enfrenta a los personajes a situaciones macabras o morbosas».

En una de las dos entradas anteriores comenté que el cuento de Roald Dahl «Hombre del Sur» además de que ha sido adaptado varias veces a la televisión, sirvió de base a Quentin Tarantino para el guion de su corto con el que participó en la película Cuatro habitaciones (Four Rooms, 1995, llamado «El hombre de Hollywood»). Y es que, la verdad, es un relato muy intenso e inquietante, extraño y emocionante, perfecto para la sensibilidad de Tarantino.



Les platico más o menos de qué trata el cuento original. Se desarrolla en un hotel en Jamaica. El narrador del relato es un inglés que bebe una cerveza sentado a una mesa con tres sillas vacías, al lado de la piscina, en donde juegan algunos jóvenes norteamericanos y algunas chicas inglesas. Entonces, se acerca un hombre de unos 68 años, vestido con un traje blanco, impecable, y le pide permiso al inglés para sentarse a la misma mesa. Evidentemente es sudamericano. Hablan del clima y cosas así. Luego se acercan también uno de los americanos y una de las inglesas, aún en traje de baño, y piden sentarse a la mesa también. Sacan cigarrillos, y el hombre del traje blanco, saca un puro pequeño. El americano saca su encendedor para encenderle el puro al sudamericano y comenta que su encendedor nunca falla. El viejo se agarra de ahí para crear una apuesta. Y la propone: si el joven enciende diez veces su encendedor y éste siempre prende, gana, y con que falle una, pierde.

La apuesta tendría que desarrollarse en la recámara del viejo, para que no haya corrientes de aire. ¿Pero qué van a apostar? El joven dice que un dólar. El viejo se niega. Dice que las apuestas deben ser interesantes. Él está dispuesto a apostar su Cadillac del año. El joven se asusta pues no tiene cómo igualar la apuesta. El viejo propone que, si el joven pierde, el viejo se quedará con el dedo meñique de la mano izquierda del joven. Nada sin lo cual no pueda vivir, le dice. El joven se asusta más, primero, pero le gusta la idea de ganarse un Cadillac…

Teniendo en cuenta que el libro contiene 55 relatos en 920 páginas, no es —me parece a mí— un libro para leer a matacaballo en una semana, sino para paladearlo y leerlo con calma a lo largo de uno o varios meses. Si leen un cuento diario se van a tardar un poco menos de dos meses, así que es un buen libro para leer en paralelo con otros libros. Pero lo mejor es que los relatos de Roald Dahl son tan buenos, que lo más probable es que después de un tiempo vuelvan al libro, para releerlo completo o para releer sus cuentos preferidos, de los que de seguro habrá bastantes. Es uno de esos libros que nos pueden acompañar durante muchos años.

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Cuentos completos. Roald Dahl. Alfaguara. La edición en un tomo tiene 920 páginas. Existe una edición posterior, en formato de bolsillo, en dos tomos.




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