miércoles, 15 de abril de 2020

Chicos prodigiosos, de Michael Chabon





Chicos prodigiosos
de Michael Chabon

Jesús Guerra

Este año se cumplen 25 de la aparición, en inglés, de la segunda novela del escritor estadounidense Michael Chabon (nacido en 1963): Chicos prodigiosos (cuyo título original es Wonder Boys). En español se publicó dos años después, en 1997, en Anagrama, con traducción de Mauricio Bach. Le fue bien con la crítica y sólo estuvo nominada a un premio, el International Dublin Literary Award. Su gran éxito de crítica y ganadora del premio Pulitzer para ficción fue su siguiente novela, Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, publicada en el año 2000, y en español, en Mondadori, en 2002 (espero pronto comentarla aquí, también). Sin embargo, Chicos prodigiosos a mí me gusta mucho, quizá porque sus personajes son escritores, aspirantes a escritores, editores y profesores de literatura, es decir, lectores.
 
Edición en inglés
En el 2000, además, se estrenó la versión cinematográfica de Chicos prodigiosos (que en inglés lleva el mismo título del libro, pero en México tiene el ridículo nombre de Un loco fin de semana), una cinta infravalorada que a pesar de que tuvo buenas críticas no funcionó en la taquilla norteamericana (y supongo que tampoco en la mexicana) debido a una mala campaña de publicidad, y aunque tuvo varias nominaciones para los Óscares en 2001, sólo ganó el de Mejor Canción, para Bob Dylan. El estupendo guion lo escribió de Steve Kloves, la magnífica dirección fue de Curtis Hanson (1945-2016), y las deliciosas interpretaciones estuvieron a cargo de Michael Douglas, Tobey Maguire, Frances McDormand, Robert Downey Jr., Katie Holmes y Rip Torn. A pesar de los inevitables cambios en la adaptación, la cinta es formidable.
 
Edición francesa
El personaje central y narrador de la historia es Grady Tripp, un novelista y profesor de escritura creativa de cuarenta y tantos años, exjoven prodigio, autor de un par de novelas de cierto éxito, que lleva siete años sin poder terminar lo que él considera su gran obra... aunque tiene sus dudas. Simplemente no la puede terminar y ya lleva más de dos mil páginas escritas. La novela que escribe se llama, precisamente, Wonder boys (aquí hay que explicar que en inglés esta expresión significa lo que dice el título en español, Chicos prodigiosos, es decir, jóvenes brillantes, muy prometedores, que destacan desde temprana edad, pero también puede tener el sentido que Tripp, jugando con las palabras, le da en su propia novela, que sería simplemente «Los chicos Wonder», pues trata de unos hermanos que se apellidan así).
 
Edición en inglés
publicada para el
estreno del filme
La novela transcurre en un fin de semana; empieza el viernes en la tarde al final de una clase de Grady, en la cual los compañeros de James Leer le hacen pedazos el cuento que presentó al taller. Esa noche hay una fiesta en la casa del director del departamento de Literatura y de su esposa, Sara, pues al día siguiente empieza el Word Fest, es decir, un festival con conferencias de escritores y otros eventos que pretenden reunir a los escritores locales con editores nacionales, etc., y la historia termina el domingo en la noche. Para el evento está invitado Terry Crabtree, amigo y editor de Grady, y asistirá como estudiante y asistente de los organizadores Hannah Green, una alumna de Grady que vive en su casa pues le renta el sótano. Pero esa noche llega también James Leer, que no estaba invitado, y termina invitándolo Grady a pasar a la reunión. Se trata de un fin de semana explosivo porque todos los personajes centrales están en crisis.

Grady está en crisis porque lleva siete años trabajando en una obra que no puede ni sabe cómo terminar, y porque esa misma mañana su mujer —su tercera esposa— lo abandonó, y esa tarde se entera que su amante, Sara Gaskell, la esposa de su jefe, está embarazada y el hijo es suyo, y porque en realidad no sabe qué hacer con su vida pues siente que está envejeciendo y, por supuesto, se niega a aceptarlo. Crabtree está en crisis porque lleva varios años sin publicar ninguna obra de éxito, está a punto de que lo corran, y siente la presión de conseguir un buen libro pronto, y el libro que Grady lleva años prometiéndole simplemente no está terminado... y quizá porque también se niega a madurar. Sara está en crisis porque no sabe qué hacer con su embarazo ni con su matrimonio ni con su amante. Hanna está en crisis —muy controlada— porque está enamorada de Grady... Y James está en crisis porque es joven... y es brillante, y tampoco tiene idea qué hacer con su vida. Así que todos juntos, en una especie de juerga permanente, producen una historia divertidísima y caótica pero también íntima, inteligente, llena de descubrimientos personales y, por supuesto, de referencias literarias y cinematográficas. Chicos prodigiosos es una novela que se lee con un enorme placer. 

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Chicos prodigiosos. Michael Chabon. Traducción de Mauricio Bach. Anagrama, colección Panorama de Narrativas (1ª. ed., 1997, Barcelona). 335 págs.


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