Viajeros de la noche
de George R.R. Martin
Jesús Guerra
Con toda seguridad la mayoría de ustedes sabe quién es el
escritor estadounidense George R.R. Martin. Quien no lo sepa es porque no lee
novelas de fantasía ni ve la serie Juego de tronos, de HBO, la cual está
basada en su serie Canción de hielo y fuego, compuesta por siete
novelas, de las que hasta el momento sólo se han publicado cinco. (No obstante,
los elementos argumentales de esas dos novelas aún inéditas, sí se encuentran
ya incorporados a las dos temporadas finales de la serie Juego de tronos).
Sin embargo, hoy no voy a comentarles esa serie monumental
de este escritor. Lo que les quiero comentar es una novela corta suya llamada,
en inglés, Nightflyers, a partir de que también ha sido recientemente
adaptada a una serie de televisión que en Estados Unidos pasó por el canal
SyFy, y fuera de ese país pasa por Netflix. Quizás ustedes ya la vieron, y si
no lo han hecho, vale la pena que lo hagan. No es la mejor serie de televisión,
pero es bastante decente, y, eso sí, es muy interesante, y nos mantiene en
suspenso de principio a fin, a lo largo de sus 10 episodios.
Vale la pena mencionar que ya se había hecho una versión
cinematográfica, estrenada en 1987, dirigida por T.B. Blake (que es un
seudónimo de Robert Collector), con un guion de Robert Jaffe, pero esta
película tiene fama de ser un bodrio espantoso.
La adaptación de la novela a la serie de televisión,
aunque conserva los elementos principales de la historia original, es a fin de
cuentas muy diferente. Esto tiene sentido, pues han pasado casi 40 años desde
la publicación original y han cambiado mucho las cosas, por lo cual nuestra
visión misma del futuro es diferente también. Y el final también ha sido
cambiado, con vistas, muy probablemente, a conseguir la producción de una
segunda temporada de la serie. Por eso, leer la obra literaria es interesante.
Para conocer cuál fue la idea original y cómo está desarrollada.
Esta novela tiene su propia historia. Pertenece a un
conjunto de relatos que George R.R. Martin escribió entre fines de los años 70
y principios de los 80, para demostrarle a un crítico literario que estaba
equivocado al afirmar que los géneros de terror y de ciencia-ficción se
contraponen, de tal manera que no es posible juntarlos o mezclarlos en una
obra.
Esta obra primero fue una novela corta de 23 mil palabras,
que apareció en la revista Analog en 1980. Un año después, la editorial
estadounidense Dell le pidió al autor ampliar la novela hasta las 30 mil
palabras, con lo cual éste les dio mayor profundidad a las historias de varios
de los personajes, y esta versión fue publicada en 1981. Esta misma versión es
la que George R.R. Martin publicó en una recopilación de novelas cortas y
relatos largos propios cuatro años después, en 1985, bajo el título global de
esta novela: Nightflyers.
En español, hasta donde yo sé, se publicó una primera edición
de esa colección original de George R.R. Martin en el año 2003. Luego, la
editorial Plaza Janés, publicó una antología de relatos de ciencia-ficción de
este autor, en dos tomos, el primer tomo con el título Una canción para Lya (ciencia
ficción I) y el segundo con el de Viajeros de la noche (ciencia ficción
II). Esta edición yo no la conozco, así que no sé si es la recopilación
original del autor (es decir, la edición de 1985), o si es una antología
posterior y quizá más amplia, pues, como les comento, está en dos tomos.
Después, en 2013, la editorial Gigamesh publicó, en varios
tomos, la Autobiografía literaria de George R.R. Martin (que supongo en
realidad es una antología) y el segundo tomo lleva como subtítulo Híbridos y
engendros en donde aparece esta novela, con el título Nómadas nocturnos,
con traducción de Cristina Macía. Y (al parecer) esta misma traducción de la
novela corta ha sido publicada, recientemente (en enero de 2019), por la misma
editorial Gigamesh en un libro en pasta dura y con ilustraciones de David
Palumbo —digamos, una edición de lujo—, con el título en inglés, en edición
para España, y por Penguin Random House para América Latina. Esta última no sé
si también en pasta dura, pero sí en edición ilustrada, de la que existe
versión en libro electrónico.
Como podemos darnos cuenta, en nuestro idioma existen por
lo menos dos traducciones diferentes y, por lo tanto, también dos títulos
distintos: Viajeros de la noche y Nómadas nocturnos, que, aunque
se oyen bien, ninguna de los dos tiene el significado exacto del título
original, el cual, traducido literalmente, es: «Voladores de la noche» o
«Voladores nocturnos», o quizá, más siniestro, «Los que vuelan de noche».
Después de todo esto, permítanme decirles, muy
rápidamente, de qué trata esta obra según la serie de televisión: un grupo de
científicos se embarca en una nave espacial para ir hasta los confines de
nuestro sistema solar, para tratar de encontrar una nave extraterrestre. Por
las observaciones que ha realizado uno de estos científicos, esta nave maneja
un tipo de energía (teke, es decir, telekinética) que podría servirnos a
los seres humanos para salvar a nuestro planeta. La idea, básicamente, es ir
hasta ellos, encontrarlos en el espacio, comunicarse con ellos, y, tal cual,
pedirles de favor que nos enseñen a manejar esa energía para salvar a la
Tierra. El viaje es peligrosísimo pues los humanos nunca han viajado tan lejos,
y mucho menos han contactado jamás a unos extraterrestres. Pero eso no es todo,
por supuesto, y el viaje mismo está lleno de problemas y de sorpresas aterradoras
y fatales.
En la novela, que se desarrolla muchísimo tiempo después,
en un futuro muy lejano, los seres humanos ya ni siquiera viven en la Tierra y,
por supuesto, han establecido contacto con muchas civilizaciones cósmicas, pero
los «volcryn», que es como llaman a los alienígenas a los que quieren encontrar
y contactar, son especiales, y en la mitología de muchas civilizaciones de
diferentes mundos se les conoce desde tiempos inmemoriales... La serie nunca
explica de dónde salió ese nombre de volcryn, la novela, en cambio, no sólo nos
lo cuenta, sino que lo hace muy poéticamente, pues por lo menos la primera
parte de esta obra está escrita con un estilo que nos recuerda de inmediato la
belleza del estilo de Ray Bradbury.
Evidentemente, el autor demostró en esta novela, y en
otras más, como luego lo harían muchas otras novelas y películas, que la
ciencia-ficción y el terror no son géneros incompatibles.
. . . . . . . . . . . . . . .
Viajeros de la noche. Ciencia Ficción II. George R.R.
Martin. Plaza & Janés. 348
págs.
Nightflyers [Viajeros de la noche]. Penguin Random House. 200 págs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario