miércoles, 8 de mayo de 2019

Viajeros de la noche, de George R.R. Martin




Viajeros de la noche
de George R.R. Martin

Jesús Guerra

Con toda seguridad la mayoría de ustedes sabe quién es el escritor estadounidense George R.R. Martin. Quien no lo sepa es porque no lee novelas de fantasía ni ve la serie Juego de tronos, de HBO, la cual está basada en su serie Canción de hielo y fuego, compuesta por siete novelas, de las que hasta el momento sólo se han publicado cinco. (No obstante, los elementos argumentales de esas dos novelas aún inéditas, sí se encuentran ya incorporados a las dos temporadas finales de la serie Juego de tronos).

Sin embargo, hoy no voy a comentarles esa serie monumental de este escritor. Lo que les quiero comentar es una novela corta suya llamada, en inglés, Nightflyers, a partir de que también ha sido recientemente adaptada a una serie de televisión que en Estados Unidos pasó por el canal SyFy, y fuera de ese país pasa por Netflix. Quizás ustedes ya la vieron, y si no lo han hecho, vale la pena que lo hagan. No es la mejor serie de televisión, pero es bastante decente, y, eso sí, es muy interesante, y nos mantiene en suspenso de principio a fin, a lo largo de sus 10 episodios.

Vale la pena mencionar que ya se había hecho una versión cinematográfica, estrenada en 1987, dirigida por T.B. Blake (que es un seudónimo de Robert Collector), con un guion de Robert Jaffe, pero esta película tiene fama de ser un bodrio espantoso.

La adaptación de la novela a la serie de televisión, aunque conserva los elementos principales de la historia original, es a fin de cuentas muy diferente. Esto tiene sentido, pues han pasado casi 40 años desde la publicación original y han cambiado mucho las cosas, por lo cual nuestra visión misma del futuro es diferente también. Y el final también ha sido cambiado, con vistas, muy probablemente, a conseguir la producción de una segunda temporada de la serie. Por eso, leer la obra literaria es interesante. Para conocer cuál fue la idea original y cómo está desarrollada.

Esta novela tiene su propia historia. Pertenece a un conjunto de relatos que George R.R. Martin escribió entre fines de los años 70 y principios de los 80, para demostrarle a un crítico literario que estaba equivocado al afirmar que los géneros de terror y de ciencia-ficción se contraponen, de tal manera que no es posible juntarlos o mezclarlos en una obra.

Esta obra primero fue una novela corta de 23 mil palabras, que apareció en la revista Analog en 1980. Un año después, la editorial estadounidense Dell le pidió al autor ampliar la novela hasta las 30 mil palabras, con lo cual éste les dio mayor profundidad a las historias de varios de los personajes, y esta versión fue publicada en 1981. Esta misma versión es la que George R.R. Martin publicó en una recopilación de novelas cortas y relatos largos propios cuatro años después, en 1985, bajo el título global de esta novela: Nightflyers.

En español, hasta donde yo sé, se publicó una primera edición de esa colección original de George R.R. Martin en el año 2003. Luego, la editorial Plaza Janés, publicó una antología de relatos de ciencia-ficción de este autor, en dos tomos, el primer tomo con el título Una canción para Lya (ciencia ficción I) y el segundo con el de Viajeros de la noche (ciencia ficción II). Esta edición yo no la conozco, así que no sé si es la recopilación original del autor (es decir, la edición de 1985), o si es una antología posterior y quizá más amplia, pues, como les comento, está en dos tomos.




Después, en 2013, la editorial Gigamesh publicó, en varios tomos, la Autobiografía literaria de George R.R. Martin (que supongo en realidad es una antología) y el segundo tomo lleva como subtítulo Híbridos y engendros en donde aparece esta novela, con el título Nómadas nocturnos, con traducción de Cristina Macía. Y (al parecer) esta misma traducción de la novela corta ha sido publicada, recientemente (en enero de 2019), por la misma editorial Gigamesh en un libro en pasta dura y con ilustraciones de David Palumbo —digamos, una edición de lujo—, con el título en inglés, en edición para España, y por Penguin Random House para América Latina. Esta última no sé si también en pasta dura, pero sí en edición ilustrada, de la que existe versión en libro electrónico.

Como podemos darnos cuenta, en nuestro idioma existen por lo menos dos traducciones diferentes y, por lo tanto, también dos títulos distintos: Viajeros de la noche y Nómadas nocturnos, que, aunque se oyen bien, ninguna de los dos tiene el significado exacto del título original, el cual, traducido literalmente, es: «Voladores de la noche» o «Voladores nocturnos», o quizá, más siniestro, «Los que vuelan de noche».

Después de todo esto, permítanme decirles, muy rápidamente, de qué trata esta obra según la serie de televisión: un grupo de científicos se embarca en una nave espacial para ir hasta los confines de nuestro sistema solar, para tratar de encontrar una nave extraterrestre. Por las observaciones que ha realizado uno de estos científicos, esta nave maneja un tipo de energía (teke, es decir, telekinética) que podría servirnos a los seres humanos para salvar a nuestro planeta. La idea, básicamente, es ir hasta ellos, encontrarlos en el espacio, comunicarse con ellos, y, tal cual, pedirles de favor que nos enseñen a manejar esa energía para salvar a la Tierra. El viaje es peligrosísimo pues los humanos nunca han viajado tan lejos, y mucho menos han contactado jamás a unos extraterrestres. Pero eso no es todo, por supuesto, y el viaje mismo está lleno de problemas y de sorpresas aterradoras y fatales.

En la novela, que se desarrolla muchísimo tiempo después, en un futuro muy lejano, los seres humanos ya ni siquiera viven en la Tierra y, por supuesto, han establecido contacto con muchas civilizaciones cósmicas, pero los «volcryn», que es como llaman a los alienígenas a los que quieren encontrar y contactar, son especiales, y en la mitología de muchas civilizaciones de diferentes mundos se les conoce desde tiempos inmemoriales... La serie nunca explica de dónde salió ese nombre de volcryn, la novela, en cambio, no sólo nos lo cuenta, sino que lo hace muy poéticamente, pues por lo menos la primera parte de esta obra está escrita con un estilo que nos recuerda de inmediato la belleza del estilo de Ray Bradbury.

Evidentemente, el autor demostró en esta novela, y en otras más, como luego lo harían muchas otras novelas y películas, que la ciencia-ficción y el terror no son géneros incompatibles.

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Viajeros de la noche. Ciencia Ficción II. George R.R. Martin. Plaza & Janés. 348 págs.

Nightflyers [Viajeros de la noche]. Penguin Random House. 200 págs.




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