martes, 6 de mayo de 2014

Dispara, yo ya estoy muerto, de Julia Navarro





Dispara, yo ya estoy muerto
de Julia Navarro

Maru Galindo

Dos familias, una árabe y otra judía, unen su destino en la Huerta de la Esperanza, un pedazo de tierra en donde encuentran un lugar para vivir y convivir en paz. Es la historia de un grupo de hombres y mujeres a los que el destinó unió por circunstancias históricas, contada desde dos puntos de vista, el de los Zucker y el de los Ziad.

«Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse uno mismo es muriendo o matando» (p. 9) es la frase leitmotiv que veremos en el transcurso de esta historia porque los personajes no tienen otra opción ante todos los acontecimientos históricos que viven. Con esta frase arranca el relato. Jerusalén, época actual, la señora Marian Miller conduce un automóvil rumbo a la casa de Arón Zucker a quien entrevistará para comprender la ley de asentamientos humanos en Palestina. Marian representa a una ONG que entrevista a una serie de personajes con la finalidad de entender a los refugiados en Israel/Palestina, convertido en Estado desde mayo de 1948 por David Ben Gurión, primer ministro de Israel, quien es considerado por los israelitas como el padre del estado sionista.

Ella debe hacer un reporte de la política de ocupación, de los asentamientos ilegales de los judíos en Palestina, para ello entrevista a los patriarcas de dos familias divididas por concepciones ideológicas: ¿de quién es Palestina?, ¿de los refugiados judíos que vinieron huyendo de Rusia, de los judíos que Hitler deseaba exterminar, de los sefarditas?, ¿o es la tierra prometida por Dios a los israelitas comandados por Moisés?

Iniciamos el relato con la primera entrevista que realiza Marian Miller a Ezequiel Zucker, padre de Arón Zucker, quien narra la salida de su padre Samuel de Rusia. «En realidad mis padres eran rusos y mis antepasados polacos… Polonia siempre estuvo en el punto de la mira de los rusos y, cada vez que éstos se quedaban con un trozo de tierra polaca los judíos polacos pasaban a ser rusos. La vida de los judíos no era fácil en Rusia, de hecho no lo era en ningún lugar de Europa…» (p. 18).

Samuel, padre de Ezequiel, vive una vida sencilla en San Petersburgo; hijo de Isacc, un curador de pieles, y de Esther, una mujer de origen francés; tiene un hermano, Friede, y una hermana, Anna. La vida en Rusia se cimbra con la llegada de las ideas liberales de los bolcheviques y mencheviques así que el zar Nicolás II la emprende contra los judíos a los cuales se asesina masivamente. Una de esas familias es la de Isacc Zucker, a la que sobrevive Samuel quien huye a Suecia en compañía de Irina, una mujer ultrajada por un aristócrata ruso y del pequeño Mijaíl, quien es su hijo adoptivo; ellos se convierten en una familia que se refugia en casa del abuelo materno de Samuel, monsieur Elías, en París. El padre de Samuel antes de dar su último suspiro le dice: «Hijo, el año que viene en Jerusalén» (p. 129), consigna que lleva a Samuel a la tierra prometida.

Desembarca en Jaffa y ahí, junto con otros emigrantes, compra un pedazo de tierra a said Aban, dueño de la huerta que trabaja y en donde vive Ahamed Ziad, quien está casado con Dina, y es padre de Mohamed, Aya e Ismail. «Al final llegamos a un acuerdo, uniría mis recursos a los de estos hombres para comprar las fincas» (p. 182). Así nace la Huerta de la Esperanza, habitada por un grupo de personas, musulmanas y judías, deseosas de tener una vida diferente: Jacob, Kassia, Marinna, Ariel, Louis, Samuel, Ahmed, Dina, Mohamed, Aya, Ismail y Zaida.

A Ahmed no le gusta la intromisión de esas personas tan diferentes a él, que rezan a Yahvé, pero pronto se va acostumbrando a ellos, especialmente a Samuel; juntos forman durante mucho tiempo una gran familia que por lazos de amor y tolerancia puede convivir. La Huerta de la Esperanza se convierte en la tierra prometida y quizá el final del camino emprendido por el grupo judío; un oasis para los musulmanes que ven cómo su sueño de formalizar una confederación árabe se diluye y fragmenta.

Cuando Samuel, acompañado de Mijaíl, regresa por segunda ocasión a Palestina, les están esperando: «Ahmed es un hombre inteligente y harás buenas migas con Mohamed, quien tiene más o menos tu edad, aunque ahora está en Estambul estudiando leyes» (p. 270).

Samuel y Majíl ingresan con naturalidad al ritmo de la casa, aunque durante los cuatro años que Samuel se alejó hubo distanciamiento entre sus habitantes. Los distanciamientos fueron marcados por el contexto social y no por desavenencias naturales del grupo. Pero Samuel es la piedra angular de esa historia, es quien tiende puentes y hace que la convivencia sea pacífica. Tan es así que se casó con Miriam, mujer viuda de origen musulmán.


Edición catalana


Esta versión se complementa con lo que Wädi Ziad, nieto de Ahmed Ziad, le platica a Marina. La incomodidad que sintieron al ver que cada vez llegaban más refugiados judíos y compraban tierra. Las luchas entre los británicos y los turcos, su expulsión y el gobierno de los británicos. Cómo poco a poco fueron entrando en disputa. Ellos, los palestinos, poseían la tierra, fueron los dueños, hasta que la Declaración Balfour expresa como favorable la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina.

La historia de Dispara, yo ya estoy muerto está contextualizada en una serie de eventos históricos que van de fines del siglo XIX hasta nuestros días, y que continúan pidiendo una resolución justa en el conflicto Arabe-Israelí. Actualmente grupos de ambas partes, y desde organizaciones no gubernamentales, están impulsando la búsqueda de razones como la tolerancia para que esto pare.

«… la verdadera patria de los hombres es la infancia…» (p. 890). Esta saga nos ayuda a entender desde un punto de vista neutral ese conflicto que se ha estigmatizado como entre «fieles» e «infieles»; es una obra que abre ante nosotros, los occidentales, una ventana de comprensión a esos dos grupos que viven el resultado de una resolución internacional, ante la imposibilidad de un acuerdo voluntario.


Cronología

1917: Declaración Balfour. Los 700,000 habitantes de Palestina se dividían en 574,000 musulmanes, 74,000 cristianos y 56,000 judíos. 1918: Termina la Gran Guerra y Palestina queda como protectorado británico.
1928-1939: El censo oficial de 1931 da estas cifras: 1,015,251 habitantes, con solo 174,006 judíos.
1935: El canciller Hitler decreta las leyes raciales de Núremberg.
1938: Se celebra en EE.UU. la Primera Conferencia Internacional sobre el problema de los refugiados con el objetivo de ampliar las cuotas de integración para los judíos perseguidos.
1939-1945: El ascenso del nazismo hizo aumentar en más de 200,000 la emigración de judíos a Palestina.
1947: Las Naciones Unidas aprobaron la partición de Palestina bajo la cual los árabes palestinos, que sumaban el 70% de la población y poseían el 92% de la tierra, fueron reducidos al 43% del país.
1948: Declaración del Estado de Israel.
1947-1949: Retirada británica e inicio de la primera guerra árabe israelí. Los judíos se apoderaron del 77% de Palestina.
1964: Guerra de los Seis Días.
1982: Matanza de palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Chatilla en Líbano.
1987: Inicio de la primera Intifada palestina en Jerusalén, Gaza y Cisjordania.
1988: Alta inmigración de judíos procedentes de la URSS y progresivo establecimiento de colonias en los altos del Golán, Cisjordania y Gaza.
1988: El rey Husein de Jordania renuncia a sus derechos sobre Cisjordania en favor del pueblo palestino.
1988: El Consejo Nacional Palestino proclama el Estado palestino y acepta la resolución 242 de la ONU (adoptada en 1967).
1991: Se realiza en Madrid la Conferencia de Paz para Medio Oriente.
1993: Acuerdo de Oslo. Israel y la OLP se reconocen mutuamente y firman la Declaración de Principios para el autogobierno palestino.
1994: Israel firma la paz con Jordania.
1995: Se concretan los términos de una retirada parcial israelí, dejando para el final Hebrón y aplazando la negociación sobre varias zonas de Cisjordania y el futuro de Jerusalén.
1997: Benjamín Netanyahu firma el acuerdo de Hebrón.
2000: Segunda Intifada.
2001: El atentado contra las torres gemelas en Estados Unidos.
2002: Matanza de Palestinos en el campo de refugiados de Yenín.


Julia Navarro

(Madrid, 1953), periodista española, Julia Navarro ha destacado por su trabajo en el campo del periodismo político, desarrollando su labor profesional para la agencia de noticias Europa Press y también en radio y televisión. Ha escrito varios libros de género político, alternando el tema periodístico: Nosotros, la transición, La izquierda que viene, Entre Felipe y Aznar y Señora Presidenta. Su carrera como novelista sigue el género histórico, destacando títulos como La hermandad de la sábana santa, La biblia de barro, La sangre de los inocentes y Dime quién soy.
Sus obras han sido publicadas en 30 países (datos de la autora tomados de www.lecturalia.com/autor/29/julia-navarro en donde se puede ver un breve booktrailer de esta novela).

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Dispara, yo ya estoy muerto. Julia Navarro. Plaza & Janés Editores. 912 págs.


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