Maigret
de Georges Simenon
Jesús Guerra
Simenon y Maigret
En la entrada anterior comentamos que Simenon, quien
escribía a una velocidad endiablada, publicó alrededor de 527 novelas. De
ellas, 176 las publicó bajo 27 seudónimos diferentes. Eran novelas de diversos
géneros populares, escritas para comer. Y yo supongo que ahora esas 176 novelas
están olvidadas. Pero las 351 novelas y novelas cortas que quedan son las que
publicó con su nombre, y ésas están divididas entre las que para él eran sus
«novelas duras» y las que, aunque inicialmente comenzó a escribir también para
comer, lo hicieron famoso: las 75 novelas y 28 relatos largos del Comisario de
la Policía Judicial de Francia, Jules Maigret (esto según la página en francés
de Wikipedia dedicada a Simenon, y según el sitio de la editorial Acantilado,
la editora oficial de sus libros ahora, las obras de Maigret son 72 novelas y
31 relatos). Estas obras son las que más se han vendido y se siguen vendiendo
de su producción, más algunas de sus novelas serias, o novelas duras, más su
novela autobiográfica, llamada Pedigrí.
En una entrevista aparecida en el periódico El País, el
año pasado, hecha a su hijo John Simenon —nacido en 1949 en Estados Unidos, en
donde el autor radicó alrededor de 10 años—, quien actualmente es el director y
único empleado de tiempo completo de las empresas Georges Simenon Limited y
Maigret Productions Limited, encargadas de manejar todo lo relacionado con la
venta de derechos para publicaciones, traducciones y adaptaciones
cinematográficas de las obras de su padre, habló acerca la creación del
investigador Maigret. Dijo: «No fue casual, lo buscó: había acabado su etapa
anónima en la literatura pulp y al saltar a la novela seria le pareció
que para estructurarla le sería más sencillo con un detective: construir una
novela es estar en la cuerda floja; con un detective es como estar en un balcón
con barandilla». Y más adelante, explicó: «Decidió moldear un comisario
contrario a todos los cánones de la época dorada del género, era todo lo que
los demás no eran: Maigret no es inteligente, es grandote, habla poco, no es
deductivo como Holmes sino intuitivo y, sobre todo, no investiga el delito a lo
Poirot sino a las personas».
Así es, el método de este investigador es el de buscar
comprender a las personas involucradas en un hecho criminal, comprender la
situación, para poder comprender los motivos, y es que en el mundo de Maigret
no existen las grandes conspiraciones ni las súpermentes criminales, como en las
novelas policiacas anglosajonas, sino que el hecho criminal se produce siempre
entre personas comunes y corrientes; o entre delincuentes de tamaño medio...
por lo menos, en términos generales así es.
El comisario Jules Maigret es un hombre grande, corpulento,
que lleva sombrero y abrigo, y siempre trae pipa, la cual fuma incesantemente.
Le gusta la comida y la bebida, sobre todo la cerveza, así que en muchas de las
novelas pasa mucho tiempo en bares y cafés. Está casado, su mujer se llama
Louise. Aunque a lo largo de las novelas el autor va dando información de la
biografía de su investigador, la verdadera biografía de Maigret se encuentra en
una novela llamada Las memorias de Maigret, que es, lógica pero
curiosamente, la única novela con este personaje que no es policiaca.
Por lo general, las novelas de Maigret transcurren en
París, pero el autor se las ingenió para sacarlo a investigar casos en otros
lugares, estando de vacaciones, por ejemplo. El tiempo de Maigret como
investigador son los años que van de la década de los 30 a la de los 60. Las
novelas son cortas, de entre 160 y 200 páginas, aproximadamente, y son de
argumento mucho más sencillo que las novelas negras contemporáneas. Se dejan
leer con rapidez, pero son innegablemente interesantes, y, para muchas
personas, adictivas.
Dejando a un lado a Inglaterra, que tiene una riquísima
tradición de novela de misterio y policiaca, en el resto de Europa Simenon es
considerado el iniciador de la novela policiaca gracias a su serie con el
comisario Maigret. Y es tan famoso que, por ejemplo, en Lieja, la ciudad en la
que nació Simenon, existe una plaza llamada Del Comisario Maigret, y en
un parque, en Holanda, existe una escultura de Maigret.
Con respecto a los libros en español de este personaje,
hay una colección que fue muy popular, que publicó todas las novelas de la
serie, llamada simplemente Las Novelas de Maigret, de Luis de Caralt Editor, de
Barcelona. No sé cuándo comenzó a publicar la serie, pero todavía se imprimía o
reimprimía en los años 70. Y en nuestro país aún se consiguen libros de estas
ediciones en librerías de viejo. En la contraportada de los libros venía la
lista de los libros publicados. En uno de los últimos aparecían 78 títulos.
Supongo que era la serie completa. Y venía un texto que acompañaba el listado,
que decía así: «Un buen día, un escritor prestigioso, Simenon, creó una figura
inconfundible: el sagaz, reservado e inteligente inspector Maigret. Con él, la
novela policiaca, conservando todos sus incentivos de acción y misterio ganó en
dignidad, en lógica, en humanidad. Pintor fiel y brillante de tipos y
ambientes, observador condescendiente de los hombres y las cosas, Simenon ha
hecho del género policiaco un género literario».
Hay muchas ediciones que ya sólo se consiguen en librerías
de libros usados: las obras selectas de Maigret, en Aguilar; las obras
completas de Maigret en Orbis, que venían en tomos con tres o cuatro novelas y
se vendían en puestos de periódicos en los años 80; las ediciones de obras de
Simenon en Planeta, en Tusquets, y están las nuevas ediciones de la editorial
Acantilado.
Maigret, la novela
La novela llamada sólo Maigret tiene la
particularidad de que debía ser la última pero no lo dejaron. Cuando su editor
era Fayard, de París, Simenon le entregó una especie de plan de publicación de
una serie de 19 novelas policiacas para un personaje nuevo, el comisario
Maigret. Y esta novela lleva por título el apellido del personaje. Fue la
número 19 de la serie propuesta a Fayard, y por lo tanto el comisario aparece
en esta obra ya retirado de la policía francesa. Está pensionado y vive en un
pueblo cercano a París, con su esposa.
Una noche, un sobrino de su mujer, un joven que trabajaba
como policía en París, llamado Philippe Lauer, tocó a la puerta de la casa de los
Maigret. Necesitaba ayuda. Estaba metido en un lío porque había cometido un par
de errores garrafales. El joven policía estaba encargado de vigilar a un sujeto
que aparecía como el dueño de un cabaret del barrio de Montmartre, pero que la
policía sospechaba que era en realidad sólo el prestanombres de un mafioso. El
hombre al que vigilaba era Pepito Palestrino, un italiano de 29 años. El
policía se quedó escondido en el cabaret cuando la clientela se fue porque iban
a cerrar, cuando escuchó unos disparos. Mataron al hombre al que vigilaba y no
vio quién lo mató. El policía, asustado, salió del cabaret, pistola en mano,
para ver si lograba ver al asesino, pero en realidad fue un peatón quien vio al
joven policía salir del cabaret con la pistola, lo cual quiere decir que éste
se encontraba en problemas, pues ahora era él —el policía, el sobrino político
de Maigret—, quien aparecía como el principal sospechoso.
Por eso el joven Philippe llegó a la casa de su tío, para
pedirle que lo ayudara a demostrar su inocencia. Y Maigret sabía que la única
manera de demostrarla era encontrando al verdadero culpable. Así que esa misma
noche, el comisario y su sobrino viajaron a París. Pero como en esta obra
Maigret ya está retirado, tuvo que investigar por su cuenta, y únicamente
contaba con la ayuda de algunos de los policías que trabajaron bajo su mando,
los más cercanos, los de mayor confianza.
Maigret no es un investigador deductivo, no es un hombre
que resuelve acertijos abstractos, es un policía de intuiciones, un policía que
entiende a la gente, o como diríamos en estos tiempos, sabe leer a las
personas. Y que sabe, también, utilizar su experiencia de años.
El cabaret en donde se cometió el asesinato se encontraba
en la calle Fontaine, y Maigret estaba más o menos familiarizado con la fauna
criminal de esa zona, así que lo que hizo fue ir a observar el área, ver a la
gente, hasta que encontró el bar en donde él sabía que algo encontraría. Y, en
efecto, encontró. Observó a los clientes, escuchó conversaciones, mientras
bebía cerveza y fumaba su pipa, fue recabando nombres, atando cabos, siguió a
algunos personajes. Ése es su método. Y cuando entendió más o menos cómo estaba
el asunto, tendió una trampa.
Como ya mencioné, las novelas policiacas de Simenon son,
en comparación con las actuales, bastante breves y sencillas. Si las
comparamos, por ejemplo, con las series policiacas de televisión, son
equivalentes a las series estadounidenses de los años 70 y 80. Muy directas,
pero de todas maneras interesantes. En el caso de las novelas con el Comisario
Maigret, lo mejor es «verlo» actuar, leer sus pensamientos, entender cómo, a
través de su conocimiento de la gente y de la empatía, logra comprender las
situaciones.
Otra de las cosas que son sumamente interesantes de sus
novelas y relatos policiacos, es el retrato que el autor realiza del bajo mundo
criminal de París desde los años 30 a los años 60. El retrato de los personajes
es hecho a grandes pinceladas, pero de todas maneras preciso y claro.
Como ya apunté, esta novela fue la número 19 de Maigret
que publicó en Fayard, e iba a ser la última, la despedida del comisario. Fue
publicada primero por partes, en el periódico Le Jour, de París, del 20
de febrero al 15 de marzo de 1934. Y luego apareció en formato de libro ese
mismo año. Simenon, después, cambió de editor, y este último le pidió más
novelas de Maigret, y Simenon siguió escribiéndolas, hasta llegar a 75, más 28
novelas cortas o cuentos largos, también con Maigret. Y ahora lo sabemos, esta
serie policiaca fue la que verdaderamente consagró a Simenon en el gusto de
lectores de todo el mundo.
De esta novela se hicieron dos adaptaciones diferentes,
ambas para la televisión. La primera es francesa y se llama como el libro, Maigret,
de 1970, dirigida por Claude Barma, y como Maigret el actor Jean Richard.
La otra película es italiana, de 1972, con el título Maigret
se pensiona, en la cual Maigret fue interpretado por Gino Cervi.
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La edición que yo tengo es la de Luis de Caralt Editor,
con traducción de A. Morató. Impresa en 1973. 160 págs.
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