miércoles, 25 de septiembre de 2013

El castillo blanco, de Orhan Pamuk




El castillo blanco
de Orhan Pamuk

Jesús Guerra

El castillo blanco es la tercera novela del escritor turco Orhan Pamuk, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en el año 2006. (Si quieren leer un comentario sobre su libro de ensayos La maleta de mi padre, en el cual se encuentran las palabras que pronunció al recibir el premio, y si quieren revisar la lista de sus obras y sus años de publicación, hagan clic aquí.) Esta obra, cuyo título original en turco es Beyaz Kale fue publicada en español como El astrólogo y el sultán, por Edhasa, en 1994; posteriormente fue publicada por la editorial Mondadori, con una nueva traducción a cargo de Rafael Carpintero, como El castillo blanco, en 2007.

El libro abre con un prólogo firmado por Faruk Darvinoglu, un personaje que es historiador y que ya apareció en la novela anterior de Pamuk: «La casa del silencio». En este prólogo, el personaje nos dice que encontró el manuscrito cuyo texto vamos a leer a continuación en un archivo que se encuentra en pésimas condiciones. Él lo transcribió y lo «tradujo» al turco contemporáneo. Y ese manuscrito es, por supuesto, el cuerpo principal de la novela que leemos. Se supone que fue escrito en turco por un académico italiano quien, yendo en barco de Venecia a Nápoles en algún momento del siglo XVII, fue capturado por piratas turcos, junto con toda la tripulación y el resto de los viajeros.

Ya en Turquía su destino era, por supuesto, ser vendido como esclavo. Pero como este hombre tenía estudios universitarios de ciencia, convenció a sus captores, mientras se encontraba aún en una suerte de cárcel, de que era médico. Y en efecto, más por sentido común que por otra cosa, logró curar de dolencias no demasiado complejas, tanto a compañeros prisioneros como a turcos de la ciudad en la que se encontraba. Llegó a ser lo suficientemente conocido y respetado que incluso curó a un gobernante de la ciudad, el cual en un momento dado terminó regalándolo, como esclavo, claro está, a un académico turco al que sólo conocemos a lo largo del texto como «el Maestro».

Edición en inglés
El italiano, cuyo nombre nunca conocemos, aprende rápido el turco, y el Maestro, su nuevo dueño, que está ansioso por conocer lo más posible sobre «ellos», es decir sobre los occidentales, le dice al esclavo que lo liberará cuando el italiano le haya enseñado todo lo que sabe. Y así se establece una relación muy curiosa entre estos dos intelectuales que para colmo físicamente se parecen muchísimo. La relación, que dura muchos años, pasa, como es lógico, por muchas etapas: ambos tienen curiosidad por el otro y por momentos se admiran, se desprecian, se ayudan, se estorban, se estiman, se alejan, se acercan... Se parecen tanto, y no sólo en lo físico, se conocen tan bien y pasan tanto tiempo juntos, que llega un momento en que se mezclan, se confunden, se sobreponen. ¿Realmente son dos hombres o son dos partes de uno mismo? La pregunta fundamental, y sus variantes, es la que se hace el Maestro de tiempo en tiempo: ¿por qué yo soy yo?


Otra parte fundamental de esta novela es la relación entre el Maestro y el Sultán (es decir entre el intelectual y el poder), entre el Maestro, el esclavo-académico-occidental y el Sultán, entre el Sultán y el esclavo del Maestro... y está también el tema del ascenso y la caída de cada uno de estos personajes, en todos sentidos y con relación a todo y a todos. Son varios los temas importantes desarrollados en esta novela, sin embargo el fundamental es el de la identidad. Y la primera pregunta que se hace el lector al terminar de leer el libro es: ¿quién es, realmente, el narrador de esta historia?

Según entiendo, los efusivos comentarios del escritor norteamericano John Updike sobre esta novela, luego de su aparición en inglés en los Estados Unidos a principios de los años 90, fueron los que desencadenaron la fama de Orhan Pamuk en Occidente. Definitivamente se trata de una obra que hay que leer, aunque está claro que siendo más una novela de ideas que de aventuras, no es una lectura para todos los gustos. Sin embargo, yo les recomendaría que hicieran la prueba. Es una buena entrada a la obra de Pamuk, entre otras cosas porque se trata de una novela breve: tiene sólo 182 páginas.

. . . . . . . . . . . . . . .

El castillo blanco. Orhan Pamuk. Traducción de Rafael Carpintero. Editorial Mondadori. 1a edición en México, 2007. 182 págs.






No hay comentarios:

Publicar un comentario