Los papeles de Aspern
de Henry James
Jesús Guerra
Una de las más importantes novelas cortas de Henry James
(Nueva York, 15 de abril de 1843-Londres, 28 de febrero de 1916), es sin duda Los
papeles de Aspern, obra que tanto los lectores como otros autores y la
crítica literaria, y también, de paso, los productores de cine de diversos países
tienen en alta estima.
Aunque aparecen varios personajes secundarios en esta
novela, y algunos que sólo se mencionan (entre ellos el propio Jeffrey Aspern
—cuyo apellido se encuentra en el título mismo de la narración—, un poeta
norteamericano, inventado por Henry James para esta obra), sólo hay tres
personajes centrales en esta novela: las dos señoritas Bordereau (Juliana y
Tita, a esta última en la edición de las obras completas de Henry James, el
propio autor le cambió el nombre a Tina), que se supone que son tía y
sobrina, aunque Tina bien podría ser en realidad la sobrina nieta de Juliana
(según lo dicen algunos comentaristas, debido a la diferencia de edades de los
dos personajes), y el personaje masculino, cuyo nombre no se menciona nunca,
que es quien narra la historia.
La obra transcurre en Venecia, que es en donde viven las
señoritas Bordereau, en un viejo y ruinoso palazzo, las cuales, a pesar
de su apellido francés, son en realidad norteamericanas. El narrador es también
estadounidense, como lo fue el poeta Jeffrey Aspern, y los papeles del título
de la novela, dejados, se supone, por Aspern a su muerte se encuentran en el
centro de esta historia, es decir, literalmente son el objeto del deseo de los
personajes de esta obra, o por lo menos eso parece.
Resulta que el narrador es un crítico literario y editor,
quien junto con su socio son adoradores de la obra de Jeffrey Aspern, un poeta
romántico ya fallecido, y como investigadores de la obra del poeta, saben que
en Venecia vive Juliana Bordereau, una antigua amante del poeta, a quien éste
dedicó algunos poemas. Ambos sospechan que ella debe tener en su posesión
algunos papeles importantes de Aspern, quizá cartas de amor, quizá poemas no
publicados, quizá algo más. No saben qué puede ser pero están seguros de su
valor. Cuando el socio del narrador, desde Estados Unidos, manda una carta
preguntando por los papeles, y ofreciendo comprarlos, recibe en respuesta una
carta de Juliana en la que la anciana dice que no tiene ningunos papeles del
poeta, y que ya no la molesten. Esta misiva convence más aun a los
críticos-editores de que sí existen los papeles y de que Juliana los
tiene.
Entonces, el socio, es decir el narrador de la novela,
decide ir a pasar un verano a Venecia, para buscar la manera de acercarse a la
anciana, para ver si puede hacerse de su confianza y sacarle alguna información
acerca de los famosos papeles. Ya en Venecia, otra americana que vive en la
ciudad, le da la clave: hacerse pasar por un turista que quiere rentar una
habitación en la mansión de las Bordereau para pasar el verano. Así lo hace el
narrador, lo aceptan, a cambio de una buena cantidad de dinero, y comienza de
este modo el asalto al palacio en búsqueda del tesoro de las Bordereau: los
papales de Aspern.
Edición en inglés |
Henry James era un hombre muy privado, así que escribió
esta historia, dicen los que saben, con la intención de cuestionar el derecho
de los editores y de los biógrafos a meterse en la vida privada de los
familiares, amigos y amantes de los autores famosos, y si bien la historia tal
y como aparece en la novela es una creación de Henry James, la base para el
argumento es una historia real, que al autor le contaron, relacionada con un
editor norteamericano y unas cartas del poeta inglés Percy Shelley.
Esta obra, que a su manera es una novela de aventuras,
pero intelectualizada, es también una narración intimista y una novela de
misterio, y esto, sobre todo, gracias a la maestría con que está escrita. Esta
obra nos lleva, además, a hacernos una pregunta sumamente interesante: ¿con
quién se identifica el lector? Juliana es mostrada como una anciana dictatorial
y ambiciosa, pero finalmente es la dueña por derecho de los papeles; la sobrina
es mostrada como inocentona, casi boba y fiel, pero misteriosa y amable; y el
narrador se muestra como un hombre muy cortés, apasionado pero tímido, y
honesto, aunque no sea de una manera muy honesta como se presenta a la casa de
las Bordereau... Usted decide, pero lo
más probable es que se identifique en algún momento con cada uno de los tres
personajes, y sólo usted sabrá sus motivos para hacerlo... Lo cierto es que es
un libro que uno no puede dejar de leer.
Es tan interesante esta novela corta, que se han hecho
varias adaptaciones teatrales y de teatro para televisión en varios países,
también ha servido de base para una ópera (compuesta por Dominick Argento,
estrenada en 1988 por The Dallas Opera), y se han hecho, entre películas y
capítulos para series de televisión, diez adaptaciones fílmicas: en 1947, 1962,
1964, 1971, 1972, 1973, 1975, 1991, 2010, y la última, hasta el momento, está
en postproducción, así que finalmente se adjudicará a 2017 o 2018, según el
momento de su estreno.
En español contamos con diversas traducciones. Según
Wikipedia en español, tenemos:
* Una edición con un título ligeramente diferente: Los
papeles de Jeffrey Aspern, publicada en Barcelona, por Janés, en 1946, sin
el nombre del traductor.
A partir de ésta que sigue, todas se llaman: Los
papeles de Aspern.
* Una con traducción de J. Kogan Albert, Buenos Aires,
Editorial Losada, 1950.
* Otra con traducción de José María Aroca, Barcelona,
Tusquets, 1971.
* Otra con traducción de José María Valverde, Barcelona,
Planeta, 1978.
* Una más, traducida por el mexicano Sergio Pitol,
publicada en Caracas, por Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1998.
* Otra con traducción de Rolando Costa Picazo, Buenos
Aires, Colihue, 2005.
* Y la más reciente, traducida por Francisco Carrasco,
publicada en México por la Universidad Veracruzana, en 2008.
La misma página nos dice que las traducciones de 1971 (de
José María Aroca, de Tusquets) y la de 1978 (de José María Valverde, de
Planeta) son las que han sido reeditadas en varias ocasiones, y por lo mismo
son las ediciones que se consiguen con mayor facilidad en nuestros días y en
nuestras librerías. La que yo leí hace poco, por ejemplo, es la edición de
Tusquets.
El autor
A pesar de que Henry James tiene ya el nivel de clásico,
en nuestro país es conocido, pero en realidad poco leído, y con esto me refiero
al lector común, pues evidentemente es bien conocido en el mundo académico y en
el literario. Hay que apuntar que el hermano mayor de Henry fue William James
(nacido en 1842 y fallecido en 1910), importante filósofo y psicólogo, fundador
de la Psicología Funcionalista, y autor de un libro que se sigue leyendo: Principios
de psicología.
Edición en italiano |
El padre de Henry James llegó a tener mucho dinero y
decidió darles a sus hijos una educación europea y la oportunidad de conocer el
mundo, así, Henry James para el año de 1876, cuando tenía 33 años, residía ya
en Europa, continente por el que viajó extensamente, sobre todo por Italia en
donde tuvo largas estadías, e incluso escribió varios libros de viajes. Vivió
también en París, pero finalmente se estableció en Londres. Dice el espléndido
escritor español Félix de Azúa, en un artículo llamado «La Inglaterra perversa
de Henry James», publicado en Babelia, el suplemento literario del
diario El País, en enero de 2016:
«Con un olfato artístico notable, James se trasladó desde
su nativo Nueva York a Londres en 1869, aunque su instalación definitiva no
llegaría hasta 1883. Podía haber elegido París, que también conocía
perfectamente y donde tenía ya muchos amigos. En esos años París era todavía el
centro intelectual de la literatura [...]. Fue uno de los últimos momentos de
la historia cultural europea en el que mandarines de gran autoridad pública
osaban definir qué era la literatura. Nada de eso podía interesar a
James sobre todo porque tenía muy claras las ideas sobre qué podía ser
la literatura, [...]. Lo que James buscaba no era una aproximación racional al
arte, especialidad francesa, sino una aproximación emocional. [...] La sociedad
francesa no le atraía. Había en ella demasiada religión revolucionaria,
demasiada sumisión a la aristocracia del dinero, [...]. A James le atraía la
oscuridad de la sociedad británica, su perversidad subterránea, su maldad, todo
encubierto, todo susurrado [...]».
Henry James fue crítico literario, dramaturgo y narrador.
A su muerte los críticos norteamericanos lo atacaron por haber vivido tanto
tiempo fuera de su país, como si esto fuese un acto de traición, y luego se les
olvidó un poco, hasta que su obra fue redescubierta en los años 30 y 40. James
siempre se consideró un extranjero, que es como sentirse un extraño, quizá
porque era muy inglés para los estadounidenses y muy norteamericano para los
británicos. Escribió muchísimo. Según el artículo sobre este autor de la
Enciclopedia Británica, James escribió durante 51 años, en los cuales produjo
20 novelas, 112 relatos, 12 obras teatrales, además de volúmenes de viajes,
periodismo literario y crítica literaria. El mismo artículo de la EB dice que
su carrera fue una de las más largas, más productivas y más influyentes de la
literatura estadounidense. Se le considera un maestro de la prosa de ficción,
dueño de un método y un estilo muy personales e innovadores.
De su larga lista de obras menciono algunas de las más
importantes: El americano (1877), Daisy Miller (1878), Los
europeos (1878), Retrato de una dama (1881), Washington Square
(1881), Las bostonianas (1886), Los papeles de Aspern (1888), Otra
vuelta de tuerca (1898), Las alas de la paloma (1902) y Los
embajadores (1903).
Edición en inglés, junto con «Otra vuelta de tuerca» |
De algunas de estas obras hay incluso varias adaptaciones
cinematográficas, y todos estos títulos se encuentran traducidos al español, y
han sido publicados por diversas editoriales.
Para algunos críticos, Henry James fue el primer escritor
verdaderamente moderno de la lengua inglesa. Y aunque su estilo tiende a la
lentitud, tanto su prosa como la estructura de sus narraciones le agregan capas
significativas a sus argumentos. Una de las características de su estilo es el
descubrimiento o desvelamiento psicológico de sus personajes, lo cual, de
alguna manera, lo establece como un precursor del llamado monólogo interior,
que después utilizarían autores posteriores como James Joyce, Virginia Woolf, y
otros. Un año antes de morir, se le concedió la nacionalidad británica, pero
por supuesto se le considera un autor estadounidense.
. . . . . . . . . . . . . . .
Los papales de Aspern. Henry James. Traducción de José
María Aroca. Tusquets Editores (1a edición en la colección Marginales: 1971; 1a
edición en la colección Fábula: 2001; 2a edición en Fábula: 2010), 156 págs.
No hay comentarios:
Publicar un comentario