sábado, 9 de febrero de 2019

La muerte de Ulises, de Petros Márkaris





La muerte de Ulises
de Petros Márkaris

Jesús Guerra

Han pasado un buen tiempo desde la última vez que comenté aquí un libro del escritor griego Petros Márkaris (comenté, seguidas, las dos primeras novelas de la serie de su detective Kostas Jaritos). Me he preguntado por qué y me respondo que se debe a que, por fortuna, hay muchos otros buenos libros qué leer. Pero he regresado ahora a este autor, cuyas obras me gustan muchísimo.

Si quieren leer algo sobre Petros Márkaris y los títulos de su obra, les recomiendo que lean la reseña de su novela Noticias de la noche (aquí). Sólo hay que agregar que, desde el momento en que se publicó ese comentario, se han sumado algunos títulos a la bibliografía de Márkaris: Hasta aquí hemos llegado (con este libro su trilogía pasó a ser la Tetralogía de la crisis; Tusquets, 2015); La muerte de Ulises (Tusquets, 2016), que es el que comentamos hoy, Offshore (Tusquets, 2017); La espada de Damocles (ensayos sobre la crisis financiera de Grecia) y Próxima estación, Atenas.

La muerte de Ulises es un volumen compuesto por ocho relatos de diversa extensión; el más corto tiene seis páginas, el más largo 60. Los títulos son los siguientes: «El asesinato de un inmortal», «En terrenos conocidos», «Tres días», «El cadáver y el pozo», «La muerte de Ulises», «La destrucción de Pompeya», «Un atentado que llegó tarde» y «Poemas y crímenes».

De los ocho cuentos, tres son policiacos, y de éstos uno tiene como investigador al Comisario Murat de la Policía de Estambul, Turquía, quien es amigo del Comisario Jaritos, y ha aparecido en algunas de las novelas. Y los otros dos relatos policiacos tienen como protagonista al propio Comisario Kostas Jaritos, de la Policía de Atenas. Debido a estos tres relatos es que este volumen aparece en la lista de los libros de la serie del Comisario Jaritos, aunque en realidad es mayor la cantidad de páginas que no están relacionados con él.

Comienzo, pues, comentándoles los relatos policiacos. En «El asesinato de un inmortal», una mañana le reportan al Comisario Jaritos (aunque curiosamente nunca se menciona su nombre en este relato, pero por los otros nombres mencionados sabemos que es él quien narra), que encontraron sin vida al renombrado escritor Lambros Spajís en la oficina de su residencia. De inmediato comienza la investigación, la cual incluye, naturalmente, a editores, críticos literarios y otros escritores. Este relato le sirve al autor para reírse un poco y criticar el mundillo literario griego, a través de las palabras de los entrevistados para la investigación, mundo literario que es calificado de pequeño y mediocre, lleno de escritores de segunda y tercera línea, los cuales se atacan unos a otros para quedarse con puestos de trabajo. Es decir, agrego yo, más o menos como los ambientes literarios de cualquier país. Llama la atención la capacidad del autor para brindarnos un caso policial tan interesante en tan pocas páginas.

El segundo cuento del Comisario Jaritos es el último del libro, es decir que los dos relatos de Jaritos abren y cierran el volumen. Como siempre, está narrado en presente por el propio Jaritos. El relato, llamado «Poemas y crímenes», es conciso y muy efectivo, y también, como de costumbre, nos muestra algunos elementos de la cultura griega contemporánea y elementos diversos que nos dan un panorama sociológico sumamente interesante, y en este relato el autor hace una crítica al mundo del cine griego, así como a los desequilibrios económicos de Europa y de la propia Grecia, y todo esto en sólo 20 páginas, a través del caso del asesinato de un realizador cinematográfico. Es interesantísimo para todo lector de cuentos, y más si se trata de cuentos policiacos, y en especial para los amantes del cine, pues el relato comenta algunas características de la producción cinematográfica de Grecia. El autor, como narrador y como guionista, conoce bien los ambientes literarios y fílmicos de su país, así que podemos suponer que debe haber motivos para que decidiera dedicar los dos relatos de su investigador, en este volumen, a criticar estos ambientes. Me parece un detalle significativo y divertido.
 
Edición en catalán
El tercer relato policiaco de este libro, llamado «En terrenos conocidos», tiene como protagonista al Comisario Murat, de la Policía de Estambul, pero el relato se desarrolla en un pueblo cercano a la ciudad alemana de Düsseldorf. El padre de Murat, que ha vivido una buena parte de su vida en Alemania, acaba de jubilarse, y compró una casa en un pueblo alemán que se parece a algunos pueblos turcos, y además tiene una alta población turca. Murat y su mujer, Nermín, lo van a visitar durante unas vacaciones de Murat. El señor, llamado Sedat, les platica que tuvo un gran amigo, compañero de trabajo durante 25 años, quien también compró una casa muy cercana a la suya, al cual asesinaron hace algunas semanas. Murat, preocupado por su padre, va a ver al policía alemán encargado de la investigación del asesinato. Sobre todo, quiere saber si su padre corre algún peligro. (Hay que recordar, por cierto, que Murat vivió, estudió y fue policía en Alemania, hasta que terminó por regresar a su país.) El policía alemán le dice que van lentos porque su problema es que la comunidad turca es muy cerrada y no le informan a la policía lo que saben. De hecho, invita a Murat a que, de manera informal, los ayude con la investigación... El relato es muy interesante, además de por los elementos de misterio en sí, porque nos muestra lo complicadas que son las relaciones entre las minorías étnicas inmigrantes y la población y la policía de los países en que están asentadas, en este caso Alemania.

«El cadáver y el pozo» es uno de los relatos breves de este libro. Un cadáver se encuentra junto a un pozo de agua que está en el patio de un viejo edificio. Un policía revisa la escena. Uno de sus ayudantes se acerca y le dice algo al oído. Esto cambia lo que el investigador piensa acerca del posible asesinato. El cuento, en pocas palabras, nos permite vislumbrar todos los elementos relacionados con ese asesinato y con la investigación policial. Las relaciones de poder, las redes de corrupción, las presiones a las que está sometida la policía en una investigación, las cargas ideológicas de las acciones policiacas y de las acciones criminales. De pronto, el cadáver se mueve... Hay que subrayar, entre otras cosas, la originalidad de este cuento.

En «La muerte de Ulises», el relato que le da el título al libro, el narrador —del cual nunca sabemos el nombre— bien podría ser un alter-ego del autor. Sin embargo, el personaje central es Ulises, no el personaje clásico sino un griego de la actualidad nacido en Estambul, Turquía, que en el momento del relato reside en Atenas, Grecia. Ulises fabrica y vende almohadas y tiene una tienda en una de las calles que tienen comercios similares. El narrador lo conoce un día en el que anda por ese rumbo precisamente buscando un par de almohadas. Entra, compra lo que necesita y se queda un rato platicando con Ulises. Éste le cuenta algunas cosas de su vida, y cómo, por cuestiones políticas turcas, un día, de joven, tuvo que regresar junto con su familia a vivir a la patria de sus ancestros. Y le dice también que ya ha hecho los pagos necesarios en una casa de retiro para personas de la tercera edad, en Estambul, pues pronto, cuando deje de trabajar, piensa irse a vivir allá.
 
Edición en francés
El narrador entiende que Estambul es la ciudad en la que nació el viejo Ulises, pero no entiende por qué quiere irse a vivir sus años finales allá, cuando Grecia es, en realidad, el país de sus antepasados y donde ha vivido desde su regreso de Turquía, es decir la mayor parte de su vida. Sin embargo, respetuoso, esas cosas no se las comenta a Ulises. Pasan los meses y aunque el narrador va con frecuencia a saludar a Ulises a su tienda, nunca vuelven a tocar ese tema. Por eso es una sorpresa para el narrador cuando Ulises llama un día a su puerta para despedirse, pues por fin se va a vivir a Estambul. El narrador, por vacaciones y por trabajo, va con frecuencia a esa histórica ciudad turca, así que un día decide pasar a visitar a su amigo Ulises. Y en esa y otras visitas, el narrador comprende algo más acerca de su amigo, y quizá del ser humano...  Este relato nos permite asomarnos al enorme problema de la migración forzada que se da en muchos países, en este caso en algunos de la Europa mediterránea, y nos regala otra pieza para intentar comprender ese enrome rompecabezas que es nuestro mundo. 

En el relato llamado «La destrucción de Pompeya», un sacerdote griego y su hermana recaban ropa usada y la colocan en las escaleras de la iglesia para que los pobres del barrio se acerquen y se lleven la que necesiten. Para este sacerdote pobres son pobres, sin importar se si trata de griegos o de inmigrantes. Esto, por supuesto, lo convierte en blanco de amenazas de grupos de ultraderecha que pretenden aterrorizar a los inmigrantes para que se vayan del país.

«Un atentado que llegó tarde» es el cuento más corto del libro, tiene apenas seis páginas, y trata del atentado contra Hitler, del 20 de julio de 1944; un atentado con una bomba pequeña que no le hizo nada a Hitler, aunque sí hirió a algunos militares cercanos a él. El atentado fue realizado por un grupo de militares alemanes —un grupo que no era tan pequeño como el gobierno nazi intentó hacerle creer al pueblo alemán—. El relato nos muestra el ambiente en las oficinas alemanas en donde laboraban ciudadanos comunes y corrientes; la manipulación de la prensa por parte del gobierno; la pobreza en que vivía el pueblo alemán en los últimos días del nazismo, y cómo, en esos momentos, los alemanes seguían engañados por la propaganda, sin saber lo cerca que estaban de perder la guerra...
 
Edición en alemán
«Tres días» es el relato más extenso del libro; tiene 60 páginas, aproximadamente la tercera parte de las páginas de este volumen. Se desarrolla en Estambul, a lo largo de tres días de septiembre de 1955. El personaje central es Vasilis Samartzís, un comerciante de telas de la gran comunidad griega en Turquía. Los otros personajes importantes son Sotiría, la esposa de Vasilis, así como amigos, vecinos y conocidos de ellos, algunos de ellos también griegos, otros armenios, albaneses y judíos. Y un «casi amigo» de Vasilis, un comisario de la policía turca. El relato trata de las complejas relaciones de los turcos y sus minorías étnicas pues el racismo, el celo religioso y el nacionalismo explotan cíclicamente. En un momento de la narración, un armenio amigo de Vasilis le dice que los armenios, los griegos y los judíos de Turquía son como los mosqueteros: «Uno para todos y todos para uno», pues cuando los turcos quieren castigar a una de estas tres minorías, siempre la llevan las tres. El relato es estupendo, la anécdota central es buenísima y el telón de fondo es dramático debido a las relaciones entre estos grupos humanos. La narración es tensa, nos mantiene en suspenso y tiene un final sorpresivo en más de un sentido.

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La muerte de Ulises. Petros Márkaris. Traducción de Ersi Marina Samará Spiliotopulu. Tusquets Editores, colección Andanzas (España, febrero 2016; México, abril 2016). 176 págs.

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