Tal vez
de
José Antonio Villarreal Acosta
Maru Galindo
La
primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrar un sentido a su
propia vida y no una «racionalización secundaria» de sus impulsos instintivos,
dice el filósofo judío Viktor Frankl —quien fue sobreviviente de un campo de
concentración nazi. Esa frase se me vino a la mente cuando terminé de leer Tal vez, y si ustedes me preguntasen cómo
sintetizarla, así lo haría… Todos tenemos diferentes maneras de abordar un
libro, la mía es tratando de entender su construcción, por ejemplo, ¿por qué
inicia con epígrafes de otros autores? A mí me llamó mucho la atención el
siguiente epígrafe: «Pregúntate, si el sueño del cielo y de la grandeza está
esperando por nosotros o en nuestras tumbas… O debe ser lo nuestro aquí y ahora
en esta tierra» Ayn Rand (filósofa y escritora estadounidense de origen ruso).
Esa
cita me dio un indicio antes de abordar la lectura y mi cerebro quedó listo
para asociar ideas sobre la trascendencia del ser. Las ideas perfectamente
empezaron a complementarse cuando leí lo que Bernard Parodi recordó, las
palabras que un hombre misterioso le dijo, al sentirse frustrado por la noticia
que recibió sobre el resultado de los fragmentos que encontró de la mítica Arca
de Noé. «La vida no está donde todos imaginan, búscala en las pequeñas
partículas subatómicas que forman el universo y ahí, donde menos lo pienses,
está la explicación a las preguntas que la humanidad se hace desde sus orígenes
y su perpetuidad; tú tendrás la oportunidad de conocer el principio y el fin.» (p.
42.) Sí, a medida que leemos vamos descifrando enigmas.
La
novela es un fantástico relato que plantea una alternativa para el crecimiento
espiritual de la raza humana, que no hace más que marchar día a día su propio
exterminio. Nos adentramos en un camino nuevo que propone la libertad interior
del ser humano. Narrada a través de 41 capítulos, con un Porqué, una nota
preliminar y una presentación del propio autor, la historia está ambientada
dentro de un mágico, dinámico y lúdico contexto. 25 capítulos son antecedidos
por microtextos que dan mayor profundidad a la lectura. Ilustrada con imágenes
cuya temática es el ascenso y descenso del hombre desde un punto de vista
espiritual.
Ópera
prima del autor, quien promete dar continuidad al tema que ahora nos ocupa.
Imaginemos
el Arca de Noé. Recordemos la historia que describe la Biblia en el libro
Génesis. Noé tenía una
esposa y tres hijos. Los hijos se llamaban Sem, Cam y Jafet. Cada hijo tenía
una esposa. Así que había ocho personas en la familia de Noé. Dios le dijo que
hiciera un arca grande. El arca era grande como un barco, pero más bien parecía
una caja grande y larga. «Hazla de tres pisos,» dijo Dios, «y ponle cuartos.»
Los cuartos eran para Noé y su familia, los animales y el alimento para todos. Dios le dijo a Noé que hiciera el
arca de modo que no le entrara agua. Dijo: «Voy a enviar un gran diluvio de
agua y destruir al mundo entero. El que no esté en el arca morirá.» ¿Qué hicieron los humanos, que no
agradó a Dios? ¿Por qué sólo ocho personas fueron elegidas? ¿Sería que ellas
poseían un corazón limpio y eso agradó a Dios para continuar con la especie
humana?
Y
a estas preguntas la respuesta es Tal vez…
haya otra oportunidad. «Desde las primeras manifestaciones humanas existen
noticias de misteriosos seres que llegaron de las estrellas y se quedaron aquí
con propósitos inéditos; de esa presencia intangible sólo se conoce que
florecieron mentes privilegiadas que influyeron en distintas etapas… (p. 19.) «¿Sería
la revelación de seres divinos que vinieron con la misión de salvar al hombre
del extravío en que se encuentra…?» «¿…encontraremos el sentido armónico de la
humanidad?» (p. 31.) Preguntas, incógnitas que vamos encontrando en el texto de
la novela, formuladas éstas por cada uno de los ocho personajes que tejen la
historia:
La
humanidad en su precipitada evolución dejó de lado la esencia de su misión y se
volvió instrumento de su propia creación imperfecta; en la medida que avanzó la
tecnología retrocedió en espiritualidad, se deshumanizó, extravió el camino de
la salvación y el tiempo se agotó. Quedó sólo un puñado de personas que en sí
personifican la esencia del hombre y la mujer contemporáneos; son de distinto
origen, creencia, personalidad, costumbres y quehaceres, pero están ahí camino
a la inmortalidad, listos para abordar la última nave que perpetuará la especie
que cada uno representa.
Martín Monteverde es el primer personaje que
aparece en el relato, breve su aparición y significativa puesto que desaparece
después de que un extraño personaje le diera una serie de instrucciones, en el
atentado terrorista que sufrieron las Torres Gemelas de Nueva York. «en la
vorágine del desastre, en cierto momento sintió la presencia del “hombre
sabio”. Quien en medio del estruendo ambiental, lo elevó de entre la espesa
tolvanera y lo trasladó a la luz extraviada en la catástrofe; el enigmático
personaje desde su estado etéreo estaba cumpliendo con el principio de su
misión… (p. 29.)
Madeleine Monteverde «es la segunda de tres
hermanos y como ellos, tenía los cimientos de una espléndida educación, el
solvente patrimonio de su familia tapizó convenientemente su porvenir con una
sólida preparación en todos los campos del saber.» (p. 47.) Ella es la
encargada de buscar la genealogía de la familia Monteverde y protagonista de un
gran amor.
Eugene Verdi, el aún sacerdote había conocido la
clave de los elegidos; él representa al siervo humilde, el hombre devoto y
misericordioso, el enlace terrenal con lo celestial. Fue novio de Madeleine. Bernard
Parodi era la encarnación del individuo aventurero, analítico, estudioso,
apasionado de los misterios, el gambusino urbano de los tesoros temporales. El
inquieto hombre de mundo. David Maynez, guardián de la biblioteca y del archivo
central en Nueva York, se ve inmiscuido con una banda tratante de blancas por
lo que la policía le persigue. Hijo de María Candelaria.
Lucyanne Villard, enfermera voluntaria que trabaja
para la Cruz Roja Internacional. Ella representa la abnegación, el servicio
desinteresado, la devoción y la piedad hacia el prójimo. Novia en su juventud
de Bernard Parodi. Martina, joven haitiana, secuestrada por una banda tratante
de blancas. Representa la antigua dinastía de los ritos africanos sembrados en
América. Lleva en su conciencia el espíritu ancestral de las etnias
primigenias. Pamela Naron, asistente del arqueólogo Bernard Parodi. Reconocida
articulista en una revista de ciencias. Irradiaba regocijo a cada paso y vivía
con intensidad.
El
argumento de esta novela transcurre linealmente, sigue una secuencia lógica en
acontecimientos que están llenos de pistas y símbolos que nos mantienen intrigados.
La novela es como un cebolla, cada capa que quitas, es decir que penetras a
través de la lectura, te va adentrando a universos que pudieran ser mundos
paralelos; en ella encontramos una serie de temas como el medio ambiente, la
migración, los atentados, la historia genealógica, entre otros. En todos ellos
encontramos fuentes serias de investigación histórica. Pero no sucede así con
el tiempo ni con el espacio donde se desarrolla la acción… ¿serán proyecciones
del futuro? ¿Recuerdos encapsulados del pasado? Martín aparecerá de nuevo, diez
años después, con una misión muy importante, entonces es cuando el grupo se
reconoce y cierra un ciclo de vida en un parque de diversiones. Me
quedo con las palabras del patriarca Azael, administrador del templo de San
Pablo, quien aventuraba que la alineación de algunos planetas con el Sol
traería cambios importantes a la humanidad, el entendimiento, como la vida,
florecerá como esta planta en un grande y frondoso árbol, alimentada por los
rayos del sol… la luz que iluminará a la nueva raza… (p. 455.)
El autor
José
Antonio Villarreal Acosta nació el 24 de diciembre de 1936 en Saltillo,
Coahuila, México. Realizó sus primeros estudios en el Colegio Zaragoza y el
bachillerato en la preparatoria nocturna Mariano Narváez, en su ciudad natal. Ingresó
en la Academia Militar Peacok, en San Antonio, Texas. Adquirió conocimientos en
aeronáutica y sirvió en el Escuadrón 209 de la Fuerza Aérea Mexicana. Fue
propietario de la primera empresa comercializadora del combustible gas-avión y
dirigió la Compañía Aerolíneas Mexicanas, que en sus inicios tuvo la ruta
Saltillo-México, y extendió ramales a varias ciudades de la república mexicana.
Entre sus aficiones se encuentra la pintura, la tauromaquia y la escritura. Tal vez es su primera novela;
actualmente se encuentra en proceso su segunda novela. En ambas obras destaca
su preocupación por la descomposición de la sociedad y fragua un universo
distinto como esperanza armónica para la humanidad. Desde hace 25 años ha
estudiado esa gran región en gran parte desconocida aún que está a pocos
centímetros detrás de la frente, tratando de entender el proceso entre el nacer
y el morir, esta apasionante aventura le ha permitido dar sentido al arte de
vivir.
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Tal
vez. José Antonio Villarreal Acosta. Editorial Palibrio. 2013.
496 págs. Existe edición digital de esta novela, se puede conseguir en
Internet.
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