Ecos de la FIL-Saltillo 2011
Entrevista a Antonio Malpica
Jesús Guerra
La primera actividad de la Feria Internacional del Libro Saltillo 2011, posterior a la inauguración
de la misma, el viernes 9 de septiembre, fue la presentación del libro Nocturno Belfegor por parte de su autor, Antonio Malpica (quien nació en la Ciudad de México en 1967, es autor de novelas y obras de teatro infantiles y juveniles
y ha ganado el Premio de Novela Breve Rosario Castellanos, el Premio Nacional Manuel Herrera de Dramaturgia, el Premio Nacional de Obra de Teatro para Niños y el Premio Nacional de Novela Una Vuelta de Tuerca). Pero
como Nocturno Belfegor es en realidad el segundo volumen de la saga El Libro de los Héroes, su autor habló también del primer volumen, Siete esqueletos decapitados (ambas novelas publicadas en la serie El
Lado Oscuro de la Editorial Océano). La primera sorpresa que nos dio Malpica fue contarnos (en la presentación) que su mamá nació en Saltillo (por lo que en el evento se encontraban presentes tías
y primas suyas), y esto es una liga interesante de Malpica con Saltillo y con Coahuila. La segunda, aunque en realidad esto no es una sorpresa teniendo en cuenta que su especialidad es escribir para niños y jóvenes,
es que se trata de un hombre muy agradable y sencillo, que sabe comunicarse con los adolescentes (mismos que eran la mayor parte del público de esta presentación). Presentó, con mucho sentido del humor,
las dos novelas de terror, leyó unas páginas de la primera novela de la saga y regaló un par de libros. Con esto terminó la presentación, que logró su objetivo: hacer que se nos antojara
leer sus libros. Después del evento, platiqué con él, en un tono muy amistoso. Antonio Malpica logra que uno se sienta con él como si fuéramos viejos amigos. De esa conversación salió
la siguiente entrevista.
Jesús Guerra: ¿Por qué leer?
Antonio Malpica: Por muchas razones: porque aprendes, porque creces como
persona, porque te transportas… en fin, muchas, muchas razones. ¿Mi favorita? Porque es muy divertido.
¿Cómo empezaste a leer?
Poco a poco y casi accidentalmente. Cayó en mis manos, cuando era ya adolescente, un libro de Emilio Salgari.
No lo pude soltar. Luego me seguí con más de Sandokan; después, Julio Verne, H.G. Wells…
¿Cuáles han sido, a lo largo del tiempo, tus libros o tus autores favoritos?
Mi autor favorito es Borges… todavía. Pero disfruto mucho a otros autores, a los que recurro cada vez
que puedo. La lista es larga, larga (y ecléctica): Cortázar, García Márquez, Stephen King, Terry Pratchett, Enrique Serna, Kurt Vonnegut, John Steinbeck… ¡Uff!
¿Cuáles géneros son los que más lees?
Los literarios… Ja... No, ya en serio, no me clavo en uno solo. Me late un chorro la ciencia ficción, pero igual disfruto cualquier cosa. Libros para niños, por ejemplo, leo mucho y con gran emoción.
¿Hay algún autor, libro o género que haya influido en tu vida?
Así como que en mi vida… no creo. Sobre todo leo ficción. Y lo maravilloso de ésta (y lo triste también,¿por qué no?) es que, en cuanto cierras el libro, todo queda atrás. Nada, ningún monstruo, ningún hada, se pasa de este lado de la cerca.
¿Tienes libros de cabecera? ¿Existen aún? ¿Relees libros?
Suelo tener un libro de poesía muy al alcance siempre. Aunque no uno en particular y no un autor
específico. No releo mucho porque siempre tengo un libro
nuevo a la espera y siento que, siendo la vida tan corta, un libro repetido le quita chance a uno nuevo. Pero a veces sí sucumbo al embrujo de algunos… Cien años de soledad, por ejemplo. O El guardián entre el centeno… Todo Borges… son los que me vienen a la mente que sí he repetido.
¿Crees que de todo libro, por malo que sea, se puede sacar algo bueno?
Claro. Hasta para darle con él en la cabezota a algún ratero que se meta a tu casa.
¿Crees que se lee poco en México?
Sí. Aunque es cierto que cada día es más fácil detener un niño en un entorno urbano y preguntarle «¿qué estás leyendo?» sin que te salga con que el «Memín Pinguín»; hay mucha más población en zonas rurales que no tiene acceso a nada de literatura. Pienso
mucho en ellos cuando me hacen esta pregunta, porque «México» somos todos. Y, para nuestra desgracia, son más ellos —los pobres— que los niños que pagan colegiatura y son favorecidos con un plan de lectura
y bibliotecas bien surtidas.
¿Qué crees que se podría hacer para que se lea más en México?
Pregunta harto difícil de responder. Se me ocurre que… acercar los libros a la gente, toda, no sólo los niños. Y, para empezar, libros entretenidos que enganchen a los lectores.
Aunque son plausibles los esfuerzos por regalar libros que te explican la naturaleza de los isótopos en el metro, sería mejor que obsequiaran novelitas negras si en verdad quieren enamorar
a la gente de las letras, digo yo.
¿Qué estás leyendo en estos días?
Ahorita, el Criptonomicón, de Neal Stephenson.
¿Cómo empezaste a escribir y por qué?
También por accidente. A mi hermano y a mí nos pidieron escribir una obra de teatro para un grupo de muchachos
del que formábamos parte. Lo hicimos casi como un chiste
y nos gustó tanto la experiencia que nos quedamos.
¿Por qué teatro y por qué literatura infantil?
El teatro es una experiencia viva. Tal vez la más gratificante que, como autor, puedas tener. Estar ahí, con el público, observando su reacción ante lo que escribiste es algo que ningún escritor debería perderse. Con las novelas este goce es muy diferido y personal.
En cuanto a la literatura infantil, porque es sumamente divertida, juguetona y nada pretenciosa. Te sientes
tan cómodo y tan a tus anchas que es muy difícil salirse, la verdad, una vez que entraste.
¿Ya sabes cuántas entregas habrá en la saga El Libro de los Héroes [de la que Siete esqueletos decapitados y Nocturno Belfegor, las novelas que presentó en la FIL-Saltillo 2011, son los primeros dos volúmenes]? ¿Los títulos? ¿Las premisas básicas de cada una de las obras? ¿Las fechas probables en que terminarás de escribirlos?
Pues lamentablemente sólo te puedo adelantar que serán cinco. Pero ni títulos ni nada más. Los procesos de escritura y de publicación son bastante complejos, no se puede prever prácticamente nada.
¿Ya estás escribiendo la siguiente?
Sí. Espero terminarla para principios del 2012.
¿Por qué demonios en unas novelas para adolescentes?
Porque literariamente hablando se vale de todo. Y últimamente sentí que hacía falta una verdadera novela de terror, una que reivindicara el mal
sobrenatural. (El mal real no necesita ningún empujoncito; basta enfrentarse al noticiero de la mañana para darse cuenta.) Y dada la aparición de tantos vampiros fashion, ¿quién mejor para dar la cara por los malvados que el jefe de todos ellos, el mismísimo Lucifer? Al final, de todos modos, nadie sale lastimado y cada
demonio vuelve a su jaula sin causar ningún rasguño.
¿Cómo fue que se te ocurrió esta serie y estos personajes? ¿Los personajes están basados, de alguna manera, en «jóvenes reales», es decir, están basados en tus propios amigos de aquellos años, o en ti mismo, o en jóvenes que conoces?
No. Aunque hay un evidente homenaje a los tres personajes principales de Harry Potter (el fin de dicha saga
me arrancó lágrimas, lo confieso), ninguno está basado en personajes concretos, ya sean reales o ficticios. Tampoco Alicia, Guillén o el mismo Farkas. Si acaso, tendría que confesar que, de muchacho, me hubiera gustado formar parte de
una aventura con mis amigos, y tal vez esto se refleje en éstas y otras novelas mías, pero —pese a que sí tenía un club que formamos mi hermano Javier y yo con otros cuates— nunca pasamos de aventuras vividas en nuestra imaginación (que también eran muy divertidas, eso ni dudarlo).
¿Cuál es el atractivo de la literatura de terror?
Supongo que el mismo que ejerce cualquier libro: que echas a volar la imaginación y tratas de ser uno con los personajes. La diferencia es que con
los libros de miedo, si tienes el músculo de la imaginación bien fortalecido, lo que vives te hace liberar más adrenalina, te hace sudar más, te hace mirar más en torno… y eso, no hay duda, es tan atractivo como excitante.
¿Cómo te ha ido con estos libros? En cuanto a venta, a crítica, a experiencias con lectores... ¿Tienes retroalimentación de tus lectores jóvenes? ¿Qué te dicen de tus libros?
Afortunadamente, bien. Desde luego que, como el género no es para cualquier lector, no falta quien lee uno de los libros
y, poco acostumbrado al terror, no puede pasar de la mitad y me lo hace saber con todo tipo de epítetos pero, en lo general, los que se sienten cómodos con el género, han tenido comentarios favorables. Claro que hay desde el que
adora a los personajes y la historia y hasta me manda amenazas de muerte por mail para que escriba más de prisa, hasta el que solamente le parecen bien a secas. Hay de
todo, pues.
Platícanos cómo escribes. ¿Eres de los que hacen un esquema suelto o muy detallado, o usas tarjetas, o
eres de los que se sientan a escribir y formas la historia a medida que la escribes? ¿Reescribes mucho? ¿Cuánto te tardas en escribir tus libros? Leí en tu sitio que escribes en «AbiWord», ¿sigues escribiendo así? ¿No te gustan los programas para escribir novelas?
Siempre planeo lo que escribo. Eso me hace sentir que voy hacia un sitio específico y no pierdo la cabeza a la mitad; tal vez por ello es que me producen mucha admiración aquellos que no escriben así. Casi casi considero genios a los que no planean y obtienen un texto sostenible. En cuanto a reescribir, cada día lo hago menos pero, al principio, sí me regresaba bastante, aunque sigo arrojando al fuego (es un decir, «mandando a la papelera de reciclaje» sería más preciso) muchos textos que empiezo y no cuajan. Y escribo en cualquier
procesador de textos que me permita avanzar y editar sin mucho problema. Lo del AbiWord obedece sólo a que uso software libre siempre que puedo y, hasta donde recuerdo,
el Open Office no tiene smooth scrolling. O no tenía cuando lo adopté, pues.
¿Qué sigue en tu carrera, qué estás escribiendo, qué proyectos tienes?
Escribir, escribir, escribir… aunque también ando en proyectos teatrales y musicales. Ojalá los días fueran de 48 horas.
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