Ecos de la FIL-Saltillo 2011
Nocturno Belfegor,
de Antonio Malpica
Jesús Guerra
Sergio Mendhoza (así con hache, y aún no sé por qué), de 13 años de edad,
es un mediador, una persona que ha recibido El Libro de
los Héroes y por lo tanto tiene la misión de ayudar a un héroe a combatir a los demonios. Sergio vive sólo con su
hermana Alicia, quien es estudiante universitaria, pues son huérfanos. Sergio tiene, además, dos amigos de su edad para los que cuenta con todo, Jop y Brianda, quien está secretamente enamorada de Sergio
(a quien llama cariñosamente Checho. Jop lo llama Serch). Y tiene un amigo mucho más maduro, un policía cuarentón
a quien llaman teniente Guillén. Y él es el héroe. Pero las investigaciones las realizan juntos, Sergio y Guillén, ya que, de más está decirlo, Sergio es un chavo muy inteligente,
muy valiente y muy intuitivo (y obviamente extraño, pues ve demonios invisibles para los demás y cuando tiene problemas, o sea siempre, habla con una estatua de Giordano Bruno que está en una plaza frente
a su departamento).
Debo aclarar que Nocturno Belfegor es el tomo dos de la saga El Libro de los Héroes, planeada para cinco volúmenes, y que yo no he leído el primero (aún), llamado Siete esqueletos decapitados.
En Nocturno Belfegor encontramos dos tramas paralelas (aunque no geométricamente paralelas pues en algún momento se juntan): por una parte a Sergio lo busca un sacerdote, el padre Cano, para que lo ayude ni más
ni menos que con el exorcismo de una niña, Daniela, hija de una adinerada pareja, los Ferreira, pues el demonio mismo demandó la presencia de Sergio (al parecer son enemigos de tiempo atrás).
Aunque Sergio lo «vence» en ese momento, es decir gana la batalla pero aún no la guerra, este demonio
lo amenaza y le dice que por las fechas de la Navidad, ya próxima, Sergio la pasará muy mal, pues será el inicio del fin para él.
Una de las tareas de un mediador es justamente ésa, mediar entre los demonios y el héroe que
lo acompaña, o al que el mediador acompaña, según se vea. Y la primera obligación de un mediador es controlar su miedo, que en estas circunstancias debe de ser enorme.
En la presentación de esta novela en la Feria Internacional del Libro Saltillo 2011 (el viernes 9 de
septiembre), el autor explicó que la idea de esta colección, El Lado Oscuro, de la Editorial Océano, pensada para jóvenes de 12 años en adelante, es precisamente que les dé miedo a
los lectores. Y en la entrevista posterior que le hice (véase aquí mismo) le pregunté por la función del miedo en la literatura (y por extensión en el cine), y Malpica respondió que
es muy sencilla: divertir. El miedo puede ser placentero cuando es controlado y seguro. Todo lo terrible que suceda en una novela queda encerrado en la novela al cerrar el libro. El lector sigue a salvo. Este miedo vicario
es, por eso mismo, placentero, porque vivimos lo que le sucede a los personajes centrales, al identificarnos con ellos, sin que tengamos que enfrentarnos a dichos terrores en nuestra realidad. O como dirían los filósofos,
en nuestra realidad 'real'.
Y le pregunté ademas «¿por qué demonios en una novela para jóvenes?» Lean su respuesta
en la mencionada entrevista. Y es que a mí, en lo personal, que soy lector de literatura de terror, me pareció fuerte la idea de exorcismos y visiones demoniacas en un libro para jóvenes. Confieso que
la novela tiene algunos momentos verdaderamente aterradores. Al final, por supuesto, como dice el mismo Antonio Malpica, todo termina bien para todos (o casi todos, digo yo, pues los personajes muertos no reviven).
La segunda trama de la novela esta relacionada con un millonario, Heriberto Morné, que anda detrás
de una partitura de Liszt, y con las muertes, en circunstancias más que extrañas, de una serie de pianistas de la Ciudad de México.
Como ya señalé, Sergio, que es un chavo muy inteligente y le hace caso a sus intuiciones, ayuda
a su amigo Guillén en la investigación de estas muertes, y a Sergio, a su vez, lo ayudan sus amigos.
La novela, que no es precisamente «corta» pues tiene 393 páginas, se deja leer rapidísimo por
la agilidad de la trama, lo interesante de sus enredos, y lo espeluznante del caso investigado, el cual se complica al grado de que tanto el policía como los tres amigos terminan la investigación en la ciudad
de Budapest.
La novela es autónoma, se puede leer sin haber leído primero la anterior, aunque tiene elementos
que evidentemente la ligan con el primer volumen y otros que quedan pendientes para los títulos que siguen. De hecho, al terminar de leer esta novela quisiera uno tener a mano la siguiente para continuar de corrido
con estas historias, pero para eso tendremos que esperar hasta el próximo año (Malpica se encuentra escribiéndola en estos momentos). Lo que sí podemos hacer es leer la anterior, que es lo que recomiendo,
sin duda alguna. Es una novela para jóvenes que, al igual que muchas otras obras para jóvenes escritas en nuestros días, la disfrutan también los adultos que deciden hacer la prueba. Chavos (y papás
de los chavos): hagan la prueba, lean estas novelas, les aseguro que no se van a arrepentir (o bueno, quizás un poco, cuando tengan que apagar la luz de la recámara para dormir... si pueden).
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Nocturno Belfegor. Antonio Malpica. Océano Travesía. El Lado Oscuro. México-España. 2011.
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Enlaces importantes:
* El blog de la colección de terror:
* El sitio de internet de Antonio Malpica:
* La entrevista a Antonio Malpica:
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