jueves, 26 de noviembre de 2009

Las confidentes




Las confidentes


Alicia Rico



De un tiempo a esta parte, la narrativa escrita por autores, y especialmente por autoras judías latinoamericanas está cobrando mucha importancia entre los estudiosos de literatura, debido a que en estas obras se da voz a una minoría que hasta hace poco había sido doblemente silenciada, por su condición de mujeres y de mujeres pertenecientes a un grupo minoritario foráneo: los judíos.
México cuenta con un amplio reparto de autoras judías entre las que podríamos mencionar, como ejemplo, a Sabina Berman, Sara Levi-Calderón (quien también publica bajo el nombre de Silvia Feldman), Esther Seligson, Sara Sefchovich y Rosa Nissán. A principios de los noventa, el éxito obtenido por la primera novela de Nissán, Novia que te vea, y su posterior puesta en escena por Guita Shyfter, igualmente judía, sirven para demostrar el interés que este grupo silenciado durante tanto tiempo está despertando.





En el caso de Angelina Muñiz-Huberman (Hyères, Francia, 1936), confluye otra referencia cultural que parece estar cobrando también un lugar prominente, muchos años después del suceso histórico: el exilio español. Hace apenas un año que en Madrid se inauguró una exposición fotográfica y de documentos, mientras que Televisión Española rodó un documental, “Exiliados”, recogiendo parte de las experiencias de los exiliados españoles. Si bien en España es ahora cuando se empieza a rendir homenaje a todos ellos reconociendo su existencia, su presencia en México durante todas estas décadas ha dejado huella en la cultura mexicana por la colaboración que se dio entre los exiliados españoles y los mexicanos que los acogieron. Pues bien, Angelina Muñiz-Huberman lleva desde finales de la década de los sesenta recogiendo estos dos temas en sus obras, no sólo de narrativa sino también en sus ensayos y estudios. Entre sus novelas están Morada interior (1972), ganadora del Premio Magda Donato, Tierra adentro (1977), La guerra del unicornio (1983), Dulcinea encantada (1992); también ha escrito relatos: Huerto cerrado, huerto sellado (1985), El libro de Míriam y Primicias (1990), Serpientes y escaleras (1991), Narrativa relativa (1992); en el campo de la poesía cuenta con El ojo de la creación (1992) y entre sus estudios se encuentran La lengua florida: antología sefardí (1989) y Las raíces y las ramas: fuentes y derivaciones de la Cábala hispanohebrea (1993).



En un relato autobiográfico con el título de “Death, Exile, Inheritance”[1] en que la autora reflexiona sobre sus experiencias y su escritura, afirma no haberse dejado influir por modas o tendencias a la hora de concebir sus obras; para cada una de ellas escogió la forma que mejor serviría al propósito de la historia que quería contar (52-55). En Las confidentes asistimos a un diálogo entre dos mujeres que consiste en ir contando historias de forma alternativa. Dichas narraciones, un total de quince, están enmarcadas por un primer diálogo entre ambas, en el cual proveen al lector con una idea de la estructura que va a seguir la obra, y el colofón de la misma, que es un breve texto de un narrador en tercera persona, informando al lector de la despedida de las confidentes que parten en direcciones diferentes en busca de nuevas historias para recrear otras vidas en el futuro. A su vez, cada uno de los relatos va precedido de una breve introducción que varía en extensión, forma y voces narrativas, ya que además de las dos mujeres también participa el mencionado narrador omnisciente. Algunos de los relatos están plenamente encuadrados por esta técnica narrativa puesto que al final de los mismos intervienen de nuevo las confidentes o el narrador omnisciente o todos; sin embargo, en algunos casos no se da este broche final, realzando así el impacto del término de la historia relatada. Así, las voces de las confidentes y del narrador en tercera persona son el hilo conductor que da unidad a la colección de relatos y se convierte en una obra que no es una novela, propiamente hablando, pero tampoco una colección de historias convencional, aunque cada una de ellas tiene su propio título, adjudicado por las confidentes. Esta estructura se asemeja a la de Agua quemada que publicó Carlos Fuentes en 1981.



En el diálogo que abre la obra, las confidentes se caracterizan una a otra como “la escucha milenaria” y “la cuentista milenaria”, personificando así la tradición oral que mantiene viva la memoria colectiva y que está íntimamente unida a la historia de la cultura judía a la que pertenece la autora, y que hace su aparición, aunque sea sólo en una referencia, en varios relatos. De cualquier modo, hay que señalar la existencia de una historia, “La niña de Auschwitz”, dedicada a una de las supervivientes de este campo de concentración como el propio título indica. Muñiz-Huberman basa sus narraciones en sus diversas fuentes culturales; de ahí que junto al judaísmo, el exilio español y las experiencias de los exiliados españoles a su llegada a México también pueblen las páginas de esta obra, como de tantas otras de la misma autora. Algunos detalles de las vidas de los protagonistas pertenecen a la biografía de la autora que los va insertando en las vidas ficticias creadas. La casi totalidad de los personajes comparten una búsqueda que en muchos casos ni siquiera saben que están llevando a cabo, o cuyo objeto desconocen. La mayoría de ellos está enzarzado en una búsqueda de su propia identidad o de algo que dé sentido a su vida. Esta necesidad de reencontrarse a sí mismos proviene de la sensación de pérdida experimentada al verse obligados a abandonar su lugar de origen por las situaciones trágicas de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. Aunque los protagonistas se han incorporado a la cultura del país que los acoge, México en la mayoría de los casos, se sienten desarraigados, añorando un lugar que tuvieron que dejar atrás contra su voluntad. Junto al tema del exilio y la sensación de pérdida que esto conlleva, se plantea también el tema de la relación entre madres exiliadas y sus descendientes, hijas principalmente, y la incomunicación entre ellos. La falta de comprensión de los hijos hacia esos sentimientos de pérdida e incluso el rechazo de algunos de ellos a oír las historias de ese pasado familiar, que forma parte de su propia historia, no hace más que acentuar el sentimiento de desarraigo de las madres en estas historias. En definitiva, la desesperanza y la falta de sentido de la vida es un rasgo compartido por muchos de los protagonistas de estos relatos.



El tono de las narraciones va de lo jocoso a lo dramático, rayando alguna de ellas en la crueldad, por lo que pueden llegar a crear una sensación de incomodidad en el lector. Pese a esto, no cabe duda de que todas son portadoras de una voz muy personal que configura un mundo propio, no sólo en cuanto a su contenido, sino también en cuanto a su estilo y a su personalísima forma de narrar, violando hasta las leyes más básicas de la puntuación castellana con el fin de conseguir el efecto deseado por la autora. Así, esta autora reclama un espacio en el que hacer oír su voz a través de sus personajes judíos y exiliados.


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Las confidentes. Angelina Muñiz-Huberman. Tusquets Editores, México, 1997.
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[1] Angelina Muñiz-Huberman, “Death, Exile, Inheritance”, en King David’s Harp: Autobiographical Essays by Jewish Latin American Writers, Ed. Stephen A. Sadow, Albuquerque: University of New Mexico Press, 1999 (pp. 43-56).


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La autora

Angelina Muñiz-Huberman nació en Hyères, Francia, en 1936, lugar al que se trasladaron sus padres, españoles, al estallar la Guerra Civil. Luego viajaron a Cuba y finalmente a México. Es doctora en Letras por la UNAM, y en Lenguas Romances por la Universidad de Pennsylvania. También ha realizado estudios de filología y literatura en El Colegio de México. Es novelista, cuentista, ensayista, traductora y poeta. Se considera que ella introdujo la novela neohistórica y la mística sefardí en la literatura mexicana. Ha obtenido los siguientes premios literarios: Xavier Villaurrutia, Magda Donato, Fernando Jeno, José Fuentes Mares y Sor Juana Inés de la Cruz.



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Ver también:


"Historias del exilio español en Las confidentes de Angelina Muñiz-Huberman", de la propia Alicia Rico: http://www.ucm.es/info/especulo/numero30/confiden.html





[Lecturas 4. Junio-septiembre de 2004]

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