lunes, 16 de junio de 2025

El gran dios Pan, de Arthur Machen

 



El gran dios Pan
de Arthur Machen
 
Jesús Guerra
 
De Arthur Machen (1863-1847) ya escribí un poco en la reseña de su novela corta El terror (que puedes leer aquí). Hay que recordar que Lovecraft menciona a Machen de manera muy elogiosa en su ensayo Supernatural Horror in Literature de 1927 (que si no me equivoco en español se llama El horror en la literatura), y dice de él que es uno de los más grandes maestros del terror sobrenatural. Lovecraft admiraba de Machen su capacidad para insinuar lo desconocido sin explicarlo, recurso que él mismo utilizó en sus propias narraciones. Lovecraft admiraba especialmente los siguientes relatos de Machen: El gran dios Pan (The Great God Pan, 1894), El pueblo blanco o La gente blanca (The White People, 1904), La novela del sello negro (The Novel of the Black Seal) y La novela del polvo blanco (The Novel of the White Powder), ambos incluidos en el libro The Three Impostors, de 1895.
 
El gran dios Pan es, entonces, uno de los cuentos largos (o novelas cortas) de Machen más influyentes, no sólo en Lovecraft sino en la literatura de terror posterior. Estructuralmente es muy similar a El terror, el relato está construido en partes aparentemente independientes y no es sino hasta que avanzamos que nos damos cuenta de las interrelaciones, entre secciones o capítulos y entre personajes. Se trata de una narración de investigación detectivesca realizada no por detectives sino por caballeros de la alta sociedad londinense de fines del siglo XIX, algunos de los cuales ni siquiera se conocen entre sí, pero tienen amigos comunes, y así, entre lo que unos investigan activamente y otros se enteran y pasan la información, se va armando la investigación. Al final quizá sólo uno o dos de ellos tengan los datos necesarios para conectar los puntos, pero lo importante es que los que tenemos toda la información somos los lectores.

 



La novela está dividida en ocho capítulos: 1. El experimento; 2. Memorias de Mr. Clarke; 3. La ciudad de las resurrecciones; 4. El descubrimiento de Paul Street; 5. Un consejo por carta; 6. Los suicidios; 7. Un encuentro en Soho, y 8. Los fragmentos.
 
La historia comienza cuando Mr. Clarke llega a la casa del Dr. Raymond, fuera de Londres, quien lo invitó para que fuera testigo de un experimento que va a realizar. En el diálogo inicial, Raymond le explica a su amigo su teoría, derivada de ideas religiosas y filosóficas diversas, de que el mundo que vemos a nuestro alrededor no es el real, que la verdadera realidad está detrás de una especie de velo que no podemos ver, y que hay maneras de “levantar el velo”, y que a esto los antiguos lo llamaban “ver al dios Pan”. Su experimento es para eso, y lo practica en una joven llamada Mary. Resulta que Raymond recogió a Mary de la calle y de la miseria cuando ella era una niña, y ahora, arrogantemente, Raymond dice que como él la salvó, la vida de Mary le pertenece y la puede utilizar como él quiera. Clarke no está cómodo con esto, pero su curiosidad puede más que su moral. Por eso insiste en preguntar si la operación es segura, y Raymond insiste en que sí lo es. La operación consiste en hacerle una perforación en la nuca a Mary, a la que previamente durmió Raymond con algún líquido, y hacerle un corte en alguna parte del cerebro a Mary. La operación no se describe, lógicamente, porque Clarke no quiere ver lo que hace Raymond. Pero pronto el doctor cierra la herida de la joven. Y luego esperan a que despierte. Y cuando Mary despierta, Clarke se asusta al mirar la expresión de sus ojos. Ella parece asombrada por algo que sólo ella ve, y de repente lanza un grito de terror. Varios días después, Raymond lleva a Clarke junto a la cama donde reposa Mary la cual hace “muecas estúpidas”. Raymond, con gran frialdad, dice que es una pena que Mary “ahora no es más que una idiota sin esperanza”, que no lo ha podido evitar. Pero Raymond está contento porque, para él, su experimento fue un éxito, pues Mary vio al dios Pan. Y esto no es más que el principio del relato.

 
Edición en francés



Aunque ustedes pueden hacer su propia investigación, en libros de mitología y/o en Internet, vale la pena apuntar aquí algunos detalles sobre quién es el dios Pan. Pan era, en la mitología griega y más tarde en la latina, un dios de la naturaleza salvaje. Era representado como un fauno, que, aunque diferente era muy similar a un sátiro, de las mismas mitologías, es decir un ser que de la mitad hacia arriba era como un hombre, pero con rasgos de cabra y con cuernos cortos, y de la mitad hacia abajo era como una cabra. Como era un dios de la naturaleza, era un dios medio salvaje en sus costumbres, y era el responsable de causar pánico. Y aunque era salvaje no era propiamente un dios malo, sin embargo, y aquí viene quizá lo más interesante de Pan, por sus características y por su físico, con el paso de los siglos el cristianismo lo asimiló a la figura del diablo. Si se fijan verán que las descripciones de ambos son muy similares. Curiosamente, por cuestiones mitológicas en las que no entraré aquí, a Pan se le representa generalmente con un instrumento de viento en sus manos, la siringa, a la que también llamamos flauta de Pan.

 



Por varios motivos a fines del siglo XIX algunos personajes mitológicos fueron recobrados por la filosofía y por las artes, Pan fue uno de ellos. Arthur Machen en El gran dios Pan utiliza la figura de este dios, pero ya con sus distintas connotaciones históricas, religiosas y mitológicas mezcladas.
 
El gran dios Pan es una narración interesantísima y muy disfrutable que en ciertos momentos cruciales calla más de lo que dice, sugiere con sutileza y deja que la imaginación del lector haga el resto. Y, aun así, en la Inglaterra victoriana fue una obra que causó un verdadero escándalo y tanto Machen como su editor fueron atacados por algunos críticos literarios, sin embargo, la obra de Machen fue revalorada a partir de los años 20 del siglo XX por Lovecraft y otros autores, y Stephen King, ya en nuestro siglo, dijo en una entrevista, refiriéndose específicamente a esta obra, que es una de las mejores narraciones de terror jamás escritas y que tal vez sea la mejor de la lengua inglesa. Léanla y formen su propia opinión.

 



Existe una edición en pasta dura de la editorial española Valdemar en su colección Gótica llamada El gran dios Pan y otros relatos de terror sobrenatural, y en su edición de bolsillo, serie El Club Diógenes, el libro se llama El gran dios Pan y otros relatos de terror, que a veces, sobre todo en América Latina, son difíciles de conseguir. Yo no tengo ninguna de las dos, sin embargo, el largo relato se encuentra, junto con El pueblo blanco, en la famosa Antología de cuentos de terror, de Rafael Llopis, en Alianza Editorial, que en las ediciones de fines del siglo pasado se publicó en tres tomos (está en el tercero), y en ediciones más recientes se publica en dos tomos (está en el segundo). También hay otras ediciones recientes, como la de la Editorial Legendaria (también española). Ojalá que les interese, lo consigan y lo lean, porque de verdad es un relato importante.
 
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El gran dios Pan. Arthur Machen. Traducción de Rafael Llopis (en la Antología de cuentos de terror de Alianza Editorial).
 
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lunes, 9 de junio de 2025

Kentukis, de Samanta Schweblin


 


Kentukis
de Samanta Schweblin
 
Jesús Guerra
 
Quienes hayan leído mi reseña de Distancia de rescate [2014] (que se puede leer aquí), la primera novela de la escritora argentina Samanta Schweblin, sabrán de la fascinación que esa obra provocó en mí; pues bien, puedo adelantarles, sin sorpresas para nadie, que su segunda novela, Kentukis [2018] aunque es muy distinta en tono, estilo, temas y estructura, me ha dejado maravillado. Es una novela muy amplia en cuanto a número de personajes, ambientes y culturas, aunque el tema central es uno solo: el impacto de una nueva tecnología en la sociedad, o en las sociedades, la cual nos hipnotiza y no nos deja soltarla. Es interesante, inteligente, emocionante, sumamente entretenida, nos mantiene en suspenso, aunque no es un thriller, y a pesar de que técnicamente es ciencia-ficción nos parece, y es, tremendamente contemporánea. Y, además, de tanto en tanto, nos hace reír.

 
Edición en inglés



Ya había mencionado en mi reseña de Distancia de rescate que Schweblin es sobre todo cuentista, y que esa primera novela empezó siendo escrita como cuento, sin embargo, la autora se dio cuenta de que requería más espacio para contar su historia, pero tampoco es tan extensa, Distancia de rescate es una novela corta, que es más o menos lo mismo que un cuento largo. Kentukis, por su parte, es una novela por su alcance y la uniformidad temática, pero en realidad está formada por una multiplicidad de personajes y situaciones, en diferentes partes del mundo, es decir que —es una manera de ver las cosas— es una novela formada por cuentos, unificados por un mismo tema y una nueva tecnología. Es decir, cada capítulo es una historia, aunque hay algunas historias que se cuentan en dos o tres capítulos no consecutivos. Y funciona de maravilla.

 
Edición en francés



El tema central, o el pretexto de los temas centrales, son los kentukis, que son unos muñecos, digamos unos peluches (conejos, topos, dragones, etc.) que se venden como una especie de mascotas tecnológicas. Para el comprador de los kentukis, es decir de los muñecos, éstos parecen autónomos. Una vez que se cargan en su fuente de energía, no hay manera de apagarlos ni de dirigirlos. En realidad, los kentukis están manejados por otras personas, desconocidas, que pueden estar en cualquier parte del mundo, que son quienes han comprado una tarjeta, una conexión por Internet, que se puede utilizar en computadoras o tabletas, para “ser” kentukis. Con esto, el mundo de usuarios de esta tecnología, queda dividida básica y burdamente, en dos: los mirones y los exhibicionistas. Porque al adquirir uno de estos muñecos, que tienen micrófonos en las orejas, cámaras en los ojos y tres rueditas en la base, con la finalidad, tal vez, de no sentirse tan solo, lo que se hace en realidad es abrirle la casa a una persona anónima que está ahí quién sabe con qué objetivo. Y aunque no hay una manera oficial de que el usuario observado y el que observa se puedan comunicar, los usuarios, por supuesto, muy pronto encuentran maneras ingeniosas de hacerlo.

 
Edición en turco



Con una buena cantidad de personajes, de todas las edades y de distintos países, Schweblin nos cuenta una variedad de situaciones que van desde lo tierno a lo escabroso, con todos los puntos intermedios que se puedan imaginar, y más. Los personajes centrales son, en teoría, los que aparecen en más capítulos, con historias más amplias, pero el o los personajes centrales son los que más les gusten a los lectores, o los que más les disgusten, o los que les parezcan más interesantes, o aquellos con los que se identifiquen...

 
Edición en italiano



Como curiosidad, la traducción al inglés, quizá porque en Estados Unidos existe el estado de Kentucky, lleva como título Little Eyes (Ojitos). En el año de su publicación en inglés, fue señalado como uno de los mejores libros del año por una gran cantidad de publicaciones, incluido el diario The New York Times. Y recibió un par de premio literarios internacionales (en mi opinión, no los suficientes para la calidad de esta obra).
 
Mi recomendación es que consigan este libro tan pronto como les sea posible y se sumerjan en su lectura de inmediato. Me lo van a agradecer.
 
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Kentukis. Samanta Schweblin. Random House. (1a. ed. en Argentina, octubre 2018; 1a. ed. en México, marzo 2019; 1a. reimpresión, agosto 2019; 2a. reimpresión, septiembre 2021; 3a. reimpresión, febrero 2023). 224 págs.
 
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martes, 27 de mayo de 2025

Primeras líneas de El terror, de Arthur Machen, en dos idiomas

 

Primeras líneas...
 
El terror
de Arthur Machen
 
en dos idiomas

 



 
After two years we are turning once more to the morning's news with a sense of appetite and glad expectation. There were thrills at the beginning of the war; the thrill of horror and of a doom that seemed at once incredible and certain; this was when Namur fell and the German host swelled like a flood over the French fields, and drew very near to the walls of Paris.
 
[The terror. Versión original en inglés de Arthur Machen. 1a. ed. 1917.]
 
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Han pasado dos años y volvemos nuevamente a las noticias de cada mañana con una nueva sensación de interés y gustosa expectativa. Al comenzar la guerra sentimos vivas emociones. Primero fue la emoción del horror y de una tragedia que parecía a un tiempo increíble y cierta, cuando cayó Namur y las huestes alemanas, precipitándose como una inundación sobre los campos de Francia, llegaron muy cerca de los muros de París.
 
[El terror. Traducción al español de Luis Loayza. Alianza Editorial, Madrid, 1985.]
 
 
 

miércoles, 21 de mayo de 2025

El terror, de Arthur Machen

 

Al parecer ésta es la portada de la
edición más reciente de esta novela
de Alianza Editorial


El terror
de Arthur Machen
 
Jesús Guerra
 
Arthur Machen (1863-1847) es un autor británico, nacido en Gales, muy importante en la historia de la literatura de terror cuyos nombre y obra a veces recordamos y a veces medio olvidamos, y luego vuelven a resurgir, en parte por las características de sus relatos, en parte porque no son demasiado numerosos, en parte, también, porque en español hay períodos en que sus libros se consiguen con cierta facilidad, y otros en que es difícil encontrarlos. Sin embargo, su influencia en otros autores ha sido enorme, desde H.P. Lovecraft hasta Stephen King, Peter Straub, Simon Clark y Ramsey Campbell, y también en cineastas, como el mexicano Guillermo del Toro (la influencia de Machen es clara en El laberinto del fauno) y sus obras han sido admiradas por autores como T.S. Eliot, Bernard Shaw, Paul Bowles y Javier Marías, e incluso Borges, quien lo que admiraba en Machen era su estilo literario.
 
Hay que decir, de una vez, que el apellido de este autor, aunque tenemos derecho de decirlo en español tal y como está escrito, en inglés, sobre todo en Estados Unidos, algunos lo pronuncian Mashen, y otros Meishen, pero hasta donde tengo entendido debe de pronunciarse como lo hacen en el Reino Unido, Maken.

 
Ésta es la portada de la
edición que yo leí



Arthur Machen fue traductor, periodista, crítico literario, actor de teatro y narrador, sobre todo cuentista (aunque algunos de sus cuentos largos son vistos también como novelas cortas). Era cristiano (hijo de un pastor anglicano), admirador del pasado celta, romano y medieval de su Gales natal, apasionado de las leyendas del rey Arturo y del Santo Grial, y explorador también del paganismo, el misticismo y otras creencias misteriosas (perteneció a la famosa Orden Hermética del Alba Dorada [Hermetic Order of the Golden Dawn]), una sociedad esotérica de la que también eran miembros algunos escritores contemporáneos suyos, como William Butler Yeats y Algernon Blackwood, y todo eso influyó en sus temas y en su estilo, que empezó a forjarse a fines del siglo XIX cuando estaban de moda el simbolismo y el decadentismo.
 
Entre sus obras más conocidas se encuentran:
* El gran dios Pan (1890/1894) (Los años entre paréntesis son los de la escritura de las obras, algunas se publicaron de inmediato, otras varios años después)
* La pirámide luminosa (1895)
* Los tres impostores (1895, novela corta compuesta de varios relatos, entre los cuales están “El polvo blanco” y “El sello negro” que son muy conocidos)
* La mano roja (1895)
* La colina de los sueños (1895–1897)
* El pueblo blanco (o La gente blanca, 1899)
* La gloria secreta
* Los arqueros (1914)
* El gran retorno (1915)
* El terror (1917)
 
Aclaro que hasta donde tengo entendido todos estos relatos han sido traducidos al español en algún momento, pero no sé si son todos los que han sido traducidos; por otra parte, una buena parte de las obras de Machen, sobre todo sus ensayos y sus libros autobiográficos, no han sido trasladados a nuestra lengua.

 
La edición en pasta dura
de la editorial Valdemar



Ahora sí, centrémonos en El terror, uno de sus relatos largos frecuentemente señalado como novela corta. Lo primero que nos llama la atención es el estilo: una prosa pulida pero compleja, decididamente decimonónica (o eso nos parece poco más de un siglo después). La historia, narrada en primera persona por un narrador que bastantes páginas después nos enteramos que se llama Ned, está ubicada en 1916 (en plena Primera Guerra Mundial), en una región apartada del sur de Gales. El narrador nos dice que ya el estado de ánimo de la gente era raro debido a las noticias de la guerra cuando, de repente, empezaron a suceder cosas extrañas en una región que el narrador denomina Meirion. En retrospectiva se da cuenta de que todo empezó con el extraño accidente en el que murió un conocido piloto: su avión fue alcanzado por una enorme bandada de palomas y se desplomó. Y luego siguieron una serie de desapariciones y muertes en circunstancias misteriosas: una niña que salió a recoger flores y nunca regresó; una explosión en una fábrica de municiones para la guerra cuyas víctimas quedaron con los rostros destrozados, como si hubieran sido comidos; luego un campesino que conocía perfectamente el camino que transitaba a pie, a diario, cayó de la montaña; luego una mujer apareció al pie de una cantera con el cuello roto; después, una familia entera fue encontrada muerta en un camino, con los cráneos hundidos a golpes, y la lista de muertes en circunstancias sospechosas sigue y sigue.
 
Lo segundo que llama la atención en esta novela es el estilo o estructura de la narración: con pocas excepciones, todo es indirecto, es decir, el narrador nos cuenta lo que a él le contaron los testigos de ciertos eventos, o personajes a quienes los testigos les contaron esos acontecimientos, y las teorías que se van formando las crean el narrador y otro personaje en una conversación, o bien se las cuentan al narrador, pues son ideas de otros personajes.
 

Una edición reciente
en inglés



Para estos momentos, varios meses después de que comenzó el terror, la prensa ya no menciona nada de las muertes en circunstancias extrañas, porque debido a la guerra, el gobierno había impuesto una severa censura. Y esto tiene el efecto de que la gente empieza a crear algunas teorías conspirativas interesantísimas, como que los enemigos (o sea los alemanes) habían desembarcado en secreto y estaban escondidos en túneles bajo tierra, teorías que tenían cierto sentido para algunas de las muertes, pero no para todas.
 
El narrador subraya el hecho de que no todos en los pueblos y caseríos de esa región estaban enterados de todo, no sólo porque la prensa no escribía de estos acontecimientos sino porque la gente, en un aparente acto de salud mental, se abstenía de comentarlos, al contrario de los primeros momentos del terror, cuando todos hablaban de esos hechos misteriosos lo que produjo una suerte de paranoia generalizada, y como no todos estaban al tanto de todo, no podían atar los cabos adecuados. Al parecer, los que más información tenían (aunque tampoco sabían todo) eran el narrador y su amigo el doctor Lewis, y es éste quien formula, al final, la teoría que mejor explica los hechos, aunque quizá tampoco lo explique todo.
 
A medida que el lector sintoniza con el estilo del autor, la lectura fluye mejor, y es cada vez más interesante y misteriosa la trama. También la prosa de H.P. Lovecraft requiere del lector cierto período de ajuste (unas cuantas páginas). De hecho, al leer esta novela de Machen, podemos entender la conexión estilística entre ambos autores. La conexión temática se entiende mejor con otros de los cuentos de Machen, como “El gran dios Pan”.
 
Hay que aclarar que, a pesar del título de esta novela, no se trata propiamente de una obra de terror sino de misterio con ciertos elementos de terror; es más bien un relato inquietante y sumamente interesante. Y el interés se encuentra tanto en la trama en sí misma como en la relación de esta obra y de este autor con obras y autores posteriores.
 
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El terror. Arthur Machen. Traducción de Luis Loayza. Alianza Editorial, sección Literatura, colección El Libro de Bolsillo. 124 págs. También hay edición de esta novela junto con otros relatos del autor en la editorial Valdemar.
 
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* Viajeros de la noche, de George R. R. Martin

* The Deep, de Nick Cutter

* El misterio de Salem's Lot, de Stephen King

* El visitante, de Stephen King

* Later, de Stephen King

* Las ruinas, de Scott Smith

* El pasaje, de Justin Cronin

* Drácula, el no muerto, de Dacre Stoker e Ian Holt

 
 
 

lunes, 12 de mayo de 2025

Primeras líneas de "Mi nombre era Eileen" en tres idiomas

 

Primeras líneas...

 

Mi nombre era Eileen

de Ottessa Moshfegh

 

en tres idiomas

 

 



I looked like a girl you'd expect to see on a city bus, reading some clothbound book from the library about plants or geography, perhaps wearing a net over my light brown hair. You might take me for a nursing student or a typist, note the nervous hands, a foot tapping, bitten lip.

 

[Eileen. Versión original en inglés de Ottessa Moshfegh. Penguin Press, 2015.]

 

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J'avais l'air d'une de ces filles qu'on s'attend à voir dans un autobus, plongée dans un livre relié en toile emprunté à la bibliothèque, un ouvrage sur les plantes ou la géographie, et peut-être coiffée d'un filet emprisonnant ses cheveux châtain clair. On aurait pu me prendre pour une élève infirmière ou une dactylo en remarquant les mains inquiètes, le pied frappant le sol, les dents mordant une lèvre.

 

[Eileen. Traducción al francés de Françoise du Sorbier. Fayard, 2016.]

 

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De haberme visto entonces, probablemente me habríais tomado por una de esas chicas que se ven en un autobús cualquiera de una ciudad cualquiera, una de esas chicas que leen un libro de la biblioteca encuadernado en tela sobre plantas o geografía, que quizá se cubren el pelo castaño claro con una redecilla. Podríais haberme tomado por una estudiante de enfermería o una mecanógrafa, quizá os habrías fijado en mis manos nerviosas, en mi pie que no deja de golpear el suelo, en que me muerdo el labio.

 

[Mi nombre era Eileen. Traducción al español de Damià Alou. Alfaguara, 2017.]

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miércoles, 7 de mayo de 2025

Mi nombre era Eileen, de Ottessa Moshfegh

 



Mi nombre era Eileen
de Ottessa Moshfegh
 
Jesús Guerra
 
Mi nombre era Eileen (en inglés se llama sólo Eileen) es la impresionante primera novela (aunque ya había publicado una novela corta un año antes) de la autora norteamericana Ottessa Moshfegh, nacida en Boston, Massachusetts, en 1981, de madre croata y padre judío-iraní.
 
En 2014, aproximadamente, la ya grande Eileen Dunlop (o más bien, quien fue Eileen Dunlop) narra la historia de su última semana en un pueblo del noreste estadounidense al que menciona como X-ville (pueblo X) en diciembre de 1964, 50 años atrás, cuando tenía 24 años de edad. Su madre había muerto unos años antes, y Eileen vivía con su padre, Charlie, un expolicía alcohólico. Su hermana mayor, Joanie, aparentemente más bonita, social y avispada, se había ido a vivir fuera del pueblo y regresaba muy de vez en cuando. Así que Eileen vivía una existencia bastante gris y confusa, en una casa muy descuidada, que se repartía entre comprarle alcohol a su padre, su trabajo administrativo en un reformatorio juvenil, rodeada de gente a la que detestaba y despreciaba, quienes a su vez despreciaban a la joven Eileen, que siempre andaba hecha un desastre, vestida con ropas de su madre que le quedaban grandes.
 
Eileen tampoco se quería mucho a sí misma y tenía vagas fantasías en las que mataba a su padre, o a sí misma, pero también tenía deseos y sueños. Su sueño más grande era aparentemente sencillo: irse de X-ville a Nueva York. Y aunque juntaba dinero para lograrlo, no terminaba de decidirse. Uno de sus temores era que su padre, por arrepentimiento o soledad, la mandara buscar, pues como expolicía seguía siendo querido y respetado por la policía local. Y es que su padre por lo general la maltrataba, no físicamente, pero no la respetaba, y la insultaba y la minimizaba, básicamente la hacía sentirse pequeña e indeseable.

 
Edición en inglés
(pasta suave)



Eileen no se quería, no tenía confianza en sí misma y era socialmente torpe, así que cuando creyó que se enamoraba de un guardia del reformatorio no hizo nada para intentar conseguir realizar sus fantasías románticas, aunque sí hizo algunas cosas tontas e inútiles... Sin embargo, todo cambió para Eileen cuando llegó a trabajar al reformatorio una psicóloga con títulos de Harvard, guapísima y elegante, llamada Rebecca Saint John, que la deslumbró. Todo cambió, sí, pero de manera imprevisible, como sucede con todas las historias que merecen ser contadas.
 
Pero si la novela es interesantísima por lo que sucede en ella, es deslumbrante y disfrutabilísima por la manera en que está narrada. La visión que tiene Eileen de sí misma y de su entorno es triste y, al mismo tiempo, gracias al lenguaje, al tono que utiliza, muy divertida. La escritura es la verdadera estrella aquí. Y eso en la traducción (bastante buena, del crítico literario y traductor español Damià Alou), lo que significa que en inglés debe de ser doblemente deslumbrante. Y es que Ottessa Moshfegh es una escritora dotada, atenta a los detalles del entorno de sus personajes. Sus descripciones de lugares y de personajes son breves pero muy certeras, y de inmediato nos permite ver lo que nos muestra con palabras. Y cuando esos personajes, lugares y situaciones son ridículos, por tristes que parezcan, no podemos sino reírnos. Pero también hay momentos terribles. Mi nombre era Eileen es una mezcla sabrosísima de novela de crecimiento, drama familiar, novela psicológica, realismo sucio y thriller noir. Y a lo mejor se me olvida algún ingrediente.
 
Además, hay que señalar que la autora maneja bastante bien ese elemento, usado sobre todo en los thrillers, que los norteamericanos denominan red herring (literalmente arenque rojo) que se refiere a las falsas pistas que llevan al lector (o al espectador de cine) o a otros personajes a llegar a conclusiones equivocadas.

 
Edición en francés
(de bolsillo)



Ottessa Moshfegh ha publicado las siguientes novelas:
 
* McGlue (en inglés en 2014; en español, Alfaguara, 2024. Novela corta)
* Mi nombre era Eileen (Eileen, 2015; Alfaguara, 2017)
* Mi año de descanso y relajación (My Year of Rest and Relaxation, 2018; Alfaguara, 2019)
* La muerte en sus manos (Death in Her Hands, 2020; Alfaguara, 2021)
* Lapvona (2022; Alfaguara, 2023)
 
Y el libro de cuentos:
 
* Nostalgia de otro mundo (Homesick for Another World, 2017; Alfaguara, 2022)
 
Esta autora ha recibido numerosos premios, y específicamente por Mi nombre era Eileen ganó el Hemingway Foundation/PEN Award en 2016, y el mismo año estuvo nominada para el Premio Booker del Reino Unido.
 
El libro fue tan bien recibido por la crítica y por los lectores que muy pronto se hizo la adaptación al cine (con los títulos igual al de los libros, en inglés Eileen, en español Mi nombre era Eileen), con la dirección de William Oldroyd, guion de la propia autora y de su marido, el escritor Luke Goebel, y las actuaciones de Thomasin McKenzie (Eileen), Anne Hathaway (Rebecca) y Shea Whigham (el padre de Eileen), entre otros. Está en streaming en Max. Pero como siempre les recomiendo, háganse el favor de leer primero la novela. La película funciona, sí, pero de manera diferente al libro. Es más bonita en imágenes, pero pierde contexto, y sobre todo pierde la voz de Eileen en la narración, pues, aunque la película está contada desde su punto de vista, no hay voice over, no tiene su voz narrando sobre las imágenes, y se pierde su humor. La cinta es realmente bonita, la fotografía y la ambientación son una delicia, las actuaciones son estupendas, y tanto la música original, de Richard Reed Parry, como las canciones de época son maravillosas.
 
Mi nombre era Eileen es una novela estupenda, muy disfrutable y recomendable, y Ottessa Moshfegh es una escritora a la que hay que leer y no hay que perder de vista.
 
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Mi nombre era Eileen. Ottessa Moshfegh. Traducción de Damià Alou. Alfaguara, colección Narrativa Internacional. (1a. ed. en inglés, 2015; 1a. ed. en español: 2017.) 261 págs. Existe edición digital.
 
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