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El gran dios Pan
de Arthur Machen
Jesús Guerra
De Arthur Machen (1863-1847)
ya escribí un poco en la reseña de su novela corta El terror (que puedes
leer aquí). Hay que recordar que Lovecraft menciona a Machen de manera
muy elogiosa en su ensayo Supernatural Horror in Literature de 1927 (que
si no me equivoco en español se llama El horror en la literatura), y
dice de él que es uno de los más grandes maestros del terror sobrenatural.
Lovecraft admiraba de Machen su capacidad para insinuar lo desconocido sin
explicarlo, recurso que él mismo utilizó en sus propias narraciones. Lovecraft
admiraba especialmente los siguientes relatos de Machen: El gran dios Pan (The
Great God Pan, 1894), El pueblo blanco o La gente blanca (The
White People, 1904), La novela del sello negro (The Novel of the
Black Seal) y La novela del polvo blanco (The Novel of the White
Powder), ambos incluidos en el libro The Three Impostors, de 1895.
El gran dios Pan es,
entonces, uno de los cuentos largos (o novelas cortas) de Machen más
influyentes, no sólo en Lovecraft sino en la literatura de terror posterior.
Estructuralmente es muy similar a El terror, el relato está construido
en partes aparentemente independientes y no es sino hasta que avanzamos que nos
damos cuenta de las interrelaciones, entre secciones o capítulos y entre
personajes. Se trata de una narración de investigación detectivesca realizada
no por detectives sino por caballeros de la alta sociedad londinense de fines
del siglo XIX, algunos de los cuales ni siquiera se conocen entre sí, pero
tienen amigos comunes, y así, entre lo que unos investigan activamente y otros
se enteran y pasan la información, se va armando la investigación. Al final
quizá sólo uno o dos de ellos tengan los datos necesarios para conectar los
puntos, pero lo importante es que los que tenemos toda la información somos los
lectores.
La novela está dividida en
ocho capítulos: 1. El experimento; 2. Memorias de Mr. Clarke; 3. La ciudad de
las resurrecciones; 4. El descubrimiento de Paul Street; 5. Un consejo por
carta; 6. Los suicidios; 7. Un encuentro en Soho, y 8. Los fragmentos.
La historia comienza cuando
Mr. Clarke llega a la casa del Dr. Raymond, fuera de Londres, quien lo invitó
para que fuera testigo de un experimento que va a realizar. En el diálogo
inicial, Raymond le explica a su amigo su teoría, derivada de ideas religiosas
y filosóficas diversas, de que el mundo que vemos a nuestro alrededor no es el
real, que la verdadera realidad está detrás de una especie de velo que no
podemos ver, y que hay maneras de “levantar el velo”, y que a esto los antiguos
lo llamaban “ver al dios Pan”. Su experimento es para eso, y lo practica en una
joven llamada Mary. Resulta que Raymond recogió a Mary de la calle y de la
miseria cuando ella era una niña, y ahora, arrogantemente, Raymond dice que
como él la salvó, la vida de Mary le pertenece y la puede utilizar como él
quiera. Clarke no está cómodo con esto, pero su curiosidad puede más que su
moral. Por eso insiste en preguntar si la operación es segura, y Raymond
insiste en que sí lo es. La operación consiste en hacerle una perforación en la
nuca a Mary, a la que previamente durmió Raymond con algún líquido, y hacerle
un corte en alguna parte del cerebro a Mary. La operación no se describe,
lógicamente, porque Clarke no quiere ver lo que hace Raymond. Pero pronto el
doctor cierra la herida de la joven. Y luego esperan a que despierte. Y cuando
Mary despierta, Clarke se asusta al mirar la expresión de sus ojos. Ella parece
asombrada por algo que sólo ella ve, y de repente lanza un grito de terror.
Varios días después, Raymond lleva a Clarke junto a la cama donde reposa Mary
la cual hace “muecas estúpidas”. Raymond, con gran frialdad, dice que es una
pena que Mary “ahora no es más que una idiota sin esperanza”, que no lo ha
podido evitar. Pero Raymond está contento porque, para él, su experimento fue
un éxito, pues Mary vio al dios Pan. Y esto no es más que el principio del
relato.
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Edición en francés |
Aunque ustedes pueden hacer
su propia investigación, en libros de mitología y/o en Internet, vale la pena
apuntar aquí algunos detalles sobre quién es el dios Pan. Pan era, en la
mitología griega y más tarde en la latina, un dios de la naturaleza salvaje.
Era representado como un fauno, que, aunque diferente era muy similar a un
sátiro, de las mismas mitologías, es decir un ser que de la mitad hacia arriba
era como un hombre, pero con rasgos de cabra y con cuernos cortos, y de la
mitad hacia abajo era como una cabra. Como era un dios de la naturaleza, era un
dios medio salvaje en sus costumbres, y era el responsable de causar pánico.
Y aunque era salvaje no era propiamente un dios malo, sin embargo, y aquí viene
quizá lo más interesante de Pan, por sus características y por su físico, con
el paso de los siglos el cristianismo lo asimiló a la figura del diablo. Si se
fijan verán que las descripciones de ambos son muy similares. Curiosamente, por
cuestiones mitológicas en las que no entraré aquí, a Pan se le representa
generalmente con un instrumento de viento en sus manos, la siringa, a la
que también llamamos flauta de Pan.
Por varios motivos a fines
del siglo XIX algunos personajes mitológicos fueron recobrados por la filosofía
y por las artes, Pan fue uno de ellos. Arthur Machen en El gran dios Pan utiliza
la figura de este dios, pero ya con sus distintas connotaciones históricas,
religiosas y mitológicas mezcladas.
El gran dios Pan es
una narración interesantísima y muy disfrutable que en ciertos momentos cruciales
calla más de lo que dice, sugiere con sutileza y deja que la imaginación del
lector haga el resto. Y, aun así, en la Inglaterra victoriana fue una obra que
causó un verdadero escándalo y tanto Machen como su editor fueron atacados por
algunos críticos literarios, sin embargo, la obra de Machen fue revalorada a
partir de los años 20 del siglo XX por Lovecraft y otros autores, y Stephen
King, ya en nuestro siglo, dijo en una entrevista, refiriéndose específicamente
a esta obra, que es una de las mejores narraciones de terror jamás escritas y
que tal vez sea la mejor de la lengua inglesa. Léanla y formen su propia
opinión.
Existe una edición en pasta
dura de la editorial española Valdemar en su colección Gótica llamada El
gran dios Pan y otros relatos de terror sobrenatural, y en su edición de
bolsillo, serie El Club Diógenes, el libro se llama El gran dios Pan y otros
relatos de terror, que a veces, sobre todo en América Latina, son difíciles
de conseguir. Yo no tengo ninguna de las dos, sin embargo, el largo relato se
encuentra, junto con El pueblo blanco, en la famosa Antología de
cuentos de terror, de Rafael Llopis, en Alianza Editorial, que en las
ediciones de fines del siglo pasado se publicó en tres tomos (está en el
tercero), y en ediciones más recientes se publica en dos tomos (está en el
segundo). También hay otras ediciones recientes, como la de la Editorial Legendaria
(también española). Ojalá que les interese, lo consigan y lo lean, porque de
verdad es un relato importante.
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El gran dios Pan.
Arthur Machen. Traducción de Rafael Llopis (en la Antología de cuentos de
terror de Alianza Editorial).
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