lunes, 16 de junio de 2025

El gran dios Pan, de Arthur Machen

 



El gran dios Pan
de Arthur Machen
 
Jesús Guerra
 
De Arthur Machen (1863-1847) ya escribí un poco en la reseña de su novela corta El terror (que puedes leer aquí). Hay que recordar que Lovecraft menciona a Machen de manera muy elogiosa en su ensayo Supernatural Horror in Literature de 1927 (que si no me equivoco en español se llama El horror en la literatura), y dice de él que es uno de los más grandes maestros del terror sobrenatural. Lovecraft admiraba de Machen su capacidad para insinuar lo desconocido sin explicarlo, recurso que él mismo utilizó en sus propias narraciones. Lovecraft admiraba especialmente los siguientes relatos de Machen: El gran dios Pan (The Great God Pan, 1894), El pueblo blanco o La gente blanca (The White People, 1904), La novela del sello negro (The Novel of the Black Seal) y La novela del polvo blanco (The Novel of the White Powder), ambos incluidos en el libro The Three Impostors, de 1895.
 
El gran dios Pan es, entonces, uno de los cuentos largos (o novelas cortas) de Machen más influyentes, no sólo en Lovecraft sino en la literatura de terror posterior. Estructuralmente es muy similar a El terror, el relato está construido en partes aparentemente independientes y no es sino hasta que avanzamos que nos damos cuenta de las interrelaciones, entre secciones o capítulos y entre personajes. Se trata de una narración de investigación detectivesca realizada no por detectives sino por caballeros de la alta sociedad londinense de fines del siglo XIX, algunos de los cuales ni siquiera se conocen entre sí, pero tienen amigos comunes, y así, entre lo que unos investigan activamente y otros se enteran y pasan la información, se va armando la investigación. Al final quizá sólo uno o dos de ellos tengan los datos necesarios para conectar los puntos, pero lo importante es que los que tenemos toda la información somos los lectores.

 



La novela está dividida en ocho capítulos: 1. El experimento; 2. Memorias de Mr. Clarke; 3. La ciudad de las resurrecciones; 4. El descubrimiento de Paul Street; 5. Un consejo por carta; 6. Los suicidios; 7. Un encuentro en Soho, y 8. Los fragmentos.
 
La historia comienza cuando Mr. Clarke llega a la casa del Dr. Raymond, fuera de Londres, quien lo invitó para que fuera testigo de un experimento que va a realizar. En el diálogo inicial, Raymond le explica a su amigo su teoría, derivada de ideas religiosas y filosóficas diversas, de que el mundo que vemos a nuestro alrededor no es el real, que la verdadera realidad está detrás de una especie de velo que no podemos ver, y que hay maneras de “levantar el velo”, y que a esto los antiguos lo llamaban “ver al dios Pan”. Su experimento es para eso, y lo practica en una joven llamada Mary. Resulta que Raymond recogió a Mary de la calle y de la miseria cuando ella era una niña, y ahora, arrogantemente, Raymond dice que como él la salvó, la vida de Mary le pertenece y la puede utilizar como él quiera. Clarke no está cómodo con esto, pero su curiosidad puede más que su moral. Por eso insiste en preguntar si la operación es segura, y Raymond insiste en que sí lo es. La operación consiste en hacerle una perforación en la nuca a Mary, a la que previamente durmió Raymond con algún líquido, y hacerle un corte en alguna parte del cerebro a Mary. La operación no se describe, lógicamente, porque Clarke no quiere ver lo que hace Raymond. Pero pronto el doctor cierra la herida de la joven. Y luego esperan a que despierte. Y cuando Mary despierta, Clarke se asusta al mirar la expresión de sus ojos. Ella parece asombrada por algo que sólo ella ve, y de repente lanza un grito de terror. Varios días después, Raymond lleva a Clarke junto a la cama donde reposa Mary la cual hace “muecas estúpidas”. Raymond, con gran frialdad, dice que es una pena que Mary “ahora no es más que una idiota sin esperanza”, que no lo ha podido evitar. Pero Raymond está contento porque, para él, su experimento fue un éxito, pues Mary vio al dios Pan. Y esto no es más que el principio del relato.

 
Edición en francés



Aunque ustedes pueden hacer su propia investigación, en libros de mitología y/o en Internet, vale la pena apuntar aquí algunos detalles sobre quién es el dios Pan. Pan era, en la mitología griega y más tarde en la latina, un dios de la naturaleza salvaje. Era representado como un fauno, que, aunque diferente era muy similar a un sátiro, de las mismas mitologías, es decir un ser que de la mitad hacia arriba era como un hombre, pero con rasgos de cabra y con cuernos cortos, y de la mitad hacia abajo era como una cabra. Como era un dios de la naturaleza, era un dios medio salvaje en sus costumbres, y era el responsable de causar pánico. Y aunque era salvaje no era propiamente un dios malo, sin embargo, y aquí viene quizá lo más interesante de Pan, por sus características y por su físico, con el paso de los siglos el cristianismo lo asimiló a la figura del diablo. Si se fijan verán que las descripciones de ambos son muy similares. Curiosamente, por cuestiones mitológicas en las que no entraré aquí, a Pan se le representa generalmente con un instrumento de viento en sus manos, la siringa, a la que también llamamos flauta de Pan.

 



Por varios motivos a fines del siglo XIX algunos personajes mitológicos fueron recobrados por la filosofía y por las artes, Pan fue uno de ellos. Arthur Machen en El gran dios Pan utiliza la figura de este dios, pero ya con sus distintas connotaciones históricas, religiosas y mitológicas mezcladas.
 
El gran dios Pan es una narración interesantísima y muy disfrutable que en ciertos momentos cruciales calla más de lo que dice, sugiere con sutileza y deja que la imaginación del lector haga el resto. Y, aun así, en la Inglaterra victoriana fue una obra que causó un verdadero escándalo y tanto Machen como su editor fueron atacados por algunos críticos literarios, sin embargo, la obra de Machen fue revalorada a partir de los años 20 del siglo XX por Lovecraft y otros autores, y Stephen King, ya en nuestro siglo, dijo en una entrevista, refiriéndose específicamente a esta obra, que es una de las mejores narraciones de terror jamás escritas y que tal vez sea la mejor de la lengua inglesa. Léanla y formen su propia opinión.

 



Existe una edición en pasta dura de la editorial española Valdemar en su colección Gótica llamada El gran dios Pan y otros relatos de terror sobrenatural, y en su edición de bolsillo, serie El Club Diógenes, el libro se llama El gran dios Pan y otros relatos de terror, que a veces, sobre todo en América Latina, son difíciles de conseguir. Yo no tengo ninguna de las dos, sin embargo, el largo relato se encuentra, junto con El pueblo blanco, en la famosa Antología de cuentos de terror, de Rafael Llopis, en Alianza Editorial, que en las ediciones de fines del siglo pasado se publicó en tres tomos (está en el tercero), y en ediciones más recientes se publica en dos tomos (está en el segundo). También hay otras ediciones recientes, como la de la Editorial Legendaria (también española). Ojalá que les interese, lo consigan y lo lean, porque de verdad es un relato importante.
 
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El gran dios Pan. Arthur Machen. Traducción de Rafael Llopis (en la Antología de cuentos de terror de Alianza Editorial).
 
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lunes, 9 de junio de 2025

Kentukis, de Samanta Schweblin


 


Kentukis
de Samanta Schweblin
 
Jesús Guerra
 
Quienes hayan leído mi reseña de Distancia de rescate [2014] (que se puede leer aquí), la primera novela de la escritora argentina Samanta Schweblin, sabrán de la fascinación que esa obra provocó en mí; pues bien, puedo adelantarles, sin sorpresas para nadie, que su segunda novela, Kentukis [2018] aunque es muy distinta en tono, estilo, temas y estructura, me ha dejado maravillado. Es una novela muy amplia en cuanto a número de personajes, ambientes y culturas, aunque el tema central es uno solo: el impacto de una nueva tecnología en la sociedad, o en las sociedades, la cual nos hipnotiza y no nos deja soltarla. Es interesante, inteligente, emocionante, sumamente entretenida, nos mantiene en suspenso, aunque no es un thriller, y a pesar de que técnicamente es ciencia-ficción nos parece, y es, tremendamente contemporánea. Y, además, de tanto en tanto, nos hace reír.

 
Edición en inglés



Ya había mencionado en mi reseña de Distancia de rescate que Schweblin es sobre todo cuentista, y que esa primera novela empezó siendo escrita como cuento, sin embargo, la autora se dio cuenta de que requería más espacio para contar su historia, pero tampoco es tan extensa, Distancia de rescate es una novela corta, que es más o menos lo mismo que un cuento largo. Kentukis, por su parte, es una novela por su alcance y la uniformidad temática, pero en realidad está formada por una multiplicidad de personajes y situaciones, en diferentes partes del mundo, es decir que —es una manera de ver las cosas— es una novela formada por cuentos, unificados por un mismo tema y una nueva tecnología. Es decir, cada capítulo es una historia, aunque hay algunas historias que se cuentan en dos o tres capítulos no consecutivos. Y funciona de maravilla.

 
Edición en francés



El tema central, o el pretexto de los temas centrales, son los kentukis, que son unos muñecos, digamos unos peluches (conejos, topos, dragones, etc.) que se venden como una especie de mascotas tecnológicas. Para el comprador de los kentukis, es decir de los muñecos, éstos parecen autónomos. Una vez que se cargan en su fuente de energía, no hay manera de apagarlos ni de dirigirlos. En realidad, los kentukis están manejados por otras personas, desconocidas, que pueden estar en cualquier parte del mundo, que son quienes han comprado una tarjeta, una conexión por Internet, que se puede utilizar en computadoras o tabletas, para “ser” kentukis. Con esto, el mundo de usuarios de esta tecnología, queda dividida básica y burdamente, en dos: los mirones y los exhibicionistas. Porque al adquirir uno de estos muñecos, que tienen micrófonos en las orejas, cámaras en los ojos y tres rueditas en la base, con la finalidad, tal vez, de no sentirse tan solo, lo que se hace en realidad es abrirle la casa a una persona anónima que está ahí quién sabe con qué objetivo. Y aunque no hay una manera oficial de que el usuario observado y el que observa se puedan comunicar, los usuarios, por supuesto, muy pronto encuentran maneras ingeniosas de hacerlo.

 
Edición en turco



Con una buena cantidad de personajes, de todas las edades y de distintos países, Schweblin nos cuenta una variedad de situaciones que van desde lo tierno a lo escabroso, con todos los puntos intermedios que se puedan imaginar, y más. Los personajes centrales son, en teoría, los que aparecen en más capítulos, con historias más amplias, pero el o los personajes centrales son los que más les gusten a los lectores, o los que más les disgusten, o los que les parezcan más interesantes, o aquellos con los que se identifiquen...

 
Edición en italiano



Como curiosidad, la traducción al inglés, quizá porque en Estados Unidos existe el estado de Kentucky, lleva como título Little Eyes (Ojitos). En el año de su publicación en inglés, fue señalado como uno de los mejores libros del año por una gran cantidad de publicaciones, incluido el diario The New York Times. Y recibió un par de premio literarios internacionales (en mi opinión, no los suficientes para la calidad de esta obra).
 
Mi recomendación es que consigan este libro tan pronto como les sea posible y se sumerjan en su lectura de inmediato. Me lo van a agradecer.
 
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Kentukis. Samanta Schweblin. Random House. (1a. ed. en Argentina, octubre 2018; 1a. ed. en México, marzo 2019; 1a. reimpresión, agosto 2019; 2a. reimpresión, septiembre 2021; 3a. reimpresión, febrero 2023). 224 págs.
 
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