jueves, 16 de agosto de 2018

Herejes, de Leonardo Padura





Herejes
(serie Mario Conde 8)
de Leonardo Padura

Jesús Guerra

Leonardo Padura, escritor cubano nacido en La Habana en 1955, no es sólo uno de mis autores favoritos sino también uno de los autores favoritos de muchos lectores del planeta, de varios idiomas, pues Padura es, quizá, el escritor cubano vivo más leído en el mundo. Y aunque es muy crítico del régimen político que gobierna a Cuba, él sigue viviendo en su país y en su ciudad, Cuba publica sus libros, y en 2012 hasta le dieron el Premio Nacional de Literatura. Aquí y en otras publicaciones he comentado una buena parte de sus libros, como los de la serie del detective Mario Conde: Pasado perfecto, Vientos de Cuaresma, Máscaras, Paisaje de otoño, Adiós, Hemingway, La neblina del ayer y La cola de la serpiente, y basada en los cuatro primeros libros del Conde reseñé la miniserie de televisión Cuatro estaciones en LaHabana. También comenté otros libros suyos, Aquello estaba deseando ocurrir, que es una recopilación de sus cuentos, y el guion literario de la película Regreso a Ítaca, y ya que estaba en eso, reseñé también la película (Retour à Ithaque, Francia, Bélgica, 2014), dirigida por el francés Laurent Cantet, que se hizo a partir de dicho guion.




En esta entrada comento el octavo libro de la serie de Mario Conde, llamado Herejes, que apareció en el año 2013 (este año se publicó la novena novela de la serie, llamada La transparencia del tiempo, que espero comentar aquí en unas cuantas semanas). Todos los libros mencionados se consiguen con facilidad, y han sido publicados por Tusquets Editores.

Herejes es —o era, por lo menos hasta el momento en que se publicó—, el libro más ambicioso de la serie y el más amplio pues tiene 516 páginas con una tipografía un poco más pequeña que la de sus libros anteriores, así que es, básicamente, un librote y un librazo, y es, también, el que tiene la estructura más extraña... En realidad, en principio, tiene la estructura más lógica para que los lectores no nos perdamos y podamos seguir la compleja trama hasta el final. Pero desde un punto de vista «artístico», por llamarlo de alguna manera, quizá, es rara su estructura porque cada una de las tres partes en que está dividida la novela parece una novela autónoma, o casi autónoma, aunque entendemos la relación que existe entre las tres historias, y no es sino hasta que llegamos a las últimas páginas del libro que vemos cómo todo se une, de manera espléndida y satisfactoria. Esta «autonomía» de cada historia, y el hecho de que cada una esté en un sólo bloque (independientemente de los saltos temporales que se dan al interior de cada historia, de cada bloque), nos obligan, casi, a comenzar a leer una novela diferente cada vez que empezamos una nueva parte del libro, y nos hace «olvidarnos» de la historia anterior durante un buen número de páginas. Eso es lo que a mí me parece extraño en esta estructura, por lo menos por tratarse de una novela de Padura.


Edición en inglés


El libro, entonces, está dividido en tres partes y una breve conclusión, que llevan los siguientes títulos:
«Libro de Daniel», «Libro de Elías», «Libro de Judith» y la conclusión se llama «Génesis».

En el «Libro de Daniel» un pintor judío que radica en Nueva York, llamado Elías Kaminsky, llega a La Habana en 2007, y contrata a Mario Conde para que lo ayude a encontrar la solución a dos misterios relacionados con su familia y con La Habana. Para eso, Elías tiene que contarle al Conde una larga historia familiar: su padre, Daniel, era un judío polaco que llegó de niño a vivir a La Habana, con un hermano de su padre que ya vivía en esa ciudad, Joseph Kaminsky, un estupendo talabartero que en Cuba llegó a ser conocido como Pepe Cartera. El año en que llegó fue 1939, a inicios de la Segunda Guerra Mundial. Meses después llegarían su padre, su madre y su hermana, a bordo de un barco que había salido de Alemania, con casi mil judíos, a quienes los nazis habían dejado salir sólo con una maleta por persona. Traían visados para desembarcar en Cuba, pero por las presiones de Estados Unidos, y por la corrupción del gobierno cubano de esa época, a la hora de la hora, no los dejaron desembarcar.


Edición francesa


Los Kaminsky del barco habían logrado sacar, en una de las maletas, un pequeño cuadro pintado por Rembrandt, que había pertenecido a la familia desde hacía 300 años, y lo pensaban usar para comprar su permiso de desembarco en Cuba. Pero las autoridades no lo permitieron y el barco salió del puerto cubano. El capitán del S.S. Saint Louis todavía intentó que los Estados Unidos, y luego Canadá, permitieran el desembarco de esos mil judíos, pero no lo logró, así que nave y pasajeros regresaron a Europa. Y la mayoría de ellos murió un par de años después en los campos de concentración nazis. Esto es histórico. Real. Un episodio vergonzoso tanto de la historia cubana como de la norteamericana y la canadiense. Pero ¿qué sucedió con el cuadro? Elías Kaminsky le dice al Conde que esa pintura, acaba de ser anunciada para salir a subasta próximamente en una galería de Londres.


Edición francesa
de bolsillo


Pero esto no es todo, Elías, para que la comprensión de las dimensiones del problema y de la situación le queden claras al Conde, le cuenta la historia de su padre, Daniel Kaminsky, el niño judío polaco que llegó a vivir a Cuba en 1939, cómo se cubanizó y cómo, a fines de los años 50, se fue a vivir a Miami, a donde llegarían después la mayor parte de los judíos ya cubanizados de la isla.

En esta parte de la novela se produce la investigación del Conde para saber qué sucedió con el cuadro, y con el otro misterio relacionado, que no les puedo mencionar para no echarles a perder su propia lectura.


Edición italiana


La segunda parte de la novela, «Libro de Elías», cuenta la historia de otro judío, Elías Ambrosius Montalbo de Ávila, en Ámsterdam, en 1643. Elías Ambrosius es un joven que lo que más desea es ser pintor, y para ello quiere ser aprendiz del pintor de la ciudad al que más admira, Rembrandt. Pero este deseo suyo implica romper una de las leyes de los judíos, la que les impedía representar imágenes...

La tercera parte, «Libro de Judith», se desarrolla de nuevo en La Habana, en junio de 2008, casi un año después de la visita del pintor norteamericano a Cuba, y aquí Mario Conde investiga la desaparición de una adolescente de la isla, hija de un político cubano en desgracia pues lo investigan por corrupción. Esta muchacha es una emo, una de las tribus urbanas de nuevos jóvenes cubanos que simple y sencillamente no creen en nada, sobre todo de lo relacionado con la política y con la revolución de su país, quienes, finalmente, lo que buscan, cada tribu urbana a su manera, es libertad.

Tres historias que terminan uniéndose de maneras inesperadas, a lo largo, pero sobre todo al final de la novela; tres historias interesantísimas que, como de costumbre en el caso de Padura, nos dicen muchas cosas acerca no sólo de la Cuba contemporánea sino del ser humano en general. La idea central que resuena a lo largo de las páginas de esta obra es que la herejía en realidad es el nombre que las religiones, primero, y la sociedad, después, le dan a la búsqueda de algunas personas de un espacio de libertad individual.


Edición brasileña


Herejes continúa también, no podía ser de otra manera, contándonos la historia de Mario Conde, Tamara, sus amigos, y también sus nostalgias, sus deseos y sus frustraciones. El Conde tiene, al finalizar la obra, casi 53 años, y casi 20 de haber abandonado la fuerza policiaca. Sigue tan lúcido como siempre, pero está un poco más triste y no sólo está un poco más viejo, sino que ahora lo siente de veras, y esto, además de por ciertas incapacidades y algunos cansancios, también porque en la tercera parte, la tercera historia de esta novela, se ha enfrentado a realidades de los jóvenes de su país que no tienen nada que ver con su propia adolescencia, tan lejana ya, pero siempre tan presente.




En 2015, Padura publicó un librito de muy pocas páginas llamado La libertad como herejía. Apostillas a Herejes, que se puede bajar gratis en iTunes para iBooks (para iPhone, iPad y Mac, y posiblemente también se podrá bajar de otros sitios), aunque yo supongo que quienes adquieran un ejemplar de Herejes impreso de 2015 para acá, encontrarán estas páginas como un anexo del volumen. En estas apostillas, nos cuenta el autor, de una manera muy amena, por qué y cómo escribió este libro.

Mi recomendación es que no se pierdan por nada esta extraordinaria novela.

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Herejes [serie Mario Conde 8]. Leonardo Padura. Tusquets Editores, colección Andanzas (también se consigue ya en la colección Maxi). 520 págs.

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Te puede interesar:

Ligas a mis reseñas de los libros de Leonardo Padura

* Pasado Perfecto [MC 1]




* Máscaras [MC 3]









* Cuatro estaciones en La Habana (miniserie de TV)


Las siguientes obras no pertenecen a la serie Mario Conde:



* Regreso a Ítaca (la película)





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